Vn. Ojos del Salado - Catamarca
4ta Expedición en 4x4 y motos - Vertiente argentina
Abril de 2.012 - Día 2

FOTO: Jorge HACKANSON

MUSICA de FONDO                     [volumen]........


Al día siguiente la actividad comienza a las 08:00 pero no es hasta cerca de la 10:00Hs que partimos, luego de desayunar, entrar en calor y desarmar las carpas.

A poco de salir del campamento 1, el primer obstáculo es una gran trepada en ángulo de unos 35 grados, pero de piso no muy firme de arena, pasto puna y piedras. Subimos con Denis en la TLC a pura potencia, al rato Jorge Alonso está a nuestro lado, pero al resto de las chatas les estaba costando hallar traza ideal que les permitiese vencer la pendiente.

Néstor y los muchachos con las motos y el cuadri ya están arriba y luego de esperar un rato deciden salir haciendo punta.

Las condiciones climáticas y de nieve acumulada son ideales. Un sol radiante sin una nube en el horizonte presagia un buen día. Las laderas del Nacimientos de Cazadero y del Olmedo, prácticamente sin nieve parecen garantizarnos que esta vez conseguiremos un mayor acercamiento a la cima del Ojos por la vertiente argentina.

Cuando logramos reunir todas las camionetas en la cima de esa primer meseta, los motociclistas ya andan por el filo siguiente, y allá a lo lejos divisamos sus minúsculas siluetas.

A partir de allí debemos armarnos de una paciencia oriental, para transitar por unas planicies ascendentes tapizadas de filosas piedras de todo tamaño.

Es el "camino de ida". Sabemos que "el de regreso" es mucho menos tortuoso pero tiene un par de obstáculos que lo hacen impracticable en sentido ascendente. Eso lo aprendimos en la primer expedición, hace ya más de seis años.

Pasado el mediodía oímos la modulación de "Pablo piloto" (motociclista) que había sufrido un percance en la bajada infernal de grandes piedras que une los tracks de subida y de bajada. Allí perdió el equilibrio y al caer su moto, rompió una carcaza de duraluminio por la que estaba perdiendo el aceite. Nos pasa sus coordenadas por radio y, allá vamos a ver que podemos hacer por el.

En esos momentos estábamos haciendo tiempo esperando a Alfredo que en la anterior parada (media hora atrás) perdió su valioso celular/computadora y regresaba a tratar de hallarlo en ese berenjenal de piedras partidas.

Con Denis y Jorge continuamos al encuentro de "Pablo piloto". Cuando lo hallamos, en una quebrada muy ventosa y helada, vemos que ya había implementado una reparación de emergencia con poxipol, pero el intenso frío reinante no permitía que la masilla epoxi fraguara correctamente y permanecía blanda con riesgo de desprenderse cuando el aceite ejerciera presión desde el interior.

Oímos por radio que Néstor, Santiago, Javier y Alberto ya están regresando, luego de llegar a una quebrada con hielo que les cerró el paso poco más arriba de los 5.750m de altura.
Son cerca de las 14:00Hs y ellos dejaron sus carpas armadas en el campamento, así que tienen que regresar a toda costa.

Lo dejamos entonces a "Pablo piloto" esperando a sus compañeros y a los nuestros que, ya reunidos con Alfredo y su Smartphone, habían reanudado el ascenso.

Quienes fuimos


 



Mapa de la zona tomado de ViajerosMapas.com



# Pulsando acá podrán ver las fotos del recorrido de las motos

Con Jorge Alonso probamos nuevas alternativas, dibujadas en la comodidad de nuestras casas con el GE, que, vistas en la realidad nos hacían dudar de nuestras cualidades para leer fotos satelitales.

Las pendientes eran realmente "imposibles". Sin embargo Jorge no se daba por vencido e insistía hasta que la gravedad lo hacía volver en contra de su voluntad.

Más adelante habíamos dibujado la "XX-68". A esa le tenía más fe, aunque a esa altura mi fe estaba en serias dudas y en proceso de revisión.

Lamentablemente se nos iba el día y la luz y queríamos ir "quemando" alternativas para ahorrarles tiempo a nuestros compañeros que gracias a ello se nos iban acercando.

