Expedición al Vn. Solo - Catamarca
Con intenciones de circunvalarlo en 4x4
Segunda parte


FOTO: Pablo PEZZANO
Comienza la bajada a la salina/laguna.


Estábamos allí entonces, el grupo completo, frente a la atemorizante bajada (a la que nunca antes nos animamos), que desciende hacia las costas de la Salina de la Laguna Verde. Quería comprobar por cuarta o quinta vez que ella era "impracticable".

Ya nos había detenido en expediciones anteriores, hasta que en enero de 2.009 encontramos con Aldo Lombardi, en una nevada travesía, otra entrada y otra salida, que no fue sencilla pero que nos permitió volver a casa.

Esta vez descenderíamos por aquella "salida" de enero de 2.009. La entrada que encontramos esa vez estaba muy lejos ahora.

Sin nieve, en esta oportunidad, no pareció tan temeraria, ni la pendiente tan violenta ni el piso tan flojo. El tema es que en pocos minutos ya estábamos en las orillas de la Salina/Laguna. Deberíamos ir hacia el norte, bordeándola hasta llegar a su extremo septentrional, por el que un arroyo la alimenta con agua proveniente del deshielo de los volcanes Tres Cruces y Solo.

Ese arroyo que por unos 800 metros corre encajonado entre paredes de roca, nos debería llevar a los pies del solitario volcán.

El tránsito hacia el norte que, en sus inicios, pasa cercano a unas pequeñas dolinas que investigamos en la expedición del 2.009 no está exento de obstáculos.

Por partes es cenagoso, cruza varios gigantescos conos de deyección por los que el agua de las precipitaciones veraniegas arrastra millones de piedras de todos los tamaños y labra profundas grietas. Eso nos obliga a llevar un penoso ritmo de marcha y a que nos dispersemos, cada cual buscando la parte del terreno que parece más propicia para el tránsito.

Unos nos acercamos peligrosamente a las barrosas y traicioneras orillas, mientras que otros prefieren arrimarse a los cerros, donde los conos de deyección son más angostos, pero las rocas que ellos arrastraron son más grandes.

Luego de unos minutos volvemos a aglutinarnos, para volver a desperdigarnos en el próximo obstáculo.

Pasamos por un antiguo asentamiento aborigen y una abandonada rastrillada formada por el tránsito de cientos de llamas, y posteriormente mulas de carga, que transportaban sus mercancías entre lejanas y aisladas comunidades a un lado y otro de la cordillera.

El extremo norte de la Salina, es una extensa laguna conocida también como Laguna Tres Quebradas, y en ella vemos reflejarse, mirando a oeste, la silueta del volcán Cerro de Los Patos o Tres Quebradas y las 3 quebradas que le dan el nombre al volcán y a la laguna. Es un bello espectáculo.


FOTO: Pablo PEZZANO
A la izquierda el Vn Los Patos o Tres Quebradas, al centro el complejo volcánico Tres Cruces

Al sur del Co de Los Patos, adivinamos el Paso del Toro Muerto por donde seguramente la rastrillada cruzaba a lo que hoy es territorio chileno.

Continuamos avanzando y así llegamos al "gran obstáculo", aquel que en medio de una tormenta de nieve, nos detuvo en la expedición anterior, temerosos nosotros que el nivel de ese profundo arroyo emparedado, pudiera crecer aún más producto de las precipitaciones que estaban cayendo.

Esta vez lo hallamos con un nivel más bajo y con un cielo totalmente despejado. Eso nos daba la tranquilidad que, si pasábamos, seguramente también podríamos salir.

Fueron solo 800 metros que circulamos por el casi intransitable lecho del curso de agua o montándonos en alguna de sus inclinadas orillas, cuando el espacio lo permitía.

Cuando acabó el cañón, el panorama se abrió en una extensa planicie en declive que baja de los volcanes. Allí lo vimos por primera vez de "cuerpo entero" al volcán Solo, objetivo de nuestra expedición.

Parecía que estaba al alcance de la mano, pero esa planicie en declive era enorme, y no era tan "planicie" ya que por ella transita el arroyo y todos sus tributarios que bajan de las faldas de los cerros.

