Dto. Santa Victoria Oeste:
Conociendo comunidades aborígenes y relevando huellas

"Día 2"

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FOTO: Viajeros4x4


El segundo día de travesía ya comenzó con un atraso importante, nada más ni nada menos que UN DIA DE ATRASO ¡!

Es que el día anterior nuestra curiosidad nos desvió del derrotero propuesto y nos dio la oportunidad de descubrir y conocer paisajes inolvidables y a argentinos que viven una realidad muy distinta a la que podíamos imaginar.

En fin, retomando los planes, nos levantamos temprano en aquella sala anexa a la capilla de la comunidad de Casillas, apurados porque debíamos dejar todo listo y limpio antes de que comenzasen a llegar los alumnos y maestra de la escuela albergue.

Hacía frío aquella mañana, pero un cafecito al pie de la chata nos puso en funcionamiento.

Cuando el sol ya iluminaba y calentaba el entorno llegamos al abra, donde debíamos abandonar la huella y tomar a campo traviesa buscando el filo cumbrero hacia el norte, rumbo a Llulluchayoc.

De las averiguaciones realizadas con los lugareños, ellos nos afirmaban que era casi imposible meter una chata por allí. Veremos, pensábamos nosotros.

En ViajerosMapas habíamos trazado como "XX"varios posibles desarrollos en base a lo observado en las fotografías satelitales. En el terreno la cosa cambiaba un poco.

Si bien vimos que los desarrollos intuídos coincidían con las rastrilladas marcadas por las caravanas de animales de carga, las inclinaciones laterales de aquellas hicieron que, sobre el terreno fueramos modificando las trazas según nuestro real saber y entender, acorde a las capacidades de las camionetas.

Fue así que en tramos tuvimos que bajar al encajonado lecho de un arroyo, para remontar costosamente la barda opuesta, circulando sobre grandes y traicioneras piedras escondidas bajo los coirones.

Por momentos cada camioneta elegía su propio "camino" en función de las dificultades que veía, intuía o suponía y tratando de esquivar las mas groseras.

Denis insistía en pisar donde los animales, a pesar que la rastrillada circulaba por una ladera marcadamente inclinada a la derecha. Nosotros buscamos el filo, Pexa nos siguió.

Así, penosamente fuimos avanzando, metro a metro.

Las dificultades nos divertían, pues a eso habíamos ido, a buscarlas para poder sortearlas en este "tramo especial" pergeñado al efecto.

No era "imprescindible" llegar a Lulluchayoc por esa vía, era tan solo un desafío que nos habíamos propuesto para ponerle algo más de pimienta a esta expedición.

Era además, como les conté, una asignatura pendiente que teníamos de un "extra" de otro "extra" de una travesía anterior, donde el tiempo se nos acabó.

La pimienta estaba picante...

Seguimos transitando por las crestas hasta cerca del mediodía.

Llegado ese momento debíamos pasar de una montaña a otra por una angosta silleta. Cruzarla en forma transversal, no como habitualmente se transpone una silleta.

No atravesábamos un filo, sino que circulábamos por el.

El inconveniente radicaba en que, por la montaña de en frente pasaba la huella de mulas pero muy angosta, para un solo animal y por una ladera que se hacía casi vertical.

Estudiamos varias alternativas; yo quería cruzar igual y, en lugar de seguir la huella de los animales, tomar hacia arriba, buscando la cumbre, sin saber que habría del otro lado. Denis y Pexa estudiaban tirarse a una profunda quebrada para intentar remontarla del lado opuesto.

Finalmente, viendo lo avanzado del día y que esa "distracción" ya nos estaba consumiendo mucho más tiempo y combustible del recomendable, decidimos abortar para encarar el objetivo principal del viaje. Buscar una nueve conexión entre Nazareno y SVO y, fundamentalmente intentar halar una via de bajada desde allí a la selva de yungas.

No lo haríamos fácil. Iríamos a Abra Pampa a repostar combustible pero explorando una senda casi comida por la naturaleza que "cortaba camino" desde Casillas, pasando por la comunidad aborigen de Rumi Cruz.
 


FOTO: Viajeros4x4
La mañana fría en la capila de la comunidad de Casillas.

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FOTO: Viajeros4x4
Intentando avanzar por la rastrillada.


FOTO: Viajeros4x4
La cosa se complica, mejor bajar a inspeccionar...


FOTO: Viajeros4x4
Nosotros, por las crestas...
Cuidado con los desplazamientos laterales, la adherencia es baja.


FOTO: Viajeros4x4
La rastrillada era impracticable.
Mejor a campo traviesa.


