Trepando el Vn Zapaleri y relevando pasos cordilleranos
~
Argentina (Jujuy) - Chile y Bolivia

- DÍA 2 -

  Viene de...  

Para fotos tamaño máximo intente acá          

La zona de la travesía.
Mapas para GPS en ViajerosMapas.com


Intentábamos llegar a una pequeña lagunita que se halla en el cráter del volcán Zapaleri.



Fotografía satelital del volcán zapaleri donde se aprecia la lagunita del cráter.



Fotografía satelital del volcán zapaleri donde se aprecia la lagunita del cráter.



Fotografía satelital del volcán zapaleri donde se aprecia la lagunita del cráter.


Como les decía, la mañana nos trajo desagradables sorpresas.

La primera despertar con olor a humo de gasoil dentro de la Vitarita donde dormimos sentados enfundados en sendas bolsas de dormir.

Cuando decidimos salir, a pesar del humo, los primeros rayos del sol ayudaron a que la sangre se descongelara y volviera a fluir por la venas...

Veíamos, a la distancia, donde habían acampado las gasoleras, tres siluetas sumergidas en una nube de humo blanco y oíamos la forzada y arritmica respiración de esos motores.

Claro, nadie había aditivado el gasoil y este se había parafinado en cañerías y depósitos dificultando el arranque y la marcha de los motores de los ballenatos.

Recordaba lo que nos hizo renegar la flamante Hilux de Emilio al pie del Ojos del Salado hace un tiempo.

Bueno, ahora ponemos en marcha la Vitarita y los remolcamos a todos en trencito !!

El encargado de ponerla en marcha fui yo y recibí los improperios del Conejo Negro porque no puse el cebador a tres cuatas partes del recorrido, el acelerador al medio, el embrague a 2/3 y la ventanilla izquierda abierta a la mitad en el momento de dar contacto y burro.

Operaciones estas necesarias para que la vitarita arranque a -14,6 grados centígrados.

El asunto es que el motor arrancó, dió un par de vueltas y se paró.

A partir de allí no hizo caso a caricias, suplicas ni improperios de su dueño.

Definitivamente decidió no arrancar.

Se comió la batería y casi hace lo propio con la de Denis que acercó su chata para colaborar.

Haciendo el cuento corto, después de un buen rato y de desarmar medio circuito de combustible (bomba incluida), detectanos que la obstrucción estaba en la cañería que venía del tanque.

Sopleteamos un rato en sentido inverso y, parece que le hizo bien y se decidió a arrancar.

A todo esto eran cerca de las once de la mañana, habíamos perdido un tiempo precioso pero por suerte ya la TLC de Ale (la más remolona) rronrroneaba con un ritmo parejo y emitía menos humo.

Guardamos los bártulos que quedaban desparramados y partimos en búsqueda del Paso de Brajma, no demarcado y no habilitado. Es simplemente una de las tantas silletas que se forman entre los picos que ofician de límite entre los países.

Haciendo un esquema simplificado, los picos de sur a norte son (todos ancianos y extintos volcanes):

  • Vn Poquis
  • Nev. de San Pedro (o Nevado de Poquis)
  • Vn Zapaleri
  • Vn Brajma
  • Vn Tinte
  • Vn Piedra y Vn Negro
  • Vn Vilama
  • Vn Co Bayo

Entre cada uno de ellos se forma un abra o silleta baja donde es posible atravesar la línea fronteriza de un lado a otro.

Algunos los han utilizado arrieros en tiempos pretéritos, otros nunca han sido pisados porque su altura/dificultad no los hace elegibles para ese menester.

Por ahora ya habíamos pasado entre el Vn Poquis y el Nevado de Poquis (Po Poquis) de Argentina a Chile.

Y entre el Nevado de Poquis y el Vn Zapaleri (Po Zapaleri) de Chile a Argentina.

Ahora intentaríamos pasar entre el Vn Zapaleri y el Vn Brajma (Po Brajma) a Bolivia, a buscar otras laderas del Zapaleri que fueran mas benignas para su ascención.

Rápidamente, por la XX-05 que había dibujado Conejo Negro nos fuimos desplazando por la vera de una gigantesca vega, con rumbo Oeste.

