Explorando nuevas y viejas huellas 4x4
Salida del Galán por el Paso Barret de Este a Oeste
Intentando remontar lo irremontable
Catamarca - Dic. de 2.010

FOTO: Alejandro DANZI


Explorando viejas huellas 4x4:
Desde el cráter del Vn Galán a Antofagasta de la Sierra

Corria diciembre de 2.010, estábamos cuatro camionetas y ocho amigos explorando nuevas huellas en el volcán Galán y acabábamos de fracasar en hallar una salida hacia el sudeste, hacia Laguna Blanca o Aguas Calientes.

Volvimos a la caldera ya que había varios en el grupo que no la conocían por dentro.
Es una enorme "palangana" ovalada de 35 y 45km de diámetros (menor/mayor) que alberga en su interior varias lagunas (Pablellón, Diamante, Perla del Galán) y muchos arroyos temporarios que bajan del domo central.
Este domo ocupa justamente la parte media de la gran caldera y es lo que queda de la chimenea central del gigantesco volcán que colapsó sobre si mismo hace dos millones de años. El domo está formado por varias cumbres, la más alta de las cuales mide 5.912m de altura.

Accedimos a la enorme olla por el labio sur, desde donde se tiene una vista panorámica de todo el sector oeste de la caldera.
Allí se puede divisar el gran cuenco, parte del domo central, la laguna Diamante y las lagunas Pabellón.

Bajamos, nos internamos allí y nos arrimamos a la orilla de la Laguna Diamante a disfrutar de el espectáculo de grandes remolinos de sal danzantes .

Una reparación menor en la camioneta de Alejandro Danzi y continuamos hacia el norte en busca de las aguas termales y luego hacia el oeste a visitar la Perla del Galán, una pequeña laguna circular escondida en un cuenco muy aislado.
Sorprendentemente y, por primera vez, la encontramos absolutamente seca.

Dejamos la visita a Colifalla para otra oportunidad ya que esa misma noche queríamos estar en Antofagasta de la Sierra y nos faltaba justamente "el plato fuerte" de la jornada, la salida por lo que he bautizado como el Paso Barret, en honor a el, que invirtió tiempo y gran esfuerzo en hallarlo y acondicionarlo.

En el camino de regreso (de regreso porque teníamos que volver al extremo sudoeste de la caldera) hacia las Lagunas Pabellón, por donde intentaríamos salir en un sentido en el que nunca habíamos transitado esa huella que abriéramos unos años atrás, decía, en el camino de regreso nos tomamos una pequeña licencia.
Nos internamos por los lechos de los arroyos secos que bajan del domo central y fuimos ganando altura. Finalmente abandonamos el lecho y nos subimos a un filo donde "inauguramos" un vistoso mirador a 5.050 msnm desde el que podíamos observar y fotografiar todos los volcanes y cerros que nos rodeaban.
Ese diciembre las cimas del domo central no tenían ni una pizca de nieve, el sol del final de la primavera se había encargado de derretirlas por completo.

Ya era muy tarde y dos grandes incógnitas teníamos por delante. Paso a contarles:

Lo primero es que, como les conté, intentaríamos salir del cráter por el filo SW, detrás de las Lagunas Pabellón, track que habíamos hecho anteriormente pero solo en sentido hacia el cráter. En sentido opuesto, la salida presentaba una pendiente importante y podía ocurrir que el suelo no tuviese la consistencia necesaria para soportar la tracción de una camioneta intentando vencer la gravedad.

Pero la siguiente incógnita era casi el desafío que nos habíamos planteado para ese día.

Resulta que hace ya varios años nos metimos por primera vez por ese desconocido acceso al Galán que parte directamente desde AdlS hacia el Este, sin pasar por el Peñón ni por el Salar del Hombre Muerto.
Es esa intrincada huella que había abierto Henry Barret con la colaboración de Adolfo Fabián y pobladores de AdlS.

Pasa primero por una encajonada quebrada en ascenso que lleva a una planicie de altura desde donde se desciende (por una pronunciada pendiente que en ese momento no nos llamó la atención) a una extensa vega.
Fué en esa vega donde en esa primera incursión que hicimos con el Colo Harting, el Tano Baldi, Alfredo Minena, Gusi Lanusse, Matute, Javier Pla, Eduardo Becacece, Carlos Correia y otros, Miguel Esteban queda atrapado al romperse el hielo superficial. Ese incidente hizo que finalmente tuviésemos que pernoctar allí en muy incómodas posiciones y sin poder siquiera probar bocado, con 15 grados bajo cero de temperatura.

Esa gran "bajada" también me trajo otros "disgustos" ya que al incluir ese track en ViajeroMapas, varios intentaron recorrerlo, algunos de ellos en sentido inverso.

Alejandro Rocha y sus compañeros motociclistas casi mueren en el intento ya que, habiendo arribado tarde a ese punto y con intenciones de llegar ese mismo día a AdlS, no habían llevado mayor abrigo ni bolsas de dormir.

El tema es que luego de muchos e infructuosos intentos, no pudiendo remontar esa cuesta y ya sin fuerzas ni tiempo para regresar a El Peñon, se quedan dormidos allí, abrazados unos a otros ya que solo estaban enfundados en sus monos de cuero.

Alejandro nos cuenta su aventura acá….

Otro grupo de camionetas me escribió manifestando la misma queja, que esa trepada era in-subible, lo que convertía a esa huella en una "huella" de un solo sentido (Oeste/Este).

Terminaron de convencerme y finalmente corregí los mapas y coloqué una advertencia acerca que esa huella era practicable en un solo sentido,

Pero intrigado aún por constatar si esa bajada (Oeste/Este) era realmente iremontable en sentido inverso (Este/Oeste), es que la incluimos en este día de travesía.

Sobreestimando nuestra pericia conductiva, no tuvimos en cuenta que, si realmente no podíamos ascender por allí, un extenso enlace nos esperaba hasta llegar a El Peñón.

Quienes fuimos en este viaje


 



Mapa de la zona tomado de ViajerosMapas.com


FOTO: Pièrre LOUS
Vista panorámica del gran cráter del Galán.
Podemos apreciar el domo central (derecha) sin nieve
y la Laguna Diamante (izquierda).


FOTO: Pièrre LOUS
La apacheta en el labio sur del cráter donde todos dejan su ofrenda a la Pacha Mama.
Atrás, también sin una mota de nieve, los cerros de Tocontis (borde NW del cráter) y la Laguna Diamante.


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Allá vamos, a sumergirnos en la gran palangana.


FOTO: José SAMASSA
Pensamos que se había abierto un géiser o unas termas al otro lado de la Laguna Diamante.


FOTO: Alejandro DANZI
Pero luego nos percatamos que solo eran remolinos danzantes de arena y sal.


FOTO: José SAMASSA
Las cámaras trabajando a pleno.


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Costó aceptar la realidad...


FOTO: Eduardo CINICOLA
Viene quejándose la alarma de agua en el filtro de gasoil,
en una rapida operación se cambia el filtro defectuoso.


FOTO: José SAMASSA
Continuamos camino hacia el norte, en la extensa planicie dentro del Galán.


FOTO: José SAMASSA
Ya tenemos a la vista la cumbre sin nieve del Vn Diamante, en el extremo norte del cráter.


FOTO: José SAMASSA
Vamos guiando a los que no la conocen, a visitar La Perla del Galán.


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Pièrre, su descubridor, fotografía aquello que no puede creer:

¡ La Perla del Galán "seca" !.


FOTO: Alejandro DANZI
Solía ser una espléndida lagunita circular llena de patos y flamencos
Y así la veíamos desde que la visitamos por primera vez hace ya unos cuantos años.


FOTO: Pièrre LOUS
Desmoralizados nos vamos de allí a buscar nuevos desafíos.


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Nos vamos a recorrer los filos y los valles del domo central del Galán.


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Por donde nadie pisó antes.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Vamos tomando altura, abajo queda la corona de circunferencia plana, que rodea al domo.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Nos subimos a los filos, buscando más altura.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Abajo quedan nuestros amigos.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Y allá una vista magnífica de todos los volcanes que nos rodean.
(Esa última trepada si que fue brava. Abajo minúsculas las otras chatas)


FOTO: Eduardo CINICOLA
Volvamos...


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Otra vez a transitar la planicie interior del Galán.


FOTO: Pièrre LOUS
Le apuntamos a las Lagunas Pabellón, al pié del puntudo volcán homónimo,
pues por allí intentaremos salir del cráter del Galán.


Intrigados por constatar si esa bajada (Oeste/Este) era realmente iremontable en sentido inverso (Este/Oeste), es que la incluimos en este día de travesía.

Sobreestimando nuestra pericia no tuvimos en cuenta que, si realmente no podíamos ascender por allí, un extenso enlace nos esperaba hasta llegar a El Peñón.

En esas cavilaciones estábamos mientras llegábamos a las Lagunas Pabellón, al pié del cerro homónimo.

Pasamos entre ellas y comenzamos la primer trepada intimidante, aquella que sube al filo del cráter para abandonarlo hacia el SW, hacia la gran vega por la que pasa le huella que abriera Barret.

