1500 Km de huellas por la cordillera de Los Andes
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Catamarca y Salta - Argentina
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Lo realizado hasta el momento (verde).
El día anterior habíamos visitado finalmente la Pampa de los Bayos
y, pegados al límite con Chile ya habíamos "subido" al norte acercándonos a la Vega Aguas Calientes (fuera del mapa).


DÍA 4

La noche anterior nos costó mucho hallar un buen lugar para el campamento. En todos lados corría viento.

Nos pasábamos de una quebrada a la otra sin hallar un lugar adecuado.

Finalmente decidimos dormir todos en las camionetas, excepto don Jesús Vázquez a quien tuvimos que "desalojar" del asiento trasero para poder reclinar los delanteros.

Tuvo suerte, se ligó una carpa de "tres ambientes" que diligentemente le armaron Alejandro y Martín mascullando no se que cosa entre dientes...

El Tano le ofreció a Vázquez una bolsa de dormir y le pidió que se saque los zapatos (creo que luego se arrepintió).

Jorge y Sergio no hallaban acomodo. En la Defe corta cargada hasta el techo era imposible reclinar asientos así que optaron por reclinar la chata completa, subiendo la trompa a un promontorio.

Parece que no les dio buen resultado pues escuchaba, a la medianoche, como ponían en marcha motores para lograr un mejor acomodo que aparentemente no hallaron. Sus caras a la mañana así lo demostraban.

En realidad no es fácil dormir en la Puna a más de 4000 metros con poco oxígeno, mucho frío, mucho cansancio y mucha tierra e incomodidades acumuladas en tres días de travesía. Más si a eso le sumamos que hay que dormir sentados e incómodos y que las noches se hacen muy largas (casi doce horas).

Finalmente nos despertamos con el sol que ayudaba a desentumecernos.

Mientras unos desarmaban la carpa otros calentaban algo para el desayuno y otros repostaban combustible (lo que quedaba en los bidones y tanques auxiliares) a los resecos depósitos de los vehículos. Listo, tendremos para unos 350Km de montaña y se acabó. Ya llevábamos recorridos 550.

Para salir de allí teníamos dos alternativas; Una "autopista" que habían descubierto Jorge y Sergio la noche anterior o una tenue huella que habíamos hallado con Jesús también la noche anterior pero que iba con franco rumbo norte, siguiendo la traza de la XX-99.

Como habíamos decidido (para sorpresa de Vázquez) que antes de ir a la tan postergada Laguna Aguas Calientes, haríamos una incursión por Chile a visitar la Salina de Las Parinas, era conveniente tomar por "la autopista" de Jorge, que apuntaba al Oeste.

Por un congelado arroyo trepamos para salir de la quebrada y una enorme planicie se abrió ante nuestros ojos. Allá, al fondo, las cumbres de los volcanes que nos separan de Chile.

El tránsito hasta allí fue largo pero entretenido. Encontramos todo tipo de terreno.
 


Foto: Sergio Pugliotti
Salimos del campamento por un arroyo helado hacia la "autopista" descubierta por Jorge y Sergio.


Foto: Carlos Lucchini
Ya en la altiplanicie circulamos por un desierto con un amplio campo de piedra toba a nuestra izquierda.


Foto: Carlos Lucchini
Los bordes de aquel campo forman un alto acantilado a cuyos pies se acumula nieve.


Foto: Carlos Lucchini
Suelos de todos los colores (siempre de material expulsado por volcanes).
Bajos que aún cobijan penitentes nos dan la pauta que esta zona en invierno
debe cubrirse totalmente de nieve.


Foto: Carlos Lucchini
Circulamos ahora por el "Campo Negro" en dirección Oeste, hacia el límite con Chile.
Al fondo un cono oscuro es el volcán chileno Cono de la Isla (5140m), a su lado, más cerca y de tono rosado el Vn Parinas
también en Chile y de 5371m de altura.
El límite es allí una línea recta que pasa justamente delante de el.


Foto: Carlos Lucchini
Para ser exactos el límite parte de la cumbre de este otro volcán el Aguas Blancas (5.757m) y en línea recta se dirige
53Km al SSE, hasta la cumbre del Vn Cerros Colorados, que visitáramos el día anterior.


Foto: Carlos Lucchini
Ya comenzamos a divisar la Salina de Las Parinas, al fondo de una depresión.


