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EL PASO DEL COLIFA
y
"COLIFALLA"

Tercer Expedición
Intento desde las dos Vertientes (Oeste y Este)
"Confluencia 26/67" - "La Perla del Galán"
y la "toma" de Colifalla

Qué es Colifalla?

El Paso del Colifa continuaba en las mentes "enfermas" de aquellos "locos lindos".
Piri convenció al Polaco, el Polaco convenció a Gregorio, Kirbus convenció a otros y yo, Eduardo de Viajeros (rebautizado "Cacho") me convencí solo.
Había que hacer otra expedición.

Desde noviembre del 2002, Piri escribía en el Foro buscando adeptos (conductores, sherpas, acompañantes, porteadores...).
Acepté la invitación y fui de acompañante de Gregorio.

Como incentivo extra, esta travesía incluía:

  • Incursión al campo de Piedra Pómez.
  • Hallar la Confluencia 26S / 67W.
  • "Descubrir" una pequeña laguna dentro del cráter del Galán (bautizada "Culo del Mundo" o "Culo de Lucifer", por Federico Kirbus - que posteriormente recuperó su nombre original)
  • La "toma" de Colifalla (abandonada por su primer intendente "de facto" Alejandro Jausoro, quien nunca se hizo cargo de su puesto).

Tenía ademas, esta expedición la particularidad de incluir dos mujeres (Paola, la esposa de Piri y Ruth, una andinista catamarqueña), un francés, un holandés y un...
En fin, fue también multi-grupos. Incluyó integrantes de LR Amigos, Club Ranger, Peña5x5 y Viajeros. Todos unidos en en Foro de Path4x4.

A último momento, el Polaco convence a Fede (Federico Flugel) de ir.

Fede tenía muchas ganas pero varios problemas.
- Se había fisurado una costilla hacía una semana.
- No tenía copiloto.
- Su acompañante sería Zapallo, un cachorro de Rod Wailer -o como se escriba- de tan solo 40 días de edad.
- El Polaco le "asignó" la loca misión de ser el único que (en una sola chata) intentara subir desde el Este hasta lo que hasta ese momento creíamos que era el Puesto Compuel (Puesto de Don José), para, desde allí, contratar unas mulas y cabalgar al encuentro de los que iríamos desde el Oeste. (Pobre Fede, encima cabalgar con la costilla fisurada).
Cual sería el entusiasmo de Federico por vencer al Paso del Colifa que, a pesar de todo eso, ACEPTO!!

En esta expedición éramos todos "novatos", ninguno había integrado las expediciones anteriores, aunque habíamos seguido "religiosamente" los acontecimientos en el Board de Path4x4.

Esta vez oficiaron de relatores de los acontecimientos Gabriel Biro (Polaco) del grupo Galán y Federico Flugel (el boina roja) y único integrante del grupo Compuel.



Colifalla 2003: EL RELATO

Escrito por Polaco el 04 de Marzo de 2003 a las 15:25:28

Cuando nos despedíamos con Eduardo al final de viaje me dice:
-"Andá pensando lo que vas a escribir....".
Él partía con Gregorio y Federico hacia la Corona del Inca, y nosotros hacia Buenos Aires.
Habíamos vivido una semana inolvidable, y con la mirada fija en la soledad de la ruta 34 atravesando Santiago del Estero, me volvían imágenes y sensaciones que me erizaban la piel.

Es que ésta experiencia fue un regalo de la vida, una oportunidad que estaba allí y tuvimos la suerte de aprovecharla.
Fue un sueño nacido hace casi dos años en el seno de nuestro foro.
Lo denominamos "El paso del Colifa", y no era un nombre exagerado. Había que unir la caldera del Galán con el puesto Compuel a través de las sierras de Vázquez, por donde hoy no hay ni siquiera senderos de mulas y a más de 4700 m.s.n.m..
Pero el viaje tendría otras sorpresas y condimentos que lo haría más emotivo aún.

La belleza
La cuesta de Randolfo, Laguna Blanca y el Campo de Piedra Pómez fueron lo primeros regalos de la hermosa geografía de nuestro país.


Médanos en la PUNA (Foto: Pierre Lous).