Las camionetas cinchaban, pero por suerte el piso arenoso y pedregoso, afirmado por la presencia de pequeños coirones, tiene la resistencia suficiente como para soportar el peso y la tracción de las ruedas impulsando las camionetas hacia arriba.
Finalmente lo logramos, las cuatro camionetas pudimos salir del cráter por esta nueva "puerta".

Hay que recorrer unos cuantos miles de metros por precaria/inexistente huella, hasta interceptar la que nos llevaría la la ¿bajada de un solo sentido?...

Ya el sol se estaba escondiendo tras las montañas cuando, luego de cruzar trabajosamente la gran vega, llegamos al pié de la cuesta.
Sinceramente no parecía difícil.

Un primer tramo de unos 60 metros en marcado ascenso continuaba con una curva de 90 grados a la izquierda. 15 o 20 metros más de arenosa subida y vuelta a girar 90 grados, ahora a la derecha.
De allí, continuaba en franco ascenso, pero unos 80 metros más adelante la pendiente se suavizaba.

- ¿Y que tiene de atemorizante esta subida, como para que tanta gente se acuerde de mis parientes?

- Y alli me mando primero, a enseñarle a los giles.

En realidad, salió la Cherokee como boleadora de corcho, toda embalada para caer ahí no más.

- ¡¡¿¿??!!

- ¿Pero qué pasa acá?

Atrás mío de mandó Denis, embaló la enorme TLC que salió sumergida en una nube de humo negro y tierra para llegar tan solo unos metros más arriba que la Chero.
Probó Pepe con la Ranger y Alejandro con la otra TLC.
Unos más, otros menos, pero nadie llegaba ni siquiera a la primera curva.

El piso era "de terror". Arena muy seca y revuelta..., y mucho más revuelta luego de todos nuestros intentos.

- Ya sé, digo yo. Por fuera de la huella y bien a la derecha el suelo no está tan pisado y la montaña sigue mucho más allá de la "primera curva". Trepemos por ahí y luego nos tiramos a la huella !!

Así lo hicimos con la Chero y Pepe con su Ranger con Pexa de copiloto.
No sin esfuerzo podíamos ascender más y más. Siempre en prefecta línea recta evitando cualquier inclinación lateral.
Así sobrepasamos generosamente la altura de "la primera curva". Ahora solo faltaba un giro a la izquierda y apuntarle a la huella de la que nos separaban unos 30 metros.

Bueno. Ni bien nos pusimos de costado, las chatas comenzaban a caer vertiginosamente.
Avanzaban medio metro y caían cuatro.
Así fue que cuando llegamos a pisar la huella, nos hallabamos nuevamente en la base de la cuesta !!

Dos o tres veces repetimos el procedimiento con resultados cada vez peores, ya que en las últimas, con el suelo muy deteriorado, las chatas amagaban a volcar cuando se deslizaban de costado y hacia abajo en esa mezcla de arena gruesa (ceniza volcánica muy liviana) y pequeños pedregullos.

No puede ser. Esto no nos puede estar pasando a nosotros !!

Con menos presión en los neumáticos y muy inspirado, Denis llega a la primera curva, gira, pierde un poco de velocidad pero puede llegar a la segunda curva. Allí parece que el motor de la TLC "se muere"... pero no, con un último estertor hace la segunda curva y se detiene un poco más arriba, casi finalizando la cuesta !!!

Pepe intenta por fuera de la huella, pero ahora por la izquierda, pretendiendo enderezar las dos curvas.
Parece que puede dar resultado pero... faltando unos 20 metros para interceptar la huella a la altura de la segunda curva, muere la chata.

Alejandro parte embaladísimo, va por la huella, puede pasar la primera curva, pero cuando debe girar en la segunda, se pasa de largo y queda en una peligrosa posición. La chata muy inclinada de costado, hacia el precipicio y cualquier movimiento que intenta se desliza más, de costado.
Morente baja presuroso de su puesto de copiloto...

Es mi turno. Subo bien el primer tramo y cuando debo girar la primera curva, lo hago muy cerrado y una piedra bajo la rueda trasera izquierda me quitó el poco impulso extra que tenía y allí quedé, a la espera que Denis me auxiliara con el malacate.

Denis, que andaba como auxilio del ACA, me da una mano primero con su malacate. (Subir y bajar por esa cuesta a casi 5.000 metros de altura, deja sin aire al más pintado. Más si hay que estar tirando de un cable de malacate que se traba.)
Puedo salir, hago la segunda curva y me detengo. Allí recién me doy cuenta que no bajé la presión de los neumáticos. Lo hago y la Cherokee puede romper la inercia y seguir hacia arriba.