Realmente la "XX-68" no pintaba nada halagüeña de entrada, pero, superada la primer pedregosa y fuerte pendiente, se suavizó y, nos dejaba avanzar.

Habíamos rodeado por completo al volcán Olmedo y ahora nos encontrábamos entre el y el Ojos, del cual divisábamos muchos de sus cráteres laterales.

A diferencia del Olmedo, el Medusa o el Gendarme Argentino, que son verdaderos conos truncos que denuncian su génesis volcánica, el Ojos es una gran, gran masa casi informe con muchos cráteres adyacentes que contribuyen a darle ese gran volumen pero que solo se ven como tales si uno ya sabe lo que son.

Todos ellos estaban "espolvoreados" con nieve, pero de ninguna manera tenían la cantidad que vimos en años anteriores, en los cuales incluso fuimos en época más veraniega con la esperanza que el deshielo estival jugase a nuestro favor.

Íbamos muy entusiasmados, ganando altura metro a metro.

Le apuntábamos al límite internacional, a la silleta entre el volcán Ata y el Ojos del Salado.

El GPS ya había superado la marca de los 5.500 metros y seguíamos ascendiendo con pocas dificultades. Si se nos cerraba una traza, volvíamos y tomábamos más a la derecha o más a la izquierda y así llegamos a 5.600, 5.700…

Nos comunicábamos con la retaguardia y le íbamos dando instrucciones, sobre todo por donde NO debían meterse para no perder tiempo.

Sobrepasados los 5.700 msnm nos enfrentamos a un glaciar irremontable.

¿Acabaría todo acá? ¿a la misma altura que en las dos últimas expediciones?

Desandamos varios cientos de metros y tomamos más al sudeste para torcer nuevamente al Oeste. Volvimos a trepar y recuperar altura, Volvimos a los 5.700 y los superamos, llegamos a 5.800… 5.820 y…

  • ¿Qué es esto?
  • Esta hondonada enorme no se ve en las curvas de nivel !!
  • ¿Qué profundidad le calculás?

Frente a nosotros se abría una extensa hondonada imposible de evitar y allá, del otro lado, ya divisábamos la silleta entre el Ata y el Ojos.

  • No sé, pero creo que perderemos como 200 metros que deberemos remontar penosamente luego. ¡Qué lástima! Tan bien que veníamos.

Eran casi las tres de la tarde y estábamos muy alto y lejos de algún lugar apto para acampar esa noche, así que lo que hiciéramos lo debíamos hacer rápido.

Las chatas de retaguardia se acercaban pero habían perdido la huella y no podíamos ponernos de acuerdo con las indicaciones para orientarlos hacia nuestra posición.

Decidimos con Jorge tirarnos a la hondonada y "Que sea lo que Dios quiera".

Y Dios quiso que nos equivocáramos… Si, que nos equivocáramos…

Mirábamos los GPSs y la altura apenas bajó unos diez o veinte metros mientras cruzábamos la "tremenda hondonada".

Otra vez la perspectiva engañó a nuestros ojos.

No era una tremenda hondonada, sino una leve planicie en la marcada pendiente que veníamos trayendo en nuestro veloz ascenso.

Así bajamos solo hasta 5.800 y lentamente comenzamos a remontar.

5.820…, 5.840…, 5.860…, 5.880 !!

Ya habíamos superado por cien metros nuestra propia marca de años anteriores… y podíamos seguir.

Metro a metro, esquivando algunos penitentes y las rocas más grandes seguimos subiendo ya netamente encaramados en la pendiente final que nos llevaba a la silleta. Jorge se separa y toma otra traza en la esperanza de encontrar mejor piso ya que este se degradaba mientras la pendiente aumentaba.

5.900…, 5.920…, 5.940…, 5.960…, 5.980… y…

No va más…

Solo 20 metros faltaron para llegar a los 6.000 y unos pocos más para la silleta.

La idea era, una vez montados en la silleta, intentar avanzar por el filo hacia algún cráter secundario del Ojos, no mucho más allá de los 6.200 pues ya se encuentran las nieves eternas de la pared sur y este del Ojos.

Es que los dos elementos que derriten las nieves son el viento y los rayos del sol (en ese orden).

