Trepando el Vn Zapaleri y relevando pasos cordilleranos
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Argentina (Jujuy) - Chile y Bolivia

- DÍA 4 -

  Viene de...  


Foto: Alejandro Danzi
LAGUNA BUSCH o KALINA

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                    MUSICA de FONDO                     [volumen]........


La zona de la travesía.
Ahora buscaríamos regresar desde el Campamento 3 a la Argentina por el paso de Vilama
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Bueno, despues del rescate de Denis del Mallin, vino la noche, el cansancio de un agotador día de travesía con dos nuevos pasos cordilleranos en las alforjas, vino también el frío y las muy pocas ganas de calentar nada.

Cada cual en su camioneta se las arregló para mandar algo al buche y prontamente estábamos todos durmiendo esa tercer noche en las alturas (este campamento fue a 4708 metros sobre el nivel del mar).

La mañana del cuarto día entre volcanes trajo buenas nuevas para Conejo Negro, ya que esta vez el ritual de 5/8 de cebador, 3/4 de embrague y 1/3 de acelerador actuó mágicamente y la Vitara se puso en marcha al primer toque de arranque.

El que no tuvo tanta suerte fue Denis. Se quejaba por la radio que, una vez encendido el motor, poniendo primera o marcha atrás, al largar el pedal de embrague sentía la chata clavada a piso. No movía un centímetro y el sentía el esfuerzo del motor.

Temía romper algun cardan. cruceta o palier por lo que desistió de seguir insistiendo y estaba ansioso por develar el misterio.

Poco tiempo hizo falta para que descubriese que el barro y pastos del mallín que habían ingresado la noche anterior a cálipers de freno y campanas, se había congelado como piedra soldando en inmovilizando todo elemento de transmisión.

La solución consistió en levantar la chata y desarmar rueda por rueda para aplicar el calor de un improvisado soplete a discos, calipers y campanas.

Mientras los muchachos se dedicaban a esa operación, Jorge me propone buscar una salida de allí.

Si bien la ciénaga se había congelado un poco, no creí que fuese suficiente como para aguantar el peso de las chatas.

Una rotura del hielo a mitad de recorrido termina siendo más peligrosa que intentarlo sin hielo.

El asunto es que fuimos revisando unos cientos de metros hacia el sur y prontamente hallamos un cruce franco sobre canto rodado grueso, aunque con escalones bastante altos en los bordes del río.

De la orilla opuesta una empinada barda de arena y tierra suelta opondría resistencia.

Finalmente al Defe de Jorge le costó muy poco cruzar el lecho, superar los escalones y "repechar" la empinada barda de arena.

Continuamos subiendo, apuntando a la Laguna Busch, haciendo una diagonal a camino que lógicamente deberíamos hacer bordeando el mallín pero que nos parecía imposible.

La subida nos llevó a una amplia meseta de unos 2000 metros de diámetro, completamente rodeada por una profunda garganta que desembocaba nuevamente en el maldito mallín.

Jorge diagramaba unos peligrosos desarrollos para bajar al fondo de la garganta pero que en realidad de poco ayudarían porque no hallábamos como subir del otro lado.

Esta exploración nos llevó sus buenos 40 minutos, tiempo en que los muchachos ya habían puesto en condiciones de marcha la chata de Denis.

Lucho y Flavio insistían en continuar entre los dedos mayor e índice aduciendo que por allí debía haber una salida.

Me refiero a lo que mencioné acerca de que el mallín tenía la forma de los dedos de una mano izquierda y nosotros bajábamos hacia la palma, centro de la vega, entre el mayor y el índice.

Con Jorge habíamos logrado cruzar el índice y la salida consistía en seguir bordeando la mano hacia el pulgar cuya prolongación nos llevaría hacia la laguna Busch.

El tema era que practicamente no había espacio entre la vega y la pared que la rodeaba.

Finalmente, uniendo puntos de observación, entre los que estaban del otro lado del río y los de acá, guiamos a Jorge que caminó unos cuantos metros buscando en hueco para las chatas.

¡Y lo encontró!
 


Por fin podríamos salir de aquella trampa de cieno, pasto y agua.

En pocos minutos recorrimos los 2000 metros que nos separaban de la huella que habíamos recorrido el día anterior cuando, de la laguna Busch fuimos al Paso Tinte, solo que esta vez iríamos en sentido inverso.

Seguiríamos inventando.