La huella que generábamos ascendía hacia la silleta.

A las doce menos diez nos hallábamos parados en el Paso de Brajma a punto de ingresar a Bolivia.

Nada indicaba el cambio de pais. Ni un mojón, ni una apacheta, ni un accidente geográfico (aquí el abra quedaba todavía unos metros más adelante, en territorio boliviano).

Decididamente ascendimos esos últimos pocos metros y llegados a la divisoria de aguas, un deslumbrante paisaje llena los visores de las cámaras.

Es la laguna Zapaleri, tapizada de flamencos rosados en medio de una gran altiplanicie a los pies de la falda norte del Zapaleri.

A medida que observábamos esa cara norte del volcán, nos preguntábamos... ¿Qué estábamos mirando en el Google Earth cuando pensamos que esto se podía trepar???

Las laderas subián suaves al principio, pero, a medida que se acercaban a la cumbre, al cráter, sus paredes se hacían casi verticales.

Mirábamos y mirábamos esas laderas cada vez mas decepcionados mientras dábamos un gran rodeo a la laguna Zapaleri y sacábamos fotitos a los flamencos para disimular.

¿Y ahora de qué nos disfrazamos?

¿Cómo c..jo subimos estas laderas imposibles?

Lucho! ¿Sabés donde te podes meter el Camel?

(el que se iba a fumar mientras ascendía en la Vitarita marcha atrás).

Algo tenemos que inventar.

Tanto las alternativas Lucho1 como Edu2 discurrían por el lecho de sendas quebradas que traían sendos arroyos desde la cima.

In situ nos dimos cuenta que esas quebradas eran imposibles, no porque fueran angostas ni tapizadas de grandes piedras, sino porque cuando llegaban a la cima se ponían casi verticales.

Lo que veíamos estando en el lugar, era que subir por los filos parecía más factible.

Así lo hicimos, elejimos uno y comenzamos a trepar por el con la Vitarita escudada por la TLC de Ale mientras los otros ballenatos se quedaban al pié cambiando una de las gigantescas cubiertas de 35 pulgadas de Flavio, por su único auxilio.

La altura aumentaba... 4.600, 4.650, 4,700, 4.750 ...

Un inoportuno cambio de dirección para reducir la pendiente hizo deslizarnos peligrosamente de costado sin poder mantener la cota de nivel.

Ale, que venía atrás a paso firme siguió hasta una pequeña planicie unos metros más arriba.

Reparar nuestro error implicó tener que bajar unos metros para tomar impulso y desarrollar una nueva traza.

Ya estábamos junto a Ale nuevamente.

Seguimos arriba 4.750, 4.800 y no vá más, las cubiertas con 37 libras de presión se hunden en la arena.

Lucho, Ale, hay que desinflar.

Así lo hicimos y con renovados bríos pasamos la cota de 4.850

La laguna ya se veía chiquita allá abajo.

El horizonte se ampliaba y disfrutábamos de esa gran planicie al noroeste del Zapaleri y veíamos ahora siluetas desconocidas para nosotros de los volcanes del interior de Bolivia.

Sigamos 4.850, 4.900... cada vez costaba más, el terreno se ablandaba y la pendiente aumentaba.

- Che, y por aquel filo de enfrente, no te parece mejor?

- Si, puede ser, pero ahora estamos metidos acá, para llegar al otro hay que bajar hasta la base para cruzar la quebrada y remontar nuevamente. Sigamos acá que ya estamos jugados.

En eso escuchamos que los que quedaron abajo han puesto en marcha sus máquinas nuevamente.

Les damos precisas indicaciones para que se acerquen a la traza que estábamos descubriendo y nosotros seguimos avanzando lentamente.

Así llegamos a los 4.950, los esperamos.

De allí en adelante la pendiente se puso brava.

Pasamos la barrera de los 5.000 metros en ascenso y al poco rato ya estábamos en los 5.050

La cima esta a 5.600 y la lagunita posiblemente más baja a unos 5.500 metros sobre el nivel del mar.

La Vitara venía carburando muy mal. No entregaba potencia y consumía cantidades ingentes de nafta.