Por suerte la arena del fondo del arroyo que corre en un ancho cauce era lo suficientemente dura como para que pudiéramos transitar por ella, no sin cierta aprensión ya que muchas veces nos ha ocurrido que la firme arena se transforma, de un metro para otro, en peligrosa ciénaga.

Se presentaban múltiples variantes de acercamiento al volcán.

Intentando el camino más corto nos subimos a una de tres enormes lenguas de piedras que como antigua lava descendían del Solo.


FOTO: Pampa ZEREGA
Desde allí venimos, comienza el pedregal.

Fue una muy mala elección. El pedregal se hacía cada vez más intransitable.

Luego de diez minutos de cruzar los dedos rogando que ninguna de esas grandes y filosas rocas destrozara algún neumático, comenzamos a pensar en desandar ese último tramo de "camino", pero el solo hecho de recordar "todo" lo que habíamos pisado, nos metía dudas. Igualmente, para adelante no veíamos que la cosa mejorara.

Por supuesto que andábamos todos desperdigados por arriba de esa "meseta" ondulada y pedregosa. No nos veíamos y solo nos comunicábamos por radio.

Nosotros decidimos buscar una salida hacia la derecha y atrás, Jorge hizo lo propio y luego de sudar la camiseta un rato logramos bajar a un lecho arenoso y parejo que, dando un rodeo, nos seguía arrimando al Solo.

Pepe, con Pexa de copiloto y Denis solo en su TLC habían decidido continuar por arriba. Cuando les comunicamos por radio que habíamos encontrado un "track" mucho más amigable estaban en una situación realmente complicada ya que las rocas de la meseta cada vez eran más grandes. El problema era que nosotros no veíamos donde estaban ellos y, por supuesto, ellos tampoco nos veían a nosotros, como para que los pudiésemos guiar a una salida sin tener que desandar cientos de tormentosos metros.

Finalmente (creo que les pasamos el WPT), los vemos aparecer arriba de la meseta, a paso de hombre y con Pexa adelante buscando los pasos con rocas más chicas y con menos filos.

Desde abajo pudimos indicarles el mejor recorrido para bajar sin quedar colgados de los diferenciales.

De allí en adelante la cosa se simplificó un poco. Una marcada pendiente de arena gruesa y rosada (en realidad ceniza volcánica) muy ondulada, era preferible al afilado pedregal, pero no nos permitía adquirir velocidad.

Al tiempo escuchamos por la radio que Pepe (creo) halló una canaleta tallada en la ceniza por el agua de deshielo, que cual pavimentado callejón, lo llevaba hacia arriba como por ascensor. Desesperados salimos todos a buscar esa zigzagueante y esquiva canaleta hasta que finalmente la hallamos.

Prontamente pasamos la barrera de los 5.000 metros de altura y el "camino" seguía "fácil", solo que unas intimidantes lenguas de nieve aparecían tan solo 100 metros más arriba.

Eran más de las cinco y media de la tarde (normalmente hora de estar regresando dado que estábamos a muchas horas de la civilización), pero seguíamos hacia arriba con todo entusiasmo y nadie pensaba en parar ni regresar. A decir verdad nadie siquiera miraba el reloj.

Al cruzar la cota de 5.200 metros ya vemos, a unos 4 kilómetros, el abra que divide aguas. Hacia acá; cuenca de la Salina de la Laguna Verde. Hacia allá Chile.

La idea era cruzar a Chile por unos pocos miles de metros rodeando el volcán por su falda y regresar a nuestro país por el abra norte haciendo un círculo completo.

Allí comenzaron también las primeras acumulaciones de nieve que esquivábamos con facilidad.

Más adelante, llegando a los 5.300 metros de altura, grandes piedras que podíamos esquivar, se sumaron a la nieve.

No imaginamos que el fin estaba cerca.

El terreno perdió consistencia y el pedregal se convirtió en un laberinto. Pensé que, cruzando una grieta nevada que discurría a nuestra izquierda, podríamos continuar avanzando hacia el abra que estaba allí, casi al alcance de la mano.