Luego el Galán mostraría sus mil caras a medida que lo rodeáramos por su inmensa caldera adornada con los flamencos de la lagunas Diamante; descubriríamos que el nombrado "Culo del Mundo", era otra hermosa laguna que se abría ante nuestros ojos desde un borde a 4800 metros de altitud; y desde lo alto de la Sierra de Vázquez divisaríamos a lo lejos el verde valle de Compuel, nuestro destino tan ansiado.

La gente
La hospitalidad, sencillez y disposición que fuimos encontrando a nuestro paso fue otro motivo de asombro para quienes como nosotros convivimos a diario con la indiferencia de las grandes ciudades.
Éstos fueron:
Menitor Ramos, dueño de Colifalla.
Nos abrió sin dudar las puertas de su casa, pudimos cenar en ella y cobijarnos de las frías noche de la Puna, nos guió en el cruce del Río los Patos haciendo de ello un simple paseo, y hasta convidó la segunda noche a Gregorio y compañía con asado de llama.

Don José Gutiérrez
Del mal llamado por nosotros puesto Compuel (en adelante puesto Don José).
Sus 70 años no fueron impedimento para guiarnos fuera de la trampa de nuestra primer bajada y todo el trayecto hasta su casa. Hasta se entendió con Piri, no se cómo pero se entendió.


Javier Corregidor
de Gualfín (se escribe así, está mal en la cartografía).
Un maestro.
Nos llevo sin dudar junto con José por gran parte del trayecto a veces hasta el trote delante nuestro, comprendió rápidamente las limitaciones de los vehículos y en consecuencia eligió los mejores pasos como el más experto.
Un espectáculo aparte fue verlo venir cargando piedras que nosotros no podríamos ni mover para mejorar nuestras pasadas.

Jorge, encargado de la estancia
. Esperó ansioso nuestra llegada estando a punto de salir a buscarnos y nos recibió con una cordialidad admirable.

La emoción
Cada objetivo cumplido, cada paso, cada dificultad superada fueron cargando de una emotividad difícil de explicar nuestra travesía. Tal vez el efecto de la altura y los días que transcurrieron sin las comodidades a que estamos habituados nos hayan sensibilizado, pero la magnitud de lo realizado es indiscutible, y la emoción vivida inolvidable.

La aventura
Hubo de todo. Malacates, planchas, puentes y Hi-Litf se combinaron con una gran diversidad de técnicas de manejo y rescate. Atravesamos arenales con pendiente, ríos, mallines, trepamos y bajamos piedras enormes, dormimos tres noches en la altura. Todo lo que un aficionado al Off Road puede pedir.

El grupo

Federico Flugel, desde ahora Federico I emperador de Colifalla. Sin lugar a dudas el gran héroe de la expedición. Se mandó sólo desde Compuel donde contactó a los encargados de la estancia, arrendó mulas y contrato los guías sin los cuales no hubiéramos podido pasar.

Juan Azcue (Piri). Incansable, siempre tirando para adelante. Superó sin que nos diéramos cuenta algún que otro problema de apunamiento y nunca se apartó del objetivo motivando al resto del grupo permanentemente.

Paola (esposa de Piri). Acompañante de lujo de éste, siempre de buen humor. No faltó nunca una sopa o mate caliente y se bancó como la mejor las dificultades que se presentaron.

Pièrre Lous (el holandés). Conocedor como pocos de nuestra mágica ruta 40, se constituyó en unos de nuestros fotógrafos registrando cada alternativa del viaje. A la hora de trabajar o buscar pasos estuvo a la par de cualquiera y sus anécdotas animaron todo el viaje.

Gregorio Donikian (Greg). Su Discovery (no podía ser de otra manera) fue fundamental a la hora de los rescates en más de una oportunidad. Merece un reconocimiento especial al sacrificarse en beneficio del grupo resignando el asalto final por acompañar a Carlos de vuelta a Antofagasta.

Eduardo Cinícola (de Viajeros4x4). Un prócer de las travesías. Esta vez sin su legendario Renault 12, hizo gala de su conocimiento de la Puna y de la navegación con Gps además de resultar ser un tipo macanudísimo a la ahora de compartir vivencias.

Carlos Wedekint. Se vino solo desde Puerto Madryn para unirse al grupo en Belén. Lamentablemente por carecer equipamiento básico para este tipo de travesías y no contar con tanques auxiliares de combustible, tuvo que volverse a mitad del viaje junto con su copiloto, además de obligar por esta circunstancia a Gregorio a hacer lo propio.