Parecía que estuviese cebada, con la mariposa del cebador cerrada impidiendo entrada de aire y succionando todo en combustible de la cuba.

Este último tramo que la Defe y las TLC encararon de frente, nosotros tuvimos que "estirarlo" con una "quenqueada".

Finalmente nos encontramos todos en una pequeña planicie, angosta y larga desde donde teníamos una impresionante vista de las faldas chilenas y argentinas del Zapaleri.

Allí abajo extensos campos de toba (lava un poco mas densa que la piedra pómez) nos hacían recordar la Pampa de los Bayos, al pié del Vn Vallecitos en Catamarca.

Estábamos a 5.094 metros eran casi las dos de la tarde y era imposible seguir avanzando por ese filo.

Nos quedamos allí un buen rato, disfrutando el viento, el paisaje, lo logrado... y rumiando impotencia por no poder continuar.

El reloj y los estómagos nos recordaron que no habíamos comido casi nada desde que despertáramos a las 08:00

El cronograma decía que debíamos continuar a enhebrar el paso del Tinte (Entre el Vn Brajma y el Vn Tinte) a unos 15/20 kilómetros de allí a campo traviesa.

Los casi 5.100 metros en que nos encontrábamos no eran un buen lugar para sacar salamines y sopitas.

Decidimos bajar a las orillas de la laguna Zapaleri, tras la proteccion de una gigantesca roca que nos haría de paravientos para almorzar mientras fotografíabamos patos y flamencos.


 


Foto: Flavio Yarade
Camino al Paso Brajma encontramos estos enormes monolitos de toba procedente del Vn Zapaleri.
Para fotos tamaño máximo (enlaces de alta velocidad), intente acá


Foto: Jorge Jorge
Por momentos la travesía transcurría por terrenos muy parejos.


Foto: Alejandro Danzi
Por momentos se tapizaba de grandes piedras.


Foto: Flavio Yarade
Después de transitar por la orilla de la Laguna Zapaleri (la que se encuentra al pié del volcán)
Comienza la subida por sus laderas.


Foto: Flavio Yarade
La luna se despedía tras la montaña.


Foto: Jorge Alonso
Vamos Flavio!!


Foto: Jorge Alonso
Todos hacia arriba !!


Foto: Flavio Yarade
Allá va el chinchorro.


Foto: Flavio Yarade
Se acerca el final por esta variante.


Foto: Flavio Yarade
Comienza el descenso.


Foto: Alejandro Danzi
Allá vuelven el chinchorro y el ballenato con las manos vacías.


Foto: Jorge Alonso
El defe de Jorge también de capa caída.


Foto: Flavio Yarade
Todos regresamos a la orilla de la laguna.


Foto: Flavio Yarade
A sacarle fotitos a los "plumíferos".


Foto: Flavio Yarade
La verdad es que estaban muy bonitos.


Foto: Flavio Yarade
Menos mal que les "disparaban" com cámaras fotográficas...
De haber sido con carabinas, no dejaban ni uno...


Foto: Flavio Yarade
Más "parinas"...


Foto: Jorge Alonso
Encontramos una gran roca cerca de la costa que nos ofreció refugio del viento.


Foto: Alejandro Danzi
Allí comimos nuestro postergado almuerzo.


Mientras almorzábamos me percato que no solo yo me había quedado con ganas de más Zapaleri.

Los gestos adustos y alguna que otra arruga en la frente señalaban que no había sido suficiente el esfuerzo.

Propongo modificar el cronograma (siempre elástico en nuestras travesías) y efectuar otro ataque esa misma tarde para volver luego a acampara allí, a orilla de la laguna, protegidos por la roca.

Las caras se iluminaron.

Repentinamente estaban todos sentados tras los volantes o afilando el GPS !!

Hice la salvedad de que debido a las condiciones de la Vitara (pérdida de potencia y aumento de consumo -que hacía peligrar la posibilidad de dar la vuelta completa de 900Km sin reaprovisionamiento-), la dejaríamos en el campamento y nos distribuiríamos: Lucho con Flavio y yo con Denis.

Todos contentos partimos a aquel tercer intento (el primero fue el frustrado por la vertiente argentina).

