"BOLIVIA"
Sta. Cruz de la Sierra, Tiawanaco, "El Camino de la Muerte" y Salar de Uyuni
 
Diario de viaje
 
Página 4 - Salar de Uyuni -
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Del salar sólo tengo las fotos,
y el relato del regreso.

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Pido disculpas y prometo su pronto desarrollo total.
Mientras tanto, disfruten las imágenes y el relato final.
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Las fotos están en su tamaño máximo

14 de Nov. 2002
 


Cruzando arenales en las cercanías de Poopó, rumbo al UYUNI ....

 

"Hotel de Sal", mesas de sal, bancos de sal, paredes de sal, pisos de sal...
De dónde la habrán sacado?

 

Baldosones de Sal conforman la superficie del Salar de UYUNI.

 

A unos kilómetros de la costa encontramos este "Hotel de Sal".

 

Liliana, mi se¤ora y acompañante en el "mar de sal".

 

Salar de UYUNI. La Lada "peladita".
(Sólo el auxilio extra, 2 planchas y la antena del GPS).

 

Ya hicimos unos 70 Km. desde el borde y estamos a unos 35 Km de la "Isla del Pescado"

 

Y como tenía que suceder, sucedió
Nos quedamos sin combustible en medio del salar.
Echamos mano a las "reservas".

 

Acá termina esta Aventura... Iremos a por más...

EL REGRESO FUE OTRA ODISEA...

Eran aproximadamente las tres de la tarde y ya habíamos salido del salar.
Estábamos en Cachani detenidos en un kiosco, bar, fonda, en el cual paran destartalados colectivos que llevan turistas bolivianos a conocer UYUNI.

Por la mañana nos habían prometido que tendrían preparadas hamburguesas para cuando saliéramos.
Lo concreto es que de las hamburguesas, ni noticias, el bar estaba medio cerrado y no tenían nada para comer.

Por suerte en la calle (polvoriento y deteriorado camino) había dos bolivianas en unos carritos de bicicleta, que con hornallas y sartenes preparaban emparedados de salchicha con huevos fritos. Nuestro apetito no tenía muchas pretensiones así que nos "mandamos al buche" dos de esos sandwiches adobados con ají picante y lo que quedaba de una gaseosa que teníamos en la camioneta.

Según los planes, al día siguiente debíamos hacer la etapa Cachani/La Quiaca.
Miro el reloj, y me digo a mí mismo:
- Acá no hay mas nada para hacer. Tupiza queda a unos 200 Km. Son las tres y media de la tarde, habrá luz hasta las siete, siete y media (cuatro horas). Podemos intentarlo. !Vamos a Tupiza!!

La primer población es UYUNI, y se encuentra a unos 20Km.

El camino recto y plano es un desastre. El "serrucho" (leves ondulaciones separadas unos 30/40 cm y de unos 7 a 10 de profundidad) hace que, para no desarmar el vehículo, se deba circular a menos de 20Km/h o... a más de 100!!.

Efectivamente, a unos 90/100 Km/h las ruedas solo tocan las crestas del serrucho y su efecto casi no se siente, pero esto tiene dos inconvenientes.
Uno: llegar a 100 implica pasar por las velocidades intermedias en las cuales todo dentro del vehículo vibra y parece que se va a desprender, incluso ruedas, ejes, espejos retrovisores, dientes de los pasajeros... todo trepida.
Pero cuando alcanzamos la velocidad "mágica" todo se calma.
El inconveniente ahora es que el vehículo no rueda sobre el camino sino que navega. En efecto, estimo que más del 60% del tiempo sus ruedas no tocan el piso, con lo cual la reacción al volante es extraña. Tarda en obedecer, parece mas una lancha que un auto.
Para más con el freno ocurre lo mismo. Por ello, toda maniobra debe hacerse suave y prematuramente.

A los 15 minutos estábamos en UYUNI. Atrás habíamos dejado una enorme estela de polvo suelto volando por los aires.

