CORRIENTES |
Playas y pesca del dorado
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Calles de arena que recuerdan localidades del litoral marítimo argentino y mucho verde nos esperan en esta ciudad del norte correntino, recostada sobre las márgenes del río Paraná.
Sin embargo, las palmeras y la arena pura y de un amarillo fuerte, nos remiten a playas más tropicales.
El clima, de cálido a caluroso, también nos sitúa en los trópicos.
Es que Paso de la Patria está casi sobre el trópico de Capricornio.
Esto permite que podamos disfrutar de esas hermosas playas desde muy temprano, en septiembre y hasta mucho más allá de abril/mayo.
Las aguas del gigantesco Paraná, uno de los ríos más caudalosos de Sudamérica, son claras a estas alturas. Aún no han recibido los aportes sedimentarios de la cordillera que les provee el "espeso" Río Bermejo y que las teñirá definitivamente a "color de león".
Hacia el mediodía las familias se acercan a la playa a quitarse el calor y disfrutar de agua y el sol.
Algunos practican deportes náuticos.
En el río hay varias islas (bancos) de arena y al fondo la selva paraguaya.
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Los bañeros siempre vigilando.
Típico ambiente fluvial, trae reminiscencias de Manaos sobre el Amazonas.
Los mas chiquitos también tienen su area protegida.
El calor de la tarde exige protección.
Hay mucha arena.
La hora de la siesta se respeta casi a rajatabla.
También se puede elegir la hora de la siesta para ir a tomarse unos mates o leer un buen libro a la sombra de algún árbol y a la vera del río.
Hasta este sufrido bañero requiere un refrescante chapuzón.
A medida que avanza la tarde y afloja el calor, la gente vuelve a la playa.
Un bañero atento y vigilante.
Otro bañero bajo su cúpula protectora, atendiendo su función.
Cuando avanza la tarde y se estiran las sombras, la calle costanera, también de arena, empieza a poblarse de autos. Comienza la "movida" de los más jóvenes.
Colorido de gente y de sombrillas.
El Paraná como un espejo.
Atrás llega a divisarse la desembocadura del Río Paraguay en el Río Paraná (de derecha a izquierda) y, más adelante, la Isla del Cerrito, perteneciente a la provincia del Chaco argentino.
Pescando a la deriva en el medio del ancho río.
El contacto con la naturaleza se extiende hasta más allá de la hora del crepúsculo.
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