Bordeamos nuevamente la laguna Zapaleri, ahora más cerca de sus orillas.

Habíamos decidido atacar ahora por un filo que estaba justo entre las alternativas "Lucho1" y "Edu2" que, como recordarán iban por lechos de arroyos secos.

El terreno, que de lejos se ve espectacular, era de lo peor.

Grandes rocas y coirones nos obligaban a ir a la mínima velocidad.

Luego de varios zig zags, buscando la traza ideal, nos percatamos que, casi sin darnos cuenta nos encontrábamos a 4.900 metros de altura.

Una inocente subida a un filo se convirtió en una insalbable trampa de arena irremontable.

De nada sirvió bajar aun más la presión de los neumáticos. Llegábamos a un punto donde inexorablemente escarbábamos y nos hundíamos.

Flavio y Ale se habían dado por vencidos un rato antes y salieron con rumbo sudoeste a la búsqueda de otra variante.

Mientras bajábamos de aquella trampa de arena, con toda la pena que provoca perder altura una vez que se ha logrado obtenerla, vemos una inocente quebrada que ascendía hacia la izquierda.

Si bien desde abajo habíamos decidido abandonar los intentos por las quebradas dado que veíamos que acababan todas en pendiente imposibles, eso era lo único que, por ahora nos podía proporcionar más altura.

Nos metimos en la quebrada que, de tan suave a la vista, parecía plana.

Los GPSs no decían lo mismo. Ascendía francamente.

A poco de avanzar ya habíamos superado los 5.000 metros de altura.

Al llegar a los 5.100 en tercera de baja y silvando bajito, un repentino cambio de pendiente nos hizo renegar un rato (pensé que nuevamente podía ser el final allí).

Subimos finalmente y desde esa loma en el lecho de la quebrada parecía que de allí en adelante bajaba.

Sonamos. Pero ¿adonde va el agua de este lado? Tendría que formar una laguna porque para adelante no hay salida!

El asunto es que nuevamente nuestros sentidos fueron engañados por la naturaleza. El lecho de la quebrada no bajaba, seguía subiendo y por ella el Defe de Alonso y la TLC de Denis ya habían logrado los 5.200 metros de altura en las laderas del Zapaleri.

La quebrada se acabó, pero por la derecha bajaba un tributario de este arroyo.

¿Vamos Denis?

La pendiente parecía imposible, pero el suelo estaba bastante firme.

Un oportuno cambio de dirección en los 3/4 del recorrido nos depositó en una leve pendiente a 5.250 metros de altura.

Por ella apuntamos a la cima (que teníamos a la vista) y, primero Jorge Alonso con el Defe 110 y luego Denis, le dimos hasta que ruedas y motores dijeron basta.

Estábamos a 5.306 metros snm. La cima parecía al alcance de la mano.

Denis se salía de la vaina por continuar a pié.

No es fácil para nada subir una montaña de más de 5300 metros.

La escasés de oxígeno se hace sentir al primer paso que damos.

Finalmente Jorge y Denis deciden subir a pié a esa primer cumbre que veíamos, sin saber si detrás de ella estaría la laguna o no.

Mientras ellos suben, con Jaime tratamos de entrar en contacto con Flavio y Ale que se habían perdido en el eter.

Refugiados del viento dentro de las camionetas, vemos a traves de los parabrisas, lo costoso que les resulta a los muchachos aquel ascenso.

LLamada por radio y nada.

Diez pasos de Denis y Jorge y a sentarse en una roca a descansar.

Nuevo llamado por radio y ..... silencio.

¿Donde se habrán metido estos nabos?

¿Les habrá pasado algo?

Ya comenzaba a preocuparme mientras Denis y Jorge paso a paso y descanso a descanso, le robaban altura al Zapaleri.

Nos dimos cuenta que ninguno de los dos había llevado handy ni GPS, por lo que no podíamos consultarlos por su estado físico, ni ellos podían ver la distancia a la cumbre/laguna.

Vemos que Jorge se sienta definitivamente, perece decidido a no seguir avanzando. El esfuerzo es supremo. De mi partte de ninguna marera podría haber llegado hasta allí.

