Viajeros sin tiempo
Agosto 1999
Prologo
Esta es la descripción, a manera de relato de lo que vino a llamarse pretenciosamente: LA AVENTURA DEL FIN DEL MILENIO.
Los protagonistas, cinco aventureros y el que cuenta, elegimos luego de los estudios y discusiones de rigor que los destinos a alcanzar serían: la renombrada y fascinante Laguna La Brava, situada en el noroeste de la provincia de La Rioja (en plena cordillera de Los Andes), un recorrido por la zona y tomando hacia el Sur, al alcanzar la reserva de San Guillermo, ubicada en la provincia de San Juan.
La situación era por demás atractiva, la participación de dos nuevos integrantes con sendos vehículos todo terreno daban una perspectiva singular a la posible travesía, ya que hasta el momento las empresas anteriores habían sido efectuadas con autos de calle.
Algunos miembros del grupo ( Eduardo, Héctor y O.Pablo) habían hecho una expedición similar en 1996 y revivirían esa experiencia inolvidable por segunda vez.
Ante la Ausencia-presencia de Héctor se agregaba un interrogante mayor, saber quien lo reemplazaría en sus múltiples tareas: la de despertador ó gallo oficial, albaceas de las cuentas comunes, proveedor de las vituallas para el viaje y quizás el más importante rol: Cocinero cinco tenedores.
Mi amigo Luis, propietario de una Pick Up Toyota 4 x 4, sería el conductor del vehículo insignia
por su capacidad de carga y prestaciones. Lamentablemente, razones insalvables y ajenas a su voluntad hicieron desertar al bueno de Luis 48 Hs. antes de partir.
Esta nueva situación obligaba a replantear completamente el viaje. Oscar Pablo puso su auto a disposición del grupo y se completó la escudería finalmente de la siguiente manera:
Una camioneta.Honda CRV 4x4 comandada por el Dr.Jorge Lalane, devenido luego en Ennio Carotta, acompañado en casi todo el trayecto por el otro cuervo, digo el Dr. Eduardo Olmos, alias “ te espero a las 6 a.m. en Vicuña Mackenna”.
Un Renault R12 (el eterno) con un restyling impresionante en las defensas delantera y trasera, con más el agregado de un turbo compresor (fatto in casa) en el sistema motriz capaz de erogar 40 HP adicionales a 4500 r.p.m. A bordo del mismo viajarían Eduardo Cinicola y Carlos Lucchini, ambos a cargo del diseño del trayecto, logística y estrategia contando ésta vez con la inestimable colaboración de un nuevo GPS con pantalla de cristal de cuarzo líquido de 3x3”.
Por último, sólo por falsa modestia, un VW Senda al comando de Oscar Pablo Goffin y quien les cuenta: Francisco Saputo, es decir, los pendejos del grupo.
Así pues, con la ilusión intacta, ávidos de nuevas experiencias y con las alforjas henchidas de ganas de pasarlo bien, partimos los seis . Cada quien quizá con una esperanza particular y algún objetivo propio que llegó a alcanzar o no, pero dispuestos todos a brindarnos por entero por el bien del resto.
Aquí va, entonces, una pequeña reseña cronológica de los hechos que acaecieron allá por Agosto de 1999.....
Día 1
Viernes 6-Sábado 7
Itinerario:
Av Gaona y Cno.Buen Ayre-Ruta 7-Luján-Junín-Vedia-V.Mackenna-V.Mercedes-La
Toma-Dique La Huertita - Quines-Cuatro Esquinas-Ulapes-Chepes-Mascasín-Malayes-Chucuma-Astica-San Agustín del Valle Fértil - Ischigualasto-Los Baldecitos-Talampaya-Villa Unión.
La partida estaba prevista para las 11.00 p.m.. Carlos y Jorge estaban ya cargando la camioneta Honda con todas las vituallas necesarias, como así también una buena provisión de bebidas espiritosas sin que falten un par de Fresitas.
Héctor Gimenez llegó al depto. de la calle Charcas a las 20.30 p.m. para darnos el último abrazo de despedida. Por allí, un rato más tarde pasaría Eduardo para levantarme. Luego, al encontrarnos con O.Pablo completaríamos el equipo de partida no sin antes retirar la diadema preparada por doña Julia: el bendito mondongo que mezcla de ritual y cábala nos acompaña en la primera cena de travesía, año tras año.
El punto de encuentro con Jorge y Carlos
estaba fijado en Acceso oeste y Cno.del Buen Ayre.
El sincronismo fue exitoso, nos dirigimos pues por la Ruta Nac.Nº 7 a V.Mercedes ( San Luis), manteniéndonos comunicados a través de los equipos de radio.