Ruth Reynoso. Experimentada andinista de Fiambalá y copiloto de Carlos. Fue la otra presencia femenina del viaje. Compartió tres días con nosotros acoplándose sin ningún incoveniente al grupo. Es increíble las cosas que entran en su mochila, nosotros en esas condiciones seguramente no llegaríamos ni a Gral. Pacheco.

Cèdric Vienet (apodado Pancho). Este nuevo amigo de origen francés hizo su primer experiencia de Off Road, flor de baile le tocó !! A pesar de ello como Pierre no acusó el más mínimo inconveniente sumándose como uno más a la hora de trabajar duro.

Por último quien escribe, Gabriel Biro (Polaco).

Cronología.
Viernes 21 y Sábado 22 de Febrero de 2003.

La Salina de Gregorio

La idea era juntarnos el Sábado al caer la tarde en Belén.
De esta manera fuimos saliendo cada uno de acuerdo a sus horarios a partir de la noche del Viernes.
Yo particularmente me quedé dormido y arranqué de Buenos Aires el mismo sábado a eso de las 4 am.
Ya montado sobre la autopista recibo un llamado de Piri que "planta bandera" para dormir en Cañada de Gómez, lo que me la posibilidad de alcanzarlo para seguir viaje juntos, a todo esto Gregorio y Eduardo ya dormían felizmente en Villa María.

El sábado por la mañana prosiguió nuestra marcha por la ruta 9 hasta Deán Funes, Córdoba.
Es ahí donde Piri recibe un llamado de Gregorio.
Adivinen qué?
El adelantado, como iba con tiempo y como para "despuntar el vicio", le entró por atrás a aquella salina del trifinio y ¡Zaz!
Se quedó hasta los ejes en una extraña mezcla de barro y arena. Conclusión : 2 horitas para sacarlo y a seguir viaje.


Eduardo sacando el cable del malacate, Gregorio encerrado en la chata - Foto: Pierre Lous

Así llegamos como a las 11 de la noche a Belén, donde ya esperaban desde hacía rato Ruth y Carlos.
A dormir.

Domingo 23 -

El guía picarón

Ya descansados y desayunados, cargamos combustible al tope y partimos hacia el Peñón.
La cuesta de Randolfo y la Laguna Blanca ya regalaban las primeras imágenes para nuestras cámaras fotográficas, yo desbando una cubierta y llegamos alrededor de las 17 horas al Peñón.
Y ya que estamos vamos al Campo de Piedra Pómez.
Pero... ¿Dónde está la entrada?
Casualmente se nos acerca un paisano que se presenta como "guía a voluntad" para mostrarnos el acceso. Así que arreglamos la "voluntad" y partimos sin más demoras.

El amarillo intenso y las inmensas formaciones de la piedra recrearon, al caer de la tarde, una foto de nuestras propias sombras. Fue la nota simpática de la visita junto con una ofrenda del guía a la Pachamama. Vamos para Antofagasta.


Sombras sobre la piedra pómez - Foto: Gregorio Donikian

Carlos lleva de vuelta al guía al Peñón, y nosotros vía "trackback" buscamos la ruta hacia el destino. La sorpresa es que encontramos una camino en perfecto estado a escasos 50 metros de la senda a campo traviesa por donde hacía una hora y media el "experimentado guía" nos había hecho pasar. Simpático el hombre.

La noche nos recibe en Antofasgasta de la Sierra con unas milanesas de llama de la hostería municipal con más pan y aceite que carne, que se le va a hacer.

Otra vez de "espontáneamente" aparece un baquiano gran conocedor del Galán y sus alrededores. El pobre hombre, que resultó ser el padre del verdadero guía no tenía ni idea de lo que le preguntamos, ni ahí de interpretar un mapa. Se ligó la cena y listo.

Última noche con baño y cama.

 

Lunes 24 -

El culo del mundo existe y la toma de Colifalla

Temprano para la gente del lugar, es decir a partir de las 9 de la mañana reparamos las pinchaduras, reponemos combustible y, de vuelta al Peñón.
Desde allí una senda perfectamente marcada y nuestro propio track nos llevó si sobresaltos hacia el borde de la gran hoyada que contiene al Galán.


Gran caldera del Galán" - Foto: Pierre Lous

¡Abajo la tropa!

