Día 6 Miércoles 12
08:00 En silencio y sin desayunar, cerramos las bolsas, ponemos en marcha los coches y nos rajamos.
Otro policía que va a Salta nos pide si lo podemos acercar, le avisamos que sólo hasta Olacapato.
Acepta y sube al Senda.
Comenzamos la suave subida en recta que nos saca de la depresión del salar de Pocitos.
09:40 Legamos a Cauchari. El pueblo, la capilla, el destacamento de gendarmería están abandonados (o por lo menos deshabitados). Paramos y preparamos el desayuno que terminamos tomando dentro de la capillita.
11:00 Continuamos viaje rumbo a Olacapato. Al llegar, frente al rancho que vende combustible,
especulamos que, en ese estado, mugrientos y mal dormidos, con los
coches totalmente llenos de tierra, deberíamos pasar al menos dos
días mas hasta llegar a La Quiaca, previo paso por Las Pirquitas.
Sugiero seguir camino hasta San Antonio de los Cobres, almorzar, alojarnos,
bañarnos con abundante agua caliente, limpiar los coches y descansar.
Se acepta por ovación. Continuamos.
12:00 Paramos en unas termas al costado del camino. Es solo un rancho deshabitado con
un piletón en su interior con agua caliente y vapores de azufre.
Afuera el viento es infernal. Vemos unos operarios que están construyendo
las torres y tendiendo las líneas de alta tensión por las
que se exportará energía a Chile, proveniente de una planta
termoeléctrica que se está construyendo en Gral. Güemes,
cerca de Salta capital.
12:15 Cruzamos el Abra Chorrillos, los coches se recalientan a pesar del frío,
Tenemos viento de cola y por los radiadores no pasa aire. Para mas, es subida.
12:45 Vemos, allá arriba un convoy carguero que se dirige a Pocitos.
13:00 Llegamos a la Hostería de San Antonio de los Cobres. Nos alojamos, almorzamos,
limpiamos los coches, ¡NOS BAÑAMOS!, cargamos combustible,
(nos curraron, y si no lo creen, pregúntenle a Oscar Pablo), nos
vamos a los talleres de Vialidad a reparar el escape del Senda. Cenamos
y ¡DORMIMOS!.
Día 7 Jueves 13
08:00 Diana y desayuno (incluido), (Zulemita no estaba).
10:00 Después de huevear, como corresponde, para no salir muy temprano, comprar pan,
fiambre y gaseosas, partimos a desandar el camino hecho el día anterior.
11:00 Abra Chorrillos. Pasamos de largo las termas y Olacapato.
12:00 Cauchari.
Acá tomamos el camino al paso de Sico (decidimos conocer todos los
pasos a Chile antes de llegar a Mina Pirquitas).
El camino comienza con una interminable
recta en leve subida y con viento de frente que no nos deja superar los
60 Km. por hora, en tercera a fondo.
A los veinte kilómetros
giramos al norte y comenzamos a bordear, por lo alto, el Salar del Rincón.
En el fondo vemos muchas construcciones abandonadas de tantas explotaciones
salitreras de otras épocas. Las torres y los cables de alta tensión
intrusan el paisaje. Me molestan, a pesar que pueden significar divisas
para la provincia siento que violan esos desolados parajes.
El fuerte viento comienza a levantar
arena y sal del salar y de pronto nos vemos inmersos en una tormenta de
arena al mas puro estilo Lawrence de Arabia. Oscar Pablo y Héctor
van un par de kilómetros mas adelante y ya los perdí de vista.
A decir verdad apenas veo 10 metros adelante de la trompa del Renault.
El viento sigue, torcemos al Oeste, en busca del límite con Chile.
El viento ahora es frontal. Parece que vamos en bajada pero no podemos
superar los 70 Km. por hora. Por fin vemos los primeros carteles en esa
desolación “zona primaria aduanera”, unos kilómetros mas
adelante “control de gendarmería”, al fin vemos, perdido en la planicie
un edificio y una barrera.
13:05 Arribamos
al puesto de control del Paso de Sico. Es un edificio moderno pero parece
deshabitado. El viento apenas permite abrir las puertas de los coches.
Sorpresa, sale a recibirnos un perro, flaco y renegrido, nos ladra con
cierto desinterés. Al fin aparece un ser humano, hay gendarmes,
cuatro gendarmes y un “funcionario” de aduanas.
Nos reciben muy amablemente,
nos muestran las flamantes instalaciones (inauguradas en abril de este
año), nos invitan con polenta pero preferimos nuestros sandwiches
de mortadela, son mas livianos. Terminamos de almorzar rápidamente
para poder continuar hasta el paso propiamente dicho del que nos separan
11 Km. El sgto. Ayudante Mario Vega, a cargo del puesto nos
acompañará. En el puesto el GPS marca 3.820 mts.
14:40 Salimos
hacia el paso. El camino comienza con una leve cuestita, luego pasa por
unas extrañas y muy bellas formaciones rocosas y continúa
en recta y suave pendiente hacia el límite que, por extraño
que parezca, se encuentra a 4100 mts en una planicie, sin que ningún
accidente geográfico indique la divisoria de dos países.