Hice el intento en la Cherokee, pero la nieve y el suelo flojo nos atraparon. Cedió la ceniza volcánica bajo las ruedas de la camioneta y no nos permitió siquiera salir de la canaleta por la banda opuesta. Estábamos en problemas.

Tuvimos que "pelearla" unos minutos para poder escapar de esa trampa en la que voluntariamente nos habíamos metido.

Mientras nosotros intentábamos por la grieta, Denis se había propuesto atravesar el laberinto de piedras haciendo eslalom con la Toyota zigzagueando entre ellas.

El "experimento" de Denis duró poco. Unos 100 metros más adelante quedó colgado del eje delantero con una gran roca empecinada en hacerlo quedar a vivir allí. Creo que hubo que recurrir al Hi-lift para poder "descolgarlo". Decidimos que no daba para más. Emprenderíamos el regreso. Habíamos llegado a 5.360m en la falda sur del volcán Solo.

Hoy miro las fotos y no termino de entender nuestra decisión. Pareciera que, con paciencia, podríamos haber avanzado un poco más…

Quizás en otra oportunidad… o quizás alguno de ustedes lo logre y nos lo cuente…
 

LAS FOTOS


FOTO: Jorge ALONSO
Laguna, allá vamos !!


FOTO: Jorge ALONSO
De cabeza !! ... a buscar la mejor traza para bajar...


FOTO: Jorge ALONSO
Por acá no !!


FOTO: Denis GARIONE
Por acá si !!


FOTO: Pablo PEZZANO
Bordeando la laguna de las Tres Quebradas, con el Macizo Tres Cruces (6.749m) de fondo.


FOTO: José SAMASSA
El Vn cerro Tres Quebradas se refleja en la laguna homónima.


FOTO: Pablo PEZZANO
Pablo "Panastas" se siente muy mal por la puna y, con Christian deciden quedarse por allí,
a esperarnos mientras disfrutan de ese hermoso paisaje.


FOTO: Pablo PEZZANO
Llegamos al río intransitable, que por suerte está bajo y podemos circular por sus orillas.


FOTO: Pablo PEZZANO
Serán entre 500 y 800 metros.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Pasado el cañón del río se abre una inmensa planicie donde podemos ver,
por primera vez de cuerpo entero al Vn Solo (al centro de la foto) y a su izquierda el gigantesco Tres Cruces.
Intentábamos pasar a Chile por la silleta de la izquierda del volcán y regresar por la de la derecha.
La nieve que veíamos ya nos auguraba "problemas"...


FOTO: Eduardo CINICOLA
En este acercamiento lo vemos con más detalle.
Esa "autopista" que parece que conduce a la cima, es en realidad el ancho cauce de un esporádico río de deshielo plagado de rocas.


FOTO: Pablo PEZZANO
Acá con más zoom, divisamos más detalles.
¿Parece cerca, no?
Pero en realidad varios kilómetros y muchos obstáculos nos separan de el.


FOTO: Pablo PEZZANO
Miren dónde estamos todavía y dónde está el Solo !!


FOTO: Pablo PEZZANO
Seguimos adelante.


FOTO: Pablo PEZZANO
Vuelta a transitar por las traicioneras arenas del lecho del río
(eran preferibles a las piedras de la planicie circundante).


FOTO: Jorge ALONSO
Pampa, copiloto de lujo, verificando la consistencia de las orillas.


FOTO: Jorge ALONSO
La caravana abandonando el lecho del río.


FOTO: Pablo PEZZANO
Todavía sigue allá, demasiado lejos...


FOTO: Pablo PEZZANO
Pareciera que no avanzáramos ni un milímetro..


FOTO: Pablo PEZZANO
Allá va Eduardo trepando al pedregal, lo siguen Denis y Jorge,
fué el comienzo de una gran macana...


FOTO: Pablo PEZZANO
Las piedras, que parecían chiquitas y "amigables",
no eran tan chiquitas ni tan amigables.


FOTO: Pablo PEZZANO
Despuès de unos tortuosos 20 minutos pisando esas afiladas rocas
Jorge y Eduardo deciden descender hacia un costado.
Allí vemos la Cherokee, minúscula, pisando las huellas dejadas por Jorge.
Desde mucho más arriba, Pexa toma esta foto.


