- Y si rompemos algo... ¿Quién nos saca de acá, sin siquiera radio para pedir socorro?
De repente lo veo a Aldo por allá arriba, minúsculo, mucho más alto que nosotros.
¿Qué hizo? ¿Por dónde pasó? ¿Cómo hicieron para aparecer tan alto?
Prendo todas las luces y empiezo a tocar bocina, con la intención de que nos vea y nos cuente si vale la pena seguir arriesgando en ese roquerío destructivo.
Nada.
Ni bola.
Finalmente decido seguir avanzando, aún a costa de romper algo. Aunque sea a descontar esos 180 metros hasta la rastrillada.
Penosamente avanza la chero mientras que alguna que otra piedra araña sus bajos.
Llegamos finalmente al lugar donde debería estar la rastrillada pero el aquelarre de piedras blancas no nos deja divisar, ni siquiera imaginar, una rastrillada por allí.
- ¿Pero que m... vimos en las fotos satelitales? ¿No era una hermosa rastrillada Lucho?
- Si, macho, pero acá no hay nada.
- Y con lo que nos costó llegar hasta acá. ¡No puede ser!