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11 de febrero de 2002
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"Frontera explosiva"
(las secuelas de una guerra que no fue)
Secuelas físicas y psicológicas por la explosión de las minas


Las minas antipersonales causan heridas graves que pueden provocar la muerte, amputación, una grave discapacidad y un golpe psicológico brutal. Para el tratamiento de las víctimas se necesitan una evacuación rápida, una eficaz aplicación de medidas de primeros auxilios y una cirugía especial.

Las heridas más comúnmente causadas por la explosión de una mina se clasifican en tipo I, II y II. La primera de ellas es la causada por una mina que produce una onda de choque, es decir que destroza el pie o la pierna en una amputación traumática, originando heridas de diversos grados en la otra pierna, los órganos genitales, los brazos o el tronco. Pocas personas sobreviven a las heridas provocadas por minas que producen onda de choque con gran carga explosiva.

El tipo II es la herida causada por minas de fragmentación. Las heridas son las mismas que las originadas por otros artefactos como granadas o proyectiles de mortero y pueden afectar a cualquier parte del cuerpo.

El tipo III es causado por detonación accidental al manipular una mina, provocando graves heridas en las manos, los brazos y el rostro; en algunos casos, puede producir ceguera.

Traslado y primeros auxilios
El traslado de las víctimas es clave. Muchas de ellas se encuentran solas y aisladas cuando resultan heridas. Habían ido a buscar leña o agua, estaban trabajando en arrozales o pastoreando. Yacen a veces durante horas con los miembros despedazados esperando ayuda y muchas mueren antes. Cuando llega la asistencia, los socorristas deben tener cuidado y no poner en peligro su propia vida. La evacuación plantea a veces no pocas dificultades cuando se carece de tratamiento o de anestésicos durante el traslado hasta el hospital y, en lugar de una ambulancia, el viaje se hace en camión o en una carreta tirada por caballos a través de montañas, desiertos o arrozales. Datos recogidos por el Comité Internacional de la Cruz Roja sostienen que sólo el 25% de las víctimas de minas llega al hospital en un plazo de seis horas después de resultar heridas y el 15% se demora más de tres días.

Las medidas más eficaces para evitar complicaciones, la incapacidad o la muerte son los primeros auxilios prestados rápidamente, por ejemplo detener una hemorragia aplicando un apósito correctamente, inmovilizar los miembros lesionados y aliviar el dolor. Sin embargo, es necesario tener cuidado para no cometer errores: un torniquete mal colocado y sin aflojar durante horas en la parte superior de la pierna puede dar lugar a que una amputación traumática del pie termine en amputación quirúrgica de todo el miembro.

Tratamiento quirúrgico
Las heridas causadas por las minas terrestres requieren un tratamiento quirúrgico especializado, grandes cantidades de sangre para transfusión, antibióticos y otros medicamentos, así como una larga hospitalización. El cirujano tiene que cortar todo el tejido dañado y contaminado y quitar todos los fragmentos extraños, como la envoltura plástica de minas, que se hayan introducido en la herida y, en muchos casos, amputar los miembros gravemente lesionados. Pocos cirujanos con experiencia sólo civil están preparados o tienen los conocimientos necesarios para tratar las heridas causadas por una mina.

Las minas antipersonales causan un desproporcionado número de amputaciones entre los heridos de guerra: un 82,5% de todos los pacientes que son amputados en los hospitales de la Cruz Roja son víctimas de minas terrestres.

La duración media de una estadía en el hospital de un herido por bala es de 18 días, mientras que, para los pacientes con heridas graves causadas por una mina, es de 32 días. Los heridos por bala requerirán, como promedio, 1,9 operaciones y 0,5 unidad de sangre, mientras que los heridos por mina necesitarán 4 operaciones y 3,2 unidades de sangre.

Rehabilitación y asistencia psicosocial


Muchas víctimas de minas no tienen acceso a los servicios de rehabilitación física. Las prótesis son caras y el costo de la tecnología utilizada en los países más ricos para fabricarlas no está al alcance de las víctimas. Mientras cada persona recibe una prótesis que debe cambiar cada tres o cinco años; el miembro artificial para un niño debe cambiarse cada seis meses.

En la mayoría de los contextos, la integración social de las víctimas ha sido olvidada. Muchas de ellas no pueden encontrar trabajo después de su accidente y se ven obligadas a mendigar en las calles para aportar un sustento a su familia. En la mayoría de las sociedades agrarias, la persona que pierde un miembro ya no puede arar, cargar peso ni contribuir de manera alguna a las necesidades de su familia. El divorcio y el ostracismo social son algunas de las dificultades subsiguientes al traumatismo físico inicial y, en las sociedades donde los amputados soportan un estigma cultural y religioso, las muchachas víctimas de minas tendrán, a causa de su discapacidad, muchas menos probabilidades de contraer matrimonio. Los niños amputados quizás no puedan ir a la escuela o, avergonzados, no se atrevan a salir de casa.

Así, pues, es indispensable potenciar el apoyo basado en la comunidad, con miras a la recuperación y a la reintegración de los supervivientes de explosiones de minas. Este apoyo debe incluir la formación profesional y la asistencia psicológica, cuando sea necesario, a fin de que los sobrevivientes puedan conseguir su autonomía, y debe orientarse hacia la solución de los problemas de discriminación que afrontan los amputados.
Sus más altas cumbres demarcan el límite con Chile, donde se impone la presencia del Cerro Tronador (3554 msm) y cerros menores como los cerros Campana, Capilla, López y Catedral, con alturas que oscilan entre los 1800 y los 2400 msm. Entre estas elevaciones, profundos valles y quebradas, permiten el tránsito internacional a través de los pasos Cardenal Samoré, Pérez Rosales y el de los Vuriloches.

 
 
Más información
Nota principal
Los protagonistas
Las zonas minadas
   
Las minas terrestres
Qué son
Tipos de minas
Cómo se colocan
Mecanismos de activación
Mecanismos de remoción
Secuelas físicas y psicológicas que provocan
Efectos sociales, económicos y ambientales
Las minas en el mundo
Procucción y comercialización
Los conflictos internacionales
La lucha mundial contra las minas
Recomendaciones para el futuro
   
El conflicto limítrofe con Chile
La guerra que no fue
El Beagle
   
La legislación
Convención de 1980
El tratado de Ottawa
Los países firmantes del tratado
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