Foto:Eduardo Cinicola
Al día siguiente, en las cercanías de Oruro, comienza el "Turismo dinamitero"
Esquivando piquetes y cartuchos de dinamita que nos arrojaban los mineros piqueteros.

Foto:Eduardo Cinicola
Las colas de camiones y buses se "apilaban" frente a los piquetes.

Foto:Eduardo Cinicola
Mientras nosotros cultivábamos "caminos alternativos".

Foto:Eduardo Cinicola
Así, luego de varias horas de comer tierra, arribamos a las cercanías de La Paz.
Un cielo extrañamente despejado nos muestra al Illimani, una de las cumbres mas importantes de Bolivia.

Foto:Eduardo Cinicola
El otro centinela de La Paz, el Huayna Potosí, asoma su testa por el Norte.

Foto:Eduardo Cinicola
La muchedumbre, los bocinazos, la profusión de minibuses y el caos, nos recuerdan que estamos en el tercer mundo.
Es "El Alto", gran urbe periférica de la ciudad de La Paz y a 4100msnm.

Foto:Eduardo Cinicola
Otra vez el Huayna Potosí, dominando el panorama y la bajada al centro de La Paz.

Foto:Eduardo Cinicola
Un gran salto nos lleva al día siguiente al Lago Titicaca.
Puno (Perú) es la ciudad que vemos al fondo.

Foto:Eduardo Cinicola
Mujeres de etnia Uro, tribu jamás conquistada (ni siquiera por los incas),
nos saludan desde sus islas flotantes en el Lago Titicaca

Foto:Eduardo Cinicola
Una anciana uro que no pierde su habilidad para navegar estilo "gondolieri".

Foto:Eduardo Cinicola
Nos vamos de Puno y, al cruzar Juliaca,
un enjambre de taxis bicicletas nos rodean y "acosan".

Foto:Eduardo Cinicola
Más adelante nos cruzamos con el trencito que regresa del Cusco con destino a
Juliaca y Arequipa. Aquel que tomamos con mi esposa hace 17 años en una aventura inolvidable.

Foto:Eduardo Cinicola
Los últimos rayos del sol iluminan un bonito paisaje antes de alcanzar el Abra de la Raya,
que marca la divisoria de aguas entre la cuenca cerrada del Titicaca/Poopó y la cuenca del Amazonas.
Si, el agua de la lluvia que cae allí irá a desembocar en el Atlántico a 6.600 Km de distancia.

Foto:Eduardo Cinicola
Al día siguiente estos niños nos esperan en la plaza de Cusco.

Foto:Eduardo Cinicola
La enorme catedral...

Foto:Eduardo Cinicola
Y los muros graníticos de perfectas junturas.
Son postales típicas de Cusco.

Foto:Eduardo Cinicola
Tuvimos la suerte de presenciar un casamiento peruano en la mismísima catedral.

Foto:duardo Cinicola
Otra torre de otra iglesia que puede pasar casi desapercibida entre tanto monumento histórico.

Foto:Eduardo Cinicola
Nos muestra el laborioso labrado que ha recibido cada una de sus numerosas columnas de piedra.

Foto:Eduardo Cinicola
Nos fascinaron los balcones de la ciudad

Foto:Eduardo Cinicola
Y mas balcones...

Foto:Eduardo Cinicola
Finalmente decidimos abandonar tanto museo y nos decidimos a subir hasta el Sacsayhuaman.
Debemos comenzar la subida por la empinada calle "La Resbalosa".
Serán 300 metros de desnivel... (100 pisos por la escalera!!!).

Foto:Eduardo Cinicola
Un descendiente de los incas con ropas típicas.

Foto:Eduardo Cinicola
Desde lo alto, la Plaza de Armas.

Foto:Eduardo Cinicola
La avenida principal de Cusco y el monumento a...

Foto:Eduardo Cinicola
Panorama del Sacsayhuaman, con sus tres niveles de murallas de gigantescas rocas perfectamente ensambladas.

Foto:Eduardo Cinicola
¿Cómo lo habrán hecho? Es la pregunta que aún no tiene respuesta cierta.

Foto:Eduardo Cinicola
Nos despedimos de Sacsayhuaman recorriendo un obscuro y tenebroso túnel.

Foto:Eduardo Cinicola
Al otro día los apacibles paisaje del valle Sagrado nos esperaban.

Foto:Eduardo Cinicola
Apurados llegamos a Pisac a escuchar la misa en quechua.

Foto:Eduardo Cinicola
Los feligreses son en su mayoría nativos.
A excepción de los impertinentes turistas con sus cámaras fotográficas.

  Continúa...