FOTO: Viajeros4x4
Intrusos... nosotros.


FOTO: Viajeros4x4
Denis que insiste con la rastrillada... Me parece que te metiste en problemas...


FOTO: Viajeros4x4
Los valles van quedando abajo.
Las piedras se agrandan.


FOTO: Viajeros4x4
Y ahora, ¿por dónde seguimos?
- A mi me parece que pos allá...


FOTO: Viajeros4x4
Esa huella nos detuvo, Denis no se animó a pasar... jajajaj


FOTO: Viajeros4x4
Más adelante era un billar...
Quedará para alguien más valiente que nosotros...



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Desandamos camino hasta Casillas y allí no podíamos hallar la supuesta "huella" a Rumi Cruz. Es que las lluvias la habían desdibujado totalmente y la vegetación terminaba de camuflarla.

Finalmente por esa desdibujada senda ascendente, plagada de profundas huellas longitudinales talladas por el agua que en su descenso elegía ese "camino", subimos a una altiplanicie con leve pendiente al Oeste.

Allí desapereció la "cornisa", pero el terreno esataba en tan mal estado y con tanta piedra suelta que solo podíamos circular a paso de hombre o a 80Km por hora (peligroso por cierto).

Luego de más de dos horas a paso de hombre adoptamos el plan "B" (80 Km/h), justo cuando la senda se sumergía en un vado de orillas de apariencia cenagosa.

Clavamos las "guampas" los tres derrapando hasta la orilla y allí nos quedamos un rato rumiando qué hacer.

Finalmente propongo tirarme primero, ya que mi camioneta es la más liviana y suponemos que entre las otras dos nos podrán sacar si nos atrapan las "arenas movedizas"...

Por suerte nuestros temores fueron infundados y la húmeda arema de ese río estaba dura como cemento. (Nos ha pasado otras veces que entramos confiados y a los pocos segundos estamos hundidos hasta los zócalos).

En frente la huella desaparecía en una finca donde una señora lavaba ropa mientras su hijo jugueteaba por el patio. En el palenque estaba atado un caballo blanco.

Ni bien vió que nos animamos a cruzar se acercó para pedirnos que apagásemos los motores para que ella pudiese retirar el caballo (muy arisco) del palenque y nosotros pudiésemos cruzar todos.

Nos indicó la salida, atravesando su corral tapizado de guano de los animales, hacia algo que alguna vez fue un camino.

De allí en adelante las cosas fueron mejorando y, si bien circulábamos en parte por el lecho seco de un río, este era arenoso y firme, lo que nos permitía ir a buen ritmo.

Finalmente subimos a una ruta provincial de ripio y media hora más tade entramos a Abra Pampa.

La parrillada no pudo ser. Los ravioles tampoco. Y el locro nos pareció un exceso a las tres y media de la tarde.

Tuvimos que "conformarnos" con los exquisitos escabeches de todo tipo que llevó Adriel.

Aprovechamos para reponer a pleno todos los depósitos de combustible, nos esperaba una semana sin surtidores y de terreno sumamente escabroso.
 


Mapa de la zona tomado de ViajerosMapas.com


FOTO: Viajeros4x4
Bajamos al valle del arroyo La Cueva, a buscar la huella a Rumi Cruz.


FOTO: Viajeros4x4
Hermosa vista hacia los médanos de Abra Pampa, Guayatayoc (extr. izq.) y al fondo la cordillera.


FOTO: Viajeros4x4
La huella estaba muy descuidada, pero el paisaje era soberbio.


FOTO: Viajeros4x4
El coirón o pasto puna, resistente a las inclemencias del hostil clima.


FOTO: Viajeros4x4
Llegando a Rumi Cruz.
Por el lecho de un desconfiable río en un magnífico entorno.


FOTO: Viajeros4x4
Ya cruzó la Cherokee.
Por suerte el suelo resultó muy firme allí.


FOTO: Viajeros4x4
Donde hay agua, hay verde.


FOTO: Viajeros4x4
Donde hay verde hay pastura,
Donde hay pastura hay animales.


FOTO: Viajeros4x4
Llegamos a Abra Pampa.



Eran las cuatro de la tarde, a las siete se pondría el sol y teníamos por delante un nuevo desafío.

Nuestro destino era las cercanías de Nazareno, queríamos conocer las comunidades de San Francisco, Tuc Tuca y otras.

Pero siguiendo un viejo precepto alemán que dice ¿para qué la vamos a hacer fácil si la podemos hacer difícil?, elegimos para ir hacia Nazareno no por el nuevo y bello camino ripiado.

No, elegimos la antigua y abandonada huella minera en desuso desde hace muchos años.

