No es mucho lo que tengo para decirles del Yacimiento Arqueológico de Colomichicó más que mostrarles las fotos ya que en aquella época aún no se había descubierto la datación de estas obras de arte ni se había determinado a que cultura pertenecían.

Luego pude averiguar que se cree que las tallas fueron realizadas hacia el año 500 de nuestra era por tribus nomadas anteriores a los pehuenches primitivos y que dejaron esas marcas en varios lugares de la zona norte de Neuquén, más precisamente en el Departamento Minas como El Chacay, Chaquiras, Las Lagunas, Butalon Norte, Puerta del Cajón de Flores, Casa de Piedra, Quebrada Arroyo de Las Minas, Cajón de los Chenques y la Piedra Pintada del Curi Leuvu.

Además conocimos la anécdota de un desquisiado minero húngaro que vivió por aquí a principios del siglo XX.

Viendo tantas escrituras sobre las piedras, Bela Veiko pensó que pertenecerían a una importante civilización y que por ende tendían oro y joyas y no dudó en dinamitar varias lápidas enormes labradas en búsqueda de un ilusorio tesoro.