AVIACIÓN:

Flight 571 Los Uruguayos y el Manantial Maldito

Si bien ocurrida hace casi cuatro décadas, la epopeya de los rugbiers uruguayos caídos en la Cordillera continúa siendo motivo de discusiones y especulaciones. Incluso dos películas y varios libros parecen no haber agotado el tema.

Y, aunque pudiera parecer raro, después de tanto tiempo surgen nuevos elementos para la controversia.

Esto es debido a que patrones de juicio desconocidos hasta el presente permiten enfocar el episodio desde puntos de vista nunca antes encarado. Como por ejemplo la disponibilidad de imágenes satelitales que ahora sí posibilitan obtener un panorama global de lo que ocurrió y cómo sucedió, y aún por qué. Es más: hoy día se puede, a través de fragmentos de relatos de los sobrevivientes, deducir que la salvación de un buen número de las víctimas pudo haberse dado mucho antes que aquellas 72 terribles jornadas que finalmente duró el sufrimiento de los últimos dieciséis muchachos rescatados.

Poco y nada valen estas elucubraciones, podrá decirse. Sin embargo, la conclusión acaso pueda servir a alguien quien en el futuro deba afrontar una emergencia similar, sea en la montaña, sea en la selva o el desierto.

A su favor tienen los protagonistas que eran muchachos jóvenes y con escasa práctica en la vida.

De haber tenido, alguno de ellos al menos, más experiencia pudieron, por ejemplo, recordar que apenas un año antes hubo un grave accidente aéreo similar en el Perú, donde si bien murieron 92 personas por la caída de una aeronave sobre la selva amazónica, hubo una sobreviviente: un chica joven, de 17 años, que tras salvarse con apenas unas heridas aprovechó la enseñanza de sus padres, ornitólogos ambos, que le habían instruido cómo comportarse y orientarse en la espesura. De estas instrucciones dedujo que una de las fórmulas era que al extraviarse en medio de lo inexplorado, debía seguir, si tenía la suerte de hallarlo, aunque fuere un simple hilo de agua, que la conduciría a un arroyo, y éste a un río a cuyas orillas seguro se toparía con habitantes.


Juliane Köpke como estudiante

Los pormenores de la vivencia de Juliane Köpke se encuentran en: Wikipedia - Juliane Köpke

Por lo visto ninguno de los integrantes del fatídico vuelo 571 del Fairchild F 27 había leído sobre este accidente acaecido exactamente un año antes, para Navidad de 1971, o bien no prestó atención a los pormenores que se conocieron en la prensa.

De haber asimilado algo de este hecho, tal vez el rescate de los sobrevivientes de los Andes se hubiera producido mucho antes.

Porque sucedió que cuando el 15 de noviembre, al mes del accidente, varios de los rugbiers hicieron una primera exploración amplia de la comarca y se encontraron con la cola del F 27 e incluso con la radio, se toparon con algo que debió llamarles la atención porque era literalmente la llave para su pronta salvación.

La referencia explícita de este detalle se encuentra en el último libro publicado (en 2007), titulado LA SOCIEDAD DE LA NIEVE, donde los dieciséis salvados describen, cada uno, su enfoque y su experiencia personal de la tragedia.

Allí hay un párrafo, apenas casi una mención reveladora, porque reza:


Del libro LA SOCIEDAD DE LA NIEVE

¡Un manantial! Un hilo de agua que brotaba de las entrañas de la montaña sobre el Glaciar de las Lágrimas y que necesaria, inevitable, ulteriormente debía correr hacia un arroyo, y éste a un río. Y todo esto, ¡sobre la vertiente oriental de la Cordillera!

Porque el avión había seguido un derrotero terriblemente mal encarado: volaba demasiado bajo, tan bajo que de casualidad no se estrelló contra la chimenea de lava del volcán Sosneado (5189 msnm) pero que por hallarse entre nubes y ser de noche los pilotos no distinguieron, y contra un fuerte viento que frenaba el avance del turbohélice. Por el tiempo de vuelo trascurrido los pilotos estimaban que ya debían haber atravesado el macizo y torcieron hacia el Norte, con rumbo a Curicó, el siguiente punto de notificación. Esta maniobra se hizo unos 50 kilómetros antes de lo debido, en medio de un mar de altas cumbres. El lugar de la caída, donde quedó el fuselaje, se encuentra unos cuatro kilómetros del límite político con Chile.