A veces siento que somos kamikazes. Veo que en otras expediciones o travesías está todo calculado, todo previsto, todo "conogramado", dia, hora, lugar, hotel, color de sábanas...

Lo nuestro es más anárquico. Nos gusta esa huella, nos metemos. Nos aburre un lugar; nos vamos en busca de otro. Se hizo tarde, no importa, seguimos hasta que el esfuerzo se torne vano.

El asunto es que partiendo a las 16:00 de Abra Pampa rumbo a la comunidad de Condor, al pié de la cuesta que busca atravesar la Cordillera de Santa Victoria, había pocas espectativas de llegar de día a algún lugar civilizado, pero no era el momento de continuar atrasando los "planes"...

A ritmo veloz, a las 17 pasábamos por Cóndor y, unos minutos más tarde nos subíamos a la RP jujeña que asciende al Abra de Cóndor (4.501msnm).

Dije... ¿nos subíamos a la ruta provincial??

No, no, no... Muchachos. No es por allí...

  • ¿Y por donde entonces?
  • Por acá, ¿no ven bajo esa matas que alguna vez hubo una huella por aquí?

La verdad que de la huella quedaba poco. Estábamos a 4.100 metros de altura y debíamos salvar casi a campo traviesa unos 620 metros de desnivel para atravesar el Abra de Lajas de 4.720m de altura. Antiguo portezuelo por el que se accedía a los valles de la alta cuenca del Río Bermejo (aquel que luego de hacer de límite entre las provincas de Chaco y Formosa termina desaguando sus barrosas aguas en el enorme río Paraguay).

El antiguo angosto camino minero, desmoronado en muchos lados, carcomido por esporádicos cursos de agua, nos llevaba lentamente hacia arriba.

Al Oeste la altiplanicie de la Puna iba quedando a nuestro pies.

Ya veíamos, detrás de la Sierra de Cochinoca (de unos 4400 metros de altura) y pegada al oeste de la RN9, la gran ollada de la laguna de Pozuelos.

En el horizonte, dibujaban su silueta a contraluz, nuestros "amigos" de anteriores expediciones, los gigantescos volcanes pertenecientes a la Cordillera de los Andes que marcan límite entre Argentina y Bolivia.

Allá se divisan el Zapaleri, el gicantesco nudo del Panizos y la inconfindible silueta del boliviano Vn Bonete.

El sol se esconde tras de ellos y nos va retaceando su luz.

Se viene la noche y aún no hemos llegado al Abra y mucho menos sabemos qué nos encontraremos más adelante.

Sabemos que es muy probable que un gran derrumbe o un gran corte provocado por el agua haya creado un obstáculo insalvable para llegar a destino.

No obstante seguimos avanzando.

A las 18:23 de ese domingo 13 de septiembre, pasamos el Abra de Lajas. Verificamos una altura de 4.723msnm.

Del otro lado la penumbra. El sol quedó definitivamente detrás de la montaña.

El zigzag de bajada es pronunciado y muy desdibujado.

La antigua huella se pierde en el lecho de un río y no sabemos si seguir por la deteriorada margen derecha o por la mucho más maltrecha margen izquierda.

Denis que va adelante toma por un corte ascendente en la margen izquierda.

Yo había visto unos restos de huella que parecía que continuaban por la derecha. La poca luz no ayudaba.

Pexa y Mauro venían a la espectativa para no hacer camino de más.

Al rato Denis por la radio nos informa de la impracticabilidad de continuar por esa huella ascendente.

Una detenida mirada al GPS, donde habíamos cargado una versión experimental de ViajerosMapas con huellas a verificar, tomadas de las fotografías satelitales, nos dice que esa huella conduce probablemente a una mina abandonada, ya que no tiene salida posible. Debemos buscar por la derecha.

Denis retrocede, cruzamos trabajosamente el lecho de ese río tapizado de enormes cantos rodados, son las nacientes del Bacoya que viéramos aguas abajo el día anterior, y por la margen derecha prontamente llegamos a un gran descampado donde el río se explaya a sus anchas.

En la semipenumbra divisamos un rancho y unas personas trabajando.

En frente, la antigua huella minera asciende a 45 grados, en cornisa, por una ladera perfecta.

El inconveniente es que, a pesar de la poca luz, observamos grandes desmoronamientos que la hacen impracticable. Al menos sin unas cuantas horas de trabajo de pico y pala (Y nos habíamos olvidado la pala !! Solo disponíamos del pico del abuelito de Mauro).

Estudiando el mapa, veo que, si seguimos el curso del río, aguas abajo nos cruzaremos con la nueva ruta que va a Nazareno. No sabemos ni podemos ver por la poca luz, como está el lecho de ese río.

