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De Arica a Tacna (frontera), Mollendo y Arequipa |
Transcurría el 11 de marzo, nos habíamos levantado relativamente temprano en Arica y visitado rápidamente la ciudad y la terminal ferroviaria donde habíamos hecho unas averiguaciones.
Era casi el mediodía cuando salimos rumbo a la frontera con Perú. La carretera continuaba asfaltada y antes de llegar al puesto fronterizo de Chacalluta (18Km), pasamos por el aeropuerto internacional chileno del mismo nombre. No recuerdo bien, pero creo que demoramos bastante en la frontera con todo el tema de "papeleo".
Sería media tarde cuando, ya en territorio peruano, comenzamos a cruzar un desierto de arena. Es antes de arribar a Tacna. Tacna es la primera ciudad importante de Perú que se encuentra ingresando por el sur. También pasamos por el costado de su propio aeropuerto con pista de asfalto.
Saliendo de Tacna continúa el desierto, hasta que la carretera se sumerge en un angosto valle fértil, al fondo de una quebrada labrada por un río. Remontamos ese valle hasta las afueras de Moquegua.
Una trepada nos saca de aquel valle y nos deposita nuevamente en el desierto. Así transcurren unos 80 kilómetros hasta que vemos un pequeño cartel que indica "Cocachacra" hacia la izquierda, hacia el mar. Nosotros debíamos dirigirnos a Arequipa, poco más de 130 Km más adelante, pero alguien me había hablado de las playas de Mollendo, en Perú, sobre el océano Pacífico, diciéndome que eran muy buenas. Miro el mapa y veo que Mollendo queda muy cerca de donde estamos, con dos alternativas para llegar, una pasando por Cocachacra por un camino rural y la otra por asfalto pero dando un rodeo de más kilómetros.
Elegimos la primera y nos metimos por una huella muy precaria que avanzaba entre plantíos. Cada vez se deterioraba más el camino, así que recorrer los poco mas de 50 kilómetros hasta Mollendo nos insumió mas de dos horas. Llegamos a la ciudad de noche y con el tiempo justo para conseguir alojamiento, cenar, ducharnos y dormir. A pesar de ser una ciudad costera, Mollendo tiene una topografía irregular.
Por la mañana del 12 de marzo recorrimos sus calles y conocimos su iglesia.
Nos fuimos a la playa, de arena negra, y nos quedamos allí hasta más allá del mediodía. Aprendimos la técnica de los niños peruanos para combatir el extremo frío del agua del Pacífico. Esta consiste en rodar por la arena caliente en cuanto uno sale del mar para recuperar un poco de temperatura y no permanecer tiritando por una hora. Luego del almuerzo decidimos continuar con nuestra travesía. Arequipa nos esperaba unos kilómetros mas adelante y más arriba. Salimos de Mollendo por un serpenteante camino en subida, entre montañas que nos deposita en una altiplanicie (1200 a 1500msnm y 50Km de ancho) que cruzamos de Oeste a Este. Al final de ella corre la Carretera Panamericana que se dirige a Lima y más allá a Ecuador. Cruzamos la Panamericana y continuamos subiendo hacia el Noreste, son unos 50 Km de camino de montaña. Así llegamos a los 2305 metros sobre el nivel del mar en que se encuentra Arequipa. Arequipa es conocida como "La ciudad Blanca", y eso se debe a que casi todos sus monumentos y la mayoría de sus construcciones están hechos con sillar blanco. El sillar es una piedra volcánica relativamente blanda, no muy pesada y porosa.
Aquí vemos la catedral de Arequipa.
El Templo de la Compañía (por la Compañía de Jesús), Orden de los jesuitas.
Una moderna construcción, también facturada en sillar blanco.
Y una cárcel devenida en mercado. ~ Uno de los objetivos principales de nuestra estada en Arequipa era conseguir mapas carreteros o indicaciones para dirigirnos desde allí hasta Cusco. Tuvimos la "mala" suerte de hablar con gente que no sabía nada acerca de una carretera que se dirigiera hacia Cusco. En realidad nadie lo decía en voz alta, pero todos sabían del peligro que existía en ese entonces con el grupo guerrillero "Sendero Luminoso" que había "tomado" muchos pueblos de la montaña e imponían su propia ley, en la que los turistas podían ser una presa codiciada. (Al repecto hay un hermoso libro de Vargas Llosa, "Lituma en los Andes", que describe además de las costumbres y leyendas de los naturales de la montaña, la situación que se vivía en los pueblos y ciudades de Perú donde la guerrilla se había hecho fuerte). Estábamos en una librería tratando de conseguir algo de cartografía, cuando nos intercepta una guía turística y nos "explica" que "no hay manera de dirigirse desde Arequipa a Cusco por carretera, porque "las lluvias del verano han borrado la precaria senda y hubo muchos derrumbes". Para "consolarnos" nos ofrece la posibilidad de ir en tren. La idea nos pareció magnífica. Siempre deseamos viajar en ferrocarril por las altas montañas, y esa era la oportunidad. Dejaríamos el R12 en una cochera en el Hotel e iríamos a Cusco en Tren. El "problema" era que los pasajes estaban agotados hasta dentro de 15 días pero, por un "leve" sobreprecio del 600% ella nos conseguiría dos butacas para el día siguiente a la noche. Serían unos 400 Km de recorrido a más de 4.000 metros de altura que se realizan en 20 horas de viaje, saliendo a las 21 de Arequipa, pasando por Juliaca a la madrugada y arribando a Cusco a las 5 o 6 de la tarde. El promedio de tan solo 20 Km/h se debería a las pronunciadas pendientes a superar y el pobre mantenimiento de los rieles que no le permitirían desarrollar mayores velocidades al convoy. Cerrado el "trato" nos dedicamos a conocer más de Arequipa. Esa tarde nos fuimos a las afueras, a la campiña.
Allí vemos como, desde épocas de la dominación incaica, se han construido numerosas y enormes "terrazas de cultivo" escalonando las laderas de la montaña para que el agua de los canales de riego pueda ser retenida por la tierra de los andenes y alimente los plantíos.
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