Foto:Eduardo Cinicola
Las mujeres nativas (no son collas) en la feria de Pisac.
La que está en segundo plano bebiendo chicha.

Foto:Eduardo Cinicola
Bullicioso mediodía de domingo en las calles de Pisac.

Foto:Eduardo Cinicola
Así llegamos al sitio arqueológico Ruinas de Pisac,
plagado de terrazas de cultivo.

Foto:Eduardo Cinicola
Contrucciones en distintos niveles y
profundos precipicios.

Foto:Eduardo Cinicola
Empinadas escaleras sin baranda...

Foto:Eduardo Cinicola
... abruptos descensos...

Foto:Eduardo Cinicola
Y endebles pasarelas...

Foto:Eduardo Cinicola
Nos llevan a ver esmeradas construcciones.

Foto:Eduardo Cinicola
Norberto posa en el estudio, con un telón de fondo.

Foto:Eduardo Cinicola
Ya de noche regresamos a la Plaza de Armas de Cusco.

Foto:Eduardo Cinicola
Nocturna.

Foto:Eduardo Cinicola
Al día siguiente, mañana lluviosa, arriba el coche vagón que nos llevará a Machu Picchu.

Foto:Eduardo Cinicola
Somos los primeros en llegar y la ciudadela se encuentra casi desierta.
El dia lluvioso abrillanta los verdes de los espacios abiertos.

Foto:Eduardo Cinicola
Visita tras visita, me sigue deslumbrando la capacidad de esa civilización para construir esa ciudad colgada de los cerros.

Foto:Eduardo Cinicola
Las nubes enredan sus velos en los promontorios sagrados.

Foto:Eduardo Cinicola
Ya llegó el malón de turistas que espera que se corra el telón
para descubrir el Huayna Picchu, gigantesco obelisco pétreo, centinela de Machu Picchu.

Foto:Eduardo Cinicola
Extraño pájaro sobre los húmedos "ladrillos" de roca.

Foto:duardo Cinicola
Mas imponencia para humillarnos en nuestra arrogancia "moderna".

Foto:Eduardo Cinicola
Y más...

Foto:Eduardo Cinicola
Y más...

Foto:Eduardo Cinicola
Y más.

Foto:Eduardo Cinicola
Laberinto de pasadizos.

Foto:Eduardo Cinicola
Pegamos un gran salto a las extrañas salinas artificiales de Maras.

Foto:Eduardo Cinicola
Podemos tomar 100 fotos y todas serán distintas, extrañas...

Foto:Eduardo Cinicola

Foto:Eduardo Cinicola
El delgado hilo de agua que aporta la sal a los más de 3000 piletones.

Foto:Eduardo Cinicola
A la salida, el colorido lo ponen estas frutas regionales.

Foto:Eduardo Cinicola
Recorriendo paisajes peruanos.

Foto:Eduardo Cinicola
Altiplanicies de pastoreo.

Foto:Eduardo Cinicola
Cuesta creer que nos hallemos a más de 3000 metros sobre el nivel del mar.

Foto:Eduardo Cinicola
Allí encontramos los magníficos invernaderós de Moray.

Foto:Eduardo Cinicola
Y en su profundo ombligo, una secta practica rituales satánicos...
Vinieron con el Colo!!! y Son Fernando, Daniel, Jorge y Matute!!!

Foto:Eduardo Cinicola
Este toro nos convenció que aquel no era nuestro lugar. Nos fuimos.

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