La pared Sur prácticamente no recibe sol y la pared Este no recibe viento, ya que los vientos predominantes en la cordillera provienen del Pacífico (oeste) y barren esa falda del gigantesco volcán, haciendo mucho más sencillo su escalada por territorio chileno.

Eso lo sabemos, pero nuestro desafío/entretenimiento es lograr la mayor altura posible en la falda argentina del volcán. Este año estuvimos 300 metros más alto que el anterior. Si tuviésemos la suerte de tener tan extraordinarias condiciones climáticas y níveas en una próxima, quizás podamos arrimar unos metros más a la cumbre del gigantesco complejo volcánico.

¡ Hasta la próxima Ojos y gracias por dejarnos llegar hasta donde llegamos !


 


LAS FOTOS


FOTO: Jorge HACKANSON
Los primeros rayos de sol aparecen casi a las 9 de la mañana.


FOTO: Jorge ALONSO
El campamento comienza a desperezarse.


FOTO: Jorge HACKANSON
El calor de Febo, desentumece huesos y músculos.


FOTO: Jorge ALONSO
A las 10:00 con Denis encaramos la primer meseta.


FOTO: Jorge ALONSO
En una nube de humo negro y a fuerza deHPs, vamos llegando arriba.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Desde arriba el humo en la zona del campamento nos indica que los remolones se están poniendo en marcha.


FOTO: Eduardo CINICOLA
No es un géiser ni son aguas termales.
Son los motores que sufren con el frío y con la altura...


FOTO: Diego TOGNETTI
"El caracol" se apresta para su aventura entre volcanes.


FOTO: Jorge HACKANSON
Las motos calientan motores para la primer gran trepada.


FOTO: Jorge HACKANSON
Y allá van tras las huellas de la TLC.


FOTO: Jorge HACKANSON
Lo propio hace Javier en el cuadri.


FOTO: Sergio ZEREGA
Le toca el turno a Jorge, peleando duro contra la pendiente.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Jorge ya está arriba con su Hilux y allá vienen...


FOTO: Eduardo CINICOLA
Panastas, Pexa y Alfred.


FOTO: Jorge HACKANSON
El Caracol le da duro a la pendiente y, lentamente, logra su cometido.


FOTO: Jorge ALONSO
Mientras tanto las motos toman la delantera.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Arriba nos espera un mar de piedras.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Y no de lo más amigables.


FOTO: Eduardo CINICOLA
El Yipito de Pexa con suspensión estandar y ruedas "de calle" se las rebusca bastante bien para superar escollos.


FOTO: Jorge HACKANSON
Piedras, piedras y más piedras.
Kilómetros de piedras.
Las hay redondeadas y también "afiladas" que se esconden traicioneramente detrás de los coirones.


FOTO: Sergio ZEREGA
Para tomar verdadera dimensión de la amplitud de los espacios recorridos
podemos recurrir a ver los tamaños insignificantes de las camionetas cuando se separan.


FOTO: Diego TOGNETTI
"La Costurerita" de Pablo Anastasio y "El caracol" de Alfredo Sánchez, enmarcadas por el Vn Incahuasi.


FOTO: Pablo PEZZANO
Adelante la vanguardia, apuntándole al "desnudo" Vn Olmedo.
Detrás de este vemos alguna de las múltiples cumbres del Vn Tipas/Walther Penck,
mientras que a la derecha asoma tímidamente el Ojos del Salado


FOTO: Pablo PEZZANO


FOTO: Jorge HACKANSON
Todavía nos faltan recorrer varios kilómetros para llegar al ojos.
Quebradas, lagunas y hasta alguna acumulación de nieve (por suerte escasa en esta expedición).


FOTO: Diego TOGNETTI
Los GPSs nos avisan que ya hace tiempo hemos superado los 5.000msnm.


FOTO: Sergio ZEREGA
No, no son rocas...
son las camionetas que avanzan hacia el objetivo.


FOTO: Jorge ALONSO
Por suerte podemos esquivar la nieve.


FOTO: Jorge HACKANSON
¿Nieve o piedras?
Mejor piedras...


FOTO: Jorge ALONSO
La perfecta silueta de cono trunco del Vn Olmedo, denuncia la presencia de un cráter circular en su cima.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Allá va Jorge a intentar pelearle a esa lomada roja.