Además, sea por inexperiencia o bien por mal funcionamiento del altímetro, no tenían el nivel de vuelo necesario para sortear los obstáculos que los mapas de aeronavegación ONC (Operational Navigation Chart) norteamericanos, idénticos a las cartas argentinas, indican para las cuatro cuadrículas que debían atravesar: los flight levels obligatorios eran de 16,7, 17,6, 18,1 y 18,8, es decir de 16.700 hasta 18.800 pies, o sea entre cinco mil y 5.730 metros sobre el pelo del océano. Debían volar, pues, a 19.000 pies. Pero además de marcar el altímetro una cota muy inferior (tal vez averiado o muy mal ajustado), de hecho el Fairchild impactó a unos 4.250 metros contra la ladera de la vertiente sur del gran valle de las Lágrimas.


Probable lugar del primer impacto 4.250msnm y de la detención final a 3.800msnm
La trayectoria del vuelo en ese momento era de sur a norte ya que el piloto estaba seguro de haber cruzado totalmente la cordillera
y apuntaba a Santiago de Chile, ubicado al norte del paso del Planchón donde el suponiá que había cruzado.

¿Inexperiencia, inconciencia, imprevisión de los aviadores? Los 5730 metros consignados para una cuadrícula marcada con FL en la ONC R-23 corresponden justamente a un clearance exiguo pero prudente del volcán Sosneado, la mayor elevación en la región, con 5189 msnm (en las cartas ONC está acotado con 18.270 pies = 5.568 m).


Del libro LA SOCIEDAD DE LA NIEVE


Fragmento de la carta de aeronavegación ONC R 23.
El volcán apagado Sosneado figura con una elevación de 18.270 pies en el mismo paralelo que El Portillo (16.900).
El F 27 debió haberlo pasado, sin que los pilotos se percataran de esto, a escasa distancia envuelto en nubes,
pero con un nivel que de haber hecho impacto, hubiera ocurrido un millar de metros debajo de la cumbre del cerro.

Debido a un craso error de navegación que resultó a la postre fatal, el piloto notificó a los controladores aéreos de Santiago de Chile que se encontraba sobre el Paso del Planchón, un boquete de unos 2800 metros plus, al SE de Curicó y 54 km al sur de su real ubicación, en las cercanías del cerro El Sosneado y del volcán Tinguiririca, en la provincia de San Fernando, Chile. Este error de casi 60 kilómetros dificultó posteriormente, además, las tareas de rescate.


Ubicación del Paso del Planchón, 54km al sur de donde realmente estaba volando el Fairchild.

Ya en 1960 un bimotor Curtiss había impactado contra el morro del Sosneado, muriendo toda la tripulación. Nadie tuvo presente como antecedente este hecho, ocurrido una docena de años antes en esta misma comarca.

La chimenea (al fondo) de lava del volcán apagado Sosneado

Todo eso no se tuvo en cuenta al encarar el cruce, ni tampoco la magnitud de la tormenta que soplaba del Oeste frenando el avance del F 27.

Lo que pasó a partir del impacto (muy afortunado, dentro de todo) hasta el desenlace de la historia contiene incontables imponderables y asemeja en buena parte a la trama del libro “El Puente de San Luis Rey”, de Thornton Wilder, 1927, donde el R.P. Junípero analiza por qué cinco viandantes se habían precipitado, juntos, a lo profundo del río Rimac, en Perú, y por qué cada uno de ellos debía encontrarse fatalmente sobre las pasarela de soga vegetal en el preciso instante en que ésta se rompió. Y el religioso llega a la conclusión que todos estaban predestinados a enfrentar este desenlace.

El puente de San Luis Rey de Thornton Wilder:

La caída en julio de 1714 del "puente más bonito de todo el Perú" y la consecuente muerte de cinco viajeros, induce a un fraile franciscano a iniciar una investigación acerca de las causas del accidente que, por caminos inesperados, le pondrá a las puertas de la muerte en la hoguera. La emocionante peripecia y la colorista reproducción del Perú de los virreyes, bajo el Imperio español, no ocultan sin embargo una aguda exposición de lo que es, esencialmente, una cuestión metafísica: la naturaleza de la voluntad divina.

Duró en total algo más de diez semanas el sufrimiento inhumano de los muchachos que finalmente pudieron escapar del infierno blanco de los Andes.

Y pensar que podían haberse salvado un mes y días después del accidente con solo percatarse de esa llave que la Naturaleza y la suerte le ofrecieron al llevarlos a una vertiente cuyas aguas inevitablemente corrían justamente por el arroyo de las Lágrimas para desembocar en el río Atuel.

