Buscando Huellas 4x4
Uspallata - Mendoza

Día 2


Al día siguiente salimos temprano ya en compañía de Gabriel y Fernando, su coequiper y amigo.

Estaba nublado y ventoso, pero lindo.

Tomamos la RP52 con rumbo a Villavicencio.

A mitad de camino hacia la Cruz del Paramillo, hallamos una ruta de tierra hacia el norte que ya habíamos divisado en las imágenes satelitales y nos metemos por ella.

A poco de andar con rumbo NNE, divisamos ahora una "huellita" que se internaba con neto rumbo Este.

¡Justo lo que buscábamos!, una huellita que no figuraba en ningún mapa!!


 

Poco a poco la huella se pone más escabrosa y la pesada Hilux tiene que escarbar un poco con sus cuatro ruedas para poder vencer la pendiente.

Foto: Eduardo Cinícola

Desde arriba divisamos hacia el Oeste la Cordillera de los Andes cubierta de una capa de nieve que cayera la noche anterior.


Foto: Eduardo Cinícola
El fuerte viento logra descoser y deshilachar la bandera argentina que flamea ruidosamente.


Foto: Eduardo Cinícola
Continuamos internándonos por unas quebraditas por la desdibujada huella.


Foto: Eduardo Cinícola
El agua que escurre luego de las lluvias, dejó al descubierto filosas piedras en aquella bajada.


Foto: Eduardo Cinícola
La ténue huella se perdía entre las rocas.


Foto: Eduardo Cinícola
La Vitara no venía preparada, ni en altura ni en cubiertas
para esta superficie.


Foto: Eduardo Cinícola
Pero, con precaución seguíamos adelante.


Foto: Eduardo Cinícola
¿Y ahora?.


Foto: Eduardo Cinícola
¡¡¡ PAREN LAS ROTATIVAS !!!!
¿Qué es esto...?
¿Conejo Negro trabajando???.
Lo que puede el amor por una camioneta nueva, eh?


Foto: Eduardo Cinícola
En aquella soledad encontramos una gruesa chapa de aluminio acanalado.


Foto: Eduardo Cinícola
Muy gruesa y muy valiosa como para que pertenezca a un rancho.
Mas bien es propia de unos antiguos aviones trimotores.
¿Será resto de algún accidente de aviación?


Foto: Eduardo Cinícola
Allá viene Gabriel.
Estamos transitando por el lecho de un arroyo seco.


Foto: Eduardo Cinícola
Las piedras iban creciendo en tamaño y temimos romper algo de la chata nueva.
Faltaban menos de 4000 metros para montarnos sobre la antigua traza
de la RN7 (ramal Quebrada del Toro).
Esa intentaríamos transitarla al día siguiente.


Foto: Eduardo Cinícola
No nos quedó más remedio que parar a comer algo.


Foto: Eduardo Cinícola
Alguna tontera que teníamos por ahí tirada.


Foto: Eduardo Cinícola
A falta de agua tuvimos que tomar vino.


Foto: Eduardo Cinícola
La salida de allí, por otro "camino" se nos hizo bastante "cuesta arriba".


Foto: Eduardo Cinícola


Finalmente salimos a un ancho camino ripiado.
Tomamos por el con rumbo norte.
Foto: Eduardo Cinícola
Pasamos por el Puesto de López, con quien tuvimos un entredicho por el tema de servidumbre de paso.
Y más adelante observamos estas curiosas formaciones.



Continuamos hacia el Norte y llegados al Puesto "Los Alojamientos", dos ancianos hermanos que allí moran nos cuentan que es casi imposible continuar más adelante, dado que la huella discurre por el lecho de un arroyo encajonado y con varios saltos de mas de dos metros.
Agregan que quizás en moto si se podría continuar, ya que en mula lo hacen.
Ese hipotético camino desembocaría en la huella que une Los Berros (San Juan) con la Ruta Uspallata/Calingasta.

Bien, buscaremos por otro lado.
 


Foto: Eduardo Cinícola
Volvimos con rumbo sudoeste hacia el Barreal del Pájaro Muerto.


Foto: Eduardo Cinícola
Ojalá no llueva, porque esto se convertiría en una ciénaga.


Foto: Eduardo Cinícola
Restos de un animal atrapado en el traicionero barreal.


Foto: Eduardo Cinícola
Anduvimos unas cuantas horas por fuera de los caminos,
buscando una salida hacie el Oeste.


Foto: Eduardo Cinícola
Otro barreal sin nombre se interpuso en nuestro derrotero.


Foto: Eduardo Cinícola
Lomadas y arroyos secos fueros rastrillados mientras el sol comenzaba a escaparse tras la cordillera.


Foto: Eduardo Cinícola
Se acabó. Volvamos a Uspallata por sobre nuestros pasos.
Acá queda una asignatura pendiente.



Volvemos a desandar camino y, en la obscuridad total, cruzamos los dos barreales buscando la carretera que nos llevara de regreso a Uspallata.

Al otro día Gabriel quería llevar a Fernando a que conociera Puente del Inca, mientras que nosotros iríamos a investigar la vieja y abandonada variante de la RN7 que transitaba por la quebrada del Toro.

¿Existirá?

     
EDUARDO CINICOLA                    
Mayo de 2.006                        

  Tercer día de búsqueda de huellas por Mza.