|
|
Con base en Aguas Calientes ese día teníamos planeado visitar las termas de El Humazo y Los Tachos, en las cercanías.
El Humazo ya lo habíamos visitado en el 2000, pero llegamos de noche y no pudimos tomar ninguna foto, a excepción de esa gran nube de vapor que se distingue en la lejanía. |
La incógnita ahora se había forjado porque en la Municipalidad de Varvarco nos avisaron que tuviéramos mucho cuidado, debido a que la semana anterior se reportó una gran explosión que voló por los aires gran parte de las termas.
Unos días después de escribir esto ME ENTERO QUE QUIENES REPORTARON LA EXPLOSIÓN DE EL HUMAZO FUERON MUG y PANI, dos compañeros de otras tavesías con quienes nunca habíamos hablado del tema.
Aparentemente se juntó más vapor del que podía salir o se obturó la salida y ese aumento de presión halló la posibilidad de una expansión violenta fracturando y volando por los aires las rocas que lo mantenían aprisionado.
Nadie más había ido aún por la zona después de la explosión así que nos recomendaron que tuviésemos cuidado, fundamentalmente con las emanaciones de gases que podían ser venenosos (monóxido de carbóno o gases sulfídricos).
Justamente eso me hace acordar de un aprendizaje extraño que tuvimos en la zona.
Resulta que andábamos recorriendo por esos caminos de Dios, muy cerca del Humazo tres años atrás, cuando nos cruzamos con un pastor que estaba reuniendo su hato de chivas para "bajarlo" a la invernada. Junto a el un perro semiparalítico, con movimientos espásticos trataba de seguirlo. |
- ¿Qué le pasa al perro? ¿Tiene parálisis?
- No. Está "ahuecuao", lo agarró el huecu.
- ¿El huecu? ¿Y qué es el huecu?
- Es una hierba mala que hay por allí, si la comen las chivas, ovejas o los caballos, los agarra el huecu y se mueren o quedan así.
Me quedé pensando en aquella oportunidad, ¡Pero los perros no comen pasto!!, Pero no dije nada para no desafiar la sabiduría de aquel buen hombre.
Hoy relaciono aquello con lo que me dijeron de los gases venenosos que pueden emanar de los géiseres y pienso si el huecu no será un gas venenoso y pesado que queda arrastrándose entre el pasto que comen los herbíboros y que olfatean los perros.
Con cierto temor (no voy a negarlo) hacia nuesto posible enemigo invisible, real o imaginario, nos dirigimos hacia El Humazo.
Está aguas arriba sobre el mismo arroyo Manchana Covunco en el que están Las Olletas, pero para llegar allá hay que tomar por otro camino. Hay que volver unos 2000 metros en dirección a Varvarco y allí un desvío que sale a la izquierda lleva a El Humazo y Los Tachos.
Ya sabíamos como llegar, lo aprendimos en nuestra segunda expedición.
Hay que dejar los vehiculos en un alto, en un desvío a la izquierda del camino, antes de unos galpones de chapa.
Esta vez, con las camionetas nos animamos a zambullirnos en aquella bajada que parecía sin retorno, pero a mitad de camino, el terraplen que sostenía la huella en la cornisa se había desmoronado, así que ahí quedaron las chatas.
Empezamos a mirar con detenimiento la zona y el espectáculo era dantesco.
Todo en derredor, rocas y plantas ha recibido un baño como de cemento líquido y parece una foto monocromática.
Quinientos metros a la redonda de donde sabíamos que estaba el géiser, todo había quedado "petrificado".
Anteriormente se llegaba hasta uno de los bordes acantilados del arroyo y solo se podía ver el vapor que venía de alguna grieta más abajo.
Ahora la explosión ha dejado un gran hoyo allá abajo, a unos doscientos metros de donde estamos y en esa gran pileta de natación de aguas color turquesa, el vapor burbujea intimidante.
Por segunda vez las mujeres abandonaron a mitad de camino. En realidad para bajar y subir se requiere juventud y estado físico. Nosotros no tenemos ninguna de esas dos virtudes así que dejamos los bofes en el intento.
Sacar las camionetas de la difícil posición en que las dejamos no fue fácil. Había poco lugar para la maniobra y en una curva cerrada en plena subida, un arroyo se había empecinado en llevarse en camino.
Por segunda vez nos tomó el atardecer y debemos posponer la visita a Los Tachos para el día siguiente. |
Por la mañana regresamos por el mismo camino hacia El Humazo, solo que unos kilómetros antes giramos en un desvío a la derecha que nos acercará a "Los Tachos".
Estos géiseres los estuvimos buscando varios años y no los podíamos hallar porque la información hasta hace poco era escasa y confusa.
El caminito lleva hasta una explanada frente a un profundo cañón por donde corre el Arroyo Covunco (a secas). Allí hay que dejar los vehículos y caminar unos 700 metros hasta donde se encuentran las surgentes de agua hirviente.
La huella acompaña el arroyo aguas arriba y vá descendiendo por las paredes casi verticales. Solo hay que tener cuidado de no patinar en las piedritas sueltas.
Llegados a nivel del arroyo un puentecito de madera nos cruza a la margen opuesta donde se encuentran los géiseres. |
Los Circuitos |
1 Volcán Tromen y Andacollo (Mina aurífera) |
2 Reserva Provincial Lagunas de Epulafquen |
3 Manzano Amargo y Cajón de los Nevados |
4 Las Ovejas, Huinganco, Butalón Norte |
5 Varvarco, Bolillos, Atreuco, Las Olletas |
6 Aguas Calientes, Rincón de las Papas, Ailinco |
7 Termas de El Humazo y Los Tachos . . . ES ESTE CIRCUITO |
8 Petroglifos en Colomichicó, Villa Copahue |
|
Para dejarnos tu opinión o ver los Comentarios
Hacenos conocer que aventura estuviste leyendo.
de otros Visitantes,
por favor ingresa a nuestro