FOTO: Sergio ZEREGA
Atrás, los muchachos se cruzan con Néstor, Alberto, Santi y Javier que pasan a recoger a su compañero "herido".


FOTO: Pablo PEZZANO
Alberto regresando.


FOTO: Sergio ZEREGA
Néstor, Javier y Pablo "piloto", intercambiando impresiones.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Mientras tanto nosotros pasábamos la Lagunita 1, semicongelada, y seguíamos investigando posibles trazas.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Así llegamos a la lagunita 3, que los muchachos bautizaron Laguna Vino Tinto, al pie del limítrofe Vn Medusa (6.129m),
Detrás, y mucho más nevado, vemos al también limítrofe Vn El Muerto (6.500m).


FOTO: Alfredo SÁNCHEZ
Más a la izquierda se observa el Ojos del Salado, mientrras que El Muerto permanece en cuadro.


FOTO: Alfredo SÁNCHEZ
Alfredo descubre entre tantos volcanes nuevamente al Incahuasi (6.610m),
el que a pesar de la distancia, se yergue imponente.


FOTO: Pablo PEZZANO
Vemos (en primer plano y nevado) el cráter que conforma la "Cumbre 6" (6.500m) del Ojos del Salado
Detrás aparecen la "Cumbre 1" (6.893m) y la "Cumbre 2" (6.760m).


FOTO: Pablo PEZZANO
En la cumbre principal podemos distinguir los dos torreones de piedra que se disputan la altura máxima.
Una expedición organizada por el Ing Bravo de Tucumán, demostró con clinómetros de precisión, que hay solo 60 cm de diferencia entre ellas.


FOTO: Jorge HACKANSON
Giramos hacia el sur y comenzámos a ascender una pronunciada pendiente rodeada de penitentes.


FOTO: Jorge HACKANSON
Luego una amigable planicie a 5.400 metros de altura.


FOTO: Jorge HACKANSON
Sin embargo, manchones de hielo seguirán acompañándonos en nuestro trayecto.
Por suerte no son muchos.


FOTO: Jorge HACKANSON
Allá van Denis con Eduardo buscando el "camino".


FOTO: Jorge HACKANSON
Nos llevamos ingratas sorpresas...
Como esta profunda grieta nevada que nos cortaba el paso.


FOTO: Jorge HACKANSON
O este glaciar que nos hizo retroceder.


FOTO: Jorge ALONSO
Pero luego eramos "premiados" con deliciosas planicies de altura.
Ya habíamos superado los 5.700m
Y allí es donde veo que nos equivocamos...
Debimos haber apuntado a la silleta de la derecha, pero lo hicimos con la de la izquierda...
entre el Vn Ata (6.500m, nevado a la izq de la foto) y la "Cumbre 4" del Ojos del Salado (6.578m, bien a la derecha).


FOTO: Jorge ALONSO
Por momentos parece que vamos por buen camino...
Le apuntamos a la "Cumbre 4".


FOTO: Jorge HACKANSON
Pero la trepada parece muy abrupta y nevada.


FOTO: Jorge HACKANSON
Igualmente seguimos hacia allá.


FOTO: Jorge HACKANSON
Pero finalmente esas enormes piedras y ese gran glaciar terminan por desanimarnos.


FOTO: Pablo PEZZANO
La retaguardia está en marcha nuevamente y Pexa obtiene esta hermosa foto
del Vn Olmedo (6.215m) detrás de la "Lagunita 1".
A su derecha el Vn Tipas/Walther Penck (6.669m) y a la izquierda, mucho más lejano, el Nacimientos del Cazadero (6.436m).


FOTO: Pablo PEZZANO
Hallan nuestras huellas y por allí se meten a tratar de reunirse con nosotros.


FOTO: Pablo PEZZANO
Las trepadas tampoco son fáciles para ellos.


FOTO: Pablo PEZZANO
Aparentemente pierden la huella y se meten en un callejón sin salida.


FOTO: Sergio ZEREGA
Pero están a la nada despreciable altura de 5.672m.


FOTO: Jorge HACKANSON
En la vanguardia también teníamos problemas.
Ahora "corregimos" y le apuntamos al Vn Ata...
(allá, minúscula se ve la TLC de Denis en un paisaje que devora todo).


