Con amigos...      

Gran Caldera del Volcán Galán

Diario de viaje - Página 3

Habíamos hallado la "Perla del Galán", se nos venía la noche y debíamos hallar urgente un lugar donde armar campamento antes que la temperatura comience su violento descenso posterior a la puesta de sol.

El lugar elegido para pasar la noche era "Colifalla", pero... ¿Qué es? y... ¿Adónde queda Colifalla?


"Colifalla" comenzó siendo una entelequia, un lugar imaginario donde un grupo de "colifas" (locos) fundaría una ciudad en la desolada Puna.

Resultó ser que los "colifas" concretaron su idea y, allá por el 2001, incursionaron por el cráter del volcán Galán y "fundaron Colifalla" (en realidad ya había unos ranchitos).

Al mas puro estilo conquistador español tomaron posesión de aquellas abandonadas instalaciones, en nombre de.... no, del Rey no. Estos eran democráticos, si hasta le eligieron gobernador y, como no podía ser de otra manera, la designación recayó en un "hijosdalgo" que no había integrado la expedición y no conocía la zona, pero se pasó un buen tiempo reclamando por sus supuestos derechos.

Bueno, el asunto era que Colifalla estaba fundada y nosotros necesitábamos hallarla para poder refugiarnos y resistir las inclemencias de la noche de alta montaña (+4.600msnm).
 

Luego de un recorrido que nos llevó por sitios en los que pensamos que el retorno sería imposible.
Cuando el frío ya se hacía sentir...
La divisamos...

Allá está COLIFALLA

Recostado sobre una barranca que lo protege un poco de los helados vientos de altura,
al costado de una vega del Río Los Patos, se encuentra este puesto de "veranada".

La exitación y felicidad por el hallazgo solo se enturbió por un detalle...

Había gente...

Estaban SUS VERDADEROS DUEÑOS...
(se acabó la ilusión de conquistadores, de fundadores, de hijosdalgo...)
La cruda realidad.
Colifalla tiene dueño.

Se llama Menitor Ramos, el puesto lo heredó, de su padre, este de su abuelo y, su abuelo de su "anteabuelo".

Sin más pasamos a informarle que el sitio, de ahora en adelante se llama "COLIFALLA" y que así figurará en todos los mapas. A lo que Don Menitor asintió sumisamente.

No nos animamos a decirle que tomábamos posesión del sitio en nombre de ningún Rey ni gobernador ni intendente porque temimos que nos sacara a patadas y, hubieramos tenido que dormir a la intemperie.

Don Menitor tuvo la gentileza de permitirnos refugiarnos en "su puesto" y allí ubicamos los vehículos y armamos las carpas.

Nos juntamos todos, a preparar algo para comer, en una pequeña habitación que oficiaba de cocina. Sus paredes renegridas, ahumadas, retenían un poco de calor en su interior.

Don Menitor Ramos resultó ser una persona muy agradable y "conversadora" para lo que es la media del habitante de la Puna.

Nos sorprendió que no conociera "La Perla del Galán", siendo que estaba relativamente cerca de su propiedad.


Esta propiedad se halla en una zona que puede ser pretendida tanto por la Provincia de Catamarca como por Salta.

Hasta hace poco, las cartas topográficas del IGM marcaban como divisoria de aguas (y de provincias) a lo que resultó ser el labio Este del cáter del Galán.
El río Los Patos "¡ no existía !" y toda esa zona se le adjudicaba a Salta.

Hoy, hace muy pocos años, y merced a la fotografía satelital, se descubre que la verdadera divisoria de aguas es la sierra de Vázquez, unos 20 a 25 Km mas hacia el Este.

En ese pasillo de 20 Km de ancho, corre el Río Los Patos de sur a norte y desagua en el Salar del Hombre Muerto.
 

Pasamos esa noche en Colifalla...

Al día siguiente acompañamos a PIRI y al Polaco que se "tirarían" desde lo alto de la Sierra de Vázquez hacia el este, hacia el Valle del Calchaquí.

Por tozudés de otro de los integrantes de ese grupo de cuatro camionetas (que no llevó reserva de combustible ni tenía nociones mínimas de orientación o navegación) debimos desertar de "aquella" aventura y regresamos a sacar a "Carlos" del cráter del Galán.

Volvimos a pasar la segunda noche en Colifalla.


Cuando llegamos esa noche, descubrimos que Don Ramos y su hijo habían carneado una llama (camélido americano) y estaban preparando "Charqui".


El "charqui" es carne deshidratada, carne seca.
Normalmente se la sala y se la pone a secar dentro de jaulas de alambre tejido de malla muy fina.

Don Ramos nos explica que eso no es necesario aca.
La altura y el frio hace que no haya insectos de los que ponen sus huevos en la carne (moscas/tábanos) provocando su pudrición.

El ambiente extremadamente seco permite que en poco tiempo se logre la deshidratación, sin ser necesario ningún tipo de sal ni aditamento para su conservación posterior.
 