Aviso por radio que seguiré unos cientos o miles de metros más hacia adelante a verificar que no haya otro obstáculo insalvable que convierta en inútil tanto esfuerzo.

Denis continúa auxiliando. Es el turno ahora de Pepe. Está allí, a no más de 25 metros de distancia, pero 20 metros más abajo en una pendiente de casi 45 grados y sin suelo.
Desenrollar el malacate, agregar la linga, poner los grilletes, subir y bajar por esa pendiente arenosa..., subir y bajar otra vez, y otra, fue realmente agotador para los muchachos.

Por la radio escucho que Pepe ya está "arriba" ¡¡ Bién !!!
Pero el que está muy complicado es Alejandro. No se sabe que hacer para volverlo a una posición segura.

Yo les informo que los dos próximos obstáculos no son muy duros y luego ya traspasaremos el abra de 5000 metros y comienza un suave descenso.
La mala noticia es que ya está oscureciendo.

No me pregunten cómo, porque no lo sé, pero cuando llegué de regreso a donde estaban los muchachos, la chata de Ale ya estaba en posición de marcha, así que pegué la vuelta y todos emprendimos camino rumbo a Antofagasta.
Pasamos la quebrada de Barret, aquella en que hay que retirar los codos de las ventanillas de tan encajonada que es, de noche.

La satisfacción de haber podido remontar aquella cuesta con tanta historia, hacía que minimizáramos todo lo que sucedió de allí en adelante (incluido un pinchazo en la Cherokee que solucionamos en exactos 10 minutos).

Llegamos a Antofagasta de la Sierra a las diez y cuarto de la noche.

¡¡ La huella es de "ida y vuelta" !! ¿O no?

Quienes fuimos en este viaje


 


FOTO: Pièrre LOUS
Ya estamos pasando entre las dos lagunas Pabellón.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Allá vienen nuestros amigos.


FOTO: Pièrre LOUS
Estamos abriendo una nueva huella de salida del Galán (anteriormente solo habíamos entrado por allí).
Abajo quedan las Lagunas Pabellón, el gran cráter y el domo central sin nieve.


FOTO: Pablo PEZZANO
Nos despedimos del cráter.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Ya cruzamos el filo del labio en su extremo SW.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Y ahora ya estamos sobre huella relevada.
Vamos rumbo a la Gran Vega y a la "cuesta irremontable".


FOTO: Pièrre LOUS
Estamos en el comienzo de la vega...


FOTO: José SAMASSA
Y hablando de vega... Me parece que me metí en plroblemas...


FOTO: Pièrre LOUS
Alejandro elige un mejor lugar y cruza sin inconvenientes.


FOTO: Pièrre LOUS
Debemos salir hacia allá... Vega y cuesta...


FOTO: Pablo PEZZANO

¡ Esa es la cuesta !

¿ Esa es la cuesta ? ... Vos me estás cargando ... !


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Sin embargo la Cherokee clava las guampas ahí no más.


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Ahí... ¿No más?.


FOTO: Alejandro DANZI
Si..., ahí no más...
Las ruedas se hunden casi hasta la mitad en aquella ceniza volcánica y no pueden traccionar.


FOTO: Pablo PEZZANO
Denis ataca... y parece que con más suerte...


FOTO: Pablo PEZZANO
Llegó a la primera curva pero.. ¡Puso marcha atrás !!


FOTO: Pablo PEZZANO
No hay caso... Todos para abajo !!


FOTO: Pablo PEZZANO
El piso en esa curva es "de terrror"...


FOTO: Pièrre LOUS
Pepe y Eduardo intentaron "atacar desde arriba" y bajar a la curva
donde está parado Pièrre sacando la foto. Pero es imposible. El terreno no los sostiene.


FOTO: Pièrre LOUS
Un nuevo ataque de Eduardo.


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Viene bastante bien.


FOTO: Pièrre LOUS
Pero solo llega cerca de la cima.
Denis ya está arriba.


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Es el turno de Pepe Samassa.


FOTO: Pièrre LOUS
También necesitó ayuda para remontar los últimos metros.


FOTO: Pièrre LOUS
Ya estamos todos arriba, vamos en busca de la divisoria de aguas
mientras el sol se despide de las montañas.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Oscurece, pero ya comenzamos el descenso...


FOTO: Arne KOOK (Morente)
Todavía faltaban varias horas de quebradas, vegas y oscuridad.


FOTO: Pièrre LOUS
Esta hermosa puesta de sol debío ser la foto de despedida de esta deliciosa y "peliaguda" travesía...


FOTO: Pièrre LOUS
Pero faltaba la frutilla del postre... Cambio de cubierta nocturno...

           
EDUARDO CINICOLA
Diciembre de 2.010            



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