FOTO: Jorge ALONSO
Nuestra esperanza es aquella silleta.
si llegamos estaremos a 6.150msnm...


FOTO: Jorge ALONSO
Parece breve, fácil y al alcance de la mano.


FOTO: Jorge HACKANSON
La encaramos con decisión,
sin embargo, la naturaleza tiene la última palabra y a un tercio de la trepada la TLC no pudo seguir avanzando.
Poco oxígeno en nuestros cerebros no nos permitían analizar otras variantes...


FOTO: Jorge HACKANSON
Esa subida a la silleta, que tan "prolijita" se veía de lejos,
nos sorprendió ingratamente al acercarnos...


FOTO: Jorge ALONSO
El GPS de Jorge marcaba 5.922m, el nuestro llegó a 5.980.
¡Faltó tan poco para los 6.000 !!


Esperamos allí por media hora, pero, las modulaciones de nuestros compañeros que habían extraviado la huella
y lo avanzado de la hora, nos decidió a pegar la vuelta.

¡ VOLVEREMOS !

¿Volveremos?



Ah, casi me olvido...

El regreso.

Si bien llegamos a las 15:15 al punto máximo, no recuerdo que pasó porque allí me descompuse por ¿un instante?, pero el track grabado indica que estuvimos detenidos por más de media hora (intuyo que esperando al resto de la expedición), hasta las 15:50 en que emprendimos el regreso.

El cansancio y las apunadas sufridas nos indicaban que no sería conveniente otro campamento de altura y ya mismo comenzamos a soñar con las camas calentitas del complejo Cortaderas.

Hacia allá enfilamos. Pero debíamos desandar en seis horas lo que nos había costado un día y medio.

Igualmente parecíamos caballos de alquiler volviendo al establo.

Sabíamos que el camino de regreso hasta el campamento sería por otra traza más benigna, casi un suave lecho de arena en bajada… con ciertas complicaciones…

La primer canaleta descendente, estrecha y algo nevada la pudimos sortear con cierta solvencia transitando por la inclinada margen derecha.

Poco más adelante venía el segundo obstáculo, otra canaleta de arena con perfil en "V" de violento descenso. En el fondo de la "V" se acumulaban rocas y algo de hielo, así que tratamos de ir nuevamente por su margen derecha, solo que nos resultaba casi imposible. La inclinación era tal y la sustentación tan penosa, que la TLC andaba de costado como caballo de desfile, la trompa tratando de mantenerse arriba y la cola deslizándose hacia el fondo de la canaleta. Imposible detenerse, mucho menos retroceder.

Justo en el peor momento la trompa perdió totalmente agarre y se hundió también en el fondo de la grieta. Y digo en el peor momento porque allí, delante nuestro, se hallaba una gran masa de petrificados penitentes de dos metros de altura.

Estábamos entrampados.

Imposible trepar para los costados. Imposible retroceder y con un tapón de más de 6 metros de hielo por delante.

Ya sé, dice Denis luego de un rato de meditación, le pasaremos por encima a los penitentes.

Yo que no estaba aún recuperado de la apunada que me pegué arriba no sabía si Denis se había vuelto loco o era yo quien no estaba en mis cabales.

Por la radio comencé a pedirle a Jorge Alonso que fuera por el filo derecho para intentar tirarnos la línea del malacate desde las alturas e intentar ayudarnos a pasar por el costado de los penitentes.

Denis pedía un "martillo" para voltear los penitentes… Ahí si ya me convencí que había perdido la cordura.

El resto de la expedición, viendo lo que nos había sucedido buscaba afanosamente nuevas vías para evitar esa canaleta.

Jorge desde arriba del filo, donde le había pedido que se ubique, gesticulaba debajo de su chata revoleando los brazos en señales inentendibles. (Luego me explicó que lo que yo le pedía era suicida).

Alfredito le ofrece por radio un martillo a Denis acercándose por el filo izquierdo pero unos cuantos metros más arriba y totalmente fuera de nuestra vista.

Mientras tanto Pexa en su Jeep, logra pasar por algún lado y se ubica a unos 15 metros por delante nuestro del otro lado de dos conglomerados de penitentes, pero sin posibilidad de darnos más que aliento y fuerza humana para martillar hielo.