Para salir de allí, sin pasar por un paso ya pisado, deberíamos internarnos un poco más en Bolivia y hallar un paso interno entre el volcán Co Bravo de 5.708m y otro sin mombre de 5.300, eso nos llevaría a la cuenca de la laguna Lloromayo desde la que pasaríamos a la de la laguna Cojtas para, ya desde allí apuntar hacia Argentina bordeando la Laguna Caruto rumbo al Paso Vilama.

Todo venía a pedir de boca, excepto el consumo y autonomía de la Vitara.

Cada metro que nos adentrábamos en Bolivia nos alejaba de un surtidor, no obstante eso continuamos adelante.

Bordeamos la hermosísima laguna Busch poblada por cientos y cientos de famencos rosados, patos y gaviotas andinas.

Sin Google y sin fotos satelitales, guiados solo por las curvas de nivel del GPS, abandonamos la cuenca de la laguna Busch buscando una quebrada o paso entre los mencionados Vn Co Bravo y "el sin nombre".

La planicie ascendente era muy suave y así anduvimos a campo traviesa unos cuantos kilómetros hasta que el terreno se puso muy duro. Bajamos la velocidad a paso de hombre y continuamos. Las paredes se iban cerrando y veíamos adelante nuestro que la quebrada que nos debía llevar a la cuenca de la Laguna Lloromayo era profunda y posiblemente intransitable.

Evaluamos que el tiempo y el consumo de combustible que nos insumiría una intentona fallida, podía tirar por tierra el resto de nuestros planes.

Como esto era un agregado no previsto al plan original, no dudamos en descartarlo (por el momento) y regresar a Argentina por el Paso Brajma para intentar desde allí un "rin-raje" al Paso Vilama antes de emprender el vuelo rasante a Cusi-Cusi donde intentaríamos dormir en cama (aunque sin baño) luego de haber tenido nuestras asentaderas pegadas por 96 horas a los asientos de las chatas.

El camino de regreso al Paso Brajma resultó mucho más tortuoso que lo que todos recordáramos haber hecho 36 hora atrás.

No obstante ello en unas tres horas y media ya habíamos reingresado a nuestro país y nos hallábamos rodeando la Vilama por el Este.

La intención era dejar la Vitara parada en el desvío a Mina Pirquitas e intentar con las gasoleras llegar a Paso Vilama.

Así lo hicimos y nos sorprendimos ante una huella bien marcada que no solo llegaba al paso sino que se adentraba en Bolivia.

Esta parte no tuvo ninguna dificultad aunque sí muy buenos paisajes, especialmente al regreso viendo dede la altura una panorámica de la reseca Laguna Vilama.

Menos mal que Lucho le había puesto la alarma a la Vitara porque cuando regresamos por ella vimos a unos miserables flamencos que se la querían afanar !!
 


Eran las 19:40 cuando nos reunimos con el Chinchorro y nos pusimos en marcha nuevamente.

El tiempo nos apuraba, debíamos llegar hasta la RN40, a unas dos horas de allí y remontar por ella hacia el norte hasta Cusi-Cusi, donde habíamos averiguado que podrían facilitarnos 5 camas y algún espacio en la municipalidad para armar las bolsas de dormir.

Se desató una loca carrera para llegar primero y ocupar las camas que nuestros cuerpos extrañaban luego de tres noches de dormir sentados, embolsados y con 15 grados bajo cero...

No, a decir verdad, las camas las sortearíamos... (al mejor postor, ja, ja, ja.).

Lo concreto es que, fieles a nuestro precepto de no hacer las cosas fáciles si las podemos hacer difíciles, decidimos no ir directamente a la RN40 sino por una senda que se desviaba para pasar por un ignoto paraje denominado Lagunillas.

Así fuimos dejando al costado del camino, hermosas lagunas como la Pululos, isla grande, Isla chica y otras sin nombre y esquivando gigantescos volcanes como el Salle (5.751m), y el gran conglomerado que forman el Sipisami, Toma, Quebrada Honda y Campanario (todos de más de 5.300 metros).

Finalmente llegamos a los pies del monarca de la regíon. El gigantesco Volcán Granada.

Luce como un emperador sentado en su trono con su extensa capa de lava desparramandose displicentemente en su derredor.

Le apuntábamos a el por una precaria huella y a pesar de nuestro avance el parecía pemanecer siempre a la misma distancia, tal es su grandiosidad.

Finalmente abandonamos la precaria huella para tomar otra aún más precaria que lo rodea por el Oeste, con rumbo norte, buscando Lagunillas.