Foto: Carlos Lucchini
Nos entristece e indigna ver el desastre que dejan las mineras sin control, despues de algún infructuosa prospección.
En países organizados y con conduciones capacitadas, se exige que despues de cualquier trabajo de este tipo,
el ambiente quede lo menos dañado que sea posible.
Pero claro, tapar eso cuesta dinero y si el contrato no se los exige (por incapacidad)
o nadie controla (por desidia) ...


Foto: Carlos Lucchini
Abajo, en territorio chileno, la Salina de Las Parinas.


Foto: Carlos Lucchini
A lo lejos, y también en territorio chileno, un hermoso cono volcánico es el Vn Cono de la Isla
que divisáramos un rato antes de 5140 metros de altura y que se encuentra pegado al Salar de la Isla que está a sus pies.


Foto: Sergio Pugliotti
Ya estamos en Chile, unos miles de metros más y arribaremos a la salina.
Los volcanes nos tienen rodeados !!


Foto: Carlos Lucchini
La bajada es bastante pronunciada.
Vemos poca agua en la salina.


Foto: Sergio Pugliotti
LLamativamente, cuando llegamos a sus orillas, en lugar de una suave costa en depresión
nos encontramos un marcado talud de varios metros de altura.
Detrás de ese talud está la salina.


Foto (timer): Alejandro Danzi
Como este era uno de los objetivos principales del viaje y lo logramos,
nos tomamos una foto grupal para celebrarlo.
Alejandro, Eduardo, Jesús Vázquez, Martín, el Tano, Sergio, Jorge y Carlos.
Detrás el volcán chileno Parinas (clarito) y el Aguas Blancas (limítrofe).


Eran poco mas de las diez de la mañana y habíamos logrado el segundo objetivo importante de ese viaje, el primero había sido la Pampa de los Bayos.

Nos quedaba ahora el principal de esta primera etapa de la travesía de 1.500Km de huellas por la Cordillera de los Andes, ese era la Laguna, vega, salina y terma de Aguas Calientes.

Comenzamos a notar que la distancia que nos separaba de nuestro próximo puesto de aprovisionamiento superaba la autonomía de las camionetas. Tantas idas y vueltas probando y buscando alternativas habían alargado en mucho los 750Km estimados para esa primer etapa.

Salimos de Chile, ingresamos nuevamente a nuestro país y comenzamos a dirigirnos al noreste, cruzando nuevamente desiertos, campos de lava y pequeñas salinas.

Finalmente llegamos a un punto donde me detuve para que, en conjunto, tomáramos la decisión trascendental, "entrar" o "no entrar" a la laguna Aguas Calientes.

Habíamos olvidado en nuestros cálculos que, desde la salida de Aguas Calientes, deberíamos desandar unos 25 km para acercar a Jesús Vázquez a Potrero Grande, desde donde él debería caminar otros 22 Km hasta su casa.

Más allá no podíamos acercarlo porque estaba la bajada "insubible" por el médano, que convertía ese camino en "camino de un solo sentido".

-Hilemos fino. Ale, ¿Podés calcular en el MapSource cuántos Km hay exactamente desde acá a Tolar Grande?

A los pocos minutos llega la lapidaria respuesta.

- 230 aproximadamente, pasando por Laguna Los Patos, Caballo Muerto y Mina Arita.

Sonamos pienso. Con el consumo de 18 litros cada 100 Km que están teniendo las chatas nafteras, y el poco más de medio tanque (40 L) que marcan las agujas, llegamos con lo justo.

A eso hay que sumarle los 44Km ida y vuelta para llevarlo a Yésus y si queremos entrar a la laguna agregar unos 40 Km más... ¿Cómo hacemos???

La verdad es que sonaba muy doloroso tener que rescindir el objetivo estando a tan solo 30 Km de alcanzarlo pero quedarse sin nafta en aquellas inmensidades no sonaba muy placentero.

- A don Yésus lo llevo yo. Me dice Jorge que tenía un as en la manga ya que la Defe diesel, habiendo cargado la misma cantidad de combustible que nosotros, no había gastado ni por las tapas más de 12 ó 13 litros cada 100, con lo que tenía un excedente considerable de gasoil.

Ese fue el dato que faltaba. ¡Vamos! dije, en última instancia nos quedaremos sin combustible en medio del salar de Arizaro a no más de 70 Km de Tolar. En ese caso lo comisionaremos a Jorge para que nos traiga unos bidones de nafta para rescatarnos.

¡ Perderemos un par de horas pero no el objetivo !!!!


 


Foto: Eduardo Cinicola
A la salida de Las Parinas pasamos más cerca de ese cuarto o quinto campo de piedra toba.


