Insistimos con la Pampa de los Bayos
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Catamarca - Argentina

"Día 2"

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Foto: Javier Pla


Esa noche del 19 de marzo del 2009 dormimos a la vera del Salar de Antofalla.

Acabábamos de hacer la primer extensa etapa de esta nueva expedición.

Éramos los "supervivientes" de una travesía de tres días en la que buscamos un nuevo acceso a la Corona del Inca.
Después de descansar en la hostería de Fiambalá, repostar combustible y reparar daños menores, algunos de aquellos travesistas, emprendimos esta nueva aventura en busca de la escondida, lejana y casi inaccesible Pampa de los Bayos.

Solo tres camionetas con cinco tripulantes:

Denis en su Toyota Land Cruisser, Emilio y Javier en la Toyota Hilux de Emilio y Mariano Mazzeo conmigo en mi Jeep Cherokee.

Si bien el día anterior ya habíamos decidido descartar el acceso sur e intentar el ingreso por el norte, en la cordillera nunca se sabe que puede deparar el clima ni cuanta nieve hallaremos acumulada (sea verano o invierno) por los lugares donde debemos pasar.

Desayunamos mientras se derretía el hielo metido en la tierra del salar convirtiendo el piso en un barreal.
 


Mapa de la zona tomado de ViajerosMapas.com

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Foto: Eduardo Cinícola
Amanecimos rodeados de un terreno muy irregular de tierra y sal.
Es el Salar de Antofalla.


Foto: Javier Pla
Javier y Emilio (sentados) componían la tripulación de la tercer camioneta,
Aquí desayunando distendidamente (no sabían lo que nos esperaba).


Foto: Javier Pla
El salar es enorme y tiene una superficie muy áspera.


Foto: Eduardo Cinícola
Durante mas de una hora lo bordeamos con rumbo norte.
Cuando nos tocó cruzarlo, descubrimos estos "ojos" u "oidos" del salar.


Foto: Eduardo Cinícola
Se forman solos y traen desde las profundidades a la superficie, los gases que allí se forman.


Foto: Eduardo Cinícola
Sus delgadas y extrañamente elaboradas paredes de sal nos hacen pensar
que fueran construídos por seres inteligentes.


Foto: Javier Pla
Es casi mediodía y, hacia el sur, vemos como el Peinado sigue dominando la escena.
Otros conos más cercanos virtieron su obscura lava a la cuenca del salar.


Foto: Javier Pla
El cruce del salar es tortuoso. No se puede circular más que en primera de baja con
el motor regulando. Son solo 3Km por hora (caminando se vá mucho más rápido).
Por suerte elegimos la parte más angosta de este salar de casi 180Km de extensión Norte/Sur.
En esta escotadura no mide más de 2500 metros entre orillas,
lo que nos insumió casi 40 minutos de cabezasos dentro de las cabinas de las camionetas


Foto: Javier Pla
Del otro lado nuevamente la inmensa sensación de libertad que proporcionan
esos grandiosos espacios abiertos.


Foto: Javier Pla
Extensos desiertos de arena y ceniza volcánica, donde no crece ni una misera planta.
Corona el paisaje, nada más ni nada menos que el volcán Antofalla que con sus 6437m de altura
se ubica en el decimosegundo lugar en la tabla de los más altos del mundo,
lo acompañan a su izquierda el Vn Lila de 5.752m y el Cajeros de 5.785.


Foto: Javier Pla
Seguimos avanzando por donde aún no hay huella.


Foto: Javier Pla
Luego de circular unas horas por esas altiplanicies desoladas
comenzamos a ver las siluetas de los volcanes "Vallecitos" y "Cerros Colorados"


Foto: Javier Pla
Ambos de más de 6.000 metros de altura, son los centinelas de la "puerta norte" de la Pampa de los Bayos.


Foto: Eduardo Cinícola
Antes intentaremos llegar a un mirador que descubriéramos en nuestra anterior expedición.
Está allí, en la ladera oriental (izquierda) del Vallecitos, muy cerca de su cima.


Foto: Javier Pla
Buscamos la manera de llegar allá arriba.


Foto: Javier Pla
El GPS nos indica que ya superamos los 5000 metros de altura.
Vemos en ViajerosMapas dibujadas las grietas que apuntan al Gran Bajo desértico que es Pampa De los Bayos.


Foto: Javier Pla
Continuamos subiendo por las laderas del volcán Vallecitos.


Foto: Javier Pla
Haciendo camino al andar...


Foto: Javier Pla
Finalmente, cuando el GPS nos indica que nos hallamos a 5.320m de altura,
llegamos al balcón que denominamos "Mirador"...


Foto: Eduardo Cinícola
Desde el mirador, nos deslumbra esta vista.


Foto: Eduardo Cinícola
En una panorámica podemos observar parte de los volcanes que rodean el cuenco,
la gran deposición de piedra toba, las grietas que en ella se formaron
y, a la derecha, parte de la planicie arenosa de la Pampa de los Bayos.


Foto: Javier Pla
Pero todavía queda mucho camino para recorrer.


Foto: Eduardo Cinícola
Un acercamiento nos permite observar la altura de esa capa de piedra toba (unos 35m) y las profundas grietas
que los elementos naturales se encargaron de labrar en ella.


Foto: Eduardo Cinícola
A nuestra derecha, el Volcán Vallecitos de 6.120m de altura lo tenemos ahí no más, al alcance de la mano.


Foto: Emilio Salar
Apostados en aquel balcón no cesábamos de tomar fotos y disfrutar del espectáculo que nos regaló el hacedor universal.


Foto:Emilio Salar
Javier embelezado con el paisaje.


Foto: Javier Pla
Eduardo y Emilio posando para la posteridad.


Foto: Javier Pla
Mariano hace lo propio.


Foto: Javier Pla
Y otro tanto Denis, custodiado por el nevado Vn El Cóndor de 6.419m.
Detrás, con más nieve el Weelright de 6.135, en territorio chileno.


Foto: Eduardo Cinícola
Bajamos del mirador, debíamos rodear totalmente al Vn Vallecitos para hacer
el intento que tanto ansiábamos;
meternos dentro de ese laberinto de grietas y bajar por ellas hasta el centro,
donde está la planicie de ceniza volcánica, la soñada Pampa de los Bayos.


Foto: Javier Pla
Volvimos a circular por esas inmensas pampas de altura, nos dirigíamos a la "puerta norte".
¿Sus centinelas nos permitirán entrar esta vez?


  Sigue acá...                        

           
EDUARDO CINICOLA
Marzo de 2009