A pesar que anochecía muy tarde, el sol ya se estaba poniendo cuando vemos una bifurcación no prevista. Tomamos por la derecha, pero la rama que iba por la izquierda trepando la ladera de la montaña también me gustaba.

Le pido a Denis que venía cerrando, si se animaba a tomar por ella ya que ambas aparentaban unirse nuevamente unos kilómetros más adelante.

Craso error. Mala hora para hacer experimentos.

Mientras nosotros descendíamos, la huella que había tomado Denis subía más y más por esa cornisa abandonada.

La ancha TLC apenas cabía entre la pared de la montaña y el borde del precipicio. Para más las piedras que se habían acumulado en el interior de la huella, contra la montaña provocaba una peligrosa inclinación hacia el vacío.

Sin embargo Denis seguía avanzando (tampoco podía retroceder).

Quienes íbamos por abajo llegamos a otra bifurcación donde cruzaba una muy desdibujada huella que venía de Lagunillas con supuesto destino RN40 (hacia el este). Suponíamos que Denis también debería cruzarse con ella más arriba y era esa huella la que lo traería de regreso al redil.

Se lo notaba preocupado por la radio. Nos dá su posición y le certificamos que en dos kilómetros encontrará la huella "Lagunillas/RN40". Así ocurrió. Giró hacia el este para acercarse a nosotros. Comenzó una pronunciada bajada hacia una quebrada que se interponía entre el y el resto del grupo y... llegó la mala noticia.

Un derrumbe fenomenal se había llevado gran parte de la huella y era imposible para el continuar avanzando... Y, si Denis lo dice, les aseguro que debía ser verdaderamente imposible.

¡ Que gran c.. macana !!

Para más la continuación de la huella que se dirigía hacia la RN40 no daba signos de haber sido transitada por largo tiempo. Solo huellas de animales eran visibles.

La Vitara con solo 4 litros de nafta en el tanque estaba casi imposibilitada de desandar todo el rodeo del Vn Granada, ir a la 40 por Mina Pirquitas, de allí a Cusi-Cusi y menos llegar a la Quiaca,donde había surtidor.

La única alternativa válida era que esa huella que teníamos delante llegara si o si a la 40, de allí a Cusi-Cusi y "manguear" combustible a algun poblador con vehículo naftero.

Solución:

- Bueno, ustedes se quedan acá esperando que Denis desande el camino. Yo me voy con Flavio a investigar hasta dónde llega esta huella. Ale nos sigue por unos kilómetros para hacer QSP radial (enlace/puente), con ustedes. Si vemos el camino expedito, damos la voz de "áura"! y se mandan todos. Caso contrario, sin despediciar combustible regresaremos todos hacia Mina Pirquitas y nos encomendaremos al todopoderoso.

Así lo hicimos. Mientras Denis deshacía el camino cual Penélope su tejido, nosotros avanzábamos muy lentemente en la penumbra por esa huella abandonada con profundas grietas y derrumbes.

Los 16 Km que nos separaban de la RN40 los pudimos hacer en poco más de dos horas, pero LOS PUDIMOS HACER !!

Fuimos dando aviso a quienes esperaban buenas nuevas y así la caravana toda se puso en marcha en total obscuridad.

Luego me enteré que una de las grietas se quiso llevar la camineta de Ale, que quedó colgando en tres ruedas sin que el copi pudiese bajar a dar indicaciones ya que su puerta abría al vacío !

En resumidas cuentas, a las 23:30 horas del Este (22:30 para ellos -por suerte-) arribamos a Cusi-Cusí, conversaciones con el delegado municipal y con el cacique de la comunidad colla hicieron que consiguiésemos las 5 camas y 3 lugares para bolsas de dormir. No fue necesario el sorteo pues surguieron espontáneamente 3 voluntarios que prefirieron dormir en sus bolsas (no quiero ser mal pensado pero me parece que les temían a las vinchucas ;o) ).

Conseguimos cena caliente... y cerveza... (tambien caliente), pero no importaba, habíamos regresado transitoriamente a la civilización.
 


L a s   F O T O S :


Foto: Miguel Medina
Durante la noche el barro del mallín se congeló en los ejes de la Toyo de Denis.
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Foto: Miguel Medina
Hubo que levantar las dos toneladas de Land Cruisser con el gato neumático.


Foto: Miguel Medina
Descongelar las campanas traseras a fuego lento...


Foto: Miguel Medina
Pensar que hacer con el masacote de barro congelado (petrificado) del eje delantero...