A la salida de la ciudad de Junín,
de pronto, tuvimos nuestro primer contacto con la aventura, sin previo
aviso y abruptamente, la ruta se encontraba cortada.
Eran casi las 2.00 a.m., un mugroso
cartel hecho a mano indicaba apenas “DESVÍO”.
Nos internamos entonces, en un camino
vecinal, de tierra, bordeando alguna chacra supusimos. La incertidumbre
crecía ya que sortear tal DESVÍO nos insumió sólo
28 Km. hasta abrazar de nuevo la cinta asfáltica y así continuar
por ella en dirección Oeste.
Luego, charlando, tranquilos, concluimos
que la ruta había quedado literalmente bajo el agua por las crecidas
de los arroyos y las persistentes e inesperadas lluvias que obligaron al
concesionario de la ruta a destinar buena parte de lo recaudado a diario
en cada una de las cabinas de peaje, en la construcción y mantenimiento
del ya mencionado DESVÍO.
Seguimos camino, nos vamos turnando en
el manejo con una frecuencia de aproximadamente 200 Km. A las 6.30 a.m.
en una estación de servicio de Vicuña Mackenna, encontramos
a quién sería el último integrante del grupo: Eduardo
Olmos, alias cuervo 2, ”el Regreso”.
Ya instalados y redistribuidos, seguimos
hasta V.Mercedes, allí torcimos al Norte hacia La Toma, y a poco
de andar salimos del camino para encontrarnos con el dique “La Huertita”,
dónde aprovechamos para inaugurar los equipos de fotografía
y video a la luz del sol.
Seguimos más al Norte para entrar
a Gral. San Martín, dónde hicimos un reconocimiento del área
central: Plaza, Iglesia y adyacencias. Después de estirar las piernas,
continuamos hacia Quines y tras pasar la frontera con La Rioja, cruzamos
cuatro esquinas y así ingresar en Ulapes.
Era ya pasado el mediodía, y los
sufridos estómagos clamaban piedad. Así pues ubicamos el
parque recreativo Presidente Carlos Saúl Menem, con todos los servicios
sanitarios e infraestructura para el acampante.
Habíamos decidido no hacer el
típico asado de primer mediodía, ya que pretendíamos
llegar a Villa Unión esa tarde. Jorgito agradecido, calentó
el mondongo en un fogón del camping, mientras Eduardo reapretaba
unas tuercas del caño de escape del R12, al tiempo que O.Pablo y
yo intentábamos fabricar un cubre tanque de combustible para el
Senda, con un trozo de goma entelada, ya que por el apuro, toda la preparación
que presentaba el mismo era el despojo total del asiento y respaldo traseros
para permitir alojar los bidones de combustible que necesitaríamos
arriba.
Seguimos viaje, pasamos sin parar Ischigualasto
y Talampaya, otra vez será...
A las 21.30 hs. aproximadamente llegamos
a Villa Unión. Buscamos un lugar donde alojarnos que brindara las
comodidades mínimas, sin que ello hiciera peligrar nuestro presupuesto.
Conseguimos una pensión que nos albergó a todo el grupo en
un par de habitaciones. No, no me olvidaba de la cena. Jorge nos invito
a una parrilla y zafó de cocinar nuevamente. Con la panza llena
es otra cosa, así nos fuimos a descansar.
Día 2
Domingo 8
Itinerario:
Villa Unión-Villa Castelli-San
José de Vinchina-Quebrada de la troya-Alto Jagüe-Bajo Jagüe-Campamento
Las Chacritas-Refugio del Peñón.
Nos despertamos casi al unísono,
luego de reacomodar los bolsos en los vehículos, cerca de las 11
estábamos en la ruta 26 hacia el N., pasamos por Castelli, para
seguir rumbo a San José de Vinchina, distante 65 Km de V.Unión.
Llegamos cerca del mediodía, inútil
resultaría, tal vez por nuestro aspecto, o por desconfianza natural,
proveernos de hojas de coca, cosa que lamentaríamos y MUCHO, más
adelante.
Esta es la última población
con despacho de combustible, por tanto llenamos los bidones con 320 lts.
para la travesía que vendría.
Al mismo tiempo, mientras filmamos
y sacamos algunas fotos del lugar, aprovechamos para comprar unas empanadas
en la carpintería y seguimos viaje después de pasar por una
gomería, en la que la CRV nos dio un pequeño susto, puesto
que de una campana trasera se desprendió un a lonja de fundición
de la misma sin advertencia previa.
Salimos. A poco de andar nos encontramos
con un extraño testimonio del pasado, se trata de la llamada estrella
de Vinchina o Rosa del Inca, una figura ( en realidad eran seis) de 28
mts de diámetro realizada con piedras rojizas, azules y blancas.
