Piedra Parada en la Patagonia

Cañadón de la Buitrera


Foto: Eduardo CINICOLA


Sergio Zerega (a) "El Pampa", nos tienta siempre con travesías patagónicas ya que es aquella gran área de nuestro país la que lo atrae desde su juventud, cuando la recorría en su (en aquel momento) flamante Valiant II con su trailer a cuestas.

No voy a negar que a mi también me gusta la Patagonia y he hecho varios viajes recorriéndola, pero siempre con la sensación de que es muy lejana (imaginen que Ushuahia está a más distancia de Buenos Aires que La Paz -capital de Bolivia-) y las primeras veces también regresaba con la sensación de monotonía provocada por aquella inmensa meseta árida, con poca y achaparrada vegetación, donde, en general (excepto en la zona andina) los árboles no existen (bah, si existen... pero petrificados, en aquellos increibles bosques en los que la madera se convirtió en piedra).

Aquella sensación provenía del hecho de haberla recorrido en primera instancia por las consabidas RN3 y RN40.

Posteriores viajes internándonos en rutas provinciales, caminos secundarios, huellas abandonadas y aún a campo traviesa, nos permitieron "descubrir" lugares sensacionales, que jamás hubiésemos pensado encontrar en aquella "meseta plana y monótona".

Mucha "culpa" de esos nuevos "descubrimientos" la tienen, como ya he mencionado Sergio "El Pampa" Zerega y Pablo Anastasio "Panastas", quienes son los mentores de aquellas incursiones.

Esta vez además colaboró en los planes Claudio Guanciarossa, y así se armó un recorrido sumamente interesante que nos llevó, entre otros lugares, a una corta visita a la Meseta de Somuncurá para continuar por Ing Jacobacci (punta de riel del tren patagónico conocido como "La Trochita").
También nos llevó aquel recorrido a algunas de las abandonadas estaciones de aquel ferrocarril, camino a Esquel,así como a conocer un increible puente reticulado por el que el trencito cruza el Río Chico. Y el túnel que le sigue al puente, y unos volcancitos que habíamos visto en las fotografías satelitales que nos tenían intrigados, y a unas cascadas por las que se desliza el Río Chico en su camino a aportar sus aguas al Río Chubut, conocidas como "El Saltillo". Así hasta que finalmente llegamos a lo que sería el plato principal.

Desde el pequeño poblado de Gualjaina intentaríamos ingresar al inmenso cráter de un antiquísimo volcán (Cráter de Piedra Parada) para recorrer luego el Cañadón de la Buitrera, en cuya "puerta" se encuentra aquella gigantesca y desconcertante Piedra Parada.

El Pampa escribió un magnífico relato profusamente ilustrado con decenas de fotos de aquel deslumbrante sitio que no hizo más que confirmar que en la Patagonia se encuentran todavía muchísimos bellos lugares por descubrir.

Abandonemos ya la idea de la Patagonia como aquella gran meseta plana, desértica y monótona.


Acá solo les mostraré algunas fotos y al final, el enlace hacia el relato de El Pampa.


Bueno, veamos un mapa y las fotos:


 


Mapa tomado de ViajerosMapas.com

Para menor consumo de datos en smartphones, intente acá
 


Foto: Eduardo CINICOLA
Lo primero que hicimos, en esta larga travesía patagónica, fue subir a la Meseta de Somuncurá.
Sería una breve incursión.


Foto: Eduardo CINICOLA
Los bordes de esa gran meseta están como "festoneados" formándose entonces grandes grietas
o hendiduras con aspecto de pequeños valles protegidos, denominados "Rincones"


Foto: Eduardo CINICOLA
y es allí, en esa periferia, donde se han instalado los pocos seres humanos que a ella se animan.


Foto: Eduardo CINICOLA
Arriba. el piso tapizado de piedras originadas en erupciones de antiquísimos volcanes,
es solo una pequeña muestra de lo que es ese territorio hostil.


