Al día siguiente, en Tudcum, con unos hospitalarios pobladores.
Tudcum es un hermoso y extraño pueblo de adobe rodeado por un barreal.
Tuvimos la dicha, antes de salir de Buenos Aires, que amigos y parientes nos acercaron ropa
y calzado para entregar, cosa que hicimos, sin alaraca, en la escuela de este pueblo,
uno de los tantos de nuestro país que necesitan de la solidaridad de sus compatriotas.
Por allí pasa el antiguo camino precolombino hacia el Oeste que cruza la cordillera
de Colanguil por la quebrada de CONCONTA.
Ese sería el camino que tomaríamos al día siguiente.
En ese momento teníamos la intención de llegar al norte de la provincia,
a la Reserva de Vicuñas de San Guillermo.
Por allí nos detuvimos en medio de un paisaje lunar.
Más adelante, en el pueblo de Angualasto una desorientada palmera
se equivocó de paisaje.
Espiamos hacia el interior del patio.
Por allí cerca, en "La Tambería" se encuentra un yacimiento arqueológico,
sede de la cultura Angualasto (1000-1500 de nuestra era).
Es un grupo diseminado de construcciones de arcilla de formas rectangulares y semicirculares
que se supone estuvieron habitadas hasta mas allá de la llegada de los españoles.
Desde la perspectiva del camino no pudimos sacar buenas fotos, pero es un lugar digno de ser visitado,
con el respeto que merecen los primeros pobladores de estas tierras.
Siguiendo camino vamos bordeando la margen occidental del río Blanco.
El cauce seco es
anchísimo; mas de un kilómetro. El agua ocupa solo 30 metros
de aquel ancho, pero corre con mucha fuerza.
El camino se hace cada vez mas rústico y de cornisa.
Unos pocos kilómetros mas adelante se corta por desmoronamientos.
Bajamos por un cañadón de un arroyo seco hasta el ancho cauce del
río Blanco, con la intención de continuar por la margen opuesta.
Al llegar al borde del agua nos damos cuenta que no fue una buena idea.
El río es profundo y con mucha corriente.
Tememos que se lleve los vehículos al intentar cruzarlo.
Desandamos camino, subimos unos kilómetros por el cañadón seco
y hallamos otro tramo de carretera.
Recorremos unos pocos miles de metros y el camino vuelve a cortarse por aluviones de lodo y piedra.
Lo emparejamos un poco y continuamos.
Pero mas adelante el zanjón es insalvable para los autos.
Hasta allí llegamos. Chau San Guillermo...
Hola Conconta...
