Mientras una tormenta se formaba sobre nuestras cabezas...
¿Les dije que una tormenta de nieve a esas alturas no es lo mejor que nos puede pasar?
Pero el espíritu seguía incólume,
Para más, por cada nueva grieta que investigábamos, indefectiblemente hallábamos las huellas de nuestro predecesor,
que, a esa altura, ya se había ganado el mote de "el Insistidor".
 |
Foto: Eduardo Cinícola
¡¡ Acá hay otra grieta que nos puede llevar !!
Nos habíamos puesto como hora tope para emprender el regreso a cotas mas bajas, las 18:00
Ya habíamos pasado hacía rato el horario límite, pero siempre encontrábamos una nueva huella y la esperanza de que allí no estuviesen las huellas de "El Insistidor", rogábamos que se hubiese cansado y dado por vencido, pero no había caso, era MAS "insistidor" que nosotros...
 |
Foto: Eduardo Cinícola
Las grietas por las que nos deslizábamos eran cada vez más osadas...
 |
Foto: Eduardo Cinícola
Por momentos parecía que desaparecían las nubes y lográbamos esta hermosa vista del Volcán Vallecitos.
 |
Foto: Javier Pla
Pero no, no se habían ido, seguían allí.
 |
Foto: Javier Pla
Grietas había "cientos"...
 |
Foto: Javier Pla
Una más atrayente que la otra.
Cada intento nos insumía valiosos minutos de un día que se nos escapaba...
Pero seguíamos insistiendo.
Le ganamos a "El Insistidor", en la última grieta que intentamos ya no hallamos huellas suyas...
Mmmm, ¿Será que el halló un paso que a nosotron nos pasó inadvertido...?
 |
Foto: Javier Pla
El paisaje, el color de las rocas, seguía espectacular, a pesar de las nubes que permanecían allí, amenazantes.
 |
Foto: Eduardo Cinícola
Las rocas, de formas caprichosas, pedían a gritos una fotografía...
 |
Foto: Eduardo Cinícola
Mitad despejado, mitad tormentoso.
En el medio una curiosa formación rocosa.
 |
Foto: Javier Pla
Cada grieta que intentábamos, acababa así...
 |
Foto: Eduardo Cinícola
Si, así...
La Pampa de los Bayos esperaba detrás.
 |
Foto: Eduardo Cinícola
Por lo menos nos dimos el gusto de fotografiar todas estas caras...
 |
Foto: Eduardo Cinícola
Esta fue la última y nos agarró cansados...
 |
Foto: Eduardo Cinícola
Igual no "pintaba" fácil...
Debíamos irnos rápidamente de allí, estábamos a más de 5000 metros de altura
y no es buen lugar para pasar la noche, más con una tormenta en ciernes.
 |
Foto: Javier Pla
En aquellas extensas planicies, se nos ocurrió "inventar" una nueva salida del cuenco que,
por supuesto, debía ser más corta y rápida.
El terreno era magnífico.
 |
Foto: Eduardo Cinícola
Lo que debió ser una salida más rápida terminó siendo una trampa de ratones (los ratones éramos nosotros)
Debimos desandar muchos kilómetros...
 |
Foto: Eduardo Cinícola
Volvimos al gran cuenco y nos despedimos de aquel antro de volcanes
mientras estos celebraban una ceremonia de fuego al atardecer.
Foto: Eduardo Cinícola
Perdidos, de noche, buscando la huella que nos sacara de allí.
Foto: Eduardo Cinícola
Al día siguiente, luego de un campamento en la orilla del Salar de Antofalla, nos despedimos del Peinado.
Foto: Eduardo Cinícola
Nos despedimos de esos paisajes interminables...
Foto: Eduardo Cinícola
Nos despedimos de los Barreales
Foto: Eduardo Cinícola
de su "resequedad" (?)
Foto: Eduardo Cinícola
De la humedad de las vegas...
Foto: Eduardo Cinícola
De Antofagasta y su Peñon...
Foto: Eduardo Cinícola
Del pueblito de "El Peñón"
Foto: Eduardo Cinícola
De los labios del Galan nevados...
¿Se nota que no nos queríamos ir....?
Compartí esta Página con tus amigos
Esta aventura comenzó acá...
Último Momento !! Hay novedades !!
Un año después volvimos !!... Pampa de los Bayos no se nos podía negar !!