No existe la certeza de su significado, pero se le puede atribuir funciones
de oratorios u otra ceremonia.
Siguiendo el camino, el paisaje ya cambia
pues al dirigirnos al NO. se pueden observar plegamientos de casi 90ª
y raras formaciones geológicas en el llamado cordón de Los
Colorados. y es allí, donde adquiere mayor espectacularidad el mismo
en la que se denomina Quebrada de la Troya. Un lugar mágico, asombroso,
ya que el río del mismo nombre, se estrecha violentamente y luego
de infinitos meandros, para sortear un gigantesco peñón,
lo rodea trazando un ángulo de 180ª que da marco a una de las
más imponentes vistas de las que haya sido testigo.
Entrar a Alto Jagüe, (1900
m.s.n.m.)es una experiencia surrealista, su calle principal es el lecho
seco de un río que ha dejado por las constantes lluvias al pequeño
caserío que se levanta a ambas márgenes, a tres metros por
arriba.
Lo más destacable es su capilla,
la delegación de fauna, en la que debimos registrarnos a fin de
dar aviso de nuestra permanencia en la reserva , y el mérito de
significar el último pueblo habitado del Oeste riojano hasta el
paso de Pircas Negras.
Eduardo y yo intentamos cumplir con otra
parte del ritual, esto es comer un buen chivito a la parrilla.Eran ya las
15.30 hs. y el gaucho nos advirtió que demoraría un par de
horas para carnear uno para nosotros.
Volvimos mascullando nuestra bronca ya
que no podíamos seguir perdiendo tiempo. Aun faltaba bastante para
llegar arriba y el camino comenzaba a empeorar.
Los autos comenzaron a sentir el esfuerzo
con la ascensión, entre el R12 y el Senda llevábamos mas
de 1000 Kg. entre equipos, ropa y combustible extra.
Nos encontramos con la novedad que estaban
trabajando en la traza del paso internacional por cuanto algunos sectores
de la ruta se encontraban en buen estado. Pasamos el campamento Las Chacritas
de la empresa Roggio y eran cerca de las 18.30 hs. cuando llegamos al primer
refugio, lugar establecido como alojamiento.
El Refugio del Peñón,
(3770 m.s.n.m.)construido en el año 1873, junto con otros doce por
orden de Domingo Sarmiento a fin de cobijar a los arrieros en su constante
peregrinar en su ruta a Chile. Allí se encuentran algunos
similares gracias a la idea de O’Higgins. Por ello, aquí son conocidos
como los refugios de Sarmiento, y se trata de una construcción de
piedra de perfil abovedado y base en forma de espiral con una abertura
a manera de entrada, una pequeña ventana y un minúsculo
orificio en la cúpula.
Comenzamos a descargar las bolsas de
dormir y los elementos necesarios para acondicionar el lugar. En ese momento
descubrimos que un bidón de nafta que venía en la CRV, había
perdido gran parte de su carga y se derramó sobre los alimentos,
ropas y tapizados de la camioneta. Todo el mundo a bajar las
cosas de la Honda, separar la comida no contaminada. Secar las alfombras
y limpiar el interior de la chata nos llevó un buen rato.
Preparar un fueguito con las ramas
y maderas que habíamos juntado abajo, para combatir el frío
de la noche, no fue la mejor de las ideas. A los quince minutos el ambiente
era irrespirable. no había manera que el humo saliera al exterior
ya que, por frío seguramente, alguien habría obturado el
orificio cenital.
Éste lugar era utilizado por la
gente de Roggio, ya que a un lado del camino se encontraba un casilla rodante,
y estaba estacionado un equipo cargado con viviendas de campaña
premoldeadas.
La situación a pesar de no ser
la ideal, no nos quitó el apetito, ya que nos devoramos las tiesas
empanadas compradas 10 hs antes. Jorge, tras el mal rato pasado con la
nafta, no estaba en condiciones anímicas de preparar ni un poco
de sopa instantánea.
Hicimos unas fotos, filmamos y tratamos
de descansar, afuera hacían -7ª C. Adentro...?
Día 3
Lunes 9
Itinerario:
Portezuelo del Peñón-Laguna
La Brava-Laguna Mulas Muertas-Refugio M.M.-Lag.Brava-Ref.Lag.Brava-Refugio
del Veladero.
Jorge, con mucha premura, tenía
listo el desayuno con las primeras horas de sol ( léase 9.30 hs).
Luego de recoger la ropa de cama, dejamos algunos víveres para quien
pudiera necesitarlos dentro del refugio.
