SANTA CATALINA
Dos años después


  FOTOS y Relato

 

Si bien en este viaje al norte llevamos el ómnibus-casa rodante, para esta aventura en particular lo dejamos en Abra Pampa y nos desplazamos los cinco en la Honda CRV de Jorge.

Corría el mes de agosto de 2000, día 16 al mediodía.
Acabábamos de visitar la Laguna de Pozuelos.
Intentaríamos llegar al "entierro" de la fiesta de Santa Catalina (Los festejos principales se realizan los dias 15 de agosto de cada año [*]), solo que ayer 15, estábamos viendo la toreada de Casabindo.

[*] Dos años antes y de casualidad, habíamos descubierto esto en una visita no planificada a Santa Catalina.

A pesar del apuro nos detuvimos a almorzar en Cienaguillas.
En el único almacén del pueblo compramos algo de fiambre, pan, tomates, mayonesa, gaseosa y... creo que algún vinito (para los infaltables alcohólicos del grupo) y allí mismo nos armamos los emparedados y comimos.
Al rato estábamos en camino nuevamente.  Un poco de sendero de cornisa y a los cuarenta minutos desembocamos en Santa Catalina.


Allí todo es diminuto: callecitas, placita, casitas; excepto la iglesia, muy particular, con su única torre central, un prodigio de ingeniería para la zona y la época en que se construyó.

Lo que molestaba eran las nubes  (?).

 

En su interior vimos ángeles tallados, traidos de Europa en veleros y luego en carreta y
a lomo de mula desde Buenos Aires (1800 Km) hace unos cuantos cientos de años.

  Héctor y Eduardo ya habían estado hace dos años y nos condujeron al patio de la casa municipal, allí había algo de fiesta.

Al son de quenas y tambores la gente del lugar y pueblos vecinos danzaba en aquel patio.  

El "diablo", agotado (la fiesta había comenzado el día anterior) recupera fuerzas y "sobriedad" tirado en un rincón.

  Las autoridades habían cambiado, y el nuevo intendente, elegantemente vestido realiza la ceremonia de ofrenda y agradecimiento a la "PACHA MAMA" o Madre Tierra.
Allí se mezclan tabaco, hojas de coca y bebidas para participar a la Pacha Mamma de los festejos.
No hay colla que tome un sorbo de bebida sin derramar antes algo para la TIERRA. Es el respeto y agradecimiento hacia quien les da todo.

Muy amables, como siempre, con el visitante, nos ofrecen comida, bebida y hojas de coca (para combatir el mal de altura).

Jorge se integra a la fiesta y danza con la madre del intendente.
Francisco eligiendo pareja.
 

Lucho observa con respeto aquella celebración

  Pero cede a la tentación de fotografiar a un niño colla .

Y a este simpático "personaje", especie de "figureti" que aparecía por todos lados.  

Cerrando los festejos el Intendente (alférez como le dicen acá) premia y condecora a las personas más representativas de cada comunidad con una corona de alimentos con el deseo de prosperidad.

 
La fiesta terminó pero como aún es temprano, trataremos de llegar a La Quiaca (último puesto fronterizo al norte de Argentina) y Yavi, otro pintoresco pueblito fronterizo.


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