Corria noviembre de 2016 y debíamos armar alguna travesía para aprovechar los feriados del mes siguiente.
Decidimos que iríamos a Chile nuevamente.
A la zona cordillerana, pero al sur del Paso de San Francisco, ya que hacia el norte la habíamos recorido hasta Perú sumando varias expediciones anteriores.
Decidimos también que sería una travesía de exploración, esto es, iríamos a reconocer lugares que desconocíamos por completo y sobre los que había poca información por ser apartados y de dificil acceso.
Así nos propusimos algunos objetivos quizás un poco ambiciosos, pero más vale pecar por ambicioso en estas lides que quedarse sin objetivos a mitad de la expedición.
Sabíamos de antemano que a pesar de ser diciembre, muy probablemente la nieve invernal, aún no completamente derretida, nos jugaría una mala pasada, así como seguramente hallaríamos muchas barreras mineras, ya que en Chile, tal como en Argentina, esas empresas escudadas en permisos de exploración o explotación, se adueñan del territorio en el cual han obtenido esas autorizaciones, impidiendo la libre circulación como si amos y señores de ese territorio, ellos fueran.
Bien, pero eso es exploración, averiguar también hasta dónde se puede llegar.
La vista de los seismiles desde su cara Oeste sería lo primero que seguramente veríamos ni bien ingresáramos a Chile.
La Confluencia de paralelos y meridianos exactos de S27 W69 el segundo objetivo.
La Laguna del Negro Francisco al pie del Vn Copiapó que está allí cerca, un poco al sur de la aduana del Salar de Maricunga, inicialmente prevista como primer lugar de pernocte, quedó relegada para el segundo día ya que iban algunas mujeres y novatos a los que podía afectarles dormir esa primera noche a más de 4.000msnm, así que estiraríamos esa jornada hasta la ciudad de Copiapó a dormir en hotel.
Al día siguiente y estando en Copiapó no podríamos dejar de hacer una escapada a conocer y "jugar" en sus famosas y altas dunas de arena por donde varias veces pasó el Rally Dakar.
Otra confluencia de meridiano y paralelo, esta vez la de S28 W70, nos esperaba en en hermoso valle del río Copiapó, junto con unos restos de hornos de fundición de metales de época incaica y un viejo acueducto del siglo XIX construido para mover las ruedas de un antiguo molino de minerales.
Intentaríamos terminar esa jornada y armar campamento en la postergada Laguna del Negro Francisco, donde Chile ha creado una Reserva.
Otro objetivo cercano sería llegar, circulando por huellas mineras y/o a campo traviesa, hasta el Glaciar del Co El Potro que conociéramos en expediciones anteriores, pero del lado argentino.
Explorando imágenes satelitales descubrimos que, si la naturaleza y los derretimientos níveos nos ayudaban, desde Chile podríamos llegar a verlo "casi desde arriba" desde un cerro lindero.
Durante los preparativos Tobhias me enviaba tracks de huellas y más huellas que relevaba de fotografías satelitales, muchas de ellas (las huellas) muy precarias o abandonadas, mientras que otras en evidente uso por las grandes empresas mineras instaladas en ese sector. A ellas agregaba las que relevaba yo personalmente y con todas iba actualizando la versión inédita de ViajerosMapas que usaríamos como base cartográfica para la expedición.
El Paso de los Patos Norte (un paso fronterizo no habilitado), por donde los crianceros chilenos cruzan a los fértiles valles intermontanos de San Juan a hacer la veranada de engorde de sus animales, era uno de los últimos objetivos al que se agregaba la circunstancial visita a alguno de los numerosos observatorios astronómicos que hay instalados en esa región de Chile.
Finalmente reingresaríamos a nuestro país por el Paso de Agua Negra, si es que lo habilitaban mientras permanecíamos en Chile ya que aún a principios de Diciembre permanecía cerrado por la gran acumulación de nieve.
Bien, esos eran los planes, pero por alguna razón que entenderán más tarde, Pablo decidió que esta travesía seria denominada la "Travesía ÉPICA", mmmm... ¿Será para tanto?...
Bueno, veamos las fotos y cómo nos fue: