Escalando volcanes en 4x4 - SAIRECABUR -
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Bolivia - Chile

Parte 2

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FOTO: Alfredo Sanchez



El Sairecabur consiste de un cono cumbre de 5.967m de altura, seguido de cuatro pequeños cráteres al sur
de 200 a 500 metros de diámetro, rodeados de una gran caldera de unos 5 Km de diámeros, un poco más baja
con vertientes de lava solidificada hacia el este.
Poco más al norte un paso internacional (no habilitado) y más al norte otro cráter innominado de otros 500 metros de diámetro.


  • ¿Vamos? ¿O lo dejamos para mañana?

La ansiedad nos carcomía, además estábamos con ínfulas de autosuficiencia por lo ya realizado.

  • Vayamos hasta donde podamos, si se hace de noche nos volvemos.

Así nos pusimos en marcha a las 17:30 del 21 de mayo, con un crepúsculo previsto para esa latitud y esa fecha a las 18:45 Hs.

Intentábamos hallar una desdibujada huella minera que hubiera visto en las fotos satelitales de Google Earth. En Google se veían bastante bien, pero en el terreno apenas se distinguían.

Avanzamos por una irregular planicie en leve ascenso hasta acercarnos a la base propia del volcán. Allí fuimos zigzagueando un poco hasta hallar lo que parecía un cauce seco, ancho y parejo pero con pronunciada pendiente y lecho de ¿arena? que parecía que nos iba a ayudar a conseguir altura.
 

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FOTO: Pablo "Pexa" Pezzano
Hallamos unas huellas por el lecho de lo que parecía arena de un río seco.


FOTO: Pablo "Pexa" Pezzano
Íbamos bien, las huellas nos llevaban hacia arriba.

El cauce era seco, era ancho, era parejo, tenía marcada pendiente, pero… no era de arena, era de ceniza volcánica.

Esta tiene la apariencia de una arena grisácea, pero en realidad es mucho más liviana e inconsistente.

Las cubiertas de las chatas se hundían en aquel polvo ténue y sin soporte como si transitáramos por un inmenso "guadal" en ascenso.

Los motores bramaban, pero las ruedas apenas si podían transmitir la potencia al piso y lograr lento avance.

Las camionetas se enterraban, retrocedíamos e intentábamos nuevamente, con otro ángulo, con más envión…

A la mitad de aquella escalada por el lecho de ceniza, y cuando ya pensábamos que debíamos abandonar, bajar y buscar otra vertiente, descubrimos una salida del lecho hacia su orilla derecha. Fue la salvación (momentánea).

Descubríamos e hilvanábamos antiguas y abandonadas huellas mineras que nos iban acercando a la cima.


FOTO: Pablo "Pexa" Pezzano
Lo que parecía arena terminó siendo ceniza volcánica, donde los neumáticos se hundían cada vez más.


FOTO: Jorge Alonso
Ese río de cenizas nos permitió (aunque penosamente) ganar bastante altura.


FOTO: Gerardo Schreiber
Comenzamos a esquivar grandes rocas expelidas por el volcán (por suerte no en ese momento).


FOTO: Jorge Alonso
Despues de peludear bastante, pudimos dejar el lecho de cenizas allá abajo.


FOTO: Jorge Alonso
Alfredo encontró una huella minera que nos lleva más allá de los 5000 metros de altura.


FOTO: Eduardo Cinicola
Abajo va quedando la planicie donde circula el camino que viene de Uyuni rumbo a la Laguna Verde y el Paso del Cajón.


FOTO: Alfredo Casaretto
Alfredo sigue haciendo punta rumbo a la cima por esa abandonada huella.


FOTO: Alfredo Casaretto
Por momentos mejora un poco.


FOTO: Jorge Alonso
Muy abajo hemos dejado ya el río de cenizas..


FOTO: Alfredo Casaretto
Desde allá arriba vemos la Laguna Blanca (hermana de la Laguna Verde) iluminada por los últimos rayos de sol.


FOTO: Pablo "Pexa" Pezzano
A 5200 metros volvimos a ver el sol nuevamente.
Quienes nos preceden nos dejan marcadas sus huellas que nos sirven de guía.