Salimos pasadas las 10.30 hs. Comenzamos
la subida, el paisaje es maravilloso, los cerros en una sinfonía
de colores compiten entre sí, con el fin de sorprendernos
por su belleza.
Al llegar al portezuelo del peñón
(4410 m.s.n.m.), Jorge tuvo ganas de probar la chata y se mandó
fuera del camino en una ascensión alocada.
O.Pablo, entonado por el raid hecho por
Jorge, también intenta la subida con éxito y mucho esfuerzo.
Seguimos, lo que queda es en bajada, por un camino en buenas condiciones.
A las 14.00 hs. aproximadamente divisamos
a lo lejos el magn{ifico espejo de agua. Enmarcada por el cerro Veladero
y llenándonos los ojos aparece la hermosísima laguna La Brava.(
4270 m.s.n.m.).
Tiene una longitud aproximada de 26 km
por 3 a 5 km de ancho, la proximidad del cerro Bonete que se levanta hacia
al norte brinda un espectáculo imponente.
Sus contornos son muy fangosos por cuanto
debemos tener mucha precaución al acercarnos demasiado con los vehículos.
El río blanco y otros cursos
de deshielo alimentan la laguna, que debe su salobridad al alto contenido
de cloruro de potasio (sal inglesa), que la hace absolutamente impotable.
Lamentablemente, no pudimos apreciar
la fauna que habita la zona, sobre todo flamencos blancos y rosados, patos
silvestres, teros reales y gansos cordilleranos, pero para mitigar la pena,
realizamos una picada con embutidos importados de La Pampa.
El famoso avión caído en
1963, se encontraba por lo menos a 3 o 4 km. de nosotros, inaccesible a
priori, por lo que decidimos continuar al NO.
Luego de andar unos 7 km. en una inmensa
alfombra de coirones se encuentra la laguna de Mulas Muertas a la
postre aún mas bella que la Brava.
Antes de llegar se divisa el refugio
Mulas Muertas, el que se encuentra en buen estado, lo visitamos. Al
realizar un recorrido por las costas de la laguna el R12 se entierra en
el eje trasero. Un poco de "gimnasia" y logramos sacarlo.
A pesar del viento y del mal de altura,
el cielo límpido y el espectáculo del paisaje tiene poderes
curativos ya que estábamos exultantes por ser testigos de tamaña
belleza.
Eran cerca de las 17.00 hs. volvimos
rumbo a La Brava a campo traviesa, la bordeamos por el N. rumbo a
otro refugio.
El refugio Laguna Brava (4290
m.s.n.m.), similar a los anteriores, se encontraba con nieve acumulada
en su interior, por la hora debíamos apurarnos a encontrar un lugar
donde pasar la noche. No fue la nieve, sino la tumba del destapao, a un
costado del refugio, lo que nos persuadió de no pernoctar allí,
eligiendo seguir más arriba hasta encontrar la que sería
nuestra morada esa noche.
Al refugio del Veladero llegamos
cerca de las 18.30, si antes había nieve, aquí a 4.400 m.s.n.m.
adentro del refugio se acumulaba más de un metro de altura. Teníamos
a la noche en ciernes, avanzar resultaba arriesgado ya que desconocíamos
el camino y la temperatura descendía abruptamente.
A un costado del camino se encontraba
una casilla rodante abandonada, sin vidrios, despojada de una de sus ruedas
y con la tierra acumulada en su interior como permanente morador.
La apuntalamos con lo que encontramos
a mano, improvisamos unas escobas, con plásticos cerramos los vanos
y la acondicionamos medianamente como para pasar la noche allí.
La capacidad de la casilla era reducida,
cuatro catres para seis. Eduardo y O.Pablo deciden dormir en los autos.
Jorge, cansado ya de escucharnos protestar
por su falta de afección a la cocina, decidió prepara justo
esa noche un guiso al que no le faltaba nada, desde chorizo colorado a
panceta, aderezado con mucha pimienta. Por cuanto el consejo de “comer
frugalmente” quedó postergado para mejor oportunidad.
El frío, la puna y el cansancio
hicieron un trabajo demoledor en el físico y la psiquis de todos
que se notaría mas adelante.
Mañana comienza una nueva aventura...
Intentaremos llegar hasta el Paso de Pircas Negras
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Francisco SAPUTO - 2001 (1999)
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Francisco ya no está entre nosotros.
Por desgracia su vida se apagó prontamente, pero su recuerdo de amigo fiel y compañero de aventuras, así como sus relatos, nos acompañarán hasta que en algún momento volvamos a reunirnos en algún lugar, para retomar nuestra amistad.
EDUARDO CINICOLA
Agosto de 2.012
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