Mendoza - Argentina Día 2 |
Nos despertamos con la ansiedad en las tripas.
Por lo pronto ya habíamos sobrepasado ese límite imaginario y habíamos comenzado a trepar hacia la silleta que une ambos valles.
Victor ya había recorrido caminando el camino hasta la divisoria y en la penumbra había divisado el valle del arroyo Tiburcio.
Desde nuestra posición de adivinaban dos posiblilidades. Una por un filo con pendiente constante de unos 30 grados (yo apostaba por ese) y otro hacia la izquierda que haciendo una "S", extendía el desarrollo del camino hacia la cima que era el preferido por Néstor.
Cuando Victor ya estaba llegando a la silleta, le pido a Santi si puede probar el camino del filo.
|
Parte raudamente parado en los pedalines de su moto, pero a mitad de camino, las grande piedras y el terreno flojo lo detienen y lo hacen renegar un buen rato.
"Cachito" Reyes, sin decir nada se larga cual saeta a encarar la "S" por donde discurría una senda de mulas.
Mientras tanto Santi que no es de dar el brazo a torcer le porfiaba al filo con terreno flojo.
La chata de Alejandro se desliza ahora hacia arriba con peligrosas inclinaciones laterales.
Al rato reaparece ante nuestra vista con el morro apuntando al cielo, a la cima de la silleta.
|
Si!! Llegó, por el camino que bautizamos simbólicamente y en su honor, como la "S" de Cachito!!
Quedó marcado el camino para motos y camionetas.
Los primeros dos o tres intentos fueron vanos.
Por supuesto que la huella de mulas, apta para motos con conductores "cojonudos", no lo era para camionetas.
|
Si no hubiésemos visto con nuestro propios ojos que hacía un instante Alejandro había subido con su Land Cruiser por allí, hubiésemos jurado que era una subida imposible para vehículos de cuatro ruedas.
|
No podemos ver bien donde discurre el arroyo porque unos escalones de lomadas se interponen, pero se adivina que corre por un cañadón profundo.
Otra se dirige aguas arriba, bordeando primero un gran mallín, aunque hay muchas grandes grietas mas adelante, allí se dirigen Néstor y Cristian a investigar.
- - - -
Los reportes que escuchamos a los pocos minutos de los "exploradores de avanzada" son nefastos.
Es cierto, desde donde está Néstor comprobamos la imposibilidad absoluta de bajar por allí y la inutilidad de intentarlo ya que el arroyo corre allá abajo encajonado en un lecho plagado de enormes rocas imposibles de sortear.
Tambien vemos a Santi desde esa posición.
Está decidido, deberemos regresar.
Los minutos se estiran hasta que nuevamente la voz de Santi nos trae buenas nuevas.
Espectaculaaarrr... fabulooosooo...
Justamente es "casi" imposible. Porque Javi y Alejandro nos demuestran que con ... no sé como definir esa cualidad... bueno, con esa cualidad, se puede andar "de costado" con las chatas "colgadas" de una huellita de mulas.
Primero hay que remontar a buscar altura.
|
Bajo para adelantarme caminando, a buscar los mejores pasos.
|
Las camionetas bordean el mallín y pronto estan donde yo estoy.
Desde este lugar... ¡Vemos la luz!!!
Aunque mirando bien, ahora con más detenimiento...
Pretender llevar la chata paralela al arroyo para bajar más adelante era una tarea casi imposible. La cola caía de costado golpeando peligrosamente con los montículos de coirón y las grandes piedras ocultas debajo de ellos. |
Veamos en los videos como hay que luchar contra la gravedad, con ruedas bloqueadas y peligrosos deslizamientos laterales.
Bueno, finalmente llegamos al nivel del arroyo "a puro huevo".
¡¡Cómo!!!
Por la orilla tampoco se podía circular porque profundos cañadones secos de tres o cuatro metros de ancho y otros tantos de profundidad bajaban de la montaña creados por el agua de deshielo.
Nuevamente la incredulidad y la necesidad de confirmar con nuestros propios ojos lo que nos negábamos a aceptar.
Néstor sugiere y así lo aceptamos, que la única altermnativa será remontar nuevamente parte de la ladera para encontrar estos cañadones más cerca de su nacimiento, donde serán menos profundos.
Penosamente remontamos parte de lo que habíamos descendido con tanto riesgo.
|
Fueron los 700 metros mas penosos de la travesía en los que debemos haber insumido más de una hora y media.
Eran ya casi las cinco de la tarde y aún no sabíamos si saldríamos de allí y si podríamos vadear
el torrentoso río Valenzuela que nos separaba de la salida.
Un susto...
Comenzaron los mallines. Intentando esquivarlos, Ale casi vuelca la TLC.
Varias peripecias más nos esperaban en esta dura travesía.
Luego de circular varios Km por el lecho del arroyo, con ocultos remansos de mas de metro y medio de profundidad, para evitar los mallines que tapizaban ambas márgenes, abandonamos el Tiburcio.
La hora se iba y el vado del Valenzuela continuaba lejos y enigmático.
Seguro que tirolesa no habría, así que la idea era cruzar las motos de a una en la chata de Javi.
Dos o tres porrazos más de las motos, afortunadamente sin consecuencias físicas para los pilotos y, por suerte nada más para las chatas faltaron hasta llegar al ansiado vado.
A las ocho de la tarde en punto arribamos al Valenzuela.
|
Dicho y hecho, el vadeo de la chata de Javier fue un parto.
Evaluamos que cruzarlo 10 veces (en ambos sentidos) para cruzar las cinco motos era algo así como jugar a la ruleta rusa con la suerte.
De eso no tenemos fotos, se hizo de noche y todos estábamos con el agua a la cintura forcejeado para evitar que la corriente se llevara las máquinas y para lograr que sus ruedas fueran pasando trabajosamente sobre las grandes piedras redondas del fondo.
A las 9 de la noche acabamos la operación, mojados hasta la médula de los huesos (más de un resbalón hizo que nos sumergiéramos completamente en el agua).
Todaviá nos faltarían 3 horas atravesando todo el Valle Noble hasta Las Loicas, donde, a las doce de la noche, comimos nuestra primer comida de ese azaroso día.
|
Después de semejante día de laburo pleno, conducir tres horas con "la pilcha" mojada (finalmente se cambiaron por ropa seca) y aún nos faltarían 5 horas más...
- ¿Cómo?
|
Alguno llegó a remolque a Bardas Blancas, donde a las dos de la mañana, el surtidor estaba "cerradísimo".
¡¡ Qué día mamita !!
Una reflexión/agradecimiento final, gracias Néstor, Santi, Cachito, Cristian, Hernán; sin ustedes en el equipo jamás hubiéramos podido lograr este objetivo.
|
|
||
EDUARDO CINICOLA
Marzo de 2007 |
Menú Principal de VIAJEROS |
|
Si quieres dejarnos tu opinión
o ver los Comentarios de otros Visitantes,
puedes ingresar a nuestro