La "Corona del Inca" o "Inca pillio" (que significa lo mismo, ya que "corona del Inca pillio" sería una redundancia visto que pillio significaría "corona" en quechua) fue descubierta para nuestra comunidad, tan cerca como el año 1986.
Aparentemente fueron los "Coroneles de San Juan" con sus guanaqueras quienes intentaron las primeras aproximaciones en vehículo motor.
Se trata, "la corona", de un gran "cuenco" de unos 20 a 30 km de diámetro, rodeada de varios de los volcanes más altos del orbe.
Por el norte la cierra el Pissis (6.792m – el segundo más alto del mundo), por el Oeste los Gemelos, Norte y Sur, el Baboso, el Reclus y el Veladero (todos de más de 6.000 metros de altura). Por el sur una quebrada abre paso al temporario río Veladero que lleva el agua de sus nieves derretidas hacia la cuenca de la Laguna Brava.
Por el Este el gigantesco Vn Bonete (6.736m – tercero en altura mundial) y el Peñas Azules (6.222m) junto con el Sgto Federico (6.168m) cierran el círculo.
A partir del año 2.000, un incipiente grupo de aventureros reunidos en un foro virtual denominado Path4x4 (escisión de Patagonia4x4) comenzaron a organizar expediciones con el fin de hallar la vía de acceso a este gran círculo de volcanes en cuyo centro, en una depresión con bordes de 5.400 metros de altura se encuentra una extraña laguna que nunca se congela.
Fueron menester cuatro expediciones para hallar la esquiva entrada, que finalmente se dio por el lado sur siguiendo el curso seco del Río Veladero por la Pampa de los Burritos Muertos.
Las expediciones incluyeron intentos por casi todas las vertientes incluso una, frustrada, por el Este.
Hace unos años, amigos de la Peña5x5 hallaron la vía de acceso/salida por el Oeste hacia el río Salado.
La vertiente "Este" permanecía inexplorada hasta que, durante 2007, "Ricardo de Quilmes" perteneciente al grupo Patagonia4x4 me comenta sus intenciones de "meter las narices" por allí.
La vía que halló, escudriñando fotografías satelitales de Google Earth, fue el Río Bonete, que corre en sentido norte/sur, paralelo al veladero, pero más al este, al otro lado del volcán homónimo.
Como su nombre lo indica, este río trae las aguas de las nieves derretidas de la ladera oriental del gigantesco volcán Bonete.
A su vez recibe las aguas de un afluente que le aporta por el norte el líquido elemento procedente de la divisoria de aguas NE de la Caldera del Inca. Es el Río Punillas.
Entre ambos conjugaban una aparente, muy buena vía de acceso por la vertiente Este.
Yo la había descartado porque, a poco de salir de Jagüé, con rumbo norte, una represa de unos diez metros de altura cierra, de "pared a pared" la quebrada por la que discurre el Bonete haciendo prácticamente imposible avanzar por allí en vehículos.
Las crestas de aquellas "paredes" son absolutamente intransitables.
Eso no amilanó a Ricardo quién igualmente se embarcó en la aventura de remontar ese río con rumbo a "La Caldera".
La suerte lo acompañó ya que halló, al costado de la represa, un vertedero con forma de rampa, por el que fácilmente pudieron subir las camionetas.
Poco más me contó Ricardo, a excepción que solo pudieron hacer un tercio del recorrido, que les llevó dos días y medio y que aparentemente era muy difícil continuar por allí.
A su regreso y durante el 2008 planificamos una salida conjunta para tratar de concluir aquella empresa.
Finalmente nuestros tiempos libres no coincidieron y, este primer grupo partió 15 días antes.
Luego de muchas invitaciones, idas y venidas, "puedos" y "no puedos", solo cuatro camionetas con ocho integrantes encaramos con excesivo optimismo esta aventura, que, desde ya les adelanto, fue muy pero muy exigente para los vehículos. Asunto este que ignorábamos por completo.
El Plan Inicial consistía en llegar el primer día al "punto de retorno de Ricardo", el segundo a la Caldera y el tercero salir por el Oeste al Salado y de allí al norte con rumbo al Valle Ancho rodeando el Pissis por el Norte, escalar su glaciar y llegar esa noche o, a más tardar al día siguiente, a Fiambalá.
Para los tres día siguientes teníamos planeada otra travesía rumbo a la "Pampa de los Bayos".
También habíamos previsto dos "Vías de Escape" (aunque ninguna de las dos había sido transitada nunca y podían ser tan dificultosas o más que la vía principal).
La primera exigía llegar al menos hasta donde el Punillas gira 90 grados hacia el Oeste (mucho más allá del obstáculo insalvable que nos pronosticara Ricardo) y continuar al norte trepando una pronunciada falda para traspasar la divisoria de aguas (a unos 4.800 msnm) descendiendo a la cuenca de la Laguna de los Aparejos.
La segunda era en realidad una variante a la salida desde la Caldera hacia el oeste, un poco más al norte de la huella que abrieran Nicolás Bello y Cía hace unos años.
No disponíamos del track de Ricardo, así que trataríamos de seguir el rumbo de la XX-88 (traza tentativa) dibujada en una versión aún inédita de ViajerosMapas.