Bolsón de Fiambalá - Catamarca Abril de 2.012 |
![]() |
|
![]() |
|
FOTO: Sergio ZEREGA
Ni bien llegamos a Medanitos, vemos parte de la gran dimensión de la duna.
FOTO: Pablo ANASTASIO
Pastores en las afueras de medanitos.
FOTO: Diego TOGNETTI
Pastores en las afueras de Medanitos.
FOTO: Jorge HACKANSON
Estábamos en "las puertas de las dunas".
FOTO: Eduardo CINICOLA
Pero antes de partir, a cargar las baterías...
FOTO: Jorge HACKANSON
La arena esperaba por nosotros.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Al pie del Cristo, el pueblo de Medanitos.
No pudimos averiguar el por qué de ese nombre... ;o)
FOTO: Jorge HACKANSON
A poco de comenzar a subir nos percatamos que
se impone bajar la presión de los neumáticos.
FOTO: Jorge HACKANSON
El Defe de Alfredo ya había enterrado media cubierta en esa mezcla de arena tierra y guijarros.
FOTO: Eduardo CINICOLA
No es posible apreciar en la foto la pendiente de esas laderas, pero si se puede notar
como las ruedas han escarbado y se han hundido en el suelo.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Ya subimos bastante y la altura nos permite apreciar en fertil valle a que dan vida
las aguas del río Fiambalá/Saujil.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Hacia el sur podemos ver el oasis que se forma en Fiambalá.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Mientras que, hacia arriba, nos sorprendemos al ver como la arena va dando paso a la vegetación.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Esta vegetación ha crecido en la duna merced a las copiosas lluvias atípicas de los últimos veranos.
El médano ya no parece un ambiente desértico como otrora...
FOTO: Jorge HACKANSON
Al punto que ya hasta hay ganado vacuno alimentándose allá.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Si sigue así, pronto será una selva :o).
Llevamos ya mas de una hora trepando detrás de las huellas de Jorge que va haciendo punta.
Debemos haber salvado un desnivel de 1000 metros y esto sigue subiendo.
Atrás nuestro, en algún lugar invisible a nuestros ojos, viene Pexa con Diego.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Nos acercamos a la cima, ahí está, a 2.845m de altura snm.
FOTO: Eduardo CINICOLA
En el último tramo tuvimos que hacer unas piruetas con la camioneta deslizándose de costado.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Allí estamos a 2.730msnm, pero una insalvable hondonada
(cuya dificultad no se distingue en la foto) nos separa de la cumbre.
Nos harían falta al menos 40 minutos más para "resolver" aquello, pero Alfredo, El Pampa y Panastas nos esperan abajo.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Igualmente el último tramo tiene una marcada pendiente.
Y detrás de esta primer pequeña lomada hay una gran grieta.
FOTO: Jorge ALONSO
Posamos para la foto...
FOTO: Jorge ALONSO
Y al rato vemos que se acerca el "tomatito" de Pexa, peleandole a la arena y a la pendiente.
FOTO: Jorge ALONSO
Finalmente posamos TODOS para la foto.
FOTO: Diego TOGNETTI
Pexa orgulloso con su Wrangler.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Comenzamos a descender...
FOTO: Diego TOGNETTI
No ha de ser fácil ya que se nos interpondrán numerosos pozones de arena seca.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Un verdadero laberinto.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Pero un bello laberinto.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Apuntamos hacia el noroeste, para bajar por un lado diferente.
FOTO: Diego TOGNETTI
Hacia allá parece un verdadero desierto con intrusiones de lava.
FOTO: Jorge ALONSO
Cada tanto nos deteníamos a sacar fotos.