En Uyuni perdimos otros quince minutos buscando gasolinera y llenando tanque y bidones.
Cerca de las cuatro de la tarde salimos de aquella ciudad.

Es importante hacer notar, no sé si ya lo dije antes, que en Bolivia no existe ningún tipo de señalización en las carreteras no pavimentadas. Ni mojones kilométricos, ni hacia adonde va y mucho menos ¿cuánto falta? ¿hasta dónde?... Bifurcación!!! ¿Para dónde vamos? No sé. Dale gas... y después de cinco o seis bifurcaciones tomadas al azar uno ya no tiene ni idea de por dónde anda.

Y el GPS??? Para qué lo llevaste??
Bueno... el GPS... ehemmm... el GPS sirve en estos casos solo si uno tiene el track o camino grabado por alguien que lo recorrió previamente.
Sin eso, o aunque sea algunos puntos de referencia (waipoints/WPT), el GPS sólo nos ayudará a salir del lugar equivocado en que nos metimos, volviendo sobre nuestros pasos (mirando el track que acabamos de grabar).
En fin, yo no tenía ningún track y los WPT los había tomado de un mapa de muy baja calidad que no se podía georeferenciar correctamente porque había sido dibujado distorsionado. Por ello eran de esperar errores del orden de los 4/10Km en las ubicaciones de aquellas ciudades que yo había tomado de referencia (en realidad sólo dos: Atocha y Tupiza). Ese error de 10Km puede significar que la ciudad se encuentre de un lado u otro de una serranía y uno ande por el valle equivocado.

A poco de salir de Uyuni me doy cuenta que el camino sigue siendo malo, ahora con profundos baches sorpresivos.

Repentinamente UN CARTEL !!!
Si, una flecha y un cartel... el camino se abre como una "Y" y la flecha señala a la derecha y dice "San Cristóbal".
¿San Cristóbal???
¿Y eso dónde queda?.
Rápido, a ver en algún mapa. A ver... a ver... San Cristóbal !!! Acá está. Es el camino que lleva a Calama y Tocopilla en Chile y sobre el Océano Pacífico.
No, mejor no. Sigamos por acá.
Primer, único y último cartel en toda la jornada.

Por momentos podemos acelerar un poco el ritmo. El camino cruza o bordea otros salares resecos más pequeños que el de Uyuni y con sales coloreadas de tonos azulinos y verdosos. Cruzamos varios cauces secos y de pronto vemos que la arena del desierto comienza a cubrir la huella. Primero unos diez o quince centímetros de profundidad, luego ya son dunas enteras de varios metros de arena blanda que se han montado sobre la huella.

Intento esquivarlas por la banquina, es también de arena muy blanda y casi me quedo atrapado.
- Para la próxima pongo la reductora y bloqueo el diferencial central.
Perfecto, pasamos sin problemas.

Luego de unos kilómetros las dunas desaparecen pero el serrucho es tan marcado que el truco de los 100Km/h no se puede aplicar.

Me salgo de la huella y ando a campo traviesa esquivando peligrosos matorrales de espinillos que parece se estiraran para alcanzar su objetivo LAS CUBIERTAS!!

Parece que no soy el primero que hace esto, hasta hay huellas de camiones que marcan senderos por doquier que se cruzan y entrecruzan... y uno ya no sabe dónde está la huella principal.

Son kilómetros y kilómetros de este peregrinaje. ¿Y si nos pasamos una bifurcación y el camino era para otro lado???

Ya habían transcurrido más de dos horas desde que saliéramos de Uyuni y hacía unos cuantos kilómetros que el camino había desaparecido. Íbamos por el lecho de un río casi seco con la profunda impresión de habernos perdido.

En esas dos horas de viaje no nos habíamos cruzado con ningún vehículo ni persona. Ya medio desesperados y sin saber adonde nos llevaría aquel lecho de río, vemos, a lo lejos un vehículo.
Sí es una camioneta, y está detenida. Por fin alguien a quién preguntarle dónde andamos y si estamos bien orientados para arribar a Atocha.