FOTO: Pablo PEZZANO
Finalmente ellos (Denis y José con Pexa) deciden bajar también.
Denis reculando. Llegó a un acantilado por el cual es imposible descender.


FOTO: Pablo PEZZANO
Desde abajo, con Jorge tratamos de guiarlos hacia una bajada más suave.


FOTO: Jorge ALONSO
Eso es. Por acá no hay acantilado y las rocas son más chicas.
Igualmente... ¡¡ Cuidado con los diferenciales !!


FOTO: Pablo PEZZANO
El terreno mejora, cruzamos varias canaletas.
El tiempo parece que empeora.


FOTO: Denis GARIONE
Vuelve a brillar el sol.
Otro roquerío se nos interpone en el camino.


FOTO: Pablo PEZZANO
Parece que ya tocamos casi la cima del Vn Solo.


FOTO: Pablo PEZZANO
Lo tenemos ahí, al alcance de los dedos...
La ceniza volcánica ondulada no nos permite ir rápido.


FOTO: Eduardo CINICOLA
José, "negociando" la planicie ondulada de la falda del Solo.


FOTO: José SAMASSA
Denis, siguiéndolo a Pepe, encuentra la "canaleta".


FOTO: Pablo PEZZANO
Y deciden meterse por allí.


FOTO: Pablo PEZZANO
El "guía" se distrae por un instante y la jauría lo pasa como alambre caído.


FOTO: Pablo PEZZANO
Ya casi estamos.
Esa silleta que vemos adelante, a la derecha, es el "abra", más allá... Chile !!


FOTO: José SAMASSA
El terreno se convierte en un campo minado, cubierto de grandes rocas.


FOTO: Pablo PEZZANO
Eduardo intenta esquivar por una canaleta lateral, pero se mete en dificultades.
La nieve y la ceniza floja impiden el avance por allí.


FOTO: Eduardo CINICOLA
Denis insiste por el laberinto de rocas, pero tambien se mete en problemas.


FOTO: Pablo PEZZANO
Queda colgado del eje delantero de una roca que "creció" cuando se hundió la nieve
pisada por las cubiertas de la TLC.
Hubo que recurrir al Hi-lift, tarea nada grata para realizar a casi 5.400 metros de altura.


FOTO: Pablo PEZZANO
Eran casi las 6 de la tarde, estábamos muy alto, estábamos cansados y Pablo con Christian habían quedado abajo esperando.
Fueron todas muy buenas excusas como para no seguir insistiendo.
El abra está ahí no más.
Vista en foto no parece tan difícil... ¿Ustedes qué opinan?


FOTO: Eduardo CINICOLA
Momento de festejos personales.
Pampa escaló hasta esa roca a 5.450 metros de altura !!


FOTO: Pampa ZEREGA
Y desde allí obtiene esta foto de la silleta.


FOTO: José SAMASSA
Y Pepe luce su Ranger 4x4 "fatto in casa".


FOTO: Jorge ALONSO
Y Jorge fotografía su flamante Hilux, a pocos metros de la cima del volcán Solo !!


FOTO: Pablo PEZZANO
Comienza el regreso.
Pero la naturaleza todavía nos tenía reservadas algunas hermosas fotos más.


FOTO: Eduardo CINICOLA
En la lejanía la Salina de la Laguna Verde y, tapado por las nubes, el Co Negro de la Laguna Verde.


FOTO: Denis GARIONE
El arroyo que une dos de las lagunas de la Salina.


FOTO: José SAMASSA
Laguna.


FOTO: Pablo PEZZANO
El volcan, macizo, nevado de Tres Cruces, iluminado con los últimos rayos de sol del día.


FOTO: Pablo PEZZANO
El sol incendiando las nubes del atardecer.


FOTO: José SAMASSA
El sol ya se fué del otro lado de la cordillera,
pero el crepúsculo nos permite ver aún la Laguna Verde y el colosal Pissis cubriéndose con un manto de nubes
para pasar la noche.