Foto: Eduardo CINICOLA
Caballos salvajes se han adueñado del lugar y nos observan entre curiosos y desafiantes.


Foto: Eduardo CINICOLA
En algunas (muy pocas) de las cientos de lagunas que se forman en las hoquedades de su áspera superficie
encontramos restos de quienes esporádicamente las habitan.


Foto: Eduardo CINICOLA
Son esos pocos puesteros de la meseta quienes han tomado a los zorros colorados como los principales
enemigos de sus rebaños, y les han declarado la guerra, tomando la desagradable costumbre
de colgar sus cadáveres desollados, en las tranqueras de los campos.


Foto: Eduardo CINICOLA
Bajamos de esa breve visita a la meseta y raudamente pasamos por Ing Jacobacci, cabecera noreste del viejo FFCC
"Expreso Patagónico" conocido como "La Trochita" (por lo escueto de esta -solo 75cm entre rieles-)


Foto: Eduardo CINICOLA
Desactivado en estos años, vemos una de sus pequeñas locomotoras expuesta a los turistas.


Foto: Eduardo CINICOLA
La primer estación hacia la cordillera está en este grupo de casas, es Ojo de Agua.


Foto: Eduardo CINICOLA
La trocha mínima del viejo Expreso Patagónico nos lleva a la siguiente estación...


Foto: Eduardo CINICOLA
Mamuel, si Mamuel Choique (nombre de un cacique)


Foto: Eduardo CINICOLA
Viejos abandonados vagones yacen allí, en la soledad patagónica


Foto: Eduardo CINICOLA
Mientras las vías se van hacia la cordillera nevada...


Foto: Eduardo CINICOLA
Más adelante, en la estación Cerro Mesa (poblado de Río Chico),
más vagones abandonados de este ferrocarril para liliputienses.


Foto: Eduardo CINICOLA
Y más allá, un sorprendente puente metálico hace cruzar las vías
por sobre el Río Chico.


Foto: Eduardo CINICOLA
Del otro lado... un túnel.


Foto: Eduardo CINICOLA
Un intrigante túnel...


Foto: Eduardo CINICOLA
Dejamos la traza de el "Expreso Patagónico" y tomando rumbo sur
nos asomamos al borde del cráter de un antiquísimo volcancito.


Foto: Eduardo CINICOLA
El cráter es grande, (unos 400m de diámetro) y está totalemte tapizado de vegetación


Foto: Eduardo CINICOLA
Salimos de ese cráter y, a campo traviesa, ascendemos al borde más alto de otro.
Es el cráter central de ese conjunto de cráteres.
Estamos a 1090m de altura y allí encontramos un hito del IGM.
Tobhías, exultante...


Mapa tomado de ViajerosMapas.com
Acá podemos ubicarnos con la estación Mamuel Choique, el puente de hierro y los volcanes que mencionamos más arriba.


Foto: Eduardo CINICOLA
Yendo hacia el sur cruzamos el límite con la Pcia de Chubut,
a poco de ingresar a ella vemos el casco, estilo alpino, de la Estancia Los Luises.


Mapa tomado de ViajerosMapas.com
Nuestra intención era llegar a una cascada sobre el Río Chico, denominada "El Saltillo",
pero desde el Este, y allí nos metemos por huellas y a campo traviesa a por nuestro objetivo.

- Estos mapas los mejoramos al regreso con los datos que relevamos en la expedición. -


Foto: Eduardo CINICOLA
Seguimos por alguna apenas marcada huella, nos metinos por lechos de arroyos secos.


Foto: Eduardo CINICOLA
Nos encontramos con algunos obstáculos.


Foto: Eduardo CINICOLA
Peludeamos bastante esquivando incluso alguna vieja tranquera de oxidado candado pero, por allí no pudimos llegar a El Saltillo.


Foto: Eduardo CINICOLA
Finalmente tuvimos que hacer un gran rodeo hacia el sur pasando por la Aguada de la Cerveza.