Todo, aunque sin duda con algunos obstáculos naturales interpuestos, cuesta abajo. Pero al menos se ahorrarían la cansadora subida hasta el divortium aquarum y luego la bajada a Los Maitenes en territorio chileno que realizarían en diciembre.

La distancia del fuselaje hasta el hotel termal Sosneado, en ese entonces aún parcialmente habilitado y sobre la ruta transitada al complejo minero El Overo, era de 18.7 kilómetros. En línea recta, es cierto, pero es una referencia al fin. Y en constante descenso.

La distancia rectilínea desde el lugar del siniestro hasta Los Maitenes era en cambio de 29,3 kilómetros. Primero en subida poco menos que perpendicular, luego en descenso abrupto.

De haber seguido los expedicionarios aquél hilo que los conduciría a la vida, el salvamento podía haber ocurrido a un mes de la caída; a los 35 días, talvez, en lugar de los crueles 72 que fueron en definitiva.


El Hotel termal Sosneado hoy, en ruinas, pero aún semi activo en 1972

Instantánea color de algunos
de los sobrevivientes

Parrado y Canessa con el
arriero chileno Sergio Catalán

El avión siniestrado
en Carrasco (R.O.U.)

Sí, es verdad -repito- que todo ya pasó, que nada se puede modificar y que de poco valen tales reflexiones.
Pero esto último no es tan cierto: lo expuesto puede sí servir a alguien, en una futura circunstancia similar, para recapacitar sobre las posibilidades remanentes.

 

Cronología de la tragedia


Fairchild F 27 similar al siniestrado el 13 de octubre de 1.972 en los Andes,
con 5 tripulantes y 40 pasajeros.

Día 12 de octubre de 1972: Un Fairchild F–27 de la Fuerza Aérea Uruguaya despega de Carrasco y aterriza en Mendoza (Argentina), con 40 pasajeros –la mayoría pertenecientes al equipo de rugby "Old Christians"– y 5 tripulantes.

Día 13 OCT: El avión despega de Mendoza y cae en los Andes, a 12.500 pies de altura. En el choque mueren 13 personas, entre ellas la madre de Nando Parrado. Durante la noche mueren 3 personas más.

Día 14 OCT: Mueren el copiloto, Dante Lagurara, y otro de los pasajeros, la señora Mariani.

Día 15 OCT: Adolfo Strauch, uno de los pasajeros que sobrevivió, inventa un aparato para convertir hielo en agua. Parrado recobra el conocimiento por primera vez después del accidente, y cuida de su hermana Susana, que está en estado crítico.

Día 17 OCT: Tres de los supervivientes salen caminando en dirección a la montaña para buscar la cola y ver que hay del otro lado. Es la primera expedición por fuera del fuselaje.

Día 21 OCT: Fallece Susana Parrado en los brazos de su hermano Nando.

Día 22 OCT: Los supervivientes se reúnen y deciden utilizar los cuerpos sin vida como alimento. Roberto Canessa, uno de los miembros del equipo de rugby y estudiante de primer año de medicina, toma la iniciativa.

Día 23 OCT: A través de un radio que se encontraba en el Fairchild, los supervivientes se enteran de que el servicio aéreo de rescate ha suspendido la búsqueda del avión.

Día 24 OCT: Otra expedición de supervivientes encuentra pedazos de un ala.

Día 29 OCT: Al caer la noche, una avalancha desciende por la montaña y entra en el fuselaje del Fairchild, sepultando a todos los supervivientes, que estaban ya acostados. Esa noche, 8 personas mueren bajo la nieve, quedando así, hasta el momento, 19 supervivientes.

Día 1 NOV: Después de tres días de tormenta, los supervivientes logran sacar la nieve del fuselaje.

Día 5 NOV: Tres de los supervivientes salen en otra expedición, esta vez por dos días, para decidir quien acompañará a Nando Parrado y Roberto Canessa en la expedición final para ser rescatados. Sale elegido Vizintin.

Día 15 NOV: Fallece Arturo Nogueira, que se encontraba muy enfermo, con lo que quedan 18 supervivientes. Los tres expedicionarios –Parrado, Canessa y Vizintin– intentan salir para el oeste como entrenamiento para la expedición final, pero a las tres horas están de vuelta, debido a condiciones climáticas.

Día 17 NOV: Los tres expedicionarios vuelven a partir hacia el oeste. En el camino encuentran la cola del avión, en donde pasan la noche.

Día 18 NOV: Muere Rafael Echevarren en el fuselaje del avión. Quedan 17 supervivientes. Mientras tanto, los expedicionarios deciden pasar la noche en la montaña.

