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Más allá del Hotel Termas del Sosneado

Diario de viaje

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Las fotos están en su tamaño máximo

Era poco más del mediodía y ya habíamos visitado el Hotel Termas del Sosneado.
Nuestra curiosidad y ansias de aventura nos impulsaba a seguir descubriendo, a continuar conociendo.

Más adelante nos esperaba la mina de azufre en el Volcán Overo y la senda que lleva al lugar donde cayó aquel avión con deportistas uruguayos.

A poco de andar llegamos a un puesto de Gendarmería Nacional (Refugio Soler), desactivado en esta época del año, pero que nos brindó el cobijo suficiente como para prepararnos un frugal almuerzo.

Luego de reponer energías, continuamos camino.


La huella es precaria pero perfectamente transitable.
Al fondo la cordillera completamente nevada nos esperaba.

 


El camino va bordeando la margen izquierda del río Atuel.

 


Por momentos toma altura y nos permite una vista panorámica del río.
En un tramo llega a subir unos 150 metros sobre el "pelo" del agua, circulando por una estrecha cornisa.

 


Estamos tan cerca de las cumbres que ya perdimos noción de cuál es cuál.

 


Hasta acá se llega sin problemas, en autos de calle, aún en época tan tardía como la segunda quincena de abril. Tuvimos que pasar un par de lugares difíciles (pero no imposibles).

De acá en más la senda se mete en el lecho del río, con bastante agua y fondo de canto rodado y arena.
Era un poco ariesgado para el Fiat Uno, con muy poco despeje del piso y Lucho, prudentemente, decidió pegar la vuelta.
 


Atras dejábamos la nieve que, aunque nos dificultó el avance, vistió de gala aquella cordillera.

Detrás de esas cumbres, del lado chileno hay un extenso campo de hielo, del cual bajan varios glaciares gigantescos.

Hacia la izquierda de la foto, y arriba, está el Nevado Tinguiririca, lugar en que sobrevivieron los jugadores de rugby uruguayos, cuando cayó el avión en que viajaban a Chile hace unos 30 años.
 


El regreso.
Ya pasamos el hotel abandonado, cuya silueta se recorta en una barda del Río Atuel.
¡ Qué misterio !
¿Qué habrá pasado allí para que se abandone a los elementos semejante estructura?

Por las dudas: La recomendación de siempre.
Si tienen la dicha de poder llegar allí a conocer tan bellos lugares, no depreden, no destruyan, no modifiquen, no escriban.
DISFRUTEN y permítanle disfrutar de ello a los que vienen después de ustedes, que pueden ser sus propios hijos o nietos.
 


Nuestro segundo periplo por Mendoza cumplido con creces.
Pensábamos llegar tan solo al Hotel Termas del Sosneado y, pudimos darnos el gusto de penetrar unos 15 Km más en ese paisaje embriagador.

Pero todavía faltaba más, habíamos leido de un paso interno en la cordillera de los Andes, antes del límite con Chile, denominado Portillo Argentino.
Hacia allá vamos...

Relato Página 1
Portillo Argentino y Manantiales

4 Periplos en Mendoza
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