Al día siguiente debíamos conducir a Carlos y su chata hacia la "civilización".

Decidimos que no lo haríamos por el camino por el que llegamos sino que huiríamos hacia el norte, buscando el Salar del Hombre Muerto, la mina de Litio, y la ruta que, viniendo del Salar de Pocitos, conduce hacia Antofagasta de la Sierra.

Nos quedamos hasta mas allá del mediodía, esperando por si PIRI y el Polaco regresaban por no haber podido bajar a Compuel/Agastaco.


El día estaba espectacular...
El paisaje "era" espectacular...

Y vuelta a esa indescriptible sensación de libertad que nos provocan, a quienes vivimos en grandes ciudades, los espacios abiertos.
Bajábamos hacia un valle por el que discurre el Río "Los Patos".


Suponíamos que ese era el "Cerro Gordo" donde, según el hijo de Don Menitor,
encontraríamos a un "puestero" que nos indicaría el rumbo para salir de allí...


Ya mas cerca (aunque todavía faltan unos kilómetros) vemos como las huellas se pierden en un terreno sumamente árido, desértico, en el que no vemos animales, ni puesto ni "puestero".

Debimos continuar orientados por nuestro "olfato".
Teníamos GPS pero, como no habíamos previsto esa ruta, no teníamos cartografía ni puntos de referencia de la zona.



En un momento quedamos enfrentados al Río "Los Patos" sin tener la certeza de que debiéramos vadearlo.
Medía mas de un metro de profundidad, era riesgoso y quizás inútil.

Por fin decidimos continuar por esta orilla, cruzamos mas adelante un afluente, en una zona de mallines y quedamos "encarando" una pequeña salina.
La bordeamos por el Oeste.

Pasamos luego una hermosa zona de quebradas y cañones con rocas de todos los tonos de rojos y ocres.

Repentinamente, una huella.
Se hace mas marcada. Es buena señal.


Allá en el fondo comenzamos a divisar uno de los brazos del Salar del Hombre Muerto.

¡ Estamos salvados ! Diría Carlos en ese momento en que, a punto de entrar en pánico, dudaba de todo lo que le decíamos.



La refracción del sol sobre los cristales de sal nos regaló este arco iris sin lluvia.


Pasamos muy cerca de un "zuri" o ñandú petiso y pudimos fotografiarlo.

Mas adelante, el camino se corta, en el medio de la nada, por una cerca y un enorme portón con mecanismo eléctrico, cámara de filmación y radioenlace para enviar la señal de video y el audio de un intercomunicador hasta la "central" que luego de unos interminable minutos, nos atendió y envió un ingeniero en una camioneta a franquearnos el paso.

Es la empresa ..... que explota el litio en el Salar del Hombre Muerto.
Mientras cruzamos su enorme predio nos sorprende una enorme pista de aterrizaje asfaltada y de mas de 3,5 Km de extensión.

¿Qué funcionario de aduana revisará aca lo que llevan o traen esos aviones de la empresa norteamericana, que necesitan una pista asfaltada de mas de tres kilómetros y medio de largo??


Estamos atravesando las instalaciones de la planta cuando divisamos un "mini-tornado".


"Carlitos" ya se agrandó y es él quien nos indica ahora el camino.
Gregorio me mira con cara de no poder creer lo que ve y escucha.


Otro sector del extenso Salar.


Estamos saliendo del Salar y divisamos "La escuelita", aquella que nos proveyera cobijo al Grupo Viajeros(en esa época todavía no era 4x4)
cuando en el invierno de 1997 nos tomara por sorpresa una tormenta de viento blanco.


Ya estamos sobre la ruta que conduce a Antofagasta de la Sierra.

"Carlitos" se sintió seguro y, apretando el acelerador, nos "dejó de seña" mientras tomábamos una foto.
En el apuro se olvidó hasta de saludar...

Mas adelante una muy grata sorpresa...


Mi memoria no me traicionó y encontramos la apacheta que erigimos en el lugar de la tormenta de viento blanco del invierno de 1997

Para mi sorpresa, allí debajo de las piedras estaba la botella de "Fresitas" que dejamos un año después, en el invierno de 1998 cuando pasamos por segunda vez por acá para poder vencer el Paso o Callejón de Puntas Gordas.

La satisfacción y el brindis espiritual con mis amigos que compartieron aquellas aventuras.

     
EDUARDO CINICOLA      
Febrero de 2.003            


Esa tarde llegamos a Antofagasta de la Sierra y dormimos allí.
Al otro día partimos con Gregorio hacia Cafayate, a reunirnos con Piri, el Polaco, Paola, Pierre y Pancho
(Las 5 "P" que vencieron el "P"aso del Colifa).
Brindis y nueva partida hacia Laguna Brava y Caldera "Inca pillio"...

EDUARDO                       .


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