Perdonen mis subjetividades, pero me parece magnífico, ese paisaje, esa amplitud,
esas huellas que, perdiéndose en aquella vastedad... no son nada en tanto espacio...
Si dan ganas de salir volando en un ala delta, acariciando las sensuales curvas de esta tierra.
Así, subiendo lentamente llegamos a los 4,768m que constituyen el borde sur del Gran cráter del Galán.
Podemos apreciar la parte sudoeste del anillo plano que se conforma entre el borde del gran cráter y el cerro central (al fondo a la derecha).
En ese "anillo" se encuentran algunos cerros de "apenas" 5.000 metros, como el que se divisa al centro de la foto, lagunas, como la del Diamante, que se aprecia al fondo y a la izquierda y hasta la huella de algunos vehículos que se dirige recta y ténue, por el centro de la foto para pasar por el este de esa "lomada" y dirigirse luego hacia el norte (fondo de la foto) a rodear el pico principal del Galán.
La filosa piedra laja es una permanente amenaza para los neumáticos.
Llegó el momento...
Hay que zambullirse en aquella hoyada gigantesca.
¿Podremos salir?
SI !!!, de eso no hay duda, aunque sea empujando, sacaremos las camionetas de allí
Ahora orientamos las brújulas hacia el punto donde "confluyen" el paralelo de 26 grados de latitud Sur con el Meridiano de 67 grados Oeste.
Hay pocos puntos en el país en el que confluyen un paralelo y un meridiano con número entero de grados.
De hecho en todo el mundo existe un numero finito de ellos (359 x 178 + 2{polos}).
Si solo tenemos en cuenta los que se hayan en tierras emergidas (no en el mar), el número se reduce muchísimo.
A alguien (http://www.confluence.org) se le ocurrió armar algo así como un desafío con la búsqueda y "caza" de estos puntos "especiales" de los mapas que denominaron "confluencias".
El desafío consiste simplemente en llegar a ellos y certificar el acto con las fotografías de rigor del GPS y del "entorno", mandarles las fotos y un texto a ellos, teniendo el "HONOR" de ser incluidos en el sitio como quien obtuvo "esa" "confluencia".
Por especulaciones hechas con PIRI (Juan Azcue, quien tiene varias confluencias registradas) y con Federico Kirbus, sospechábamos que esta "confluencia" 26S-67W sería una de las mas altas "registrables", ya que se encuentra en la ladera del domo central del Galán.
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Faltaba ver si podríamos llegar, y "en camioneta". Nadie tenía intención de caminar varios Kms a esa altura.
En realidad no fue tan fácil.
Por lo que se veía en la foto satelital, el punto en cuestión se hallaba en una planicie con inclinación descendente hacia el Oeste, por donde nosotros deberíamos ascender.
También pareciá que se podría subir sesgado (en diagonal) desde donde estábamos hacia el NorEste. De esa forma acortaríamos camino.
Yo insistía en esa variante.
Resultó la peor opción.
Nos encontrabamos con profundos zanjones secos formados por los deshielos del Galán, que nos impedían el paso.
Debimos "recular" y adoptar la ruta "PIRI" esto es, avanzar por la planicie hasta estar perpendicular a la confluencia y, allí girar 90 grados al Este hasta alcanzar la "confluencia".
Ocurrió a las 14:58 del 24FEB2003, el GPS indicaba:
Pos: (S)ur 26:00, 000 (W)est 67:00,000
Altura: 4820 msnm.
Foto de rigor de parte del grupo...
Gregorio Donikian, yo, Paola, PIRI, "Pancho" Cedric y Ruth Reynoso.
La "apacheta" que erigimos en el lugar exacto de la "confluencia" con el "dios GPS" apoyado arriba.
Foto del "entorno", la magnífica Laguna Diamante, vista desde la ladera del Galán.
Ahora nos faltaba ver si podíamos subir hasta una misteriosa lagunita escondida, cercana al domo central del Galán.
En el grupo estaba también Pierre Lous, un agradable holandés que disfruta su jubilación recorriendo la Ruta 40 de Argentina, de norte a sur y de sur a norte, ya lo hizo en varias oportunidades, a dedo, caminando, en bus, en bicicleta. Conoce mucho mas de Argentina que varios de nosotros.
Fue Pierre quien, revisando fotos satelitales de los Andes, en los seis meses anuales que pasa en su Holanda natal, descubrió esta rareza natural, ignota y desconocida que no figura en ninguna carta topográfica y solo puede verse desde la altura del satélite.
El la bautizó, "La Perla del Galán" y nos enloqueció a todos, cuando en una reunión preparatoria del viaje, en la "Peña 5x5", nos mostró aquellas fotos satelitales que la contenían.
Federico Kirbus pretendió, aquella noche, rebautizarla con el poco elegante nombre de "Culo de Lucifer", nombre que le duró por unos días...
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"Culo" Hacia ella nos dirigimos.
Nuevamente la inmensidad, la planicie de altura y la sensación de libertad
que da la posibilidad de apuntar la trompa del vehículo en cualquier dirección y "meterle para adelante".
Bahh... "casi" en cualquier dirección, corrijo.
Aqui el terreno cedió y terminamos enterrados en un arenal.
Pronto!!
A sacar el ancla, desenrrollar el cable del malacate y a comenzar el rescate!!!
- Mirá, Gregorio, metele para allá, ves?. Derecho hacia abajo. Tené cuidado de no caer en el arroyo, mirá que si se cae ahí tenemos que abandonar la chata acá, porque no la podrá sacar nadie.
- No, Greg. Vos dale para el otro lado. Tirás con el malacate y sale sola.
- Cuando estes afuera, los podrás ayudar al Polaco y a Carlos que también enterraron sus camionetas hasta los ejes.
-No, Gregorio, para allá no. Dale para el otro lado. Estos no saben nada, son unos quesos.
Gregorio levantaba presión, mientras todos aconsejábamos. Entanto, PIRI esquivaba el arenal por otro camino y nos esperaba mas adelante.
En la media hora que perdimos en la maniobra de sacar las camionetas, el tiempo cambió, violentamente.
Una negra tormenta corría a ras de la superficie, a 4700 metros de altura.
Eran nubes de nieve.
Navegando con los GPSs les íbamos indicando a los pilotos cual sería la dirección que nos acercaría a la ansiada laguna ...
Al principio parecía sencillo. Era casi todo plano.
Pero, a medida que nos acercabamos al punto, una montaña se nos interponía.
En realidad, mirando bien la foto satelital, la laguna debía estar en el centro de una especie de pequeño cráter, por lo que deberíamos subir por sus laderas.
Habría que elegir la mejor forma de atacar aquella pendiente.
Así lo hicimos y, luego de unos minutos de primera baja a fondo (recalentada incluída) llegamos a la cima que nos permitió ver la FABULOSA...
PERLA DEL GALAN...
Si, recuperó su nombre. No merece otro. Es una "perla" en aquella gran caldera.
Las nubes ocultaron el sol. Le quitan brillo a la escena. Pero la excitación en los expedicionarios es manifiesta.
Allí, está. ¡ EXISTIA !
La tenemos delante de nuestras narices. Mide unos quinientos metros de diámetro y está "tapizada" de flamencos.
Lástima que la bajada es muy pronunciada, es muy tarde y está comenzando a caer agua-nieve. Nos quedamos con ganas de bajar hasta sus orillas.
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