Marzo de 1989.
En las orillas
del Titicaca antes de "encarar" para La Paz.
Desde la Paz,
todavía faltaba lo peor. La rústica carretera de tierra que
nos llevó a Potosí y luego a la
frontera con Argentina
no permitía avanzar mas de 300 km en 12 horas de conducción.
El R12 se la
"bancó"
sin chistar, incluyendo un vadeo nocturno, en medio de una tormenta, a
un río muy
correntoso.
(Nos salvó
una providencial isla que apareció en el medio, cuando la corriente
nos estaba
arrastrando en
la obscuridad hacia quien sabe dónde. Allí el Renault tomó
fuerza y velocidad para
lanzarse a vadear
la otra rama del río. Salió ovacionado por los camioneros
que esperaban en la orilla
opuesta que amaneciera
y bajara el cauce para cruzar ellos.)
Fueron tres tortuosas
jornadas desde La Paz a la Quiaca. .
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