La Travesía de las Confluencias
Por el centro y noroeste de Argentina

Sur 25:00,000 - West 68:00,000


 

Hay pocos puntos en el país en el que confluyen un paralelo y un meridiano con número entero de grados.

De hecho en todo el mundo existe un numero finito de ellos (360 x 178 + 2{polos}).
Si solo tenemos en cuenta los que se hallan en tierras emergidas (no en el mar), el número se reduce muchísimo.

A alguien (http://www.confluence.org) se le ocurrió armar algo así como un desafío con la búsqueda y "caza" de estos puntos "especiales" de los mapas que denominaron "confluencias".

El desafío consiste simplemente en llegar a ellos y certificar el acto con las fotografías de rigor del GPS y del "entorno", mandarles las fotos y un texto a ellos, teniendo el "HONOR" de ser incluidos en el sitio como quien obtuvo o registró "esa" "confluencia".

En la República Argentina hay aproximadamente 287 confluencias, de las cuales se han registrado solo 26 (a la fecha que escribimos esto).

Agosto de 2003

Ocho amigos de Buenos Aires decidimos recorrer el centro y noroeste de nuestro pais a la "caza" de confluencias.

Fueron de la partida tres camionetas, 2 Lada Niva (Andy y Eduardo) y Mauricio en su Jeep Cherokee.

Con Andy viajaría su amigo Piercarlo.
Con Eduardo, Federico, Pablo y Juan Cruz.
Y con Mauricio, Adrián.

En total 3 chatas, 8 personas.


Salimos de Buenos Aires el 8 de agosto de 2003.
Para el día 14 a la noche ya llevabamos en nuestras alforjas fotos y comprobantes de haber "cazado" 8 confluencias.

La noche de ese día 14 dormimos en una hostería en Antofasta de la Sierra (Pcia de Catamarca).

Acabábamos de hacer la confluencia S25-W67 y teníamos previsto para el día siguiente dirigirnos al oeste en busca de S25-W68 en la Provincia de Salta.

Para llegar allá deberíamos pasar dos campos volcánicos, cruzar un salar y bordear otro en un recorrido que, hasta el próximo puesto de combustible demandaría unos 800 Km. incluyendo en cruce de otros tres salares.

Partimos con rumbo norte por la ripiada carretera provincial 143, desandando parte del camino que hubiéramos hecho la noche anterior.

A unos 25 kilómetros de Antofagasta sale la huella a la izquierda que lleva a Los Nacimientos y a Antofalla. Allí nos internamos para cruzar el primer campo de volcanes.

El camino trepa hacia las alturas.


Los arroyos se congelan a medida que ascendemos.


Se convierten en traicioneras trampas, debajo de la delgada capa superficial corre el agua.


Las vicuñas (especie protegida) nos observan curiosas.

Continúa la subida hasta llegar al Abra de los Colorados a 4.667 msnm.


Allí nos vamos a la cresta de una lomada para estar mas cerca del cielo.

Luego de cruzar el Abra de los Colorados comienza la bajada por un inmenso campo de lava volcánica, hasta los 3500 msnm en que encontramos el Salar de Antofalla.


La renegrida piedra volcánica es muy filosa.

Para más elegimos bajar por las "picadas" (sendas de muy marcada pendiente y nula conservación que acortan mucho camino).


Todavía nos faltan bajar unos 700 metros.


El paisaje que nos ofrece aquel Salar es secillamente "alucinante".
Mide no más de 10 Km de ancho pero más de 140 de largo (Norte/Sur).

Lo cruzamos por su parte mas angosta, montados en dos gigantescos conos de deyección formados por los detritus que bajan de volcán Antofalla y del Cerro Los Colorados.

Visitamos el minúsculo pueblito de Antofalla y volvimos a subir, ahora con rumbo norte hasta los 4500m y nos dirigimos a bordear el salar de Arizaro por su margen sur.

La subida, a la salida de Antofalla, es pronunciada y extensa.
El viento de "cola" no ayudaba. Los más de 4000msnm tampoco. La sobrecarga, menos.
Y mi desconsideración hacia la Lada Niva Verde, haciéndola trepar por las "picadas" para acortar camino, fueron la gota que derramó el vaso.
Conclusión: RECALENTADA FULERA.

Todo hervía, el agua del depósito, las chapas, hasta la batería "chiflaba" dejando escapar vapor.

La pusimos "trompa" al viento y, a cruzar los dedos deseando que no se haya "soplado" la junta de la tapa de cilindros (culata).

Diez minutos mas tarde todo había vuelto a la normalidad, solo que la batería (recalentada?) no tenía "fuerza" para el arranque. A empujar!!!

Por suerte solo nos faltaban unos minutos mas de trepada y luego, la altiplanicie.

El camino estaba "imposible".

Un marcado serrucho hacía trepidar todo dentro de las chatas y nos obligaba a ir a baja velocidad.

Mas adelante, la batería de mi camioneta dijo basta!!
¿Y ahora? ¿Qué le pasa?
Resultó ser que la recalentada de batería no fue producto del calor que disipaba el conjunto motor recalentado.
El exceso de temperatura de la batería se debía al regulador de voltaje externo que le coloqué al alternador antes de partir a esta travesía.
Este se había soltado, perdió masa con el chasis y le solicitaba al alternador carga máxima. El sistema sobrecargó la batería y quemó un vaso.
Además se había quemado el alternador por exceso de trabajo.

KAPUT!! Sin batería y sin generador de energía eléctrica.

¿Y ahora???

Continúa S25-W68
- El enlace para esta confluencia fue largo, por ello lo desdoblamos en dos páginas -


Ver los integrantes del grupo

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