Sergio Zerega (a) "El Pampa", nos tienta siempre con travesías patagónicas ya que es aquella gran área de nuestro país la que lo atrae desde su juventud, cuando la recorría en su (en aquel momento) flamante Valiant II con su trailer a cuestas.
No voy a negar que a mi también me gusta la Patagonia y he hecho varios viajes recorriéndola, pero siempre con la sensación de que es muy lejana (imaginen que Ushuahia está a más distancia de Buenos Aires que La Paz -capital de Bolivia-) y las primeras veces también regresaba con la sensación de monotonía provocada por aquella inmensa meseta árida, con poca y achaparrada vegetación, donde, en general (excepto en la zona andina) los árboles no existen (bah, si existen... pero petrificados, en aquellos increibles bosques en los que la madera se convirtió en piedra).
Aquella sensación provenía del hecho de haberla recorrido en primera instancia por las consabidas RN3 y RN40.
Posteriores viajes internándonos en rutas provinciales, caminos secundarios, huellas abandonadas y aún a campo traviesa, nos permitieron "descubrir" lugares sensacionales, que jamás hubiésemos pensado encontrar en aquella "meseta plana y monótona".
Mucha "culpa" de esos nuevos "descubrimientos" la tienen, como ya he mencionado Sergio "El Pampa" Zerega y Pablo Anastasio "Panastas", quienes son los mentores de aquellas incursiones.
Esta vez además colaboró en los planes Claudio Guanciarossa, y así se armó un recorrido sumamente interesante que nos llevó, entre otros lugares, a una corta visita a la Meseta de Somuncurá para continuar por Ing Jacobacci (punta de riel del tren patagónico conocido como "La Trochita").
También nos llevó aquel recorrido a algunas de las abandonadas estaciones de aquel ferrocarril, camino a Esquel,así como a conocer un increible puente reticulado por el que el trencito cruza el Río Chico. Y el túnel que le sigue al puente, y unos volcancitos que habíamos visto en las fotografías satelitales que nos tenían intrigados, y a unas cascadas por las que se desliza el Río Chico en su camino a aportar sus aguas al Río Chubut, conocidas como "El Saltillo". Así hasta que finalmente llegamos a lo que sería el plato principal.
Desde el pequeño poblado de Gualjaina intentaríamos ingresar al inmenso cráter de un antiquísimo volcán (Cráter de Piedra Parada) para recorrer luego el Cañadón de la Buitrera, en cuya "puerta" se encuentra aquella gigantesca y desconcertante Piedra Parada.
El Pampa escribió un magnífico relato profusamente ilustrado con decenas de fotos de aquel deslumbrante sitio que no hizo más que confirmar que en la Patagonia se encuentran todavía muchísimos bellos lugares por descubrir.
Abandonemos ya la idea de la Patagonia como aquella gran meseta plana, desértica y monótona.
Acá solo les mostraré algunas fotos y al final, el enlace hacia el relato de El Pampa.
Bueno, veamos un mapa y las fotos: