Vn Cerro Blanco y Vn Peinado
Por la tierra de los Volcanes más altos del planeta
Catamarca - Argentina
~
Segunda expedición - Abril 2007

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El regreso a Fiambalá desde el Ojos del Salado, no fue el final de aquel viaje, sino tan solo la oportunidad de recuperar fuerzas.

Por la mañana de aquel cuarto día reparamos algunos neumáticos y atamos con alambre algún caño de escape colgante.
Carlos Correia decidió su regreso a Baires por lo que Javier pasó de copi de Alejandro en la TLC.

Al mediodía nos hicimos una escapada a las termas, donde todos se dieron un reparador baño, menos yo que intentaba recuperarme de un resfrío que me pesqué el primer día en Tinogasta a 1200msnm por dormir destapado y con ventilador.

Luego de despachar dos pollos a la parrilla y alguna que otra cervecita, nos fuimos a recorrer los médanos de Tatón.

Los participantes:

Atrás: Sebastián Alonso, Javier Plá, Alejandro Roldán,
Adelante: Jorge Alonso, Emilio Salar y quien esto escribe, Eduardo Cinícola.
 


Foto:Eduardo Cinicola
Médanos de Tatón


Foto:Eduardo Cinicola
Médanos de Tatón


Foto:Eduardo Cinicola
Médanos de Tatón


Foto:Eduardo Cinicola
No nos metimos a hacer travesuras ya que al día siguiente nos esperaría una travesía con bastante arena.

Buscando nuevos caminos para incorporar a Viajeros Mapas, encontramos uno que, de tan nuevo, en realidad estaba en contrucción.


Foto:Eduardo Cinicola


Foto:Eduardo Cinicola
Mientras lo íbamos recorriendo, se me ocurrió que ese extraño camino de 25 Km que atravesaba una intrincada sierra, podía deberse al sonado caso de aquel poblador catamarqueño que tuvo que andar dos o tres días a lomo de mula para llevar a su hija al Hospital de Fiambalá y que recogieran con bombos y platillos todos los canales de TV de Capital.


Foto:Eduardo Cinicola
Así, llegamos a la cima de la primer estribación donde encontramos a los obreros trabajando.


Foto:Eduardo Cinicola
Ellos nos confirmaron variass cosas:
- Que hacía ya un año que andaban de obras.


Foto:Eduardo Cinicola
- Que les faltaba, al menos, un año más y muchas voladuras.


Foto:Eduardo Cinicola
- Que posiblemente el presupuesto terminaría siendo mucho mas alto.

- Que el camino era efectivamente para el sujeto que yo imaginaba.

- Y que el señor este no tenía auto...

 

 

Volvimos a Fiambalá, completamos tanques y bidones de combustible y nos acostamos temprano para salir también temprano al día siguiente.

+++++++++

El quinto día rumbearíamos hacia el norte, a cruzar la Cordillera de San Buenaventura para hacer ingreso a la Puna.

Nuestro destino serían los Volcanes del Cerro Blanco, el Peinado el Antofalla y todo aquel que se nos cruzara en el camino.


Foto:Eduardo Cinicola
Subiendo las primeras estribaciones de la Cordillera de San Buenaventura,
que corre de Este a Oeste,
vemos hacia el sur el Valle de Fiambalá, que estamos abandonando.


Foto:Eduardo Cinicola
Desde la cabina de la "avioneta" vemos algunas de las estribaciones de San Buenaventura.


Foto:Eduardo Cinicola
Al rato descubrimos que nos persigue una Land Cruisser y apretamos el paso.


Foto:Eduardo Cinicola
El camino se interna en una zona de laderas medanosas.


Foto:Eduardo Cinicola
Allí descubrimos unas huellas en la arena.
Son de presa y cazador.
La presa, una liebre.
El cazador, un puma.


Foto:Eduardo Cinicola
La "reconstrucción del hecho" nos muestra como el puma interceptó a la liebre
bajando por la izquierda (hasta donde se interrumpen las huellas de esta) y
subió nuevamente a la altura del camino, con su presa en la boca.


Foto:Eduardo Cinicola
Poco mas adelante encontramos "las huellas digitales del sospechoso" aún frescas.


Foto:Eduardo Cinicola
Aparentemente era de pequeñas dimensiones, poco más grande que un perro.


Foto:Eduardo Cinicola
Debemos continuar trepando por aquella cornisa cubierta de arena hasta allá al fondo.


Foto:Eduardo Cinicola
Más adelante llegamos a la zona desértica medanosa de altura.
Estamos a 3500 msnm e ingresamos a la Puna.


Foto:Eduardo Cinicola
Allí abandonamos el camino que se dirige a Piedra Pómez y AdlS, tomando hacia el Oeste, hacia la cordillera.
Navegamos ese desierto por sobre la desdibujada huella que dejáramos el año pasado.