Denis sube los metros que faltan y desaparece tras ese peñon que parece la cima.

Al rato asoma por el otro lado.

Baja, charla con Jorge...

Este es el momento, si Jorge sube es seguramente porque Denis vió la laguna y Jorge por nada del mundo se la perdería.

Vemos que los dos comienzan el descenso.

Por radio aparecieron Flavio y Ale y los vamos guiando paso a paso para que lleguen ellos tambien a esta altura máxima en vehículo motor (por ahora) en las faldas del Zapaleri.

Les costó un poco más la loma en medio de la quebrada, pero en poco menos de una hora estuvieron con nosotros.

Ahora si, convencidos que habíamos dado hasta lo último, volvemos al campamento con los ojos iluminados y una sonrisa en los labios.
 


Foto: Jorge Alonso
En el almuerzo decidimos realizar otro intento.


Foto: Jorge Alonso
Cambiamos la via de aproximación por una más directa.


Foto: Jorge Jorge
El terreno no era para nada amigable.


Foto: Flavio Yarade
Las pendientes tampoco.
Acá Denis desinflando neumáticos para ganar adherencia.


Foto: Jorge Jorge
Seguimos ganando altura.


Foto: Jorge Jorge
No sin transpirar la camiseta...


Foto: Carlos Lucchini
Jorge y Jorge estudiando el probable camino.


Foto: Jorge Jorge
La Land Cruiser de Denis haciendo sus últimos esfuerzos.


Foto: Jorge Alonso
La Defender de Jorge nos sigue de cerca...


Foto: Alejandro Danzi
Las trompas apuntando al cielo.
Falta tan poco...


Foto: Jorge Jorge
Las chatas dijeron basta.
Estábamos a 5.309msnm
Jorge y Denis deciden continuar a pié


Foto: Carlos Lucchini
La vista desde allá arriba es impresionante.


Foto: Carlos Lucchini
Parecía que voláramos en helicóptero sobre los campos de lava.


Foto: Jorge Jorge
Es absolutamente imposible continuar en camioneta.
Las grandes piedras, la pronunciada pendiente y en terreno flojo nos lo impiden.
Jorge y Denis se lanzan a conquistar la cima caminando.


Foto: Jorge Jorge
El esfuerzo es enorme, vemos como Jorge se sentó a descansar mientras Denis sigue hacia arriba.


Foto: Jorge Alonso
Desde arriba Jorge toma esta foto hacia donde quedaron las camionetas.


Foto: Jorge Alonso
Pareciera sencillo para que las chatas subiesen, pero realmente no lo era en absoluto.


Foto: Jorge Jorge
Nos despedimos de aquellos enormes campos de toba.


Foto: Flavio Yarade
Comienza el descenso.
Esta vez nuestra "conciencia" entaba tranquila.
Habíamos entregado todo !


Foto: Carlos Lucchini
Regresamos a la laguna, allí pasaremos la noche.


Foto: Alejandro Danzi
Y vuelta a fotografiar los fotogénicos flamencos.


En realidad no lo conté, pero lo di por sentado; Denis no pudo ver la laguna. Como ocurre siempre que uno asciende una montaña, cuando llega a una cumbre resulta ser, generalmente, una falsa cumbre o cumbre previa, solo luego de varias de estas llega la única y definitiva.

Bueno, Denis divisó dos cumbres más desde el peñasco al que llegó.

En línea recta quedó a unos 1000 metros de la lagunita y tan solo cien metros más abajo.

Esto ameritará nuevas expediciones !!!

Volvimos a la costa de la laguna Zapaleri (la grande que está a sus pies) tras la protección de la gran roca que detenía los embates del viento cordillerano.

Armamos allí un improvisado campamento cuando las sombras ya se adueñaban del paisaje.

El frio "pegó" inmediatamente.

No obstante eso las ganas de comentar las peripecias del día hicieron que soportáramos estóicamente la baja temperatura sentados en los silloncitos de lona a la intemperie.

Lucho, que a fuerza de ayuno y queso, había logrado solidificar su descompostura, se hallaba un poco recuperado y prometió acercarse a charlar.

