Por el centro y noroeste de Argentina |
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Agosto de 2003
Ocho amigos de Buenos Aires decidimos recorrer el centro y noroeste de nuestro pais a la "caza" de confluencias. Fueron de la partida tres camionetas, 2 Lada Niva (Andy y Eduardo) y Mauricio en su Jeep Cherokee. Con Andy viajaría su amigo Piercarlo.
En total 3 chatas, 8 personas.
Salimos de Buenos Aires el 8 de agosto de 2003.
La noche de ese día 14 dormimos en una hostería en Antofasta de la Sierra (Pcia de Catamarca). Acabábamos de hacer la confluencia S25-W67 y teníamos previsto para el día siguiente dirigirnos al oeste en busca de S25-W68 en la Provincia de Salta. Para llegar allá deberíamos pasar dos campos volcánicos, cruzar un salar y bordear otro en un recorrido que, hasta el próximo puesto de combustible demandaría unos 800 Km. incluyendo en cruce de otros tres salares. Partimos con rumbo norte por la ripiada carretera provincial 143, desandando parte del camino que hubiéramos hecho la noche anterior. A unos 25 kilómetros de Antofagasta sale la huella a la izquierda que lleva a Los Nacimientos y a Antofalla. Allí nos internamos para cruzar el primer campo de volcanes. El camino trepa hacia las alturas.
Los arroyos se congelan a medida que ascendemos.
Se convierten en traicioneras trampas, debajo de la delgada capa superficial corre el agua.
Las vicuñas (especie protegida) nos observan curiosas. Continúa la subida hasta llegar al Abra de los Colorados a 4.667 msnm.
Luego de cruzar el Abra de los Colorados comienza la bajada por un inmenso campo de lava volcánica, hasta los 3500 msnm en que encontramos el Salar de Antofalla.
La renegrida piedra volcánica es muy filosa. Para más elegimos bajar por las "picadas" (sendas de muy marcada pendiente y nula conservación que acortan mucho camino).
Todavía nos faltan bajar unos 700 metros.
El paisaje que nos ofrece aquel Salar es secillamente "alucinante". Mide no más de 10 Km de ancho pero más de 140 de largo (Norte/Sur). Lo cruzamos por su parte mas angosta, montados en dos gigantescos conos de deyección formados por los detritus que bajan de volcán Antofalla y del Cerro Los Colorados.
Visitamos el minúsculo pueblito de Antofalla y volvimos a subir, ahora con rumbo norte hasta los 4500m y nos dirigimos a bordear el salar de Arizaro por su margen sur.
La subida, a la salida de Antofalla, es pronunciada y extensa.
Todo hervía, el agua del depósito, las chapas, hasta la batería "chiflaba" dejando escapar vapor.
La pusimos "trompa" al viento y, a cruzar los dedos deseando que no se haya "soplado" la junta de la tapa de cilindros (culata). Diez minutos mas tarde todo había vuelto a la normalidad, solo que la batería (recalentada?) no tenía "fuerza" para el arranque. A empujar!!!
Por suerte solo nos faltaban unos minutos mas de trepada y luego, la altiplanicie. El camino estaba "imposible". Un marcado serrucho hacía trepidar todo dentro de las chatas y nos obligaba a ir a baja velocidad. Mas adelante, la batería de mi camioneta dijo basta!!
KAPUT!! Sin batería y sin generador de energía eléctrica. ¿Y ahora???
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