Al acercarnos nos percatamos que a la camioneta le falta una rueda, está apoyada sobre unas piedras y no hay nadie, ni en su interior ni en las inmediaciones. Sonamos. Deberemos seguir sin saber por donde andamos.

El GPS me indicaba que estábamos a unos 5Km del punto que yo había cargado como posible ubicación de Atocha.

A poco de andar (seguíamos por el lecho del río) solos y sin nadie a quien pedirle ayuda, comienzo a sentir un rumor extraño en la transmisión de la chatita. Que preocupación, si se llega a romper aquí...

Unos mil metros mas y vemos en lo alto de la orilla opuesta del río un terraplén de ferrocarril y empieza a divisarse un pueblo o estación. Estamos salvados!!!

Cruzo el lecho de unos doscientos metros y me trepo por la barda del río. Paso por encima de los rieles y me acerco a la estación. Resultó ser CHOCAYA (que en los mapas figura como población importante), pero estaba absolutamente deshabitada. Ni un perro a quien preguntarle.

Estaba en una conjunción de quebradas. Una, la que acababa de recorrer yo y otra, ésta, que nacía acá y se iba hacia el sudoeste. Hacia allí me marcaba el GPS que quedaba Atocha, a tan solo 3,5 Km.

Pero mi instinto me decía que por aquella angosta quebrada en subida y sin ninguna huella marcada, no podíamos llegar a Atocha (que en los mapas figura como una estación de relativa importancia).

Por fin me decido y vuelvo a bajar al lecho del río que habíamos abandonado. Seguiremos unos kilómetros más por aquí.

A los pocos minutos divisamos en la orilla derecha del río un cementerio con tumbas frondosamente adornadas de flores multicolores hechas en papel. Debemos estar cerca de alguna población.


Unos kilómetros mas y el río por donde vamos desemboca en otro más amplio que lo cruza de izquierda a derecha. ¿Y ahora? ¿Para dónde vamos???

Estaba en esa duda cuando veo, por el lecho del río y a mi derecha UN COLECTIVO, si señores, un destartalado bus de pasajeros cruzando el serpenteante hilo de agua avanzaba por esa supercarretera de arena y piedras que formaba el lecho de aquel río.

Enfilo para allá, y cuando lo cruzamos le hago señas, se detiene y me indica que estoy en la dirección correcta, a sólo mil metros, y detrás de un recodo de aquel río se encontraba Atocha. A 7,7 Km. de donde me indicaba la errónea data del GPS y en otro valle.

Lo primero que impresiona al acercarse a Atocha es una inmensa "torta" de mineral acumulado en la orilla izquierda del río. Debe tener unos quinientos metros de diámetro y unos sesenta o más de altura y todo el aspecto de haber sido creada por la mano del hombre, aunque las grietas que ha labrado el agua en sus costados dan la impresión que han pasado muchos años desde su construcción.

El pueblo tiene todo el aspecto de un pueblo minero labrado en la ladera de aquel río. Hay mucha gente y están todos entretenidos viendo como, con grandes maquinarias, un grupo de obreros está construyendo algo así como un dique o un desvío del río.

No tenemos tiempo para quedarnos a curiosear. Ya son mas de las seis de la tarde y pronto anochecerá.

Me detengo a preguntarle a un muchachito cómo debo hacer para ir hacia Tupiza. Me contesta:
- Métale para adelante, es todo playa, todo playa... (?)

Continúo y a las dos cuadras la calle se mete nuevamente al lecho del río, que acá es muy ancho, arenoso y con varios hilos de agua que lo cruzan.

Las huellas que han dejado los vehículos que nos precedieron nos van indicando el camino. Rodeamos la "gran torta" y el río tuerce hacia el sudeste. Allí divisamos las instalaciones de una gran cantera de... (no pudimos saber qué).

Continuamos. Mas adelante unas islas dividen las huellas. Unas van a la izquierda y otras a la derecha. Las marcas de neumáticos se van separando. Algunos tributarios de este río principal se llevan algunas huellas para quién sabe dónde.

La arena se ablanda y la camioneta comienza a hundirse levemente. Le imprimo mayor velocidad para no quedarme atascado y, repentinamente, me doy cuenta que ya no hay mas huellas...

¿Dónde las perdí?? Será en aquella bifurcación? O cuando aparecieron las islas??? Mejor volvemos. Que lástima, ya habíamos avanzado unos cuantos miles de metros.

Mientras desandábamos lo recorrido, observamos que en una de las bardas de ese ancho cauce semi-seco había una especie de rampa de tierra que permitía abandonarlo. Hacia allí nos dirigimos y comprobamos que una precaria huella se formaba allá en lo alto de la barda. Como se dirigía al SSE, me gustó y continué por ella.

Andábamos a unos 3.800/3.900 metros de altura. El paisaje era realmente muy bonito. La huella discurría por una planicie en leve pendiente, de arena rosada y gruesa. Las rocas del entorno, también rosadas e iluminadas con el sol del atardecer brindaban un bello espectáculo a nuestras retinas.

Me costaba creer que entre dos localidades medianamente importantes como son Atocha y Tupiza sólo hubiera esa huella tan precaria.

Poco más adelante ya estábamos superando los 4000 metros de altura, entre cañadones estrechos y sumamente bellos.

El camino zigzagueante ahora, estaba bastante parejo, así que imprimí un poco mas de velocidad a la Niva. A las 18:54 superábamos la cota de los 4100 metros y anoto en el respectivo WPT "muy lindo paisaje".

Pocos minutos después, un pueblito aparentemente abandonado, sin cartel ni gente a la vista. Mas adelante un ramal trunco del ferrocarril acaba en la nada.

El sol del oeste pegaba fuerte del lado de la ventanilla de Liliana. -No te preocupes, le digo, enseguida tendremos que tomar hacia el este y el sol nos dará de atrás y no te molestará mas...

Cinco minutos mas adelante y... SOL DE FRENTE... 10, 15, 20 minutos y el sol permanecía al frente encegueciéndonos con sus rayos. -Me parece que en algo nos equivocamos, digo. Si continuamos en esta dirección (oeste neto) nos estamos dirigiendo a Chile... Miro adelante y veo que el camino continúa en trepada hacia una cadena importante.

Sonamos!!! Yo no vi ningún desvío desde que salimos de Atocha, hace mas de una hora. Tampoco vi, ni veo nadie a quién preguntarle. Son casi las siete y cuarto de la tarde (quedarán unos cuarenta minutos de luz natural) y no tengo ni idea de donde estamos ni adonde nos dirigimos.

Me encontraba en esas cavilaciones, conduciendo lentamente, sin ninguna convicción, cuando diviso en contraluz una siluetas en la montaña, cerca del camino. Son tres collas a los que hago señas para que se acerquen. Sólo uno de ellos lo hace, a el le pregunto si vamos bien para Tupiza... Se quedó mirándome un rato como si le hubiera preguntado por Hollywood o Kamchacka. Luego me contesta, no muy convencido...

-No, para allá va para Tatasi, para Tupiza tiene que volver hasta Escoriani y allí está un desvío para Tupiza.

-Pero... ¿Dónde queda Escoriani?

-Usted debió haberlo pasado hace poco, es un pueblito que queda detrás de aquel cerro.

Efectivamente, el único pueblito (con aspecto de abandonado) que pasamos hace unos 20 minutos debía ser Escoriani.

-Pero, yo no vi ningún desvío por allí.

-Si, búsquelo que por ahí está, sale hacia la derecha.