Día 19 NOV: Parrado, Canessa y Vizintin vuelven a la cola del avión, y deciden no llevar las baterías que allí se encontraban hasta el avión, por ser muy pesadas.

Día 24 NOV: Vizintin, Canessa, Parrado y Harley –otro de los supervivientes y miembro del equipo de rugby– salen hacia la cola, llevándose la radio del Fairchild.

Día 25 NOV: Intentan conectar la radio con las baterías, pero no funciona.

Día 29 NOV: Los cuatro vuelven al Fairchild, después de fracasar en sus intentos de hacer funcionar la radio.

Día 9 DIC: Cumpleaños de Nando Parrado.

Día 11 DIC: Muere Numa Turcati. Quedan los 16 supervivientes.

Día 12 DIC: Canessa, Parrado y Vizintin salen en la última expedición rumbo al oeste. Esa noche duermen dentro de un saco de dormir que habían fabricado de material aislante que encontraron en la cola.

Día 14 DIC: Vizintin y Parrado continúan hacia la cima de la montaña, a 16.500 pies de altura. Parrado llega a la cima y descubre más montañas y nieve, en lugar de los valles de Chile. Se da cuenta de que están mucho más al Este de lo que habían imaginado. Parrado vuelve a reunirse con Canessa, que no había escalado hasta la cumbre. Deciden que Vizintin volverá al fuselaje para dejar a Canessa y Parrado su ración de comida para continuar la expedición.

Día 15 DIC: Vizintin llega al fuselaje.

Día 16 DIC: Canessa y Parrado llegan a la cumbre.

Día 17 DIC: Parrado y Canessa llegan a la base de la montaña que habían escalado y siguen andando por el valle de nieve.

Día 18 DIC: Se termina el valle de nieve y ven la primera señal de vegetación: flores, arbustos y un río que baja en dirección oeste.

Día 19 DIC: Canessa ve un grupo de vacas, lo que los hace pensar que están cerca de algún ser humano. Más adelante encuentran el primer signo de la civilización: una lata de sopa vacía.

Día 20 DIC: Canessa reconoce a un hombre a caballo al otro lado del río y empieza a gritarle a Parrado para que vaya a su encuentro, pues él no podía caminar. Más tarde oyen un grito y ven a tres hombres del otro lado del río. Piden socorro con gestos de súplica. Los hombres los oyen, y uno de ellos les dice "mañana".

Día 21 DIC: Parrado y Canessa ven a los tres hombres al lado de una cabaña. Parrado se acerca al río y grita. Uno de ellos baja a la orilla y en un papel escribe que ha mandado un hombre a verlos. Luego de escribir, envuelve el papel en una piedra y la lanza hacia Parrado, que escribe: "Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido allá arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?". Unas horas después llega un hombre a caballo al lugar donde están. Este les da pan y los lleva a la cabaña.

Día 22-23 DIC: Con helicópteros, rescatan a los otros 14 supervivientes en la montaña, 72 días después del accidente. / Fuente: interrogantes.net

Hoy día se efectúan excursiones a caballo hasta el Valle de las Lágrimas, con un total de cinco días de duración.

Dos amigos de la Peña 5x5, Eduardo Lettieri y Federico Wyss, recientemente estuvieron allí. Del F 27 poco y nada queda: algunas piezas sueltas y parte de un ala. El fuselaje se encuentra en lo profundo de una grieta, invisible e inaccesible.

Lo que sí perdura es un par de cruces en memoria de los fallecidos y el grandioso panorama de montaña. El glaciar propiamente dicho es hoy más pequeño, y el escenario de verano, muy distinto al paisaje blanco invernal que rodeaba el hemiciclo cordillerano. Es una aventura que muchos desean experimentar para revivir en parte aquella epopeya de los héroes uruguayos.

Restos del ala,
ahora parcialmente cubierta por el hielo

Piezas del Fokker, amontonados

La cabalgata se hace desde El Sosneado,
hacia donde los sobrevivientes podían haber escapado


Valle de las Lágrimas, marcados los lugares de impacto y detención final de la aeronave siniestrada
y la cercanía del hotel Sosneado allí donde el arroyo de las lágrimas se une al río Atuel y donde podrían haber hallado ayuda.

F.B. KIRBUS                  

 

FIN

Otros Artículos escritos por Federico relativos al tema AVIACIÓN los hallarán enumerados de la siguiente manera:

  • 67 - Drama en la espesura del Matto Groso
  • 26 - De mejicaneadas y otras felonías
  • 34 - Un panzazo en La Brava
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  • 27 - Concorde: Buenos Aires/Río de Janeiro
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