Familiar      

Laguna Diamante
Al pié del Vn. Maipú (Maipo)

Diario de viaje
~
Las fotos están en su tamaño máximo

Marzo de 2003

El año pasado habíamos intentado llegar a esta laguna, pero era ya mediados de abril y había caido la primera nevada invernal que nos cerró el camino a pocos kilómetros de nuestro destino.

Este año, un poco mas temprano, esperábamos que el clima nos acompañara.

Habíamos pasado la noche en una cabaña en 25 de Mayo, cerca de San Rafael.

Salimos a media mañana, con rumbo Oeste.


Pasamos por el primer embalse; Los Reyunos.

Nos dirigíamos ahora hacia la "nueva" 40 (en ese tramo la RN40 cambió su recorrido), por allí cerca queríamos visitar...


El embalse Agua del Toro.


Y su enorme dique.
Por el coronamiento pasa ahora la RN40.


Atravesando el túnel subimos nuevamente a la planicie y descubrimos el Cerro Diamante
(en realidad un hermoso volcán extinto).

El volcán Diamante tiene un camino para llegar a su cima desde donde se divisa un extraordinario paisaje. Esta vez no lo subimos por falta de tiempo.


La fotografía satelital nos muestra el embalse Agua del Toro y al sur (en el centro) el Cerro Diamante con su inequívoco cráter y sus lenguas de lava solidificada.

Volvimos a tomar la RN40 hacia el norte, cruzamos nuevamente el túnel y el coronamiento del dique y continuamos por unos 40 kilómetros.
Allí se encuentra una huella que toma rumbo oeste, apuntando directamente a la cordillera.

Repetimos la subida, que está profusamente ilustrada en Intento a Laguna Diamante y volcán Maipú en abril.

Este año fue distinto; era comienzo del otoño y aún no había nevado.


Se nota en la falta de nieve en las laderas del volcán que nos observa.

Hicimos los escasos kilómetros que nos faltaban desde el lugar donde la nieve nos detuvo en abril de 2.002. Pasamos el refugio "El Cilindro" donde aún estaban los guardaparques y nos hicimos una disparada hasta la orilla de la laguna.


Vemos en la orilla opuesta los renegridos escoriales de lava del Maipú y al mismo volcán entre nubes. Por su cúspide pasa el límite con Chile (ellos lo llaman Maipo).

Rodeamos la laguna por el este dirigiéndonos al sur. Vamos hacia el puesto de Gendarmería Nacional.

El paso internacional no está habilitado, y la empresa propietaria del gasoducto que exporta gas a Chile ha cercado y cerrado con tranquera y candado la única huella que nos acercaría a la frontera.

Nos dirigimos a la desembocadura de la Laguna Diamante, lugar donde nace el Río Diamante, aquel que atraviesa la ciudad de San Rafael.


Exacto lugar del nacimiento del Río Diamante.


Otra vista de aquel bonito lugar.


Buscando como acercarnos a la frontera debemos vadear algunos charcos.


Detrás los escoriales volcánicos de la lava solidificada que emergió del cráter del Maipú.


Es hora de regresar, queríamos llegar esa noche a El Sosneado.
La F100 amarilla de Lucho se recorta sobre el fondo de montañas aterciopeladas.


El camino es espectacular. Si dan ganas de quedarse allí.
Estuvimos en un tris de armar campamento con los guardaparques.

Pero no, nuestros ambiciosos planes requerían que continuemos camino.

Decidimos, despues de bajar, tomar por la vieja traza de la Ruta 40 (actual RP101), hacia el sur.
Ya se había hecho de noche cuando comenzamos a transitar por esa carretera recta y pareja que, en un principio nos hizo pensar que en poco mas de una hora estaríamos en El Sosneado.

Hoy debo reconocer que era una ruta rústica.
Poco después de recorrer los primeros 27 Km de recta plana, el camino baja abruptamente en una curva de 90 grados con precipicio a la izquierda.
Veníamos desprevenidos y rápido en la obscuridad y casi "seguimos de largo"...

A partir de allí el camino desmejoró notablemente, al punto de haber sido barrido por un río en medio de un faldeo.
En ese punto no sabíamos por donde continuar. La senda se perdía entre piedras revueltas y matorrales. En la obscuridad de la noche, los faros iluminando al frente no nos ayudaban a divisar el entorno.
Mas adelante, en una bifurcación, Lucho que venía atrás, toma el sendero equivocado y termina "de cabeza" en un arenal. Sus gritos por la radio nos alertan de su necesidad de ayuda.

En mas de una oportunidad estábamos convencidos de haber tomado alguna bifurcación errada y estar "en cualquier lado".
El hambre ya estaba cambiando nuestro humor. Con el entusiasmo por todo lo que veíamos durante el día, nos olvidamos de almorzar, de merendar, de tomar mate...
Eran ya mas de las diez de la noche "y el pescado sin vender"...

Mi única referencia era el PUNTO grabado en el GPS con la locación de El Sosneado, y todavía faltaban unos 40 Km. Casi dos horas al ritmo de marcha que llevábamos.

Así fue.
Luego de unas cuantas peripecias mas llegamos a El Sosneado a la medianoche.
La única hostería estaba cerrada y no había nadie despierto a esa hora en el pueblo...

Resúmen de este último tramo:
Los paisajes que se deben ver por esta "antigua 40", de día, deben ser espectaculares.

HAY QUE VOLVER (pero de día).

Esta expedición continuó con Mina abandonada al pié del Volcán Overo


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