Pasos de SICO y JAMA

Narración (diario de viaje)

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El viaje se realizó durante agosto de 1998. Esta travesía es continuación de Paso de San Francisco y Paso de Puntas Gordas.
Esta vez el grupo fue de tan solo tres integrantes.
Utilizamos dos vehículos:
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La aventura anterior terminó, de noche, en Salar de Pocitos. Allí dormimos (de prestado) en el Destacamento Policial (cinco personas y un brasero en un rancho de 3x3 mts.).
Al día siguiente debíamos seguir directo al Paso de Sico, pero, sucios y mal dormidos decidimos ir a San Antonio de los Cobres y luego regresar.


Día 6  Miércoles 12

08:00 En silencio y sin desayunar, cerramos las bolsas, ponemos en marcha los coches y nos rajamos.
Otro policía que va a Salta nos pide si lo podemos acercar, le avisamos que sólo hasta Olacapato. Acepta y sube al Senda.
Comenzamos la suave subida en recta que nos saca de la depresión del salar de Pocitos.


09:40 Legamos a Cauchari. El pueblo, la capilla, el destacamento de gendarmería están abandonados (o por lo menos deshabitados). Paramos y preparamos el desayuno que terminamos tomando dentro de la capillita.

11:00 Continuamos viaje rumbo a Olacapato. Al llegar, frente al rancho que vende combustible, especulamos que, en ese estado, mugrientos  y mal dormidos, con los coches totalmente llenos de tierra, deberíamos pasar al menos dos días mas hasta llegar a La Quiaca, previo paso por Las Pirquitas. Sugiero seguir camino hasta San Antonio de los Cobres, almorzar, alojarnos, bañarnos con abundante agua caliente, limpiar los coches y descansar. Se acepta por ovación. Continuamos.

12:00 Paramos en unas termas al costado del camino. Es solo un rancho deshabitado con un piletón en su interior con agua caliente y vapores de azufre. Afuera el viento es infernal. Vemos unos operarios que están construyendo las torres y tendiendo las líneas de alta tensión por las que se exportará energía a Chile, proveniente de una planta termoeléctrica que se está construyendo en Gral. Güemes, cerca de Salta capital.

12:15 Cruzamos el Abra Chorrillos, los coches se recalientan a pesar del frío, Tenemos viento de cola y por los radiadores no pasa aire. Para mas, es subida.

12:45 Vemos, allá arriba un convoy carguero que se dirige a Pocitos.

13:00 Llegamos a la Hostería de San Antonio de los Cobres. Nos alojamos, almorzamos, limpiamos los coches, ¡NOS BAÑAMOS!, cargamos combustible, (nos curraron, y si no lo creen, pregúntenle a Oscar Pablo), nos vamos a los talleres de Vialidad a reparar el escape del Senda. Cenamos y ¡DORMIMOS!.

Día 7  Jueves 13

08:00 Diana y desayuno (incluido), (Zulemita no estaba).

10:00 Después de huevear, como corresponde, para no salir muy temprano, comprar pan, fiambre y gaseosas, partimos a desandar el camino hecho el día anterior.

11:00 Abra Chorrillos. Pasamos de largo las termas y Olacapato.
 
12:00 Cauchari. Acá tomamos el camino al paso de Sico (decidimos conocer todos los pasos a Chile antes de llegar a Mina Pirquitas).
 El camino comienza con una interminable recta en leve subida y con viento de frente que no nos deja superar los 60 Km. por hora, en tercera a fondo.
 A los veinte kilómetros giramos al norte y comenzamos a bordear, por lo alto, el Salar del Rincón.  En el fondo vemos muchas construcciones abandonadas de tantas explotaciones salitreras de otras épocas. Las torres y los cables de alta tensión intrusan el paisaje. Me molestan, a pesar que pueden significar divisas para la provincia siento que violan esos desolados parajes.
 El fuerte viento comienza a levantar arena y sal del salar y de pronto nos vemos inmersos en una tormenta de arena al mas puro estilo Lawrence de Arabia.  Oscar Pablo y Héctor van un par de kilómetros mas adelante y ya los perdí de vista. A decir verdad apenas veo 10 metros adelante de la trompa del Renault.  El viento sigue, torcemos al Oeste, en busca del límite con Chile. El viento ahora es frontal. Parece que vamos en bajada pero no podemos superar los 70 Km. por hora. Por fin vemos los primeros carteles en esa desolación “zona primaria aduanera”, unos kilómetros mas adelante “control de gendarmería”, al fin vemos, perdido en la planicie un edificio y una barrera.
 
13:05 Arribamos al puesto de control del Paso de Sico. Es un edificio moderno pero parece deshabitado. El viento apenas permite abrir las puertas de los coches. Sorpresa, sale a recibirnos un perro, flaco y renegrido, nos ladra con cierto desinterés. Al fin aparece un ser humano, hay gendarmes, cuatro gendarmes y un “funcionario” de aduanas.
 Nos reciben muy amablemente, nos muestran las flamantes instalaciones (inauguradas en abril de este año), nos invitan con polenta pero preferimos nuestros sandwiches de mortadela, son mas livianos. Terminamos de almorzar rápidamente para poder continuar hasta el paso propiamente dicho del que nos separan 11 Km.  El sgto. Ayudante  Mario Vega, a cargo del puesto nos acompañará. En el puesto el GPS marca 3.820 mts.
 
14:40 Salimos hacia el paso. El camino comienza con una leve cuestita, luego pasa por unas extrañas y muy bellas formaciones rocosas y continúa en recta y suave pendiente hacia el límite que, por extraño que parezca, se encuentra a 4100 mts en una planicie, sin que ningún accidente geográfico indique la divisoria de dos países.
 En realidad esto se explica porque toda esta altiplanicie esta compuesta por una gran cantidad de cuencas cerradas (los salares) que no desaguan ni al Atlántico ni al Pacífico, por lo que el Embajador norteamericano  al laudar sobre estos límites (a principio del siglo XX) prefirió trazar largas líneas rectas entre algunas cumbres no muy importantes, pero que repartieran de una manera mas o menos equitativa esta altiplanicie, la Puna, entre Chile, Bolivia y la Argentina. (La línea de mas altas cumbres corre aquí unos cuantos Km mas al Oeste).
Son las 15:00 Hs .
15:30 comienza el regreso.
 
15:45 Dejamos al sargento Vega en el puesto y tomamos otra ruta de regreso que nos hará pasar por Catua y entre unos cerros nos llevará cerca de Cauchari. Allí, 6 Km. antes de llegar, y en pleno salar de Cauchari giramos violentamente al norte por la ruta provincial 70 (Jujuy) hacia Mina Pirquitas. Pero antes decidimos entrar al paso de Jama. Avanzamos penosamente por la ruta en regular estado y bordeando el salar. Pasamos por Mina Providencia, vemos unos pocos obreros trabajando. De repente:
 - Mirá, mirá allá en el salar, Una recua de burros. Y los va arriando un pastor, pero ¿en que anda?
 Agarro la cámara, zoom al mango y... allí está, el pastor va... ¡en bicicleta!, en bicicleta por el medio del salar. Ese está loco. Reloco. La bici se entierra en la arena y el tipo sigue pedaleando con un esfuerzo enorme ¡y  a 4000 metros de altura!, a ese le hizo mal la puna.
 Seguimos. Mas adelante un cruce. Derecha Susques 89 Km., izquierda Paso Jama, 130 Km., adelante aduana 87 Km. ¿Y ahora? ¿Que hacemos?, ¿Vamos donde dice aduana o al paso? ¿Habrá alguien en el paso?
 Son las seis de la tarde y si vamos al paso y no hay nada nos agarrará la noche a la intemperie.
 Nos jugamos y después de dar vueltas leyendo y tratando de descifrar los carteles, nos tiramos a ir hacia el Oeste, a la frontera.
 El camino es ancho pero el sol de frente nos molesta mucho y no nos deja ver a través de los parabrisas esmerilados por la tormenta de arena de la mañana.  Comienzan a pasar camiones chilenos y paraguayos a 1000, bajando del paso, Les hacemos luces y ni bola, no se dignan ni siquiera a contestar. Pasan a los pedos y nos dejan inmersos en una cortina de tierra. No vemos nada. El camino es mas o menos plano, pero siempre el viento proveniente de oeste nos frena en nuestro avance. Bordeamos varios salares y, al anochecer y con el último suspiro de nafta en el Renault llegamos a las ...
 
19:25 Al Paso de Jama.
Es de noche.
Hay algún coche chileno esperando completar los trámites de frontera. Los gendarmes nos dan poca bola. Afuera hace un frío de locos.  No tienen camas.  A los 6 de la dotación se sumaron otros diez de dos comisiones de inspección.  El horno no está para bollos.  Para mas, el chileno está reclamando una valija que le requisaron cuando entró y que parece que no aparece.  Nos quedamos piolas, esperamos que la cosa se calme un poco.  Nos ofrecen acostarnos en las bolsas de dormir en un pasillo ancho, frente a la cuadra (dormitorio) de ellos.  El Negro se pone a preparar un guiso, O. P. masculla bronca.  Un camionero paraguayo llama a Asunción y putea en guaraní a su patrón porque hace una semana que está varado en el paso con el camión roto y no recibe auxilio. Se salvó de morir congelado porque los gendarmes lo fueron a rescatar y le están proveyendo alimento desde entonces.
 Estábamos muertos de hambre y el guiso del Negro (una olla enorme, como para un batallón) resultó incomible, salado hasta el hartazgo, le di un poco a un perro muerto de hambre que andaba por allí y salió corriendo a tomar agua del salar para endulzarse la boca.
 Alguien grita.
 - Muchachos... ¿protegieron los motores de los coches?
 - No, ¿por ...?
 - Está nevando, se van a congelar.
 Salimos corriendo a hacer lo que pudimos.
 El paraguayo se salvó del guiso porque justo en ese momento, en la obscuridad de la noche, apareció el camión que venía de Paraguay a rescatarlo. Sin dudarlo un momento, cambiaron los semiremolques, ataron el tractor roto a la cola y salieron de regreso a su país.
 Mas tarde y con menos tensión se acercó a charlar el sargento Sajama (en el paso de Jama), parecía una broma.
Nos consiguió tres elásticos de cama y tres colchones. Sobre ellos armamos las bolsas y... a hacer noni.
 
 
Día 8  Viernes 14
 
08:20 Nos levantamos, desayunamos, descongelamos motores. Le agregué un bidón de nafta al R12 que estaba "seco". El burro del Senda se plantó y no quiso mas sopa.   Lo remolcamos y arrancó.
 
09:40 Salimos hacia el paso. Esta vez no nos acompañó ningún gendarme. Está a solo 6 Km. Es una subida no muy pronunciada pero el camino esta bastante mal.
 
10:00 En el paso. Descubrimos con gran sorpresa que del lado chileno comienza una hermosa ruta asfaltada con suaves curvas y pendientes casi inexistentes, anchas banquinas y cuidada demarcación.
Que envidia!!
 
10:30 Bajamos.
 
Acá comienza la siguiente etapa de esta travesía. Santa Catalina

           
EDUARDO CINICOLA
Agosto de 1.998            


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