Aquí vemos a dos ancianos danzando y revoleando al carnero.

El "gliptodonte erectus" estacionado en la plaza no desentonaba para nada en aquella colorida fiesta popular. 

Los muchachos tenían hambre (y sed), ahí estamos Jorge, Lucho, "el Negro" y yo
reaprovisionándonos de "combustible" en una feria de comidas improvisada al costado de la plaza.

Y comenzó el "tole-tole" con los toros.
La gente ovaciona desde las improvisadas tribunas.
El toro representa al demonio y, de acuerdo a la promesa que le hizo a la Virgen cada desafiante,
deberá quitar, de la cabeza del bravo animal, una medalla de plata atada con una cinta roja entre sus cuernos.

Sus únicas armas: un ponchito rojo, su agilidad y su "coraje".
Los animales casi nunca salen lastimados,
no podemos decir lo mismo de los improvisados "manoletes".

La corrida, donde intervienen mas de diez toros y "toreros", se ameniza con bailes folclóricos interpretados por alumnos de una academia de danzas de la provincia.
 
Se nos hizo muy tarde disfrutando aquella fiesta.
Ese día fue un día muy largo que comenzó en Susques, continuó en castro Tolay y remató en la "corrida de toros de Casabindo".
Mañana será otro día, pensábamos. Visitaremos el Monumento Natural Laguna de Pozuelos,
 

Anterior: