Muy cerca de allí y en mucho mas precarias condiciones, una familia de "veranadores" chilenos pasaba una noche más de las 90 que transcurrirán, lejos de sus casas y de su país, en ese apartado lugar solo habitable tres meses en el año.
Debían madrugar, pues en un pequeño e improvisado corral tenían que encerrar a todas sus chivas para ordeñarlas a primera hora de la mañana, como todos los días.
Con la leche del ordeñe harían queso. Queso que luego llevarían a la frontera (a unos pocos miles de metros de allí, en el Paso de los Patos), donde un compatriota suyo los iría a recoger en un camioncito en una ceremonia que se repite cada quince días.
La historia de esta costumbre es vieja y extraña.
Aparentemente, según palabras de Don Segundo Gutiérrez, (el más viejo de los veranadores chilenos con quién conversamos), hace muchos años, una familia de "gringos" (me dio el nombre pero no lo recuerdo) eran "dueños de toda esta cordillera", de ambos lados (Chile y Argentina). En Chile tenían las instalaciones donde fabricaban los quesos que exportaban a Europa, a más de los campos de invernada.
En verano mandaban sus animales con los pastores chilenos, a cruzar la cordillera para alimentarlos en sus campos allende la frontera, en los fértiles valles sanjuaninos, donde ningún sanjuanino llegaba.
Así anduvo el negocio por muchos años donde los gringos cosecharon pingües ganancias (quedándose con la plusvalía del esforzado trabajo de los pastores y operarios chilenos).
"Hasta que llegaron los comunistas, con Allende y echaron a los gringos y les sacaron sus tierras y sus fábricas... y nos las dieron a nosotros... y todo se vino abajo..."
- Pero les sacaron las tierras en Chile, no éstas tierras en Argentina, acá seguían siendo dueños...
- Si, pero no les servían para nada. Además, con mucho miedo huyeron del país y ya no quisieron saber más.
- ¿Y ustedes siguieron viniendo a la Argentina a pastar los chivos?
- Si, por supuesto, pero ya no era lo mismo.
- ¿Y no le tienen que pagar nada a nadie?
- Al principio no. Pero luego vinieron quienes diciendo que eran políticos, o intendentes de Calingasta nos cobraban cuatro dólares por chivo para poder pastorear los meses de verano.
Recordando que cada uno de ellos, en todos los fértiles valles que cruzamos, tenía cerca de 1000 chivos, caímos en la cuenta que esa gente humilde y harapienta manejaba bastante dinero. Mucho más manejarían los "recaudadores".
- Pero, si estas tierras tienen dueño (los famosos gringos), asumo que no son fiscales, y si no son fiscales ¿por qué viene alguien diciendo que es el "recaudador" del político de turno y les saca una ponchada de dólares?
- No, ya no, ahora los gendarmes nos dijeron que no debíamos pagar a nadie, porque son todos "cuenteros".
Y así siguió la conversación enroscando nuestros cerebros.
Primero "Un gringo dueño de toda esta cordillera – de los dos lados- .
Luego unos pobres chilenos que gratuitamente extendieron el territorio de su país hacia unos fértiles valles olvidados por los argentinos.
Más tarde, unos "vivillos" argentinos que les sacaron, por unos cuantos años, a razón de 4 dólares por chivo (En este caso la "ampliacion de territorio" le debe haber costado a los chilenos unos 50.000 a 100.000 dólares por temporada).
Ahora, vuelta a alimentar gratis chivos chilenos cuyo producto cruza libremente la frontera y se exporta por puertos chilenos... (Ahora sí, no se les ocurra entrar con una feta de salame o queso a Chile porque los carabineros les desvalijarán el auto).
¡Qué sensación ambigua de injusticia incorregible!
¿Qué sería justo?
¿Prohibirle a los pastores chilenos que traigan sus chivos a esos fértiles valles olvidados por los argentinos?
¿Permitir o propiciar que un político, seguramente corrupto, les cobre por pastorear sus chivos y rinda solo el 10% de lo que recaude?
¿Perfeccionar el sistema recaudatorio y de control y destinar el dinero recaudado a brindar mejores condiciones de trabajo y habitabilidad para los gendarmes que custodian la frontera y viven y conviven con esas ásperas condiciones?
No sé, quizás haya que dejar todo como está...