Foto: Miguel Medina
Atacarlo con martillo y cincel, hasta darle nuevamente forma de disco, pastillas, caliper, resorte, amortiguador, etc, etc...


Foto: Carlos Lucchini
Mientras, Jorge con Eduardo salen a investigar cómo salir de allí.


Foto: Jorge Alonso
Más tarde sale la Vitarita, como un mosquito entre tres fumigadores.
Ellos van a intentar infructuosamente, por otro lado de la vega.
¿Quién dijo que las Land Cruisser no humean?


Foto: Miguel Medina
Finalmente Jorge encuentra la salida y guía al resto por el borde de la vega.


Foto: Jorge HACKANSON
Más adelante, retoma la delantera el guía "natural"


Foto: Flavio Yarade
Habiendo hallado la salida a la trampa cenagosa de la vega, foto grupal.


Foto: Flavio Yarade
¿Y a estos, quién los conoce?


Foto: Jorge Alonso
Vadeamos algun charco más...


Foto: Carlos Lucchini
Para asomarnos a la Laguna Busch o Kalina.
Antes, la vega de agua dulce...


Foto: Carlos Lucchini
Donde hay agua, hay vida.


Foto: Carlos Lucchini
¿Patos?


Foto: Flavio Yarade
Ahora si llegamos a la laguna Kalina (Busch).


Foto: Alejandro Danzi
¿Algún flamenco?


Foto: Carlos Lucchini
Nos metimos a campo traviesa buscando un paso entre dos volcanes.
Una profunda quebrada, una vega y la falta de combustible nos frenaron...


Foto: Flavio Yarade
¿Y ahora? ¿Cómo sigue esto?


Foto: Jorge Alonso
Mientras unos nos quemamos las pestañas buscando una salida...


Foto: Jorge Alonso
Otros..., Otros, mejor no hablar...


Foto: Alejandro Danzi
Decidimos desandar nuestros pasos y regresar a la Argentina por el Paso Brajma.


Foto: Jorge Alonso
Fue un largo recorrido...


Foto: Carlos Lucchini
Largo y tedioso (veníamos mufados), pero muy bonito.


Foto: Carlos Lucchini
Ya en Argentina vadeamos nuevamente el Zapaleri, donde lo habíamos hecho el primer día,


Foto: Carlos Lucchini
Y remontamos su curso (con el Vn Tinte de testigo) rumbo a la Laguna Vilama.


Foto: Carlos Lucchini
Pasada el abra de Bonanza (4.834m), comenzamos a verla.


Foto: Carlos Lucchini
Nos hacemos una disparada hasa el Paso Vilama.
Y al regreso tenemos la vista de la Laguna Vilama casi seca, con el bífido Vn Salle custodiándola.


Foto: Carlos Lucchini
Un acercamiento del Salle (5.751 y 5.731m).


Foto: Flavio Yarade
Recuperamos la Vitara y tenemos que ajustar las planchas de rescate.


Foto: Carlos Lucchini
Hallamos una "pista de aterrizaje natural".


Foto: Carlos Lucchini
Tomamos por una muy poco transitada huella.


Foto: Carlos Lucchini
Le apuntamos al gigantesco volcán Granada, monarca de la región.


Foto: Flavio Yarade
Finalmente nos trabamos en una huella abandonada y desmoronada.


Foto: Carlos Lucchini
Allí el paisaje es deslumbrante, lástima que es tan tarde !


Foto: Alejandro Danzi
La Vitara sin nafta, esperando directivas, mientras el sol se va.


Foto: Jorge Alonso
Finalmente 3 horas más tarde, destruidos pero muy contentos, intentamos recuperar energías
en una fonda de Cusi-Cusi


ASÍ ACABÓ EL CUARTO DIA DE ESTA TRAVESÍA
HABÍAMOS CRUZADO NUEVAMENTE A ARGENTINA POR EL PASO BRAJMA
HABÍAMOS HECHO UNA INCURSIÓN POR EL PASO VILAMA, INGRESANDO A BOLIVIA NUEVAMENTE
ESTA VEZ HASTA VISUALIZAR LA LAGUNA CARUTO. REGRESAMOS y LLEGAMOS MUY TARDE A CUSI CUSI
EL DIA SIGUIENTE COMENZARÍA UNA NUEVA AVENTURA POR LAS COLORIDAS CUMBRES DE JUJUY
¿NOS ACOMPAÑAN?

  Sigue acá...                        

  Esta aventura comenzó acá...                        

           
EDUARDO CINICOLA
Noviembre de 2008            



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