Foto: Eduardo Cinícola
Nos sorprendió ver detrás de esos acantilados, que se desgranan desprendiendo enormes bloques,
cómo asomaba su testa el Llullaillaco, ¡Estábamos a exactos 117Km de él !
Pero, evidentemente, es un gigante !!


Foto: Eduardo Cinicola
Por suerte nos encontramos con extensas planicies.


Foto: Carlos Lucchini
Llegó el momento, ¿entramos o seguimos?.
Calculemos...


Foto: Carlos Lucchini
Entramos !!
El terreno poco accidentado ayuda a disminuir el consumo de combustible.


Foto: Carlos Lucchini


Foto: Carlos Lucchini
Los kilómetros de huella se sucedían y Aguas Calientes no aparecía.


Foto: Carlos Lucchini
La inmensidad, amplitud y desolación que disfrutábamos en esos días, para quienes nos gusta, no tenía fin.


Foto: N.A.S.A.
La salina de Aguas Calientes, recibió la invasión de una gran colada de lava proveniente de un cráter superficial
entre las laderas del Vn Pajonal y Abra Grande.
Aisló así una pequeña sección en su extremo norte, donde se encuentra la vertiente de agua caliente
que a su vez forma una pequeña vega que desemboca en una lagunita.


Foto: Eduardo Cinicola
Desde muy lejos comenzamos a ver la salina y la lengua de lava obscura que llega hasta ella.


Foto: Eduardo Cinicola
Tambien divisamos el arroyo que se escapa por un lateral.


Foto: Eduardo Cinicola
Luego de varios kilómetros estamos a punto de pasar por sobre el escorial de lava.


Foto: Eduardo Cinicola
Traspuesto este arribamos a la pequeña laguna del extremo norte.
Un solitario flamenco (parina para los lugareños) disfruta el lugar.


Foto: Eduardo Cinicola
Llegamos finalmente al arroyo de agua caliente que forma la pequeña vega y la laguna.
¡ ESTAMOS EN LA LAGUNA DE AGUAS CALIENTES !!
¡ LO LOGRAMOS !!


Foto: Eduardo Cinicola
Cada cual festeja a su manera.
Lucho se deleita en la contemplación.


Foto: Eduardo Cinicola
El Tano sacando fotos.


Foto: Eduardo Cinicola
Y Jorge remojándose en las aguas termales.


Foto: Eduardo Cinicola
Don Yésus también decidió darse un baño.


Foto: Eduardo Cinicola
La vertiente forma este delgado hilo de agua muy caliente
donde se desarrollan unas extrañas algas de ambientes extremos.


Foto: Eduardo Cinicola
El corto arroyo bajando el agua caliente a la laguna.


Estábamos contentos. Habíamos logrado conocer la Laguna de las Aguas Calientes, y lo habíamos logrado por la vía no convencional, si bien nos había costado varios cientos de kilómetros y tres días y medio de andar entre montañas.

En el medio día que nos quedaba debíamos recorrer los últimos 250Km para salir de allí y llegar a Tolar Grande donde nos esperaban unos cuantos litros de combustible para las sedientas camionetas y una ducha y cama para nosotros que ya estábamos extrañando una mínima comodidad.

Tolar estaba mas allá de la Laguna de los Patos, del abra del Vn Lila, del Salar de Archibarca, del puesto Caballo Muerto, de la Mina Arita y del extenso cruce del Salar de Arizaro.

La gran incógnita era si nos alcanzaría el escaso combustible para tan largo recorrido.

Bien, cruzaremos los dedos y manejaremos con pie de pluma.

Lamentablemente el trayecto hacia la Laguna de los Patos, discurría por sobre el extenso escorial que vimos en la satelital, lo que nos obligaba a ir en primera o segunda de baja con el consiguiente abultado consumo de combustible, grrrrr...

En la laguna de los Patos nos quedaríamos esperando mientras Jorge acercaba a Jesús Vázquez hasta Potrero Grande y regresara.


 


Foto: Eduardo Cinicola
La salida de la Laguna Aguas Calientes nos espera con mas majestuosidad de paisaje.


Foto: Eduardo Cinicola
El Pajonal y el escorial que avanzó hacia la depresión de la salina.


Foto: Eduardo Cinícola
El Abra Grande, de no mas de 5.390 metros, pero responsable, junto con su gemelo el Pajonal
de una gran corrida de lava (la corrida del Pajonal) que se deslizó cubriendo una gran extension
hacia el Oeste, fuera de nuestra vista.


