Con amigos...      

Caldera "Inca pilliu" o Caldera "corona del Inca"

Diario de viaje - Página 1
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28 de Febrero de 2003 Federico Flugel, Gregorio Donikian y yo, Eduardo Cinícola, volvíamos de una Aventura organizada en el Foro Path4x4 con mas amigos.

Ellos se volvían a Buenos Aires luego de una extenuante odisea por Catamarca y Salta...

~ O ~


La "Caldera Inca pillio" o "Caldera corona del Inca" (lo que es lo mismo ya que "pillio" o "pilliu" significa "corona" en quechua) es un gigantesco cráter con forma de corona en las alturas de los Andes riojanos y tiene una breve pero intensa historia, desde que fuera "descubierta" allá por 1986 por Federico Kirbus, explorada por Pepe Horquera y "redescubierta" para la fama por Path4x4 en su saga en busca de "Los Techos de América" (que generó al menos cuatro expediciones hasta que pudieron disfrutar de su hermosa vista). Es explotada ahora, comercialmente, por varios empresarios del Turismo Aventura y visitada por decenas de turistas anualmente.

Queda 40 Km. más al norte y 1.200 metros mas arriba que la Laguna Brava.

Se ha generado un mito acerca de la extrema dificultad para arribar a ella.
Según éste; se debe partir de Vinchina a las 3 o 4 de la madrugada debido al estado de los ríos y arenales..., llevar 4, 5, 10 vehículos y todos completamente pertrechados con malacates, neumáticos especiales, bloqueos, etc, etc.

Es muy difícil hallar el punto de equilibrio.
El asunto gira en torno a "no meterles miedo" a los que aún no fueron, ni alentarlos a cometer irresponsabilidades.

Nuestra excursión fue una excursión con suerte, mucha suerte.

Ibamos en dos camionetas. Una, una Land Rover Discovery que sí, tenía malacate y estaba un poco "levantada" de suspensión. La otra, una Ford Ranger estándar, con Fede de conductor y Zapallo (un Rod Wailer de 40 días) de acompañante.

Retomo...

 

....volvíamos de una Aventura organizada en Path4x4 con más amigos.
Ellos se volvían a Buenos Aires luego de una extenuante odisea.

Nos despedíamos en Cafayate, Salta.

Como era viernes, nos quedaba el fin de semana por delante.
Ante el requerimiento de Gregorio de aprovechar para conocer lugares con bellos paisajes, le propongo pasar por La Rioja y visitar Laguna Brava, que él aún no conocía.
Dudó un tercio de segundo.
El que se demoró casi medio segundo en decidirse fue Federico, cuando le propusimos que nos "hiciera pata".

Ese mismo viernes partimos de Cafayate, para llegar, cerca de la medianoche a Villa Unión.


800 Km en que nos pasó de todo: pinchamos (en el asfalto!!), quemábamos fusibles (sin saber por qué) a razón de uno cada 4 kilómetros (hasta que Greg "destripó" la alarma y la dejó inactiva), nos separamos y nos desencontramos, cruzamos la Cuesta de Miranda en plena Noche... terminamos demorando mas de 15 horas para hacer esos 800 kilómetros (casi todo por asfalto).

Federico había desaparecido.
Llegando a Chilecito, a eso de las diez de la noche, perdimos contacto de radio con el.
Intentábamos con el celular (fuera del área de cobertura).
Esperábamos su llamado y... Nada.

Así seguimos avanzando, cruzamos la cuesta de Miranda. Encontramos un puesto de control policial a quién le preguntamos si había visto pasar una Ford Ranger gris con un "boina roja" y un perrito de acompañante.
- No. Por acá no pasó. El único que pasó en las últimas horas es el Secretario de Turismo de la Provincia, que iba para Laguna Brava.

¡Sonamos!!, ¿Dónde estarán Federico y Zapallo?

Llamada por la radio y... Nada. Celular... Nada.
Cada tanto parábamos en algún retome de aquella cuesta para otear en la obscuridad de la noche tratando de descubrir algún resplandor de las luces de la Ranger.

Así llegamos a Villa Unión. Eran casi las doce de la noche.
Gregorio venía "muerto", durmiendose. Había manejado toda la jornada.

Encontramos un hotel y "nos zambullimos".
Greg se durmió antes de acostarse.

La habitación era en un primer piso.
Yo no estaba tranquilo, en realidad estaba preocupado por lo que hubiera podido pasarle a Federico.
Me quedé en el balcón de la habitación, fumando y con el handy encendido.
Cada tanto modulaba, llamando a Fede. Cada vez con menos convicción.

Iba por mi cuarto o quinto cigarrillo y el sueño ya me estaba venciendo cuando se abre el "squelch" de la radio y escucho alguien que canta:
"... montado en burro, talón y talón... "

¡Federico!!!
Si, allí estaba él, andaba a unos diez Km de Villa Unión. Era mas de la 1 de la madrugada y andaba fresco como una lechuga.

Luego nos explicaría que el motivo del desencuentro en Chilecito fue que, distraído, tomó a la derecha en una bifurcación que debía tomar a la izquierda y apareció en Famatina. Tuvo que retomar, no me acuerdo que otra peripecia padeció y eso lo distanció tanto de nosotros.