Foto:Eduardo Cinicola
Más adelante tenemos la posibilidad de fotografiar, con teleobjetivo, la cresta del Vn Peinado,
del que nos separan escabrosos 40Km en línea recta.


Foto:Eduardo Cinicola
Allá vamos, cruzando un gran arenal a 4500 metros de altura.


Foto:Eduardo Cinicola
Es el turno de Alejandro y Javier en la TLC.


Foto:Eduardo Cinicola
Nos desviamos para tener esta magnífica vista del Cráter del Cerro Blanco, es ese que vemos abajo.
El cráter del Cerro Blanco expelió gran cantidad de lava blanca sobre la enorme
planicie de Carachi Pampa y es el responsable del conocido Campo de Piedra Pómez que se encuentra cercano a El Peñón.
Justamente la piedra Pómes no es mas ni menos que la lava blanca que salió de este cráter.

Si miran con atención verán el Vn Carachi (negro al centro). detrás de el el Jote y "los Jotitos" y a la derecha de la foto, el Campo de Piedra Pómez.


Foto:Eduardo Cinicola
Bajamos del labio del cráter para meternos en su interior.


Foto:Eduardo Cinicola
Tiene 5Km de diámetro, fondo de piedra pómez y estando allí uno no se dá cuenta de estar en el cráter de un volcán.

Nos vamos de allí con rumbo Oeste, en busca del Peinado para lo que tendremos que cruzar dos cadenas montañosas sin caminos.


Foto:Eduardo Cinicola
Luego de cruzar el primer abra (de no mas de 4500 m de altura), debemos atravesar este mar de grandes olas de arena.


Foto:Eduardo Cinicola
Pasamos por la Laguna Purulla, a la que debemos rodear.


Foto:Eduardo Cinicola
Allí encontramos este flamenco, denominado "el despistado" porque no se dió cuenta
que tódos sus congéneres se fueron para el norte para evitar los fríos del invierno austral.


Foto:Eduardo Cinicola
Este zorrito no estaba nada despistado, y huyó prestamente ante nuestra presencia invasora.


Foto:Eduardo Cinicola
Un renegrido cono volcánico vertió su lava, hace poco, hacia la depresión de la laguna.


Foto:Eduardo Cinicola
Abandonamos la olla de la laguna Purulla con rumbo Oeste a cruzar la última cadena montañosa que nos separa del Peinado.


Foto:Eduardo Cinicola
Este abra tiene casi 5000 metros de altura y seguramente nos esperará con nieve.


Foto:Eduardo Cinicola
Dicho y hecho, a 4800 metros Emilio se tira a cruzar este inocente manchón de nieve y se entierra hasta los ejes.
En rápida maniobra la TLC lo saca hacia atrás...


Foto:Eduardo Cinicola
Para quedar ella entrampada poco más adelante.
Esta vez el auxilio fue la Hilux.


Foto:Eduardo Cinicola
Seguimos trepando. El Landy haciendo punta.
Todavía falta bastante para el abra.


Foto:Eduardo Cinicola
Finalmente llegamos. El abra tiene 4985msnm, pero Emilio se desvía un poco para poder superar los 5000.


Foto:Eduardo Cinicola
Ahora nos espera tremenda bajada esquivando nieve.


Foto:Eduardo Cinicola
A los 4200m ya desapareció, por suerte, la nieve.


Foto:Eduardo Cinicola
Y tenemos la oportunidad de verlo, ahi está el esbelto Vn Peinado.
Esta es su cara Este. Todavía nos separan de el unos 11 Km.


Foto:Eduardo Cinicola
Atravesando los escoriales a sus pies llegamos a ver ahora la cara Norte,
iluminada por los últimos rayos del sol.


Foto:Eduardo Cinicola
Un laberinto de filosas piedras eruptivas pondrá a prueba la pericia de los conductores.


Foto:Eduardo Cinicola


Foto:Eduardo Cinicola
La ballena se retuerce tratando de pasar sin rayar nada.


Foto:Eduardo Cinicola
El Defe, hace gala de cruce de ejes.


Foto:Eduardo Cinicola
Finalmente divisamos las lagunas del Peinado, menos mal, ya es hora de acampar.

Antes deseábamos encontrar las termas (que se me habían negado en mis tres viajes anteriores).

Recorrimos bastante en ese laberinto de lava fría, hasta que finalmente Emilio las encontró en el lugar mas obvio,
al borde de la laguna que alimenta.


Foto:Eduardo Cinicola


Foto:Eduardo Cinicola
Estuvo a punto de darse un chapuzón, hasta que el comentario de Jorge
referido a los intensos olores a azufre que despedía, lo hizo desistir.

Finalmente unos estupendos fideos preparados por Sebastián Alonso nos reunieron junto a la mesa del campamento aprovechando para comentar las peripecias del día.

La noche fue espectacular, aunque muy, muy fría.

Nos faltaba la última jornada... ¿Cómo salir de allí?


  Continuará ...                        

           
EDUARDO CINICOLA
Abril de 2007            


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