Y ahora lo profano:


FOTO: Pablo PEZZANO
Todo terminó al día siguiente con un espectacular baño en las termas de Fiambalá.


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El mapa de la zona (en punteado lo que no se pudo realizar):


Mapa de la zona tomado de ViajerosMapas.com


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PEXA editó y musicalizó este hermoso video de la expedición al volcán Solo, disfrútenlo



El Pampa, quien me acompañó como copiloto, también hizo un relato de esta expedición que publicó en su sitio Lo del Pampa.
Con su permiso acá lo publicamos para que lo puedan disfrutar.

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VOLCANES 2011 – NOTAS DE VIAJE, una versión de derecha

Es difícil para mi escribir la crónica de este fantástico viaje, sin embargo intentaré contar lo que se siente y se ve desde la butaca derecha de la legendaria Cherokee, tratando de dejar de lado los detalles geográficos aportando cuestiones más subjetivas.

Hecha la aclaración, va mi versión de esta expedición, que en líneas generales, partía de movida hacia objetivos imposibles, pero yendo con Eduardo…

  • 1) Escalar el Ojos del Salado (narrado en ésta carpeta )

  •  
  • 2) Rodear el volcán Solo (ESTE RELATO)
  • 3) Entrar a Corona del Inca por el este, entre el Bonete y el Pissis (narrado en ésta carpeta )
  • Para mí, era primera experiencia tan alto, ya que mi techo estaba en los 4600 msnm y ahora escasamente ese sería el piso sobre el cual nos moveríamos.

    Catamarca: Allá vamos!

    MARTES 8 DE MARZO

    (veníamos de trepar por las laderas del Ojos del Salado e hicimos campamento a 4.300m de altura)

    No fue una noche buena para todos, sobre todo para Pablo Anastasio que le venía pegando fuerte la altura. La mañana amaneció muy nublada con una tenue nevada que se hizo más intensa mientras desarmábamos el campamento y pintó todo de blanco.

    Del lado de la Cherokee vino la mala noticia que tenía dañado el puente de la caja y entonces deberíamos andar con más cuidado (¿?).


    FOTO: Sergio ZEREGA

    La idea era bajar al cauce del río Cazadero, remontarlo hasta sus nacientes y una vez arriba, dirigirnos al mirador de la laguna verde donde nos encontraríamos con Pepe y Pexa y tal vez con los motoqueros. Ellos sabrían lo que estábamos haciendo ya que en Cortaderas hay Internet y tenían la página del SPOT que transmitía online nuestra posición cada 10 minutos.

    Salimos hacia el sur en medio de la nevada que nos reducía mucho la visión, pero como recorreríamos un track conocido no era gran problema. De hecho nos simplificó la vida al no poder apreciar la pendiente y la longitud del alocado tobogán en que nos tiramos para llegar al valle del Cazadero.

    Eduardo notó que la huella que esperábamos ahí abajo fuera apenas incipiente, tal como el la conocía, ya que el accesos desde la RP60 remontando el Cazadero tenía un par de obstáculos insalvables hasta el momento, por eso no entrábamos por ahí; sin embargo estaba muy marcada, lo que denotaba algún cambio, así que decidimos ir a curiosear al menos el obstáculo más cercano, comprobando que alguien anduvo trabajando por allí y tal vez ahora sea "fácil" ingresar. Esta huella se usaba con mulas para aproximarse al volcán Tipas/Walter Penck o al Nacimientos el Cazadero.

    Mientras tanto todo se despejó y el sol comenzó a derretir rápidamente la capita de nieve fresca; al retomar nuestro camino volvimos a pasar por la bajada donde nos tiramos y ahora, toda visible, parecía increíble que hubiéramos entrado por ahí.

    El rio Cazadero, lleno de mallines traicioneros y de aleros en sus márgenes nos dejó avanzar tranquilamente (con algunos incidentes en las vegas) hasta sus nacientes, una inmensa planicie que oficia de divisoria de aguas a 4800 msnm. Siguiendo un poco el "Contra cazadero" (la otra vertiente opuesta de la divisoria) nos dirigimos al mirador de la laguna Verde mientras por VHF nos enteramos que Pepe y Pexa nos esperaban, pero sin las motos, ya que habían decidido evitar la altura porque mucho había sido el sufrimiento de los días anteriores.