Mientrasa mirábamos el mapa del GPS, Denis se acercó trabajosamente entre las grandes piedras a consultar a esa gente (sorprendida de vernos allí) las probables alternativas.

Regresa con tres informes.

  1. La huella que acabamos de dejar efectivamente iba a una mina abandonada.
  2. Respecto a la salida de allí, si solucionamos el problema de los primeros derrumbes de la huella de cornisa, más adelante está menos deteriorada.
  3. Por el río también se podría avanzar, no sin poco esfuerzo, hasta cerca de San Francisco, a encontrar la nueva ruta de ripio que conduce a Nazareno.

Propongo armar campamento para no arriesgar una rotura en ese lecho escabroso y desconocido donde la obscuridad nos impediría elegir la mejor traza y continuar al día siguiente con luz de sol.

Los muchachos están embalados y sugieren seguir un rato más, es que estamos a no más de 4.000 metros del camino, 4.000 metros que con ese piso y en la noche pueden ser una eternidad.

Peludeamos un buen rato.

Saltábamos de una orilla a otra, hasta que se acabaron las orillas... o no las veíamos.

En un momento la cosa se complicó definitivamente.

La antigua huella parece que iba por la orilla derecha, pero se había desmoronado.

Por la vera izquierda divisamos que algún lugareño construyó varios corrales pircados cuyas paredes llegan justo hasta la misma barranca de la orilla del río.

Se ve muy poco.

Denis insiste y se mete de lleno al encajonado lecho.

Avanza trabajosamente hasta que una gigantesca roca en el medio no le da más chances.

Indefectiblemente debe retroceder.

Les aseguro que no es fácil, marcha atrás en un arroyo de altas barrancas, de no más de tres metros de ancho, de noche y con grandes piedras que desacomodan permanentemente la camioneta, habiendo olvidado ya el lugar por dónde se metió en semejante berenjenal.

Repentinamente vemos luces adelante y arriba.

  • Parece un vehículo que viene en nuestra dirección....
  • Pero ahora se está alejando....
  • No, no, mirá se acerca nuevamente... ¿Nos habrá visto?

Al poco rato nos damos cuenta que lo que estamos viendo es algún vehículo que transita por la ruta a Nazareno y que baja el zigzag del badén del Bacoya para luego alejarse definitivamente rumbo a su destino.

Es que están ahí no más, a 2500 metros... pero a la vez muy lejos.

Armemos campamento, mañana será otro día.

Nuevamente comimos escabeche provisto por Adriel, pero esta vez acompañado por mayonesa que arrimó Lucho...


 


Mapa de la zona tomado de ViajerosMapas.com


FOTO: Viajeros4x4
Salimos de Abra pampa por el asfalto hasta La Intermedia, de alli hacia el este por ripio,
A las cinco de la tarde estábamos pasando por Cóndor.


FOTO: Viajeros4x4
Poco mas tarde ya trepábamos la abandonada huella minera hacia el Abra de Lajas.
Abajo va quedando la altiplanicie puneña.


FOTO: Viajeros4x4
Por momentos la huella era completamente visible.


FOTO: Viajeros4x4
Hacia el noroeste el camino que lleva a La Quiaca.


FOTO: Viajeros4x4
Seguimos ascendiendo.


FOTO: Viajeros4x4
La huella vuelve a desdibujarse.


FOTO: Viajeros4x4
Las plantas la han invadido...


FOTO: Viajeros4x4
Un gigantesco colapso da a esta formación el aspecto de cráter volcánico.


FOTO: Viajeros4x4
Pasamos el abra, estamos bajando y la huella se pierde


FOTO: Viajeros4x4
Se viene la noche...


FOTO: Viajeros4x4
Se vino.
Ahora a tratar de hallar una vía transitable entre tanta roca suelta.


FOTO: Viajeros4x4
Solo vemos unos pocos metros delante de las chatas.
Ignoramos lo que hay a los costados, o más allá...
Mejor acampemos.



Video para banda ancha


LA SEGUNDA JORNADA DE ESTA EXPEDICIÓN NOS DEPOSITÓ EN EL LECHO DEL BACOYA
ESPERÁBAMOS CON FE QUE LAS LUCES DEL SOL NOS AYUDARAN A ENCONTRAR UNA SALIDA
EN CASO CONTRARIO, LA OPCIÓN ERA DESANDAR TODO EL CAMINO, INCLUSO EL ABRA DE LAJAS.
...

  Sigue acá...                        

           
EDUARDO CINICOLA
Septiembre de 2009