Federico fue, ante todo, un amigo y mentor en lo que hace a viajes de descubrimiento, para mí y para muchos aventureros. En un muy escueto resúmen les diré que fue un escritor y periodísta polifacético que encaró tanto temas astronáuticos, como de automovilismo deportivo y técnica automotriz, también de investigaciones histórico arqueológicas, cuestiones de límites, peculiaridades paisajísticas, causas y misterios de antiguos accidentes de aviación y trazas y técnicas de ferrocarriles extremos. Realizó y relató también numerosísimos periplos automovilísticos por recorridos turísticos de aventura.
Escribió además más de dos docenas de libros, guías ilustradas y ensayos sobre atrapantes temas de divulgación. Es considerado por muchos el "maestro" del Turisno de Aventura en nuestro país y gran divulgador de sus bellezas.
Nos llevó y los llevará a ustedes de la mano a intentar resolver misterios perennes, como el de las Tres Estecos o la verdadera ubicación de la primera Buenos Aires, o la de la esquiva Ciudad de los Césares, o la de los tesoros del Inca (aquellos que le llevaban sus subditos para cumplir con el rescate ofrecido a Pizarro) pero que nunca llegaron al Cusco... Gran parte de sus periplos recorriendo el país y algunos vecinos los hizo en compañía de su inseparable esposa Marlú (Marlú Janicke, más conocida como Marlú Kirbus), quien compartía con el sus pasiones por los autos, los viajes y la investigación. Ambos efectuaron, hasta los últimos días de sus vidas, pruebas de ruta de nuevos automóviles para el mercado argentino, a solicitud de sus fabricantes, y sus comentarios eran muy apreciados por miles de lectores. Con el, con Marlú y un nutrido grupo de adláteres, nos reuníamos mensualmente a cenar y compartir charlas, experiencias, desafíos, inquietudes y pergeñar planes de futuros viajes de "investigación" o "descubrimiento" acicateados siempre por algún dato misterioso que el "sargento Federico", como se había autotitulado, deslizaba casi como al azar para despertar nuestras ansias de descubrir algo nuevo que, de lograrlo, o no, seguramente sería material de charla e intercambios en futuras reuniones. Ese grupo heterogéneo de humanidades con distintos orígenes y posiciones sociales nos aglutinábamos, bajo el paraguas del incontenible deseo de aventurarnos y conocer, en la "Peña 5x5" (porque es mucho más que 4x4, bromeaba el sargento). Se fueron ambos de este mundo con muy poca diferencia temporal. Primero Marlú en 2013 y luego Federico el 12 de diciembre de 2015 con 83 años de edad. En este sitio que, un grupo de sus "discípulos" hemos creado en su memoria, trataremos de compartir todo lo que podamos de su obra para que no se pierda en el tiempo. Sus agotados libros ya no se reeditan y es una verdadera lástima que tan valiosa y atrapante prosa y contenido no sea disfrutado por nuevos y viejos lectores. La muerte de ambos no ha dejado, a nuestro saber, heredero alguno y es por eso que nos animamos a divulgar parte de sus escritos sin ningún ánimo lucrativo (en este sitio no hay publicidad ni vendemos absolutamente nada), con el solo propósito de compartir con nuevos aventureros de espíritu lo que tanto nos motivó a nosotros mismos en "nuestros años mozos" (y no tan mozos).
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