Por el centro y noroeste de Argentina |
|
|
CONTINÚA... Estábamos en el medio de la nada y con la batería de la Niva Verde "muerta" y el alternador quemado...
Decidimos en consejo de cráneos, que lo mejor sería recargar allí la batería con energía provista por Nikita (cuidando que el estado de mi acumulador no deteriorara el alternador de la chata de Andy), y continuar con esa carga hasta donde dé.
Listo, solucionado (parcial y muy provisoriamente) el tema. Sólo que ahora no debería utilizar el burro de arranque. Lamentablemente esa tarea recayó en mis tripulantes (por suerte eran muchos) y nuevamente A EMPUJAR!!!
Ya estaba atardeciendo y, nuestro punto de pernocte se hallaba a mas de cuatro horas de marcha de allí, pasando la confluencia.
Para más una duda en los tracks nos hizo perder valiosos minutos hasta decidir el rumbo a tomar.
El GPS de Mauricio tenía un "track" marcado que se abría hacia el Oeste y se internaba por detrás de aquellas montañas. Yo intuía que había que seguir recto hacia el salar de Arizaro y luego girar hacia el Oeste para bordearlo. Por fin, luego de ver las fotos satelitales nos decidimos por esta última alternativa. Al llegar al salar y girar a la izquierda, el sol de frente me enceguece y no veo la huella.
La naturaleza nos regalaba un paisaje sobrecogedor.
El Cerro Cono emerge del salar con una pulcra silueta y nos hace pensar ¿Qué tipo de fenómeno geológico lo conformó. Continuamos por aquella huella que bordea el salar sin saber hasta dónde llegaríamos (no hay ningún poblado en 8 o 10 horas de marcha a la redonda). Tuvimos la inmensa suerte de encontrar, unos kilómetros más adelante, una mina de ónix semiabandonada. Mina Arita.
Don Carlos Gutierrez resultó un excelente anfitrión.
Al día siguiente 16 de agosto de 2003, el Cerro Cono nos ofrecía su elegante silueta iluminada con el sol matinal. Partimos de Mina Arita con la firme intención de hallar la confluencia en aquel desértico paisaje de cerros y salares. Mauricio, haciendo punta encontró la quebrada indicada que nos acercó lo máximo posible a la confluencia. Quedamos a unos 1200 metros y ahora deberíamos subir una pronunciada pendiente de arena blanda en la que los neumáticos se enterraban y dificultaban aún mas la tareas de los motores que en primera marcha de baja, apenas podían avanzar.
Maurico, con mas potencia y menos peso llegó primero y volvió a buscar a mis pasajeros, que habían bajado faltando 400 metros.
En poco tiempo estuvimos todos reunidos a 3.857msnm alrededor de la confluencia S25:00,000 W68:00,000.
El GPS marcando la posición. Los festejos, las fotos para mandar a Confluence.org y un poco de tiempo dedicado a admirar tanta belleza que nos regaló la naturaleza, en un lugar tan alejado de la civilización.
Las delgadas cubiertas de la Niva Verde se hunden en aquella superficie.
Sin batería se negaba a arrancar y allí a casi 4000 metros de altura, hubo que cinchar para empujarla, semienterrada en la arena.
S25-W68 era la novena y última confluencia que lográbamos en esta extensa travesía. Solo nos quedaba la posibilidad de pasar por la S29-W64 en nuestro viaje de regreso, pero para muchos el tiempo ya escaseaba. Estábamos a mas de 2.200 kilómetros de casa, con varios salares y cadenas montañosas por cruzar en nuestro regreso. Ahh, me olvidaba, la Niva verde continuaba con la batería "muerta" y sin alternador...
- Gran premio Gran - Por haber tenido la paciencia de llegar hasta aquí con la lectura, te regalamos, sin obligación de compra, el final de este día de aventura:
- Para leer toda la travesía, comience de la primera de la izquierda -
|