Siguió unos kilómetros mas, a dormir en Vinchina (en Villa Unión no encontramos un lugar donde dejar la camioneta a buen resguardo – Tenía muchas cosas sueltas cargadas en la caja y, desconfiados como buenos citadinos, queríamos un garage cerrado).

Ahora, mas tranquilo, me fui a dormir yo también.

 

Sábado.

Pasamos por Vinchina a recogerlos a Fede y Zapallo.
Desayunamos, cargamos combustible, emparchamos neumáticos, soldamos un soporte que se había roto hacía unos días y, "tempranito", como a las once salímos de Vinchina.

Cruzamos la hermosa Quebrada de la Troya (que lamentablemente está perdiendo parte de su encanto con la pavimentación del camino), y a las 12, dejábamos atrás la oficina de los guardaparques en Jagüé.


Dejamos al costado el Refugio "La Brava" (el del "destapao") y ...

Sin correr. Parando a tomar algunas fotos y a dejar enfriar a la Discovery que cada tanto calentaba un poco, llegamos al Refugio del Veladero a las 14:10.

La subida hasta allí no se las cuento porque ya está narrado en Laguna Brava 1 y
Laguna Brava 2.

La intención inicial era llegar solo hasta allí ya que este viaje era una "yapa" en dos días que nos habían sobrado de la excursión a "Colifalla" y "El Paso del Colifa" en el cráter del volcán Galán, que les mencionaba al comienzo.

Siendo tan temprano, decidimos que nos meteríamos, por la Pampa del Veladero y el arenal de los Burritos Muertos, hacia el norte, hacia el Inca Pillio.
A las 16:00 pegaríamos la vuelta en el lugar que estuviésemos, para evitar las bajas temperaturas de la noche y, porque no podíamos quedarnos un día más allí.
El lunes había que "laburar".

El asunto fue que comenzamos a avanzar, sin mucha dificultad, por aquellos arenales en suave pendiente ascendente.

20, 30, 35, por momentos 55 km/h.


A pesar de lo avanzado del verano, todavía "resistían" estos penitentes de hielo.

Llegó "la angostura".

El río Veladero, frente a nosotros, desciende, con poco caudal, por entre dos paredes de roca.


Unico lugar para pasar: el lecho del río.
Pero está lleno de piedras afiladas y de considerable tamaño.
En fin, allá vamos.

Luego de vadearlo en tres o cuatro oportunidades, siguiendo la búsqueda de la orilla mas pareja durante unos 800 metros, el terreno se aplana.

Ahora es un amplio lecho de arena húmeda.
El tránsito por allí se pone un poco mas pesado pero se puede circular en segunda y, por tramos, en tercera baja.

Abandonamos mas adelante ese lecho para hacer un desvío de unos 500 metros hacia el NO.

Una trepada, luego de girar al NE, nos lleva a otra planicie rodeada de montañas de mas de 6.000 metros. Nosotros circulamos a unos 5.200 msnm.

Subimos a unas lomadas que se encuentran en el centro de aquella caldera y, cuando miramos el GPS, nos sorprende la altura.


Estamos, casi sin darnos cuenta, a 5.479 metros sobre el nivel del mar.

Estas lomadas que acabamos de subir, rodean, como una "corona", la ollada central en la que luce majestuosa, la conmovedora Laguna del Inca Pillio.
Miramos el reloj y nos percatamos que son las 16:30.
Nos pasamos de la hora tope que nos habíamos fijado para el regreso.
En poco mas de dos horas habíamos hecho el tramo Refugio del Veladero / Corona del Inca Pillio.

Habiendo llegado hasta allí, nos tomaríamos una licencia.
Correríamos en una hora el momento del regreso, para poder disfrutar de aquel espectáculo con el que muchas veces habíamos soñado.

En un giro de 360 grados descubrimos las altas cumbres que rodean la Gran Caldera del Inca Pillio, dentro de la cual está la Corona del Inca Pillio , en cuyo centro se ubica la Laguna del Inca Pillio.

Tomamos las fotos de rigor...


La laguna, con los cerros Gemelos Sur y Norte (debajo de las nubes).


Son las cinco de la tarde. Hora del regreso.


Hacia allá, hacia el sur, debemos irnos.

Podemos apreciar las nacientes del Río Veladero, que en época de deshielo masivo, aporta sus aguas a la Laguna Brava.
En temporadas de escasa nevada invernal, ese agua es absorbida en los arenales de los Burritos Muertos y del Veladero, sin llegar a la Brava.


Un par de accidentes pequeños de conducción (una empantanada de Fede y una "colgada" de una roca de Greg sumado a un breve "apunamiento" mio) no lograron empañar tan grata jornada.

La noche nos tomó en el abra del Peñón y así hicimos la bajada y la Quebrada de la Troya.
23:00 Llegamos a Vinchina.

SALUD INCA PILLIO !!!

     
EDUARDO CINICOLA      
Febrero de 2.003            


Ver fotos Satelitales de la Caldera del Inca Pillio

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