Foto: Eduardo CINICOLA
Nubes de tormenta y lluvia asomaban por el horizonte sur.
La huella que hallamos estaba poco pisada pero era agradable.
No sabíamos bien adonde los llevaría, pero debíamos encontrar un cruce del Río Chico hacia el Oeste.


Foto: Eduardo CINICOLA
Por suerte lo hallamos y no era un vado sino un prolijo y flamante puentecito.


Foto: Eduardo CINICOLA
El día soleado por un lado y las lejanas nubes de tormenta a lo lejos formaban una hermosa imágen.


Foto: Eduardo CINICOLA
Finalmente, y ahora entrando desde el Oeste, llegamos a ese enorme tajo en la roca...


Foto: Eduardo CINICOLA
...que talló el Río Chico durante miles de años en busca de unirse con el Río Chubut.


Foto: Eduardo CINICOLA
Y allá, en el fondo "El Saltillo", ese bonito embudo/cascada de agua que formó aquella olla.


Foto: Eduardo CINICOLA
Aguas arriba divisamos otro "pequeño" salto que debe tener sin embargo sus buenos 8m de altura.


Foto: Eduardo CINICOLA
Los muchachos, picados por la curiosidad, se acercan peligrosamente al borde del acantilado.


Foto: Eduardo CINICOLA
Mientras Claudio hace lo propio con su camioneta !!


Foto: Eduardo CINICOLA
Satisfechos nuestros deseos de conocer esa bonita cascada,
regresamos al camino principal, muy bien mantenido y, con rumbo sur, nos dirijimos a Gualjaina
pasando antes por Cushamen donde nos montamos a la RP35


Foto: Eduardo CINICOLA
En Gualjaina, pintoresco pueblo sobre la RP12 de Chubut
a las orillas del arroyo Lepá (afluente del río que le da nombre a la provincia),
nos alojamos en la Hosteria Mirador Huancache propiedad de unos amigos de Claudio.


Esa noche cenamos exquisitamente en la parrila del pueblo.

Para el día siguiente estaban previstos los platos principales de la travesía, ingresar al Cráter de la Piedra Parada e incluso si fuera factible llegar esa misma jornada hasta la enorme roca.

Pero no estábamos apurados, antes teníamos varios waypoints (puntos en el mapa) levantados de las fotografías satelitales, que queríamos investigar, entre ellos unos "raros pliegues" que había descubierto El Pampa con los que había logrado intrigarnos a todos.

Allí cerca, donde el arroyo Lepá se une con el Río Chubut, intuíamos que debía haber un vado que nos permitiera cruzar a este último para ir arrimando a nuestro destino.

Cuando llegamos allí, el vado había sido "ocupado" por maquinaria pesada, camiones y un obrador que se hallaban construyendo el puente que permitirá, en un futuro, cruzar el Río Chubut sin sobresaltos.
Nos corrimos un poco hacia un lado y otro buscando otro lugar donde vadear, pero el caudal y la corriente intimidaban, a más de no divisarse una salida franca en la orilla opuesta.

Decidimos entonces tomar rumbo norte para cruzar el río por un puente cercano a Fofo Cahuel y luego simplemente vadear el Río Chico y volver al sur, a nuestra "Zona de interés", por huellas que habíamos relevado de las fotografías satelitales y, por suerte, incluído en una versión "ad hoc" de ViajerosMaps que llevábamos cargada en los GPSs.

Ese día "descubrimos": Una lagunita con flamencos rosados y sus crias adolescentes, en la cima de una gran lomada una abandonada cantera de piedras laja, y, finalmente, casi sin darnos cuenta comenzamos a transitar por el interior de la gran caldera del cráter de Piedra Parada. Faltaba encontrar los "raros pliegues" que El Pampa había "descubierto" en las fotos satelitales.

Sigue acá:          .


 

           
EDUARDO CINICOLA
Octubre de 2015            



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