TERMAS del Volcán DOMUYO...
Mas allá de la Cordillera del Viento

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Este viaje, continuación de PAYUNIA, zona de volcanes fue un viaje distinto y no por eso menos intenso.
Distinto
porque salimos en diciembre.
Distinto porque fuimos en un colectivo MERCEDES BENZ del año 1963 convertido en "casa rodante autoportante" o "motor home" (como dicen los gringos) o CASA-MOTOR (como deberíamos decir los latinos).
El asunto es que Héctor compró este ómnibus y decidió quitarle los asientos, ponerle cuatro cuchetas (en realidad 4 cómodas camas de una plaza), baño con inodoro químico y ducha, cocina con hornallas, horno, pileta de lavar y calefón para agua caliente. Le reparó el motor a nuevo y allí fuimos a "ablandarlo"...

Luego de recorrer la PAYUNIA, sus volcanes y escoriales, salimos a la ruta nacional número 40 (RN40) a la altura de "La Pasarela".
Seguimos con rumbo sur para, luego de cruzar el río Barrancas, ingresar a la provincia del Neuquén.

Debíamos ir a Chos Malal para continuar posteriormente hacia Andacollo. Decidimos abandonar el asfalto de la Ruta 40 e internarnos por un camino que nos haría pasar cerca de los escoriales de otro impresionante volcán, EL TROMEN de 4114 metros de altura.

Allá atrás lo vemos, cubierta su cima de nubes y nieve.
En primer plano un enorme rio de lava solidificada, se detuvo allí, a metros del camino.

Girando la vista hacia el Oeste vemos al otro gigante...

Es la cara Este del Volcán DOMUYO de 4709 metros de altura.

Continuaremos hacia el sur. Bordearemos la cordillera del Viento y visitaremos su cara Oeste, donde se encuentran las fuentes termales y los géiseres.


Unos kilómetros mas adelante ingresamos en el "Area Natural Protegida del volcán TROMEN". Detrás apreciamos la laguna "Los Burros". Por allí, en las laderas del Cerro Wayle se están construyendo unas pistas de esquí para la temporada invernal. Ahora es comienzos del verano y no hay nada de nieve.
Ya dejamos atrás Chos Malal y la Cordillera del Viento y allá abajo 
vemos el pintoresco pueblito de Andacollo.
A la salida del pueblo el camino cruza el ya cudaloso río Neuquén  
por un gran puente metálico construído por el ejército. Del otro lado, entre aquellos árboles, un acogedor camping nos espera.
Allí cenamos un apetitoso asado preparado con mano de maestro por Héctor.