Por el centro y noroeste de Argentina |
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Agosto de 2003
Jueves 14. Habíamos pasado la noche en el puesto de Gendarmería Nacional del Paso de Sico, donde amablemente nos habían ofrecido cobijo.
A la mañana Mauricio y Andy proponen hacer nuevamente la confluencia (24-67) y tratar de ir todos para sacar la foto grupal. Despues de despedirnos de nuestros amables anfitriones tomamos la RN51 hacia Cauchari. Al pasar por las cercanías de la confluencia, entramos todos, esta vez Pablo se montó en el paragolpes de la Cherokee y Juan hizo lo propio en Nikita. La Verde, con dos pasajeros menos pudo llegar también sin problemas y nos sacamos la foto testimonial.
Eran mas de las 11 de la mañana y debíamos apurarnos para poder llegar a tiempo a la próxima confluencia de nuestra lista.
Retomamos camino con rumbo sur.
Antes de llegar a Cauchari, nos salimos de la carretera y, por una huella que se zambulle en el salar del Rincón, iniciamos su cruce para acortar camino. Está plagado de pozos y, por tramos, la superficie es un colchón de 10cm de tierra/talco que golpea las panzas de los vehículos como si fuera agua, vuela y se mete por cuanta rendija encuentra. 20 kilómetros de esa primitiva huella nos llevan nuevamente a un camino principal. Es la ruta que, pasando por Salar de Pocitos, llega hasta Socompa. Nosotros no íbamos a Socompa en ese momento. Debíamos desviarnos al sur y bordear el salar de Pocitos en búsqueda de nuestra próxima confluencia, la 25-67. Pasamos por Estación Salar de Pocitos, hicimos una breve recorrida y tomamos rumbo sur. Habríamos hecho unos 50Km y la Lada nuevamente se quedaba sin combustible, El filtro de combustible "reciclado" estaba fallando nuevamente. Solución drástica. Chau filtro de nafta y lo reemplazamos por una "T" que habían conseguido Andy y Piercarlo en San Antonio. Se le obturó una de las salidas y "maravilla" anduvo así unos 1200 km mas.
Continuamos con nuestro derrotero y, cerca de las dos de la tarde, ya nos encontrábamos perpendiculares a la confluencia, a solo 150 metros de distancia. Salimos del camino y circulando entre piedras y arena nos ubicamos justo en 25:00,000 Sur – 67:00,000 Oeste. Estábamos a casi 4000 metros de altura, 3.999 para ser mas exactos.
Otra confluencia "al bolso".
A continuar, que todavía nos falta cruzar el Salar del Hombre Muerto, pasar el traicionero Callejón de Puntas Gordas y llegar a Antofagasta de la Sierra antes del anochecer.
A poco de andar ya enfrentamos el extenso salar del Hombre Muerto. Por él pasa el límite entre Salta y Catamarca.
Allí tenemos que tomar una decisión, bordearlo por una larga huella o intentar cruzarlo por el centro por la antigua traza de la carretera, en un terraplén que supo estar, años atrás, en muy mal estado de conservación, llegando a hundirse en el salar por algunos tramos. Elegimos el camino central. Cuando andábamos mas o menos por el medio, detenidos a tomar unas fotografías, se acerca una camioneta de la empresa norteamericana que explota el litio en la zona, a averiguar que andábamos haciendo por allí y hacia dónde nos dirigíamos. Reconozco que me molestó esa actitud amable, pero inquisidora. Parece que ellos son los dueños del salar. Salimos por una huella que gira 90 grados hacia el Oeste a buscar el camino perimetral. Encontramos las instalaciones abandonadas que algunos conocíamos de viajes anteriores. Pasamos por el abandonado cementerio indígena y trepamos pronunciadas cuestas al salir de la depresíon (3800 msnm) en que se encuentra el salar. Nos desviamos para pasar por la "escuelita". Aquella que nos ofreciera cierto cobijo luego de pasar una noche de tormenta de viento blanco a la intemperie durante el invierno de 1977.
El paisaje es realmente muy bonito. Circulamos por aquellas pampas de coirón a mas de 4200 msnm. Es una pequeña parte de esta gran altiplanicie surcada por algunas cadenas montañosas, desiertos y salares que constituye la PUNA. En un momento la carretera debe atravesar un paso de 4.480 metros de altura. Es el "Callejón de Puntas Gordas". Conocido por "traicionero" pues en un día el que el sol brilla en los alrededores, allí repentinamente se cubre de negras nubes, comienza a nevar, se forma un embudo de viento que arrastra la nieve e impide seguir avanzando a costa de salirse del camino y perderse por la nula visibilidad. Es una gran planicie ondulada y yerma que en esos casos se cubre totalmente con un manto blanco que hace perder toda referencia. Por suerte esta vez el sol brillaba también en el callejón.
Sólo vimos las huellas de una nevada reciente que se acumuló sobre la carretera.
Algunos prefirieron esquivarla.
Tuvimos la dicha de encontrar la apacheta que hiciéramos en 1.998 (una año después de la tormenta) agradeciendo a la "Pacha Mamma" que nos permitiera pasar por allí. También estaba la botella de champaña vacía que dejamos después de brindar con Ella. Lamentablemente se hizo de noche antes de que llegaramos a Antofagasta de la Sierra. La última parte del recorrido no la pudieron conocer los "nuevos" de la expedición.
En Antofagasta nos alojamos en la Hostería Municipal y nos encontramos con Luis Barrionuevo (gremialista y político catamarqueño) haciendo campaña repartiendo bombones de licor a familias necesitadas de pan y trabajo.
- Para leer toda la travesía, comience de la primera de la izquierda -
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