Mina la Mexicana
Extremo
La Rioja - Argentina


FOTO: Eduardo Cinicola

         


Regresábamos de una agotadora expedición por los volcanes más altos del planeta y el equipo se había ido disgregando.

Al llegar a Aimogasta no logramos convencer a Pablo Iñones, ni a Javier Pla ni a Carlos Correia de quedarse unas horas más para que los que no conocieran tuvieran oportunidad de ascender por primera vez a la mina de oro "La Mexicana", colgada del gigantesco Nevado de Famatina, de más de 6.000m de altura.

Decidieron seguir camino raudamente de regreso a Buenos Aires.
No importa. Ellos se la perdieron

Eran más de las dos de la tarde cuando Gregorio D., Gustavo Lanusse y yo (Eduardo Cinícola) nos separamos de nuestros compañeros y regresamos unos Kms hasta Alpasinche donde tomamos rumbo sur por la 40.

En Pituil giramos hacia el Oeste hasta Campanas y allí, montados en la vieja traza de la RN40 bajamos hasta cerca de Famatina.

Cuando abandonamos el asfalto para comenzar la subida a la Mexicana, eran cerca de las cuatro de la tarde.
Deberíamos apurarnos si queríamos llegar con luz hasta la bocamina en la última estación del cablecarril, estación 9 a 4.400msnm.

La subida, muy interesante y pintoresca, no se las cuento porque ya está relatada en una excursión familiar a Mina La Mexicana.
 


Foto: Eduardo Cinicola
Llegamos tarde a la estación terminal del cablecarril.
Para más estábamos inmersos en una nube que tapaba gran parte del paisaje.
Lo llamativo de la estación 9, es que allí los cables vienen desde arriba,
Efectivamente, poco antes de llegar a los 4.411msnm en que nos hallábamos,
el cablecarril debe superar un filo de unos 4500 metros y luego esa leve bajada.


Foto: Eduardo Cinicola
Aquella es la parte más alta del trayecto.


Foto: Eduardo Cinicola
Las nubes solo nos permitían "espiar" en paisaje como por el ojo de una cerradura.


Foto: Eduardo Cinicola
Por suerte Gusi descubre una bocamina.
Insiste en que nos metamos por ese pequeño túnel...


Foto: Eduardo Cinicola
Y hace punta.


Foto: Eduardo Cinicola
Ya adentrados unos metros los ojitos le brillan pensando en las pepitas que encontraremos.


Foto: Eduardo Cinicola
Y es suficiente incentivo para seguir adelante...


Foto: Eduardo Cinicola
Después de recorrer unos 100 metros dentro de la montaña, con brillo de oro (falso) en las paredes...


Foto: Eduardo Cinicola
...la prudencia y la estrechez de los pasadizos, nos decide a regresar.


Foto: Eduardo Cinicola
Cercanos a la pequeña salida, vemos como la Toyo nos espera.


Foto: Eduardo Cinicola
Una vez afuera se ha disipado algo la niebla y vemos en la cima de la montaña unas construcciones.
Tomamos una huella minera semiabandonada que asciende en esa dirección y comenzamos a subir


Foto: Eduardo Cinicola
Al poco tiemo ya estamos mucho más alto y vemos el último tramo
del cable carril, aquel que desciende luego de pasado el filo.


Foto: Eduardo Cinicola
El teleobjetivo nos muestra los rieles que transitan lass vagonetas
en la parte más alta del recorrido, para invertir la pendiente.


Foto: Eduardo Cinicola
Nos hallamos a 4580 metros sobre el nivel del mar...


Foto: Eduardo Cinicola
...mucho más alto que las nubes.


Foto: Eduardo Cinicola
El sol ilumina con sus últimos rayos las cimas de esas montañas de 5000 metros de altura.


Foto: Eduardo Cinicola
Hemos recorrido ya unos cuantos zig zags de precario camino,


Foto: Eduardo Cinicola
y solo nos falta poco más.


Foto: Eduardo Cinicola
Las llamas caminan delante nuestro por esa desmoronada huella sin mantenimiento.


Foto: Eduardo Cinicola
Más adelante las piedras, como gruesa arena invaden y estrechan la huella.


Foto: Gusi Lanusse
Hay que reconocer que por tramos pensamos que la chata se iba a deslizar
sin sustento hasta el fondo del precipicio.
Gusi, por las dudas, se bajó a tomar fotos...


Foto: Eduardo Cinicola
Unos cuantos metros más de andar de costado... y...


Foto: Gregorio D.
Llegamos!!
Por fin llegamos!!


Foto: Gusi Lanusse
Greg estaba a punto de amotinarse y no responder a sus mandos naturales


Foto: Eduardo Cinicola
Ya más relajados comienza el descenso, luego de un infartante "retome".


Foto: Eduardo Cinicola
Las nubes a nuestros pies...


Foto: Eduardo Cinicola
Próximo aterrizaje, ciudad de Chilecito.

El descenso hasta Famatina fué en la obscuridad de la noche,
pero ¿quién nos quitaba lo bailado?


Foto: Eduardo Cinicola
Al día siguiente vamos a la Estación 1 (Terminal en Chilecito),
allí descargaban las vagonetas en las tolvas que canalizaban el mineral
a los vagones del FFCC Belgrano (trocha angosta)..


Foto: Eduardo Cinicola
En el patio mas vagonetas de varios tipos, esperaban su turno
para colgarse del cable y, en un viaje de 35Km y 8 horas llegar a la mina.


Foto: Eduardo Cinicola
Para los ejecutivos de la empresa había vagonetas especiales,
los obreros subían en mula en dos días de viaje.


Foto: Eduardo Cinicola


Desde la Estación 2 podemos fotografiar con teleobjetivo, a unos 2000 metros la vagoneta inmovilizada por la justicia. Hace unos 10 o 15 años se había puesto nuevamente en marcha el cablecarril de 35Km y 3500 metros de desnivel (el mas grande del mundo) para transporte de personas. Lo inauguraron un 21 de septiembre, día del estudiante. Dos hermanos que viajaban en una de las vagonetas de carga lograron mover las trabas que la mantenían vertical, con lo que la vagoneta entró en modo descarga y allá cayeron al vacío. FIN DEL REVIVAL DEL CABLECARRIL.

           
EDUARDO CINICOLA
Marzo de 2006            


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