Agradecí, retomé sobre mis huellas y volvimos hasta el pueblito que yo imaginé abandonado. El sol ya se había puesto y el cielo aún estaba iluminado con las luces del crepúsculo cuando llegamos de vuelta a Escoriani. Unas huidizas sombras se deslizaban entre las paredes de pircas. Parecían niños, pero no se dejaban ver. Necesitábamos encontrar a alguien que nos indique por dónde continuaba el camino. En un momento veo que se mueve muy levemente un visillo en una ventana de un ranchito. Paro. Bajo y llamo a la puerta. Una tímida mujer colla me atiende y a mi pregunta, me contesta indicándome una ténue huella que trepaba hacia una lomada.

-¿Y cuánto tiempo tendremos desde aquí hasta Tupiza?

-Y... va a llegar con lo oscuro... , fue su críptica respuesta.

Obscuro ya era, quedarían no mas de diez minutos de luz natural. Desde allí para adelante, hasta la madrugada siguiente seguiría siendo obscuro!

Sin perder mas tiempo partimos por esa apenas marcada huella, antes que la falta de luz nos hiciera perderla de vista. Esa senda recorría la cresta de una lomada y me hacía dudar mucho que fuera el "camino" entre Uyuni-Atocha-Tupiza.

Me detengo, busco uno de los mapas de Bolivia que tengo y ahí veo, entre decenas de huellas marcadas que unen pueblos "inexistentes" (imagino que son nombres de parajes que solo conocen los lugareños), que el camino que abandonamos, aquel que iba a Tatasi (según el colla), continuaba luego y giraba al SEste !!HACIA TUPIZA!!!!! Pasando por Oro Ingenio.

Bueno, la macana ya está hecha. Veamos si ubicamos esta huella. Ahora, sabiendo que el pueblito que acabamos de dejar era Escoriani, ubico esta huella que, aparentemente en unos 5 km. desembocará en una carretera quizás mas importante y pasando por Tres Palcas, nos llevará también hacia Oro Ingenio y Tupiza pero por un camino mas largo.

A los diez minutos desembocamos en la ansiada carretera, después de haber cruzado por varios zanjones en total obscuridad. Esta carretera no era nada extraordinario, ripada con el ancho justo para dos vehículos, pero nos daba la tranquilidad de estar en un "camino principal" y que no perderíamos la huella en la obscuridad de la noche.

Continuábamos a mas de 4100 metros de altura y el GPS me indicaba 52 Km en línea recta hasta el punto de referencia (WPT) que yo había marcado como correspondiente a Tupiza.

Eran casi las ocho de la noche cuando comenzamos a subir una pronunciada cuesta por una estrecha quebrada. Se veía muy poco, pero se intuía un paisaje espectacular. 4150, 4200, 4250 msnm. Bueno, seguro que detrás de este abra comienza la bajada hacia Tupiza.
Negativo. El camino se sumergió hasta 4050m en un profundo cañadón del que salimos por otra cuesta que nos llevó nuevamente por encima de los 4200. Y luego otra bajada, y otra subida, y otra bajad y...

-Pero esto no termina mas!!

-No sé, pero el GPS hace como una hora que sigue marcando 46Km hasta Tupiza, me advierte Liliana.

-¿Qué estamos haciendo? ¿Jugando a la montaña rusa en la obscuridad??. ¿Nos habremos metido en un circuito cerrado y estamos dando vueltas vanamente? No, no podía ser, porque cada trepada y cada bajada eran completamente diferentes de las anteriores. Este paisaje debe ser soberbio, habría que hacerlo de día para poder apreciarlo en su total magnificencia.

Me dolían ya los brazos de tanta curva y contracurva. Allí noté que hacía unas doce horas que estaba detrás del volante con el nerviosismo propio de no saber exactamente donde dormiríamos esa noche.
En un determinado instante, siendo ya casi las 21Hs, me detengo a descansar reclinado sobre el volante por unos minutos.

A poco de reanudar la marcha divisamos, en la obscuridad el reflejo de algo detenido en la cima de una cuesta. Apuro la marcha con la esperanza de encontrar algún ser viviente que nos oriente un poco.

Al acercarnos vemos que es un camión detenido cambiando un neumático.

-Buenassssss, ¿vamos bien para Tupiza????

