Así unos por un lado y otros por otro fuimos hallando distintas alternativas, con variado grado de dificultad para reunirnos con la huella que nos sacaría de allí.
Nos gustó la de Denis, con una pequeña variante que nos depositó en el lecho de un tributario transversal seco del Zapaleri que nos condujo hasta sus orillas.
Flavio y Ale se querían tirar por una bajada imposible. Menos mal que los hicimos desistir. Vista de abajo se podía imaginar la cantidad de tumbos que hubiesen dado si intentaban esa variante.
Ya a salvo sobre la huella, en territorio argentino y rumbo a la Laguna Vilama (nuestro previsto lugar de acampe), imprimimos ritmo picante al convoy.
Pasamos velozmente el abra Bonanza de 4.834 msnm y a las seis de la tarde ya estábamos cerca de lo que sería el campamento.
- ¿No es un poco temprano para acampar? pregunta Denis, teniendo en cuenta que con el cambio de hora y la longitud a la que nos hallábamos, el sol se pondría a las 21:00 aproximadamente.
- Y, si.
- ¿Y no hay nada para hacer hasta que anochezca?
- Y, miren, hay una "XX-73" que marcó Conejo Negro sobre un posible paso internacional sin nombre entre el Vn Tinte y el Cerro Negro, pero es muy alta, más de 5000 metros y no hay certeza que podamos salir del otro lado. Es posible que nos agarre la noche...
El asunto es que cuantas más dificultades les mencionaba, más se cebaban los muchachos para "abrir" el Paso "NN".
Quedó decidido, nada de campamento a las orillas de la Laguna. Iríamos a por el paso.
La primera parte fue suave, bordeábamos la laguna por su sector Sudoeste por una ténue huella marcada por algún puestero veranador.
- Ché, esto de "XX" no tiene nada, es una huella bien marcada!
- Paciencia que ya llega muchachos.
Dicho y hecho, luego de pasar por una tapera abandonada la huella desaparecía frente a un zanjón seco que nos separaba de una extensa pampa tapizada de altos coirones y traicioneras piedras.
- ¿Y ahora, para dónde?
- El track que dibujó Lucho es para allá, dando un rodeo a esa loma, pero creo que si tomamos en franco rumbo Oeste acortamos camino, aunque con más pendiente.
Ese camino que "acortaba camino" fue de terror. Los chasis de las camionetas se retorcían como un trapo de piso estrujado en las manos del limpiador.
Los coirones eran altísimos, las piedras se escondían debajo de las matas de pasto a la pesca de un cardán o diferencial distraído, anque algún zócalo descuidado.
No terminaba más. Habrán sido unos 6000 metros que a la módica velocidad de 6Km/h nos insumieron una hora de sol. Ya eran las 19:20.
Nos cruzamos con la traza de la XX-73 que había dibujado Lucho y allí descubrimos nuestro error. Esta, si bien daba un rodeo, venía por el lecho suave y arenoso de un arroyo seco al otro lado de una vega.
Arriba veíamos la silleta, y en la silleta divisábamos una apacheta. Estaba lejos. Lejos y alta, pero el terreno era "amigable".
Aunque tuvimos que cruzar dos o tres veces la vega, no implicó mayor dificultad. Así, lentamente fuimos ascendiendo hacia el abra., ya en territorio boliviano.
A las 19:45 llegamos al punto culminante; 5.050msnm. Una huella de herradura y una apacheta nos indican que no somos los primeros en pasar por allí.
Hacemos religiosamente nuestra ofrenda a la Pacha Mama agregando cada uno una piedra más a la apacheta, en agradecimiento por habernos permitido pasar por allí y procedemos a bautizar oficialmente al paso innominado, como "Paso del Conejo Negro" en honor a quien dibujara la traza tentativa de la huella que nos llevaría allí.
Miro el GPS y hago unas rápidas cuentas.
- Estamos a unos 8.000 metros de darle la vuelta completa al Vn Tinte y montarnos en la huella que esta tarde nos llevó de la Laguna Busch al Paso Tinte. Teniendo en cuenta el promedio que venimos haciendo (6Km/h), justo cuando se ponga el sol estaríamos en ella y podríamos tirarnos hacia la laguna para acampar allí. Les modulo por la radio al resto del grupo.
- Listo, partamos. Contestan a coro.
La bajada era espectacular, suave en superficie y en pendiente nos permitía desarrollar mas de 35Km/h por aquellos lechos secos.
- A este ritmo me parece que llegaremos mucho antes. Me modula Denis.
- Ojalá !!
Pero, nunca está dicha la última palabra.
Recordaba (aunque no quería hacerlo) que cuando planeamos la travesía vimos en las fotos satelitales, enormes mallines al pie del Tinte, una extensión de los que durante la tarde atraparon a la Vitarita de Lucho y al Defe de Jorge.
Lamentablemente allí estaban, se extendían como los dedos de una mano y nosotros estábamos bajando entre el dedo medio y el índice. Si seguíamos en esa dirección íbamos a un callejón sin salida, directo a la zona mas grande y profunda de la vega, de unos 2000 metros de ancho. Debíamos salir sí o sí hacia el Oeste, cruzando el índice, que no era otro que las nacientes del río Tinte.
- Esto está complicado muchachos. Se hace de noche y el terreno es cenagoso, mejor acampemos y probamos mañana con el río helado.
- Dejame hacer una prueba que me tengo fé, me dice Denis.
- Y, bueno, si se tiene fé, haga no más.
Allí salió ese gliptodonte rugiente, bufante y largando humo por los cuatro costados, embalado como boleadora de corcho para quedar entrampado 15 metros más adelante con el agua y el barro en los zócalos.
El sol se había puesto y ya hacía mucho frío, sin embargo Denis se queda en slip para hacer las operaciones para su propio rescate.
Pido un par de botas de goma para poder alcanzarle los ganchos de los malacates que lo sacarán de allí.
Fueron necesarios dos malacates de 9.000 libras y el motor de la TLC para sacarla de esa trampa de barro que la succionaba hacia el centro de la tierra.
- Armemos campamento acá, mañana será otro día y veremos cómo salimos de ésta.