Con un poco de esfuerzo y sacrificando un par de horas encontramos la confluencia del Galán, la más alta registrada hasta el momento. (Se denomina confluencia a la intersección de un meridiano con un paralelo -cuyos valores sean grados enteros- En este caso 26:00,000 Sur / 67:00,000 Oeste, a 4,820m.s.n.m.).
Fotos de rigor para su registro y hasta erigimos una apacheta como testimonio de nuestro paso.


"Confluencia" - Foto: Eduardo Cinícola

Bordeamos la Laguna de Diamante cargada de flamencos y rumbeamos al oeste para caer en la trampa del "arenal chivo".


Arenal "chivo" - Foto: Eduardo Cinícola

El ancla y el malacate de Gregorio fueron la salvación del transe, resultó ser que simplemente había que rodear el arenal por arriba.

Nos apartamos del track original en busca del misterio del culo del mundo.
¿Habría algo? O la imagen satelital nos jugaría una mala pasada?
Avanzaríamos con dificultades hasta toparnos con un cerro que parecía inexpugnable.
Pero sobraba coraje y decisión.
La trepada en primera de baja sobre piedras sueltas, filosas y de considerable tamaño cargaron de emoción el trayecto hasta que Piri modula:

"- Señoras y señores, hemos llegado al Culo del Mundo".
(Posteriormente recuperó su nombre original de "Perla del Galán", con que la había bautizado Pierre Lous, que la había descubierto en una foto satelital)


"La Perla del Galán" - Foto: Eduardo Cinícola
La gran distancia no permite ver las aves en la fotografía

Desde lo alto del cerro podíamos divisar una hermosa laguna cargada de miles de flamencos que llenaba con su forma circular un valle unos 200 metros más abajo.
La alegría dio paso a festejos y abrazos de rigor,


"Festejos" - Fotos: Eduardo Cinícola
hasta que un agua-nieve nos obligó a seguir viaje, Colifalla nos esperaba.

Luchamos un poco en la última trepada. Gregorio dobla el amortiguador de la dirección, lo sacamos. Piri desinfla un poco y trepa, la Montero de Carlos hace lo propio, Gregorio y yo rodeamos la trepada por un cerro lleno de piedras. Reagrupamos y nos mandamos por directo a Colifalla, la revolución estaba en marcha!

Somos recibidos por Don Menitor Ramos (dueño de Colifalla) , al caer la tarde quien sin dudarlo nos cede su casa.
Armamos campamento y cenamos todos juntos reponiéndonos de un día agotador. A todo esto con nuestra llegada espantamos las mulas del puesto que Don Menitor tuvo que salir a buscar y manear solo a la luz de las estrellas. No se cómo, pero lo hizo el maestro.


"Campamento en Colifalla" - Foto: Eduardo Cinícola

 

Martes 25

La llegada del emperador Federico I y el sacrificio de Gregorio

A todo esto Federico ya estaba haciendo su historia en la estancia que dentro de poco transitaríamos.
Se apareció en el casco y sorprendió al encargado con nuestro plan.
Imaginen la cara del hombre cuando un loco acompañado por su perro pretendía no solo llegar a Compuel sino traerse a otros, no menos delirantes, desde los altos de la Sierra de Vázquez.

Así consiguió las mulas y baquianos necesarios para su cometido y emprendió la subida, primero en la chata y luego a lomo de mula él también.

Nosotros desarmamos campamento y guiados por Menitor, el cruce del Río los Patos fue un paseo, de allí a toda marcha hacia la sierra.
Por fin llegamos a la bajada suicida, Gregorio se reponía del apunamiento para lo cual bastaron 15 minutos de oxígeno a 3 litros por minutos mientras Piri y yo investigamos los "lomos de elefante" al sur.


Gregorio "conectado" - Foto: Eduardo Cinícola

Ya modulábamos con Federico quien venía a paso firme subiendo el río Ciénaga Grande también llamado "trampa de ratones".
Para llegar a su encuentro la opción era en ese momento la bajada suicida, y por allí nos mandamos. Piedras y bajada con suelo de arena marcaban una ida de difícil retorno tal como nos habían anticipado los viajeros de la expedición anterior, pero ya estábamos jugados.


Comienza la "bajada suicida" - Foto: Eduardo Cinícola

Así llegamos a esa angostura imposible, los cerros se cerraban a ambos lados con pendientes imposibles para nuestros vehículos, intentamos un par de alternativas infructuosamente.

Federico seguía avanzando a nuestro encuentro.