-Si, siga para adelante, es todo bajada, en veinte minutos estarán allá.

Fenómeno, digo, aguanto un poco mas y en un ratito; baño, cena y a la cama. El día de hoy fue largo, recorrida del salar incluída.

Comienza la bajada... y al rato... comienza la subida...

-¿No nos había dicho el camionero que era todo bajada hasta Tupiza?

-Si, yo entendí lo mismo, pero ahora el camino sube, y no ví ningún desvío...

El camino subió, bajó, subió, bajó y así unas cuantas veces. Ya habían pasado unos cuarenta minutos desde que viéramos al camionero y de Tupiza, ni noticias.

Luego de una larga bajada comienzan a verse algunos árboles y el GPS nos indica que hemos descendido hasta casi 3000msnm. En la obscuridad descubrimos algunas casitas espaciadas y luego otras mas juntas. No hay ninguna luz encendida. De pronto diviso la silueta de una persona. Me acerco a preguntarle si ese lugar era Tupiza, aunque me parecía muy pequeño.

-No señor, para Tupiza siga para adelante. Le faltan unos 25 minutos.

Le agradezco y lentamente mi cerebro empieza a hacer cuentas... Hace 45 minutos el camionero me dijo que me faltaban 20 para llegar a Tupiza, ahora este me dice que nos faltan 25... ¿Estaremos yendo para atrás? ¿O el camionero pensaba que andábamos en helicóptero??

A poco de salir del obscuro pueblo (del que ni siquiera pregunté el nombre) el camino se mete en un ancho río de poca profundidad.
No vemos la salida. Las huellas se perdieron debajo del agua.
Así andamos unos 700 metros sin ver siquiera las orillas de aquel curso.
Luego de un recodo, salimos del río por la orilla opuesta. Albricias!!! Hay un camino... Pero... cáspitas!!! Vá en la dirección contraria a la flecha del GPS que me indica dónde queda " la TUPIZA" que yo cargué en el aparato.
¿Tan mal georeferenciado estaría el mapa de donde tomé el dato?
¿Qué hacemos?
¿Continuamos por este camino en dirección contraria a la que me indica el GPS?
o...
¿Retrocedemos hasta el río y nos ponemos a buscar en la obscuridad otra salida?

Sigamos!!!

Seguimos.

Por suerte a los pocos kilómetros el camino abandona su dirección Norte y, rodeando un cerro comienza a orientarse al Sur. Justo para donde indica el GPS.

Se nota, por la fisonomía del lugar, que la carretera discurre por el lateral de un amplio valle formado por un río principal al cual, cada tanto se le van uniendo afluentes que nosotros debemos vadear. Algunos tienen poco agua, algunos no tienen agua y algunos tienen bastante agua (para vadeos nocturnos).

Cada tanto pasamos por algún caserío pero no se vé ninguna persona. Eran la diez y media de la noche.

Ya hacía mas de media hora desde nuestra última consulta cuando descubro a un muchacho cerca de un farol en uno de los tantos pueblos o caseríos que pasamos. A la consabida pregunta me contesta...

-Siga derecho señor, le falta media hora.

Insisto con mi pensamiento en mi embotado cerebro. O vamos para atrás o el tiempo en Bolivia lo miden diferente de nosotros. Hace media hora nos faltaban 25 minutos. Ahora nos falta media hora (????). A las nueve nos faltaban 20 minutos. La puna me habrá hecho tan mal???

Cuando el GPS indicaba 4,5km a Tupiza vemos hacia un costado del camino y hacia abajo, entre unos árboles, unas pocas casas iluminadas.

-Ahí está Tupiza, me grita Liliana.

-No, no puede ser. Tupiza tiene que ser mas grande. Seguro que es mas adelante, digo con solvencia.

A los dos kilómetros el camino gira violentamente al Norte y comienza una trepada. ¿Y ahora? El GPS indica que Tupiza está hacia el Sur!!! ¿Nos habremos pasado? ¿Sería aquel caserío que me indicó Liliana?