Bajamos de las chatas y vemos, con asombro, que allá (150 metros más abajo) la tenue huella continúa y no es hasta que nos acercamos al borde de aquel enorme tobogán que nos damos cuenta que la huella no terminaba allí donde estábamos parados. Simplemente el viento había acumulado arena sobre ella haciéndola desaparecer justo al borde del "acantilado"… Hubo que juntar mucho coraje para tirarse por allí, pero el solo hecho de pensar en desandar todo el camino hecho nos impulsó hacia adelante. En principio el parabrisas se pintó de azul… solo cielo veíamos en el. Luego cae la trompa de la camioneta y la fuerza de gravedad nos separa de los respaldos. Así comenzamos a transitar esa interminable y alocada bajada. En el espejo retrovisor se achicaban las siluetas de nuestros compañeros que quedaban arriba, en el filo, sacándonos fotos y cruzando los dedos para que llegásemos enteros abajo. Finalmente lo logramos. Era ahora el turno del "avispón rojo", el Jeepcito de Pexa que se veía como un minúsculo bicho colorado en el borde de la bajada. Y allá vino. Y se dio el lujo de hacer una parada en pleno descenso ya envalentonado por las prestaciones de su cabalgadura. Y atrás bajó Jorge Alonso, con la displicencia de un Lord inglés, ¡ Llegó abajo sacando fotos. ! Pasó luego que al llegar a la RP135, que une Medanitos con Tatón, no podíamos ingresar a ella pues un alambrado nos lo impedía. ¡Estábamos dentro de un predio privado sin acceso a la ruta y dentro del pueblo !! Finalmente, por el patio de una casa, bajo la atónita mirada de sus habitantes, pudimos acceder a la ripiada ruta provincial. Eran las 13:00 y nos faltaba casi una hora para llegar a Palo Blanco, comer y emprender el largo camino a Antofagasta de la Sierra… Los muchachos del Jeep se entretenían y se atrasaban contestando mensajitos por el celular…
Como les decía, cruzábamos afiladas crestas de arena que recordaban las películas de los touaregs del desierto africano, cuando, de pronto la huella acaba frente a una descomunal hondonada. Abajo, muy lejos, un tributario del Fiambalá/Saujil se abre camino entre la arena
FOTO: Jorge ALONSO
Pasamos numerosas dunas móviles dentro de la Gran Duna.
dunas móviles que seguramente en la próxima tormenta de viento taparan parte de la vegetación
y el ciclo continuará, alternado con épocas de sequía donde todo volverá a ser solo arena.
FOTO: Jorge ALONSO
El yipito de Pexa hunde sus pequeñas cubiertas de calle en aquel tereno hostil para ellas.
FOTO: Eduardo CINICOLA
FOTO: Pablo PEZZANO
Más arena...
FOTO: Eduardo CINICOLA
Más bajadas...
FOTO: Diego TOGNETTI
En la lejanía otro gran médano.
Aquel no llega a tener la altura de este, ya que solo llega hasta los 2.482msnm
FOTO: Eduardo CINICOLA
FOTO: Eduardo CINICOLA
Foto... foto...
FOTO: Eduardo CINICOLA
Por momentos desaparece la rala vegetación mientras cambia el color de la arena.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Más "filos".
FOTO: Eduardo CINICOLA
FOTO: Eduardo CINICOLA
FOTO: Eduardo CINICOLA
Hallamos una huella y nos montamos sobre ella con rumbo norte.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Comenzamos un descenso abrupto.
FOTO: Eduardo CINICOLA
Hasta que aquella huella acaba frente al algo que asemeja a un borde acantilado...
Pero..., allá abajo se vé otra huella que continúa...
FOTO: Eduardo CINICOLA
S, realmente continuaba, solo que había que tirarse por una caída que hacía temblar la pera.
Arriba esperan turno Pexa y Jorge.
FOTO: Jorge ALONSO
Es tu turno Pexa...
Vamos que abajo te atajan...
FOTO: Eduardo CINICOLA
Solo en el último cuarto se suaviza un poco.
Igualmente pensamos que es irremontable.
FOTO: Pablo PEZZANO
¡ Lo logramos !!
Y Jorge lo festeja comiéndose una mandarina ...
FOTO: Eduardo CINICOLA
Llegamos a una zona más plana, pero aún no estábamos "afuera".
Muchas profundas grietas de arroyos temporarios debimos salvar, apuntando a la localidad de "La Soledad" en los GPSs.
FOTO: Jorge ALONSO
Llegados a La Soledad, un alambrado se interponía entre nosotros y la libertad.
FOTO: Jorge ALONSO
Luego algunos vadeos y...
FOTO: Eduardo CINICOLA
Todo terminó con unos "Lomitos" almorzados frente a la plaza de Palo Blanco.
Vean en el perfil altimétrico del Medano de Kirbus, en el kilómetro 45, la magnitud de la bajada.
Continuaría con una zona de hermosos paisajes:
El camino a Las Papas y de allí a AdlS, pasando por Campo de Piedra Pómez !!
Sigue acá ...
EDUARDO CINICOLA
Abril de 2.012
Si quieres dejarnos tu opinión
o ver los Comentarios de otros Visitantes,
puedes ingresar a nuestro