Con la Vitara habíamos acampado lejos de la protección de la roca, en medio del viento para evitar la intoxicación por los efluvios blanquecinos y tóxicos que emitían por la madrugada los ballenatos gasoleros que, merced a la ansiedad incontenible de sus dueños, eran puestos en marcha mucho antes de que saliera el sol, a las 6 de la mañana, cuando nunca comenzamos a andar antes de las 10. Cuatro horas de vomitivo olor a gasoil.

Decía que Lucho había prometido acercarse al fogón, pero no aparecía. Me asomo a mirar en la penumbra del atardecer y, recortada contra el cielo rosado veo la silueta del Conejo Negro revoleando los brazos dentro de la Vitara, como peleando con un adversario invisible.

Buéh, se le sopló la junta a Lucho.

Como caminar los 100 metros que me separaban del "Chinchorro" habría agotado mis "escuetas" reservas de energía, lo dejé gesticulando. Ya me enteraría de lo que le pasaba cuando me fuera a dormir.

Planificamos los pasos para el día siguiente, comimos unos exquisitos fideos a los 4 quesos que preparó Denis dentro de su camioneta, sorprendido porque tardaron media hora en cocinarse a pesar que el paquete decía que estarían listos en tan solo diez minutos (la baja presión atmosférica hace que a esa altura el agua hierva a unos 75/80 grados centígrados y eso retarda cualquier cocción).

Finalmente, golpeados bravamente por el frío, decidimos acostarnos a dormir.

Llegado a la Vitara lo veo a Lucho despierto y con cara de pocos amigos.

- ¿Qué te pasó Lucho que no viniste a charlar?

- No sabés loco, una desgracia, una desgracia!

- Te volvió la cagadera !

- No, peor que eso...

Y allí me cuenta que cuando quiso bajar las fotos a la PC portátil, se encontró con que en la tarjeta de memoria no había ni una sola foto.

Mejor dicho si, había diez, que eran las que había sacado despues de colocar la Memory stick en un hermoso reproductor de DVD y fotos que lleva Flavio en su chata !!!

Flavio y la re... #@*!!·#*! se lo oía proferir al Conejo Rojo, si "Rojo" de bronca y de impotencia!!

- Las fotos de la subida al Zapaleri también se perdieron?

- Si

- ¿Y las del filo del gasoducto?

- Si

- ¿Y las del empinado caracol minero?

- Si !

- ¿Y la de los campos minados ?

- Si !

- ¿Y las del paso Zapaleri ?

- Tambien !

- ¿Y todos los clips de video que filmamos?

- También !

- Y...

No quise seguir preguntando, Lucho estaba al borde de la ira y yo sumamente decepcionado ya que antes de partir convinimos en que llevaríamos una sola cámara (la de el) ya que en la distribución de tareas uno manejaría mientras el otro navegaría y tomaría las fotos.

Buéh...

- Mejor durmamos Lucho...


 

DEL CAMPAMENTO NOCTURNO NADIE SACO FOTOS.


ASÍ ACABÓ LA SEGUNDA JORNADA DE ESTA TRAVESÍA
HABÍAMOS CRUZADO POR EL PASO BRAJMA A BOLIVIA
HABÍAMOS INTENTADO VANAMENTE POR DOS ALTERNATIVAS MAS ALCANZAR LA LAGUNITA
QUE MORA EN EL INTERIOR DEL CRATER DEL VOLCAN ZAPALERI, ESFORZANDO LAS MAQUINAS AL MÁXIMO
PARA EL DIA SIGUIENTE INTENTARIAMOS VISITAR LA LAGUNA BUSCH ABRIR AL TRANSITO VEHICULAR EL PASO TINTE
Y VOLVER A PASAR A BOLIVIA POR ENTRE LOS VOLCANES TINTE Y CERRO NEGRO POR UN PASO "INEXISTENTE".

  Sigue acá...                        

  Esta aventura comenzó acá...                        

           
EDUARDO CINICOLA
Noviembre de 2008            



Menú Principal de VIAJEROS 4x4

Si quieres dejarnos tu opinión
o ver los Comentarios de otros Visitantes,
puedes ingresar a nuestro
Libro de Visitas