Por el centro y noroeste de Argentina |
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La 27-65 se encontraba, según foto satelital y cartas topográficas, a escasos 600 metros de una ruta secundaria que conducía a la ciudad de San Miguel de Tucumán.
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Agosto de 2003
Partimos de Buenos Aires por la noche del viernes 8 de agosto de 2003. - Hoy ya es 10 y deberíamos "cazar" 3 confluencias. La primera es la S27-W65 Salimos por la mañana desde Termas de Río Hondo, una villa turística donde pasamos la noche. Por la Ruta Nacional número 9 viajamos hacia el norte, hasta Molle Pozo, un paraje que está poco mas allá de Colonia Tinco. Allí abandonamos la carretera asfaltada y, girando a la derecha tomamos un precario camino de tierra que, en unos 20 kilómetros, nos lleva a otro camino pavimentado, a la altura de estación Aráoz. Por este camino pavimentado tenemos que recorrer solo 10 kilómetros hasta hallar alguna senda que nos acerque a la confluencia. Serían poco mas de las 10 de la mañana cuando Andy, que encabezaba la caravana, encontró el punto en que debíamos abandonar la carretera. Bajamos del pavimento y nos internamos por una callecita rodeada de precarias viviendas de adobe (barro y paja secado al sol). Cerdos y gallinas se cruzaban delante de las camionetas. Los niños descalzos se asomaban a mirar con extrañeza esa caravana que pasaba frente a sus casas. A los 300 metros se acaban las viviendas y comienza el descampado. Hay alguno que otro galpón que solo posee techo, para proteger la caña de azúcar recién cegada.
Seguimos avanzando por aquella calle que ya se convirtió en una huella poco transitada y llena de pozos hasta que los GPSs nos indican que estamos a solo 57 metros de la confluencia. Ahora hay que caminar. Los aparatos nos indican que el punto se halla en medio de un campo del cual recien han terminado de cosechar la caña. Estámos en la provincia de Tucumán, zona azucarera por excelencia de nuestro pais.
Caminar los 50 metros nos llevó unos pocos segundos y allí estábamos todos, GPSs en mano buscando el ansiado quíntuple cero. Sentíamos las miradas de los hombres de campo a esos ocho locos que con "un control remoto de TV" en la mano, caminaban como borrachos de un lado para el otro en el medio del rastrojo de la caña.
Tomamos las fotos y salimos corriendo antes que vinieran de un manicomio a encerrarnos, advertidos por los campesinos.
- Para leer toda la travesía, comience de la primera de la izquierda - |
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