Hans Siebenhaar - Vn. Condor

Segunda parte:
La ascensión al Cóndor

Dos días más tarde, el 24 de enero, salimos con las mochilas cargadas con víveres como para sobrevivir por lo menos 4 días en forma autónoma en la soledad y hostilidad de este cerro aquí en la Puna de Atacama.
No esperamos agua en el campamento de hoy, por lo tanto llevamos cada uno 4 litros como mínimo (yo llevo 5!). La espalda toma nota del peso! Por algo es, que solamente 3 expediciones pisaron hasta ahora las cumbres del volcán. Si uno ve los campos de piedras enormes que nos esperan, uno entiende el porque de las pocas ascensiones.

Piedras, bloques de piedras y obstáculos de piedras se nos interponen en el camino al campamento de altura. Es realmente impresionante, hasta donde ven nuestros ojos, piedras, un mar de piedras de todos los tamaños. Es un baile terrible, para cruzar este mar, lento, muy lento, con toda la concentración puesta, nos balanceamos por las piedras, ni pensar en un paso equivocado, que aquí puede tener consecuencias nefastas. Más que una vez se escucha una maldición de alguien, pero el GPS nos indica: por allí va la ruta, no hay otra, y tampoco se ve otra alternativa para escapar de esta trampa de piedras que quiere impedirnos el acceso al cerro.

Cansados, muy cansados estamos, al llegar a una zona con piedras y arena, que por fin nos facilita el avance. Jaime ya esta liquidado y le quitamos el peso de la carpa, para que lo lleve Magguy el último tramo y Lis toma a su vez la carpa de ella. Las mujeres son fuertes y no tenemos vergüenza aceptar la ayuda de ellas. Una hora más tarde esta-mos, Magguy y yo en el punto que buscamos, encontramos el campamento de Alexan-der. Cuando Jaime y Lis aparecen ya tenemos nuestra carpa armada para el descanso instantáneo.

El campamento de altura lo llamamos Alex por el punto facilitado por mi amigo (Posición: S 26º 37,229’ - W 68º 20,311’). Aquí a 5.576 m de altura en una zona plana de arena, rodeado de piedras volcánicas encontramos el merecido descanso, y es más: hay un pequeño campo de penitentes que nos facilita el suministro de agua, que más queremos? Hasta el tiempo nos acompañó hasta ahora, recuperamos fuerzas y planificamos como atacar la cumbre.

Hasta ahora, como lo sabemos, este campamento fue la base para el ataque a la cumbre. Pero nosotros, o sea la parte masculina de la expedición, ya tiene sus años y eso requiere un campamento adicional a mayor altura como para garantizar el éxito de la expedición.
La situación es la siguiente: delante de nosotros se presentan 3 variantes: por el lomo de la izquierda subir y buscar la cumbre (variante Alex), descartado, porque no se visualiza ninguna posibilidad de hacer otro campamento más arriba. Por el valle entre los dos lomos enfrente de nosotros (posiblemente la ruta de Barret), descartado por las mismas razones.

Por lo tanto, subimos el día siguiente, estableciendo una nueva variante de la ruta noreste, por el lomo que se nos presenta a la izquierda. Igualmente no podemos esquivar y nos metemos de nuevo y de pleno entre las piedras, con el agregado que la subida es bastante inclinada! Son solamente 1 hora y media que nos torturamos entre las piedras y ¡oh sorpresa! dentro de todo ese roquerío, encontramos a exactamente 5.800m de altura una "uña" de arena, suficiente para levantar nuestras dos carpas.
Estamos en la posición: S 26º 37,439’ - W 68º 20,504’, que definimos como Campamento 2 de altura del Cóndor. Eso si, estamos en una posición y distancia de la cumbre que nos da mucha más probabilidad de alcanzarla que del campamento anterior, que está unos 230m de desnivel más abajo.
Ahora si, las perspectivas son buenas!

Pero la noche es otra cosa. ¿Quién duerme bien a esta altura?, mejor dicho ¿quién descansa bien a esta altura?
A pesar de ya estar 7 días en la altura, y si bien yo físicamente me siento bien y también como bien, mi cabeza actúa diferente. Tengo dolor de cabeza, y la noche es larguísima.
Pero como todo, esa noche también pasa.