Reconozco que, entre mi tremendo malestar físico y lo inútil que me parecía esa maniobra, ni me pude bajar de la chata a colaborar.

Luego de una media hora de picar hielo, Denis sube a la camioneta y la emprende de frente contra los penitentes y… el milagro sucedió.

La enorme Land Cruisser bufando y soplando una densa humareda negra por el escape logró subirse a los penitentes. Todo se sacudía allí dentro. La carpa que estaba atrás de todo termino en mis brazos.

Denis completa la maniobra subiéndose a la ladera izquierda de la canaleta para pasar el segundo grupo de penitentes y, afuera. Estábamos a salvo.

Nos reunimos con el resto de nuestros compañeros y continuamos camino rumbo al campamento 1.

Cuando pasamos por allí, Néstor y su banda ya habían desarmado sus carpas, recogido sus petates y emprendido la salida. Eran más de las seis de la tarde y comenzaba a oscurecer.

La salida nocturna también nos trajo sorpresas.

Pretendíamos salir por un atajo que había empleado Pexa y Pepe el año anterior cuando bajaron al hotel porque Pepe no se sentía bien, mientras nosotros nos quedábamos en el campamento. Solo que de noche y sin el track grabado en el GPS nos metíamos cada vez en más problemas. Desistimos y optamos por una "XX" (traza no relevada) que Panastas había "dibujado" mirando fotos satelitales.

Terminamos entrampados en un gran escorial.

Finalmente nos subimos al track por el que habíamos ingresado (que habíamos desechado por tortuoso) y, realmente fue la mejor elección. En pocas horas estábamos sobre el asfalto de la RN60 y cerca de medianoche llegamos al hotel donde los bípedos motociclistas dormían plácidamente.


 


FOTO: Jorge HACKANSON
Durante el regreso nos cruzamos varios campos de penitentes...


FOTO: Sergio ZEREGA
Hermosas, suaves y "pavimentadas" bajadas...


FOTO: Pablo PEZZANO
Hasta que llegamos a la primera grieta...


FOTO: Jorge ALONSO
Allí la cosa comienza a complicarse...
Denis con "poca conciencia" ya se tiró adentro...


FOTO: Jorge HACKANSON
El resto, dubitativo, estudia la situación.


FOTO: Alfredo SÁNCHEZ
Olfatea alternativas...


FOTO: Sergio ZEREGA
Soldado que huye sirve para otra guerra ;o) .


FOTO: Pablo PEZZANO
Hasta que deciden jugarse "por arriba", con importantes inclinaciones laterales.
Abajo espera Denis, chiquito como un pequeño escarabajo.


FOTO: Pablo PEZZANO
Si muchachos, por acá !!.


FOTO: Pablo PEZZANO
Una cosa es verlo en fotos y, otra vivirla con las asentaderas en la camioneta.


FOTO: Santiago LARROQUETTE
La grieta con penitentes donde nos metimos con Denis (por error) ;o)
¿Parece fácil pasar por allí no?


FOTO: Santiago LARROQUETTE
Los hielos.


FOTO: Pablo PEZZANO
Costó, pero acá tenemos la foto de
la salida triunfal luego de pasar por encima de los penitentes.


FOTO: Alfredo SÁNCHEZ
Y así nos despedimos de esa tierra de volcanes, que tanto nos "encanta" (*), que tanto nos atrae.
(*) Como las sirenas a Ulises y sus marinos...


FOTO: Eduardo CINICOLA
Apostilla final.


Néstor, Santi, Alberto, Pablo y Javier
viajando en sus motos sacaron también muchas fotos.
Acá las pueden ver >>>


NO SE, QUIZAS VOLVAMOS OTRA VEZ A BUSCAR MAS AVENTURA Y MAS ALTURA
EN EL OJOS DEL SALADO
LO QUE DUDO ES QUE VOLVAMOS A TENER CONDICIONES CLIMÁTICAS TAN BENIGNAS

Sin embargo, esto era solo el comienzo...,
Teníamos más planes para seguir investigando por la zona...
  Sigue acá ...

           
EDUARDO CINICOLA
Abril de 2.012            



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