    En el mirador, además la laguna Verde se puede apreciar la otrora "bajada imposible", a la luz de las huellas por doquier, convertida en a lo sumo subida "complicada".

    Allí nacía nuestro intento de rodear al volcán Solo.

    Bajamos a la laguna Verde por esa interminable pendiente hasta que al llegar a la laguna misma, comenzamos a remontar hacia el norte encadenando sucesivamente la laguna Verde, luego la sucesiva Salina de la Laguna Verde y más tarde la laguna de la Salina o Tres Quebradas. Allí hubo que dejar lastre: Pablo Anastasio muy afectado por el mal de altura necesitaba recuperarse y entonces, Christian, solidariamente resignó la acometida al volcán Solo y se quedó a acompañarlo.

    El resto seguimos internándonos por el cauce del río innominado, el cual primero se encajona en el sector donde Eduardo había plantado bandera en el viaje anterior por mal tiempo.

    Luego el cauce se convierte en un anchísimo arenal con sectores de barro salitroso, que recoge el agua de todas las quebradas adyacentes. Nosotros seguiríamos la que baja del Solo hasta que encontramos una interminable rampla ondulada que nos llevó sin escalas hasta los 5.330 msnm, justo a la cornisa circular que habíamos visto en GE para rodearlo.

    Otra vez es indescriptible tener "ahí", al alcance de la mano un coloso nevado de 6.205 metros de altura. Para un andinista hubiera sido pan comido llegar a la cima desde ese lugar.

    El intento de rodearlo fracasó a poco de acerarnos al límite internacional, donde las nieves eternas, cual carabineros chilenos nos impidieron ingresar "ilegalmente" al país trasandino. De hecho Denis estuvo un buen rato retenido por una filosa piedra de la que quedó colgado….

    Lo avanzado de la tarde, nos hizo desistir de hacer locuras, amén que nos preocupaba cómo se encontraría Pablo para sacarlo de allí. Volvimos sin contratiempos, tomando algunos atajos "sin retorno" y con las huellas marcadas el regreso fue un paseo.

    Pablo estaba mejor pero era prudente hacer algo por él y de común acuerdo decidimos intercalar una neutralización en Fiambalá para recuperación. También era prudente reparar el puente de la caja de Eduardo antes de seguir tratando de romperlo…

    La bajada "imposible" en reversa no fue muy difícil sino fuera porque en el afán de probar nuevas salidas del pozo de la laguna Verde, Eduardo equivocó de quebrada y tuvimos que desandar bastante. Casi de noche nos reagrupamos en el mirador y vía laguna de los Aparejos nos dirigimos a La Coipa (un kilombo andar por los caracoles y sus atajos de noche) y de ahí por la RN-60 raudos hacia Fiambalá.

    Milagrosamente, ya que es difícil conseguir alojamiento, a las 23:00 hs conseguimos alojarnos en dos departamentos aceptables, con tiempo de sentarnos a cenar algo decente en una mesa. Mañana veríamos cómo seguía la cosa.

    Nota: La rotura del puente que sostiene la caja de transferencia de la Cherokee, acontecida el día anterior mientras escalábamos el Ojos del Salado, fué reparada en Fiambalá, dónde, con $140.- de soldaduras quedó recontra-super-reforzada... y lista para emprender la próxima aventura al día siguiente >>>

    Continúa acá        
     


    FUE UNA JORNADA EN QUE NOS ATRAGANTAMOS DE PAISAJES
    PERO PRETENDIAMOS MÁS
    ASI QUE LUEGO DE UN DÍA DE DESCANSO Y REPARACIONES EN FIAMBALÁ SALIMOS NUEVAMENTE,
    ESTA VEZ A BUSCAR UN ACCESO POR EL NORESTE A LA LAGUNA DEL INCA PILLIO

      Se puede ver y leer acá ...

               
    EDUARDO CINICOLA
    Marzo de 2.011            



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