Foto: Eduardo Cinícola
Alejandro cruzando escoriales. Estos son suavecitos.


Foto: Eduardo Cinícola
El Vn Cerro Lila (5752m) y la depresión de la Laguna de Los Patos.
Atrás se asoma el Vn Antofalla, el más alto de la zona con 6.420m.


Foto: Carlos Lucchini
Las vicuñas huyen a nuestro paso, a pesar que tratamos de asustarlas lo menos posible.


Foto: Eduardo Cinícola
Otra vez el Cero Lila (no se por qué le habran puesto ese nombre) y parte de
la Salina y Laguna de Los Patos.


Foto: Eduardo Cinícola
Más Laguna de los Patos.


Foto: Sergio Pugliotti
Desde la punta de la salina vemos los volcanes: Ojos de Antofalla (5766m) a la izquierda
y el Onas (5791m) al centro.
Estos son visibles también (su cara noroeste) desde el sur de Mina La Casualidad.


Foto: Sergio Pugliotti
Un acercamiento del Onas, de cima bífida (colapsó al noroeste) y vivos colores.


Foto: Eduardo Cinícola
Mientra esperábamos a Jorge que había ido a llevar a don Yésus,
unos exprimíamos las últimas gotas de nafta de los bodones de los techos...


Foto: Alejandro Danzi
Otros... mejor no hablar...


Foto: Sergio Pugliotti
Mientras subíamos al abra de 5002m, entre el Antofalla y el Onas
Sergio se da vuelta y le toma esta foto al Vn Alto de la Quebrada Honda.


Foto: Eduardo Cinícola
Subiendo al abra nos esperaban más colores.


Foto: Carlos Lucchini
Y espectaculares formas.


Foto: Carlos Lucchini
Desde al abra, la bajada hacia Archibarca.


Foto: Alejandro Danzi
Mientras en la planicie esperábamos a los "retrasados" ...


Foto: Sergio Pugliotti
Jorge y Sergio se desviaban del camino para hacerse una trepadita hasta los 5245msnm.


Foto: Sergio Pugliotti
Desde allá arriba tienen esta hermosa vista con el Tebequincho Grande
y el Terbequincho Chico en la lejanía.


Foto: Sergio Pugliotti
Seguimos por una pampa plana que nos permitió poner la "alta" y ahorrar un poco de combustible.


Foto: Eduardo Cinícola
Avanzamos hacia la depresión del salar de Archibarca con el Vn homónimo de 5629m de fondo.
El Vn Archibarca es uno de los hitos limítrofes entre las provincias de Catamarca y Salta.


Foto: Eduardo Cinícola
El Salar de Archibarca nos quedó a la izquierda y lo pasamos como una exhalación.
Ya volveremos por acá dentro de tres días...


Foto: Carlos Lucchini
Una simpática y confianzuda vicuña.


Foto: Eduardo Cinícola
El tan mentado Puesto de Caballo Muerto.


Foto: Eduardo Cinícola
El Cono de Arita...
Las sombras largas, anuncio del crepúsculo, nos acompañan
en el comienzo del extenso cruce del Salar de Arizaro.


La noche nos esperó en Tolar Grande, donde nadie sabía de nuestras reservas, ni de alojamiento ni de comida. Pero como siempre ocurre, todo tuvo solución.

La tranquilidad total llegó cuando nos confirmaron la existencia de los 450 litros de nafta y 150 de gasoil que habíamos encargado.

Un buen baño, las necesarias llamadas telefónicas para llevar tranquilidad a nuestros parientes quienes hacía mas de 4 días que no tenían noticias nuestras y unas suculentas milanesas con papas completaron el hermosísimo día y la exitosa primer etapa de estos 1500km por huellas de la Cordillera de los Andes.

Los odómetros marcaban que habíamos recorrido la friolera de 906Km desde que salieramos 4 días antes de Tinogasta. 4 días sin ver un solo pueblo y habiéndonos cruzado solamente con las tres personas que componen la familia Vázquez.

Creo que debe haber pocos lugares en el planeta donde uno pueda recorrer esa distancia encontrándose con tan hermosos paisajes y tanta soledad...
 


AL DÍA SIGUIENTE COMENZÓ LA SEGUNDA ETAPA DE ESTA EXPEDICIÓN

  Etapa 2 sigue acá...                          

           
EDUARDO CINICOLA
Diciembre de 2007            


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