En realidad esto se explica porque
toda esta altiplanicie esta compuesta por una gran cantidad de cuencas
cerradas (los salares) que no desaguan ni al Atlántico ni al Pacífico,
por lo que el Embajador norteamericano al laudar sobre estos límites
(a principio del siglo XX) prefirió trazar largas líneas
rectas entre algunas cumbres no muy importantes, pero que repartieran de
una manera mas o menos equitativa esta altiplanicie, la Puna, entre Chile,
Bolivia y la Argentina. (La línea de mas altas cumbres corre
aquí unos cuantos Km mas al Oeste).
Son las 15:00
Hs .
15:30 comienza
el regreso.
15:45 Dejamos
al sargento Vega en el puesto y tomamos otra ruta de regreso que nos hará
pasar por Catua y entre unos cerros nos llevará cerca de Cauchari.
Allí, 6 Km. antes de llegar, y en pleno salar de Cauchari giramos
violentamente al norte por la ruta provincial 70 (Jujuy) hacia Mina Pirquitas.
Pero antes decidimos entrar al paso de Jama. Avanzamos penosamente por
la ruta en regular estado y bordeando el salar. Pasamos por Mina Providencia,
vemos unos pocos obreros trabajando. De repente:
- Mirá, mirá allá
en el salar, Una recua de burros. Y los va arriando un pastor, pero ¿en
que anda?
Agarro la cámara, zoom
al mango y... allí está, el pastor va... ¡en bicicleta!,
en bicicleta por el medio del salar. Ese está loco. Reloco. La bici
se entierra en la arena y el tipo sigue pedaleando con un esfuerzo enorme
¡y a 4000 metros de altura!, a ese le hizo mal la puna.
Seguimos. Mas adelante un cruce.
Derecha Susques 89 Km., izquierda Paso Jama, 130 Km., adelante aduana 87
Km. ¿Y ahora? ¿Que hacemos?, ¿Vamos donde dice aduana
o al paso? ¿Habrá alguien en el paso?
Son las seis de la tarde y si
vamos al paso y no hay nada nos agarrará la noche a la intemperie.
Nos jugamos y después
de dar vueltas leyendo y tratando de descifrar los carteles, nos tiramos
a ir hacia el Oeste, a la frontera.
El camino es ancho pero el sol
de frente nos molesta mucho y no nos deja ver a través de los parabrisas
esmerilados por la tormenta de arena de la mañana. Comienzan
a pasar camiones chilenos y paraguayos a 1000, bajando del paso, Les hacemos
luces y ni bola, no se dignan ni siquiera a contestar. Pasan a los pedos
y nos dejan inmersos en una cortina de tierra. No vemos nada. El camino
es mas o menos plano, pero siempre el viento proveniente de oeste nos frena
en nuestro avance. Bordeamos varios salares y, al anochecer y con el último
suspiro de nafta en el Renault llegamos a las ...
19:25 Al Paso
de Jama.
Es de noche.
Hay algún coche chileno esperando
completar los trámites de frontera. Los gendarmes nos dan poca bola.
Afuera hace un frío de locos. No tienen camas. A los
6 de la dotación se sumaron otros diez de dos comisiones de inspección.
El horno no está para bollos. Para mas, el chileno está
reclamando una valija que le requisaron cuando entró y que parece
que no aparece. Nos quedamos piolas, esperamos que la cosa se calme
un poco. Nos ofrecen acostarnos en las bolsas de dormir en un pasillo
ancho, frente a la cuadra (dormitorio) de ellos. El Negro se pone
a preparar un guiso, O. P. masculla bronca. Un camionero paraguayo
llama a Asunción y putea en guaraní a su patrón porque
hace una semana que está varado en el paso con el camión
roto y no recibe auxilio. Se salvó de morir congelado porque los
gendarmes lo fueron a rescatar y le están proveyendo alimento desde
entonces.
Estábamos muertos de hambre
y el guiso del Negro (una olla enorme, como para un batallón) resultó
incomible, salado hasta el hartazgo, le di un poco a un perro muerto de
hambre que andaba por allí y salió corriendo a tomar agua
del salar para endulzarse la boca.
Alguien grita.
- Muchachos... ¿protegieron
los motores de los coches?
- No, ¿por ...?
- Está nevando, se van
a congelar.
Salimos corriendo a hacer lo
que pudimos.
El paraguayo se salvó
del guiso porque justo en ese momento, en la obscuridad de la noche, apareció
el camión que venía de Paraguay a rescatarlo. Sin dudarlo
un momento, cambiaron los semiremolques, ataron el tractor roto a la cola
y salieron de regreso a su país.
Mas tarde y con menos tensión
se acercó a charlar el sargento Sajama (en el paso de Jama), parecía
una broma.
Nos consiguió tres elásticos
de cama y tres colchones. Sobre ellos armamos las bolsas y... a hacer noni.
Día 8
Viernes 14
08:20 Nos levantamos,
desayunamos, descongelamos motores. Le agregué un bidón de
nafta al R12 que estaba "seco". El burro del Senda se plantó y no
quiso mas sopa. Lo remolcamos y arrancó.
09:40 Salimos
hacia el paso. Esta vez no nos acompañó ningún gendarme.
Está a solo 6 Km. Es una subida no muy pronunciada pero el camino
esta bastante mal.
10:00 En el paso.
Descubrimos con gran sorpresa que del lado chileno comienza una hermosa
ruta asfaltada con suaves curvas y pendientes casi inexistentes, anchas
banquinas y cuidada demarcación.
Que envidia!!
10:30 Bajamos.
Acá comienza la siguiente etapa
de esta travesía. Santa Catalina
|
|
EDUARDO CINICOLA
Agosto de 1.998
|