Esperamos una hora mas, ya eran las seis y media de la tarde.
La tormenta no amainaba y comenzaba a anochecer.
Decidimos retroceder unos kilómetros y salir de aquella huella hasta un sitio mas alto a pasar la noche.
¡ Qué noche !! . Fue tétrica.
De aquello no tenemos fotografías.
A la mañana siguiente un nuevo frustrado intento y la inapelable decisión de volver.
¿Hasta donde?
Teníamos solo unos ocho litros de combustible por vehículo y el sitio de aprovisionamiento mas cercano, en esa dirección era un rancho en Olacapato, a mas de 240 kilómetros.
Ocurrieron una serie de peripecias mas, cuyo relato no cabe en esta página, pero, si te interesan las podes leer en
RELATO.
Comienza el regreso.
Eduardo en el R12 adelante y lo sigue Pablo en el VW gol blanco.
El R12 desandando camino.
En las ventanillas del auto de Pablo el lodo acumulado da testimonio de los difíciles
caminos transitados.
Dos días después bajamos hacia Salta capital por la quebrada del río Toro, paralelos al ferrocarril Salta-Socompa (el del viaducto Polvorillas) que mencionamos en Mina "la Casualidad" (este es otro viaducto).
En el comienzo de su recorrido este ferrocarril tiene mas viaductos gigantescos, como
el que vemos en esta fotografía que cruza el Río Toro.
Comparen su tamaño con el camión que circula por la carretera y piensen
que fueron construidos a comienzos del siglo XX, traídos desde Europa pieza por pieza y remache por remache.