La verdad que no tenía ganas de desandar camino, pero seguir para adelante nos podría alejar de nuestro ansiado destino.

-Seguiremos hasta donde termina esta subida. Si vemos que no hay nada, no sé.... Volvemos.

Desde la cima de la cuesta divisamos, al otro lado, una ciudad muy iluminada.
Eureka!!!
Hé allí Tupiza!!!
Allá vamos!.

Recorremos unos tres kilómetros y, la senda por donde circulamos sube a un terraplén de una ancha ruta ripiada. Es la ruta que viene de Cotagaita. Inmediatamente que subimos a la carretera principal, una barrera, una casilla de madera y tres bolivianos que me miran desde adentro sin hacer ni siquiera un ademán. Espero unos minutos y, al ver que nadie sale a abrir la barrera, bajo bastante malhumorado. Eran casi las once de la noche y hacía 14 horas que venía manejando (y aseguro que no por autopista).

- Si hay algo que me gusta de los bolivianos es su amabilidad. Les espeto ni bien abro la puerta. ¿No me ven que estoy esperando que abran la barrera?

- Si señor. Pero antes debe abonar el peaje....

QUEEEE??? PEAJE??? SI VINE POR EL LECHO DE RIOS SECOS Y CASI DESTRUYO TODO EL VEHICULO POR EL ESTADO DE LAS SENDAS POR LAS QUE TUVE QUE CIRCULAR....

Y así continuó la discusión... Al final me dejaron pasar (Aclaro que no discutía por el dinero -que ni sé cuanto era-, sino por la actitud. ¿Cómo van a pretender cobrar peaje por circular por esas huellas sin demarcación, sin mantenimiento, sin ningún cartel indicador y en pésimo estado?)

A los cinco minutos estábamos en Tupiza Norte, pasamos el río y entramos a la ciudad. A pesar de ser tan tarde había bastante gente en las calles. Conseguir hotel no fue fácil. Estaban casi todos ocupados y al final, despues de rechazar una habitación por U$S 20.- aceptamos, en el mismo hotel, una habitación para bolivianos (casi igual) por $B 18.- (equivalente a U$S 2,60).

La medianoche nos sorprendió en un restaurante chino quitándonos el apetito de todo un día azaroso.

******

Al día siguiente salimos de Tupiza a las 11 y una hora después ya habíamos recorrido los 90 Km de ripio que nos separaban de Villazón, frente a La Quiaca (Argentina).


AÑO 2.002: Si alguno piensa hacer el recorrido al revés (Villazón-UYUNI), creo que se puede realizar en una jornada, saliendo temprano de La Quiaca, haciendo aduana e ingresando a Villazón a mas tardar a media mañana.

De Tupiza a Uyuni hay muchas variantes, desde la que pasa por Cotagaita hasta la que hicimos nosotros. Esta última me pareció muy bonita, a pesar de lo "agreste" y se puede realizar en unas 8 horas (incluyendo tiempo para sacar fotografías y disfrutar del Paisaje. Hay que tener en cuenta que ni bien se pasa la barrera de peaje a la salida de Tupiza, se debe tomar por el camino secundario que sale a la izquierda, bajando del terraplén.

Para quien disponga de GPS o software de mapeo de data de GPS tipo OZI Explorer, pueden bajar los tracks y WPTs de esta etapa UYUNI-VILLAZON, desde AQUI

ACTUALIZACIÓN 2019-MAYO: La ruta Tupiza/Atocha/Uyuni se encuentra asfaltada practicamente en su totalidad y el trayecto se puede hacer (sin paradas) en unas tres horas.

UNA ULTIMA ADVERTENCIA:
En Diciembre comienza la temporada de lluvias en el Salar de Uyuni y montañas aledañas, por esa razón una capa de agua de 10 a 50cm de profundidad cubre toda su superficie hasta Mayo.
Este agua corrosiva tiene gran cantidad de sales en suspensión, altamente agresivas para las partes metálicas de los vehículos.

 

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