Cada tanto algún derrumbe o montículo de nieve nos cerraba el paso y debíamos recular, sin espacio para el retome.

  • Acá, acá veo otra huellita !!

Y allá íbamos todos a intentarlo.

En las idas y vueltas los primeros quedaban últimos y esos últimos volvían a quedar primeros en el siguiente intento.

En un momento la abandonada huella por la que transitábamos parecía que se cortaba definitivamente poco más adelante. En realidad la ya escasa luz no ayudaba en nuestros esfuerzos por hallar una vía expedita hacia la cumbre.

A nuestra izquierda subiendo hacia atrás, descubro la posibilidad de seguir avanzando y hacia allí encaramos. Me siguen Alfredo y Jorge.

Alejandro, con Denis y el Tape en su chata deciden insistir y logran pasar aquello que parecía impasable y continúan con otro rumbo.

  • Seguramente más adelante los volveremos a encontrar…


FOTO: Jorge Alonso
Intentamos por todas las variantes, la nieve se hace presente...


FOTO: Jorge Alonso
También las sombras.


A poco de andar nos damos cuenta que nos estamos separando mucho de Alejandro. Ellos han tomado franco rumbo Oeste (hacia el límite con Chile), mientras que nosotros nos estamos dirigiendo al sudeste, rodeando la cumbre del volcán mientras ascendemos (ya habíamos superado los 5.500msnm).

Manchones de nieve comienzan a entorpecer nuestro paso pero seguimos avanzando. Luego, al proyectar nuestro track en la fotografía satelital, veríamos que estábamos circunvalando uno de los dos cráteres más altos del Sairecabur que, a su vez se encuentran insertos en una caldera colapsada mucho más grande.

El sol se había ido completamente del otro lado de la cordillera y nos hallábamos en las sombras. En unos pocos cientos de metros se nos acabó el dulce. Por allí era imposible continuar. La nieve cerraba totalmente el paso en aquella inclinada ladera.

  • Retrocedamos. Creo que un poco más atrás hay otra posibilidad.

Así, probando por varios lados llegamos a los 5.730 metros de altura, era el labio sur del cráter sur (de los dos más pequeños), pero no pudimos ver su interior.

Escuchábamos entrecortados a los tripulantes de la TLC (Ale, Denis y Tape) a quienes no volvimos a ver, que ya habían llegado a la silleta del límite con Chile y los iluminaban nuevamente los rayos del sol que huía a sumergirse en el Océano Pacífico.

Allá descubrieron que, una huella minera descendía hacia el vecino país. También vieron una vieja carrocería de colectivo, semienterrada en la frontera que alguna vez habría oficiado de refugio.
 


FOTO: Alfredo Casaretto
Alejandro, con el Tape Casaretto y Denis, por su lado, llegan a la silleta limítrofe.


FOTO: Alfredo Casaretto
El sol, que todavía no se ha hundido en el Pacífico, los vuelve a iluminar.


FOTO: Alfredo Casaretto
Están a 5.471msnm justo sobre la línea limítrofe.
En ViajerosMapas teníamos marcada la huella minera que desciende a Chile.


FOTO: Alejandro Danzi
El extraño refugio abandonado.


FOTO: Alfredo Casaretto
Esa es justo la silleta, el punto limítrofe más bajo entre dos volcanes.


FOTO: Alfredo Casaretto
Y hacia el Norte se extiende la línea de volcanes que separa esos dos paises.


Nosotros estábamos un poco más alto, pero sin la posibilidad de ver territorio chileno.

Retrocedimos nuevamente a probar la última alternativa que había imaginado unos minutos antes.

Era una pequeña abertura que nos llevaba al interior del cráter norte. Un cráter de tan solo unos 200 metros de diámetro, pero con abundante nieve en su interior.

Si pudiéramos trepar 30 metros más por su labio Oeste, estaríamos viendo Chile y tendríamos la posibilidad de llegar a la mismísima cumbre del volcán, un domo 400 metros más al norte y tan solo 200 metros más arriba.

Lo intentamos. Era casi de noche pero lo intentamos.

Nos zambullimos en el interior del cráter tratando de no perder mucha altura y no meternos de lleno en la nieve del fondo.

Íbamos por un lateral, tratando de pisar terreno firme para no perder tracción y ocurrió.

La trompa apuntando arriba en forma sesgada, y las cuatro ruedas escarbando en una mezcla de pedregullo y nieve.

Atrás y a la izquierda, del lado del fondo del cráter y muy pegado a la camioneta, una roca de unos 60cm de altura, sostenía la rueda trasera.

Para adelante no podíamos avanzar.

Si intentábamos para atrás, ni bien sobrepasáramos la roca, la camioneta se desplazaría hacia el fondo mientras la roca destruiría el lateral izquierdo de la cherokee.

Jorge Alonso y Alfredo Sánchez se habían quedado a la expectativa en el borde del cráter a unos 150 metros de distancia.

Pedirles a ellos por la radio que viniesen a intentar socorrernos podía ponerlos en riesgo a ellos mismos y deberíamos emprender una laboriosa tarea de rescate cuando las sombras de la noche ya se adueñaban del lugar y la temperatura bajaba violentamente debido a la extrema altura a la que nos hallábamos.

Pocas imágenes tenemos de aquellos momentos. Estaba obscuro y estábamos muy ocupados intentando zafar de esa trampa.

Cuando Jorge ya estaba cerca (decidió por si mismo que debía bajar a ayudarnos) logramos destrabarnos de la nieve y la gran piedra.


 


FOTO: Pablo "Pexa" Pezzano
Por allí llegamos a los 5.730 metros de altura, pero poco más adelante la nieve nos impidió el paso.


FOTO: Gerardo Schreiber
Se acerca el final.
Nos tiramos dentro del crater pero, poco más adelante, quedamos trabados contra esa roca que sobresale de la nieve.


FOTO: Jorge Alonso
Jorge venía en nuestro auxilio, por suerte no fue necesario.
Alfredo y Nicky esperan en el borde del labio Este del cráter.


Regresamos, en el descenso nos encontramos con Alejandro y compañía que bajaban del paso a Chile pero en la oscuridad de la noche fue Alfredo el que tomó, sin proponérselo, en otra dirección y se separó.

Nos dimos cuenta cuando luego de un rato vimos en la ladera sur del Sairecabur unas extrañas luces que serpenteaban en la negrura de la noche.

Por un momento pensamos que podía ser una patrulla de la policía de fronteras de alguno de los dos países que venía por nosotros…

Luego de un par de cambios por la radio, ellos y nosotros nos dimos cuenta que habíamos tomado rumbos distintos. Ya nos juntaríamos cuando subiésemos a la huella que conduce a la Laguna Verde, donde esperábamos hallar algún refugio donde dormir y protegernos de los 20 grados bajo cero de la noche.

Lo encontramos ya muy tarde. Era precario pero acogedor.

Allí comimos y dormimos.

Al día siguiente nos esperaban los Volcanes Licancabur, Juriques y una incursión en busca de combustible que ya escaseaba en nuestros depósitos.


 



El track hacia los cráteres del Sairecabur.


FOTO: Eduardo Cinicola
El Vn Sairecabur no es un volcán bonito, pero es muy alto (casi 6.000 metros).
Visto desde el Sudeste, apenas se distingue el domo nevado de su cima (allí estuvimos), semicubierto por la gran caldera sur que deforma su silueta.
En primer plano la Laguna Verde.

Proximamente les contaremos y mostraremos fotos de la continuación de esta expedición, por otra zona muy poco explorada entre la Laguna Verde y el límite de Bolivia con Argentina donde los volcanes Zapaleri, Brajma, Tinte, Negro y Vilama separan la Puna Boliviana de la Puna Argentina.

También nos quedan en el tintero relatos y fotos de huellas y poblados fronterizos (más allá de El Angosto), rodeando el Cerro Braqui (punto mas septentrional de Argentina), pero del lado boliviano, por la "ruta" que une Mojinete con Villazón, de profundas quebradas y minúsculos pueblitos alfareros.

  Continuará acá...                        

  Esta aventura comenzó acá...                        


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EDUARDO CINICOLA
Mayo de 2009            


Todos los Tracks y WPTs relevados en esta expedición los encontrará en ViajerosMapas.



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